Divulgativo CENIAP                                                                                                                Volumen 3(4) - 2003


Manejo de Plantas Cítricas en Vivero


José R. Ruiz1


1 Técnico Asociado a la Investigación (Programa de Frutales).
   email: mrodriguez@yahoo.com
   CENIAP. Apdo 4653. Maracay 2101
   Venezuela.



En la producción de plantas cítricas, se debe tomar en cuenta el establecimiento del vivero, el cual debe estar situado cerca de una fuente de agua cercana, en un lugar limpio de malezas, con plena exposición solar, y disponer de espacio para preparar la mezcla y establecer los semilleros.

 

Uno de los aspectos importantes cuando se inicia un vivero de cítricas es conocer los patrones que se utilizarán, ya que estos constituyen el sostén o soporte de la copa o variedad que se desea explotar, por lo que es muy importante conocer las características de las combinaciones patrón-copa que se van a utilizar en la fundación de un huerto. Es importante señalar, que del manejo adecuado de las plantas en el vivero depende en un alto grado el éxito de las plantaciones.

Otro elemento de gran importancia son las copas o materiales requeridos por los productores de cítricas en la zona de influencia o cercanas a la ubicación del vivero. Entre ellas se destacan: la naranja Valencia para extracción de jugo, la naranja California y la Mandarina Dancy para consumo fresco, lima persa con un gran valor comercial y algunos grapefruits.

Preparación de mezclas de suelo

La mezcla debe presentar las características físicas, químicas y sanitarias más apropiadas para facilitar la penetración de las raíces y el desarrollo del sistema radical de las plántulas. Por lo tanto, debe ofrecer una textura de tipo franco, un adecuado contenido de materia orgánica y estar libre de cualquier clase de patógeno.

Las mezclas deben estar formadas por suelos que faciliten, al mismo tiempo: el buen drenaje y la retención de humedad. Comercialmente, la mezcla de suelo ideal es aquella que mantiene una relación de 3 a 1, es decir, que contiene tres partes de arena y una de tierra. Sin embargo, las mezclas se pueden preparar siguiendo cualquiera de las recomendaciones que se describen a continuación:

- Dos partes arena y una de tierra,
- Dos partes de tierra y una de arena,
- Un parte de tierra y una arena, o
- Una parte de arena, una parte de estiércol y una parte tierra.

Todos los componentes de la mezcla se deben cernir previamente, y si se utiliza materia orgánica, ésta debe estar totalmente descompuesta.

Desinfección de las mezclas

Antes de utilizar la mezcla de tierra es necesario desinfectarla con el propósito de eliminar los hongos, nemátodos o malezas que pueda contener. Para ello, se pueden utilizar diversos productos químicos, como: Formol al 40%, Basamid (Dazomet™), o vapor de Agua.

- Formol al 40%
Permite controlar los hongos y las semillas de malezas. Para aplicar este producto, se disuelve un litro de Formol al 40% en 100 litros de agua por cada 10 metros cuadrados (10 m2 ) de semillero. El producto preparado se aplica a la mezcla, y luego, toda la superficie se tapa con un plástico durante 24 horas; después de transcurrir ese período, se destapa, se remueve el suelo, y se deja airear durante dos semanas. Finalmente, se procede a llenar las bolsas con la mezcla de tierra desinfectada.

- Basamid (Dazomet™)
Este producto actúa sobre las semillas de maleza, bacterias, hongos y nemátodos presentes en las mezclas de tierra.

Se emplean unos 500 a 750 gramos por cada 10 metros cuadrados de semillero. El producto se incorpora a la mezcla y se riega toda el área, teniendo la precaución de regar bien para que emanen vapores. Después de la aplicación del riego, se tapa todo el terreno con fardos o una cubierta plástica, y al cuarto día, se destapa, se efectúa otro riego y se tapa de nuevo durante siete días; luego de transcurrir ese período, se destapa, se remueve y se deja aireando por siete días. A los dieciocho días, la mezcla estará desinfectada y lista para proceder a llenar las bolsas.

- Vapor de Agua
Constituye la forma más rápida y económica de desinfectar las mezclas de suelo de bacterias, semillas de malezas, hongos y nemátodos.

Para usar este método de desinfección es necesario disponer de una fuente de vapor o de aire caliente con el propósito de generar vapor a una temperatura de 100 grados Celsius (100 oC). El vapor generado se hace pasar hacia una carretilla hermética, o el semillero, a través una manguera de alta presión que se conecta con una tubería perforada.

Previamente, en el fondo de la carretilla hermética o del semillero, según sea el caso, se coloca la tubería perforada para que el vapor salga, penetre en la tierra y desinfecte la mezcla, la cual se debe tapar totalmente antes para permitir que circule el vapor de agua. Con este método, la mezcla de tierra se desinfecta en una hora y media aproximadamente.

Patrones utilizados

Los cultivares que con mayor frecuencia se utilizan como patrones son: la mandarina Cleopatra, el limón Volkameriano, y los Trifoliados.

- Cleopatra
Es una planta de lento crecimiento en el vivero, de fructificación tardía, que desarrolla una copa de tamaño moderado, menos voluminosa con respecto a la obtenida por el patrón Volkameriano.

Son patrones susceptibles a la Gomosis, enfermedad que afecta el tallo de los árboles, y tolerantes a los virus que causan la Exocortis y la Xyloporosis. Además, poseen baja resistencia a la sequía y tienen un buen comportamiento en los suelos livianos y en los medianos.

Sobre este patrón se pueden injertar diferentes copas o variedades de naranja, y debido a la buena relación patrón-copa que por lo general se establece, propician la producción de frutos de buena calidad para la industria.

Para obtener 1 Kilogramo de semilla se deben cosechar 50 Kilogramos de frutos.

- Limón Volkameriano
Es tolerante a la Gomosis, tiene un crecimiento rápido en el vivero e induce la producción de árboles más vigorosos que los del cultivar Cleopatra, y por consiguiente, son más exigentes en agua y nutrientes. Los frutos que producen las naranjas injertadas sobre este patrón son de menor calidad post cosecha para la industria y de mayor tamaño que los del cultivar Cleopatra.

Para producir 1 kilogramo de semillas se deben cosechar 75 kilogramos de frutos, aproximadamente.

- Trifoliados
Son patrones con hojas de tres folíolos, uno de los cuales, el terminal, es de mayor tamaño que los laterales, presentan un pecíolo alado, y espinas. Entre los trifoliados se detacan: el Citrumelo Swingle y el Citrange Carrizo.

- Citrumelo Swingle
Es un híbrido de la Grapefruit Duncan (Citrus paradisi) y de Poncirus (Poncirus trifoliata ).

Este patrón induce al bajo porte y es por eso que se utiliza en la siembra de altas densidades de poblaciones (más de 1200 plantas/ha). Se comporta bien en suelos livianos y pesados, y es tolerante a los virus de la Exocortis y la Xyloporosis.

Sus frutos son aperados, pubescentes (vellos) y de buena calidad. Para obtener 1 kilogramo de semilla se deben cosechar 40 Kilogramos, aproximadamente, de frutos.

- Citrange Carrizo
Es un híbrido de la naranja Washington Navel (Citrus sinensis) con polen de Poncirus (Poncirus trifoliata). Cuando se utiliza este patrón se obtienen plantas con copas de gran vigor, mayores al que se obtiene con Citrumelo Swingle, y la frutas son de buena calidad. Este híbrido es susceptible al virus que produce la Exocortis, y tolerante a la Xyloporosis.

Sus frutos son pequeños y redondeados. Para obtener 1 kilogramo de semilla es necesario recolectar 40 kilogramos de frutos.

Colecta de frutos, extracción y conservación semillas

Después que se selecciona el cultivar o cultivares que se van utilizar es necesario proceder con la recolección de las semillas que se sembrarán para obtener los patrones deseados. Para el desarrollo de esta labor se recomienda tener en consideración las recomendaciones que se presentan a continuación:

- Preferiblemente, los frutos se deben colectar directamente del árbol con el propósito de evitar la contaminación con los hongos presentes en el suelo.

- Los frutos deben encontrarse en estado de maduración fisiológica o 'hechos'.

- Con la ayuda de una navaja se le realiza una incisión al fruto, alrededor de su parte media, evitando cortarlo en dos mitades para no dañar las semillas.

- Las semillas se extraen exprimiendo los frutos.

- Se procede a lavar la semilla con agua para quitarle el mucílago, evitando así que se contaminen con hongos o bacterias.

- Las semillas se sumergen en agua hervida a 50 oC durante 10 minutos como medida fitosanitaria para eliminar posibles organismos patógenos, tales como bacterias y hongos.

- Las semillas se dejan secar bajo sombra, colándolas sobre un papel absorbente (bolsas de harina de panadería) durante 12 a 24 horas.

- Se recogen cuando estén secas y se les esparce un funguicida (por ejemplo, Dithane M-45™), a razón de unos 5 gramos por cada kilogramo de semilla.

- Se colocan en bolsas de plástico o envases de vidrio bien sellados, y se guardan en una cava a una temperatura de 4 oC o 5 oC y al 50% de humedad.

Preparación de semilleros

El semillero debe estar aislado, o en un lugar distante del resto del vivero, con el propósito evitar la contaminación introducida en la ropa o zapatos de los visitantes, o como consecuencia de algún descuido en el manejo.

Su construcción debe hacerse con dos hileras de bloques, formando rectángulos de 1 metros x 10 metros de largo y dejando suficiente espacio entre uno y otro rectángulo (0,50 metros), para facilitar las labores de cuido y mantenimiento.

La siembra se realiza en el semillero, previamente desinfectado, haciendo surcos a una profundidad de 2 centímetros, con 5 centímetros de separación, y colocando las semillas en hileras, una detrás de la otra, las cuales después se tapan suavemente con la palma de la mano. Luego, se procede a regar una vez al día.

  
Semillero en plena producción.

El llenado de bolsas

Se recomienda utilizar bolsas polietileno negro, resistentes, y con las siguientes dimensiones aproximadas: 30 centímetros de alto x 15 centímetros de ancho x 5 centímetros de fleje.

Las bolsas se llenan con una mezcla de suelo semejante o igual a la que se utilizó en los semilleros, es decir: desinfectada, de textura franco, con buen drenaje y una retención de humedad adecuada.

Es fundamental dejar un espacio libre, sin mezcla, de unos 4 centímetros en la parte superior de la bolsa, el cual sirve para retener el agua cuando se realizan los riegos y para permitir que toda la mezcla que se encuentra en la bolsa se pueda humedecer totalmente.

Después que se llenan las bolsas, se trasladan al lugar en donde se colocan formando hileras. El propósito de disponer las bolsas con las plantas, de esta manera, es facilitar la aplicación de las prácticas agrícolas rutinarias: riego, control de malezas, transplante, injertación y control fitosanitario.

Transplante

El transplante se hace a una bolsa de polietileno negro de 30 centímetros de alto después de transcurrir dos meses y medio de haberse realizado la siembra. Antes de su ejecución se debe realizar una selección del material que va a ser transplantado, procediendo de la manera siguiente:

Se eliminan las plantas más grandes y las más pequeñas en cada hilera, tomando solo las intermedias, de igual tamaño, que no presenten raíces deformes o cuello de cisne. Estas plantas serían las que tienen las características de la planta madre (Nucelares).


   Plantas en bolsas de polietileno.

Injertación

Consiste en la unión intima que se efectúa entre dos partes vegetales, de tal manera que ambas se sueldan, permanecen unidas y continúan su vida dependiendo una de la otra. Una de las partes forma el sistema radical y constituye el llamado pie o patrón; y la otra, que proviene de la yema de una vareta (material vegetal, de forma más o menos cilíndrica, con presencia de yemas), constituye la parte aérea y se denomina injerto, copa o variedad.

La injertación posee varias ventajas: permite obtener plantas más uniformes, las cuales producen más temprano, así como las plantas del material deseado, por ejemplo, Naranjos con las características en producción y el tipo.

Las varetas que se utilizarán en la injertación se deben extraer de plantas sanas, mayores de 10 años de edad (plena producción), poseer forma cilíndrica, no triangular, y corresponder a la variedad que se desea producir.

Tipos de injertos

En el vivero de cítricas por lo general se practican dos tipos de injertos: T Invertida y enchape lateral.

En cualquiera de los casos, el injerto se debe realizar en el patrón cuando éste tenga el tamaño adecuado (grosor de un lápiz aproximadamente), lo cual ocurre con mayor frecuencia a los siete meses después de la germinación, y a una altura de 30 centímetros en relación con el suelo de la parte superior de la bolsa.

- Injerto de "T" invertida
Consiste en colocar la yema de una vareta, proveniente de la planta madre, debajo de la corteza del patrón, la cual se ha levantado previamente a unos 30 centímetros de altura, haciéndole un corte en forma de T Invertida, el cual luego se cubre con una cinta plástica durante unos 20 días.

- Enchape Lateral
Se hace un corte en la corteza del patrón, a una altura de 30 centímetros en relación con su base. Ese corte debe hacerse en forma de tajada y tener una longitud de 2,5 centímetros, aproximadamente. Luego, en ese lugar, se coloca la yema obtenida de la Vareta, teniendo el cuidado de que ésta coincida lo mejor posible con el corte hecho en el patrón. Después se recubre el injerto con una tira plástica durante 20 días.

Al destaparse ambos tipos de injertos se practica la técnica de la "Media savia", la cual consiste en realizar un corte en el patrón a unos 10 cm por encima del injerto. El nuevo brote de la yema se debe sujetar al muñón del patrón, y posteriormente en la medida que crece el injerto, se hace la "poda de savia completa", la cual consiste en la eliminación de la parte sobresaliente del patrón dejada en la media savia. El corte debe ser en bisel, y luego, se sujeta a un tutor, que es una cabilla o trozo de madera delgada que sobresale unos 70 cm del suelo de la bolsa.

Durante el período de desarrollo del injerto, cuando la planta alcanza un metro de altura, se eliminan los brotes laterales del patrón e injerto dejando una sola guía. Se realiza una poda a la planta a 70 centímetros de la parte terminal (en forma de bisel), dejando que en los últimos 20 centímetros se formen de tres a cinco ramificaciones (Poda de Formación).

Es necesario tener presente, que en toda práctica que se realice, tales como: podas, injertación, deschuponado y toma de yemas, las herramientas que se utilicen se deben desinfectar con una mezcla de una parte de cloro y una parte de agua, para evitar la transmisión de virus.

Control fitosanitario

El mejor control es la prevención, por lo que los semilleros desinfectados tienen menos riesgo de sufrir daños provocados por hongos, principalmente. Sin embargo, existen varias enfermedades que pueden atacar a las plantas en el vivero, tales como: verrugosis, antracnosis, pata negra y Phytoptora, cada una de las cuales se describen brevemente en los párrafos siguientes:

- Verrugosis
La enfermedad es causada por un hongo (Sphacelona fawcetti), el cual produce daños a las hojas jóvenes. Estos daños se manifiestan como lesiones rugosas con aspecto de lija, levantadas y de color marrón claro cremoso.

Para controlar esta enfermedad se recomienda realizar previamente una poda a las partes afectadas y quemarlas. Luego, aplicar un funguicida a base de oxicloruro de cobre (Cobox™, Cupravit™, Cobrex™, etc), en dosis de 2 gramos por litro de agua.

- Antracnosis
Es provocada por un hongo (Colletotrichum gloeosporioides) que causa daño en las hojas. Se recomienda recolectar todas las hojas afectadas y quemarlas. Después, aplicar Dithane M-45™ a razón de 2 gramos por litro de agua.

- Pata Negra
Esta enfermedad es provocada por un hongo (Rhizoctonia solani) que causan daños en el tallo de la planta. Para controlarla, se recomienda eliminar todas las plantas afectadas y quemarlas. Luego, aplicar el producto Captan™ a razón de 2 gramos por litro.

- Phytopthora
Es una enfermedad provocada por un hongo (Phytopthora sp.), la cual produce amarillamiento, marchites, y secamiento de las plántulas en el semillero. Para su control se recomienda eliminar las plantas afectadas y aplicar un funguicida, como Aliette™, a razón de 2 gramos por litro.

Referencias Bibliográficas

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