FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 08 Enero-Febrero  1983

  FONAIAP   DIVULGA  No.  08                                                                                                Enero-Febrero    1983


EL CULTIVO DE LA YUCA EN SABANA

TÉCNICOS DEL FONAIAP PROPONEN SOLUCIONES A

LOS PRINCIPALES PROBLEMAS QUE ENFRENTA

 EL CULTIVO EN ESOS AMBIENTES

Ennodio Velásquez 



La yuca (Manihot esculenta Crantz) es una de las plantas más conocidas y manejadas por los agricultores de las diferentes regiones de Venezuela, la cual hasta hace poco tiempo, sólo se había cultivado en pequeñas explotaciones, bajo la forma de conuco, ubicadas en suelos clasificados como de buena calidad.

 

El incremento de las alternativas de uso de los suelos de sabana con fines agrícolas y el desarrollo agroindustrial de nuestro país en los últimos años propiciaron el aumento de la superficie sembrada en las mesas de los Llanos Orientales en muchos cultivos entre los cuales se incluye la yuca.

Los suelos de las sabanas orientales, por lo general, son pobres en nitrógeno, fósforo y potasio, de pH ácido, textura arenosa, de baja retención de humedad y muy poca materia orgánica, sin embargo sus propiedades físicas son excelentes para la yuca, que a nivel experimental ha mostrado un comportamiento bastante aceptable bajo esas condiciones.

 

La bacteriosis o marchitez bacteriana de la yuca, una de las enfermedades más Importantes y de mayor Incidencia en el oriente de Venezuela.

 

 

El superalargamiento del la yuca. La producción de las plantas severamente afectadas se reduce considerablemente Aspectos de una plantación de yuca en ambiente de sabana, sector Punta de Mata, Distrito Maturín Estado Monagas

 

 

Yuca sembrada en sabana, con el uso de bajas tecnologías  La producción en estas condiciones apenas alcanzan 300-500gr. de raíces/pie de planta

 

 

La producción en estas condiciones apenas alcanzan 300-500 9 de raíces/pie de planta. En la actualidad se están obteniendo rendimientos de 6 a 7 ton/ha de raíces de yuca cultivada en esos ambientes. Estos rendimientos se consideran bajos si se comparan con los promedios regional y nacional, que fluctúan aproximadamente entre 9 y 10 ton/ha de raíces. Esto puede atribuirse principalmente a que el uso racional del recurso sabana implica el conocimiento y empleo de una tecnología que difiere de aquella tradicionalmente manejada por los productores de este rubro. 

Entre los factores responsables de los bajos rendimientos de yuca (haciendo especial referencia a las sabanas de Monagas) se destacan:

 

1. Uso de áreas con régimen pluviométrico por debajo de los requerimientos hídricos del cultivo. 

2. Deficiente preparación de tierras. 

3. No priva ningún criterio sobre la cantidad de cal aplicada para neutralizar la acidez del suelo. 

4. Uso de semilla no seleccionada y de mala calidad fitosanitaria. 

5. Bajo nivel de fertilización o no realización de esta práctica. 

6. Poca utilización de herbicidas, uso de herbicidas inadecuados o incorrecta época y dosis de aplicación. 

7. Poco control de las plagas más importantes del cultivo y ninguna acción para la erradicación de focos de las enfermedades más comunes. 

8. Los precios actuales del producto permiten beneficios aceptables aún con producciones bajas; y en cierto modo, esta situación ha creado en el productor poco estímulo e interés por aumentar los rendimientos.

 

 De acuerdo a los resultados de la investigación ya la experiencia adquirida en este cultivo, se sugieren algunas recomendaciones necesarias para mejorar el nivel tecnológico actual y aumentar su productividad: 

 

1. Consultar con los técnicos del FONAIAP, sobre las áreas y épocas más convenientes para la siembra del cultivo, de acuerdo a los estudios agro ecológicos de la región.

2. Una buena preparación de tierras, es fundamental para proporcionar un mejor control de malezas, facilitar la aplicación de cal y fertilizantes al suelo, y permitir un buen desarrollo radicular. Aún cuando depende del tipo de suelo, por lo general son suficientes 3 a 4 pases de rastra para prepararlo bien.

3. La cantidad de cal aplicada al suelo debe basarse por lo menos en los resultados de un análisis de pH y calcio del mismo. Es recomendable encalar 20 a 30 días antes de la siembra, con la ayuda de las encaladoras convencionales.

4. Utilizar las semillas provenientes de campos sanos, libre de marchitez bacteriana y superalargamiento; si esto no es posible, hacer uso de semilla con porcentaje de infección muy bajos. Se deben cortar estacas que tengan 5 a 6 Semanas, lo que se obtiene con una longitud de tallo de 20-25 cm. Durante el corte de las estacas es recomendable desinfectar las herramientas con solución de Clorox al 5%, para así reducir la diseminación de enfermedades por la semilla. Es aconsejable tratar las estacas antes de la siembra con un insecticida (Malathión, Cebicid-85 o LannateL) en una solución de lIt del producto por 100 It de  agua, más 300 9 de fungicida Difolatán o Dithane M45) para ello, las estacas deben sumergirse durante unos minutos en la solución descrita.

5. La fertilización debe hacerse en bandas laterales y al lado de la semilla. Las cantidades aplicadas por elementos deben estar alrededor de 120 kg/ha de nitrógeno, 140 kg/ha de fósforo y 80 a 100 kg/ha de potasio. Estos requerimientos se pueden lograr con 600 kg/ha de abono comercial de la fórmula 12-24-12, aplicados al momento de la siembra y 100 kg/ha de urea, 60 a 75 días después. La aplicación de fertilizantes puede hacerse con una sembradora-abonadora de granos o con una sembradora de yuca.

6. Aplicar herbicidas, en preemergencia, después de la siembra y antes de la brotación de yemas. Los herbicidas Gesapax-80 P5, Cotorán Multi y Hierbatox, ejercen un buen control sobre las malezas en dosis de 2 a 3 kg/ha.

7. Efectuar un control de las plagas más frecuentes y de mayor importancia económica en el cultivo, como ba

8. Erradicar los focos de infección de Marchitez Bacteriana (Xanthomonas campes tris p.v. manihotis), eliminando las plantas enfermas enterrándolas a más de 40 cm de profundidad o quemándolas. Esta práctica es factible de realizar cuando los focos de infección son pequeños y localizados. El tratamiento de la semilla con Difolatán antes de la siembra, disminuye significativamente la incidencia de superalargamiento ( Sphaceloma manihoticola).

Con la aplicación de este conjunto de prácticas en la forma sugerida, se pueden alcanzar fácilmente rendimientos aproximados de 20 ton/ha de raíces de yuca en condiciones de sabana.