FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 07 Noviembre-Diciembre  1982

  FONAIAP   DIVULGA  No.  07                                                                                  Noviembre-Diciembre    1982


Prácticas del encalado en maní
Consideraciones antes de encalar un suelo en los Llanos Orientales de Venezuela

Tania Rodríguez, Jesús Tenías, Jesús Paraqueima

Investigadores -FONAIAP -Región Nor-Oriental


 

Del total del área ocupada por los Llanos Orientales de Venezuela, la formación mesa representa la mayor porción, con dominancia de los suelos ultisoles y oxisoles (típicos de las sabanas nor-orientales), cuya acidez es uno de los factores limitantes, asociada a su baja fertilidad natural, texturas arenosas en las capas superficiales, drenajes excesivos y baja capacidad de retención de humedad.

Debido a la acidez de estos suelos, el encalado se ha convertido en una práctica común en los llanos orientales. Consiste en el uso de calizas agrícolas para el control de la acidez del suelo y/o suplencia del calcio y magnesio. Esta labor se ha venido haciendo irracionalmente, sin la utilización de criterios técnicos. Por otra parte. la composición de las calizas usadas en la región no señalan la presencia del elemento magnesio y empieza a sentirse ya los efectos del uso indiscriminado de la cal, bien sea por el desbalance nutricional o por aumento de los requerimientos de la fertilización con fósforo.

Tradicionalmente venía recomendándose en la zona la aplicación de 1000 Kg./ha de caliza agrícola cada año. Sobre este aspecto, es conveniente alertar tanto a técnicos como a productores, en el sentido de que no debe aplicarse cal sin el previo análisis de suelo y sin considerar las necesidades del cultivo y la historia del terreno donde va a sembrarse.

El FONAIAP, en función de la problemática expuesta, realizó durante el período 1979-81 Ul1a evaluación del comportamiento diferencial, ante el encalado, de los cultivares de maní más utilizados en la región y un estudio sobre la relación entre la frecuencia de aplicación de cal y los rendimientos de maní en las sabanas del Estado Monagas y de la Mesa de Guanipa.

En relación al comportamiento diferencial, se pudo determinar que los cultivares de maní (Spanish starr, Tannut 74. Florunner, Valencia 28 y Valencia 49) requieren diferentes cantidades de cal. El maní "Cubano l 5607" y "Valencia 28" son sumamente susceptible al vaneamieto, por lo tanto las dosis de cal a recomendar deben ser razonablemente altas, pudiendo disminuirse si el análisis de suelo detecta el efecto residual de aplicaciones anteriores.

El cultivar "Florunner" es muy eficiente en el uso de cal, resultando en promedio el más rendidor en los distintos sitios experimentales, aunque los cultivares "GoIden" y "Pintado" resultaron los más rendidores en las localidades de El Tigre y Santa Bárbara, respectivamente. El cultivar Spanish starr tiene un comportamiento intermedio entre los de mayor y menor exigencia de requerimiento de cal (Cuadro 1).

El cultivar más tolerante a la acidez resultó ser Tannut 74. Existen diferencias en la relación almendra/cápsula entre los distintos cultivares independientemente del nivel de cal estudiado, siendo el cultivar "Florunner" el de más alta .relación.

En cuanto a los resultados del estudio de frecuencia de aplicación de cal, se concluyó lo siguiente:

  1. La dosis de cal a utilizar en determinado año, es función de la cantidad aplicada anteriormente y del contenido de calcio inicial del suelo.

  2. En suelos vírgenes, se justifica la aplicación de hasta 1500 kg/ há de caliza, dependiendo de la variedad y análisis de suelo.

  3. Al segundo año de cultivar un suelo, donde inicialmente se aplicó dosis de 500, 1000 ó 1500 kg/há no se detectaron diferencias marcadas lo cual indica un elevado efecto residual. Sin embargo, los mayores rendimientos se lograron con 500 y 1000 kg/há de caliza, aplicados al primer y segundo año respectivamente. Esto coincide con la máxima dispollibilidad del fósforo en el suelo. producto del efecto residual de la aplicación del año anterior. Este resultado es similar al logrado con la combinación 1000 y 0 aplicados en el mismo período. Esto quiere decir que al segundo año puede dejar de encalar si se dispone de valores de calcio iguales o mayores a 150 partes por miIIón.

  4. El encalado por sí sólo incrementa más la disponibilidad del potasio que la del fósforo.

  5. Cuando se utilizan dosis bajas de cal y no hay presencia de aluminio, existe un notorio efecto residual de la fertilización fosfórica. La disponibilidad del fósforo mostró una tendencia a aumentar en la medida en que se incrementó el calcio disponible. Esto ocurre hasta el nivel de 150 partes por millón de calcio.

  6. Si al inicio la dosis de cal aplicada es baja (500 kg/ha), en años sucesivos habrá respuesta positiva al encalado, por lo tanto, no se debe dejar de encalar: a menos que los análisis de suelo detecten un elevado contenido de calcio. Estos señalamientos constituyen elementos de juicio válidos a la hora de tomar una decisión en cuanto a la cantidad de cal a aplicar. Debe reflexionarse sobre esa práctica generalizada de encalar un suelo guiándose apenas por un valor de pH. sin considerar el cultivo a sembrar, manejo anterior de la parcela y el posible efecto residual de cualquier fertilización o enmienda. En el Cuadro 1 se indican las recomendaciones que pueden servir como guía al momento de decidir sobre la dosis de cal que debe utilizarse. Se basa en la aplicación de caliza como aporte de calcio y no como corrector de pH. sobre todo para las condiciones de los Llanos Orientales.