El maní es un cultivo que se desarrolla bien en diferentes tipos de climas pero es exigente en
suelos, sobre todo en cuanto a propiedades físicas se refiere.
Considerando que durante la cosecha del maní es
necesario extraer el fruto del suelo, y que en la práctica existen problemas para realizar esta labor en
forma eficiente, éste debe reunir ciertas condiciones especiales que permitan un buen desarrollo de la
planta y el fruto, y que al mismo tiempo ofrezca poca resistencia a la penetración de los implementos
utilizados en el arrancado del maní. Estas condiciones sólo la ofrecen los suelos sueltos, porosos, friables y
profundos. Asimismo, se requieren técnicas relacionadas de preparación de suelos que respondan
tanto a las propiedades físicas de los mismos como a
los requerimientos del cultivo.
La preparación del suelo, en cualquier sitio, depende de los siguientes factores:
1. CONDICIONES ACTUALES DEL SUELO
Para obtener una buena preparación del suelo,
este debe poseer un contenido de humedad intermedio al momento de arar o rastrear, (ni muy
húmedo, ni muy seco).
Labrar un suelo demasiado húmedo causa compactación del terreno, aun en los arenosos de
sabana, debido a la propiedad que tiene la baja
cantidad de arcilla para aglutinar las partículas
sometidas a la presión de la maquinaria. A su vez, se requeriría más potencia para arrastrar el
implemento.
La compactación del suelo disminuye su capacidad de infiltración de agua y lo expone a la
erosión hídrica al aumentar la escorrentía (Agua que corre superficialmente) superficial. Por otra parte, la compactación del suelo
disminuye el área de exploración radicular del
cultivo, retrasando su desarrollo y dificultando la
penetración del fruto en el suelo.
Labrar un suelo demasiado seco también determinaría una mala preparación del mismo, puesto
que los implementos no profundizan bien. Por
otra parte, si el suelo es sometido a excesivos pases de rastra, se causaria una pulverización en la
capa superficial, con lo cual el terreno quedaría
expuesto a la erosión eólica, y al caer las primeras lluvias se sellarían los poros, con la
consiguiente formación de una costra que dificultaría
el intercambio de gases entre el suelo y el exterior, además de retardar la emergencia de las
plántulas.
2. MÉTODO DE CONTROL DE MALEZAS
Cuando se va a aplicar herbicidas que requieran
ser incorporados al suelo, hay que considerar pases adicionales de rastra. Si se desea controlar
malezas mecánicamente, hay que programar los
pases de rastra en forma escalonada, dejando un
período de tiempo suficiente entre pase y pase,
de tal manera que puedan germinar las semillas
de malezas que luego serán destruidas con el
próximo pase.
Es recomendable generalizar esta práctica independientemente del método de control de
malezas que se vaya a utilizar, porque en esa forma se
disminuye la incidencia de malezas no siendo necesario aplicar cantidades excesivas de herbicidas
pre-emergentes ni controles mecánicos adicionales durante el desarrollo del cultivo.
3. EL TIPO DE SUELO
La utilización del arado o
subsolador es una práctica recomendable cada 3 ó 4 años para eliminar el piso de arado. En
aquellos suelos que poseen cierto contenido de arcilla
a 30 ó 40 cm de profundidad es conveniente pasar arado para subir cierta cantidad de arcilla a la
superficie y mezclarla mediante la rastra con la
capa arenosa y de esta manera mejorar las condiciones de retención de humedad y capacidad
de intercambio catiónico en el área de crecimiento radicular. En el caso de suelos con texturas
arenosas o franco-arenosas hasta los 80 cm, no conviene pasar arado, y la
roturación del suelo
debería hacerse con el subsolador .
4. PENDIENTE DEL TERRENO
Es conveniente
programar los pases de rastra de tal manera que
el pase pre-siembra y la misma siembra, se hagan
en sentido perpendicular a la pendiente, para
evitar la escorrentía de las aguas de lluvia a lo largo de los surcos que quedan después de la
siembra, las cuales arrastran consigo nutrientes y materia orgánica, además de erosionar el suelo.
5. MÉTODO DE SIEMBRA
En suelo francos o
franco-arcillosos se recomienda sembrar en camas o camellones para facilitar el drenaje e
impedir el aguachinamiento, al mismo tiempo que facilita la penetración de la cuchilla
de la arrancadora, haciendo la cosecha más eficiente.
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Planta
de maní proveniente de una siembra en la Mesa de Guanipa, Estado
Anzoátegui.
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