FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 17  Enero-Abril  1985

  FONAIAP   DIVULGA  No.  17                                                                                                      Enero-Abril    1985


Uso  de la Técnica  de Inseminación   
Artificial  en Bovinos

Med. Vet.  Ramón Urdaneta; Med. Vet.  Rafael  Olivares



La razón principal de emplear la inseminación artificial en el ganado es incrementar la utilización de material genético superior, y de esta forma acelerar el mejoramiento de los rebaños. 

En la actualidad se practica más extensamente en los bovinos, en comparación a otras especies de animales domésticos. Debido a la operación rutinaria del manejo de las vacas en ordeño y su mayor accesibilidad, la inseminación artificial es mucho más fácil de aplicar en los vacunos productores de leche que en los de carne, por lo cual es más común en las explotaciones lecheras y de doble propósito. 

El empleo de esta técnica en los bovinos proporciona una serie de ventajas desde el punto de vista zootécnico, económico y sanitario.

Desde el punto de vista zootécnico, la inseminación artificial permite utilizar al máximo los reproductores de alto valor genético. Así mismo, es posible determinar rápidamente el valor genético de los reproductores, mediante la fecundación de un número ilimitado de hembras mantenidas en condiciones diferentes de explotación. 

En el aspecto económico, la inseminación artificial reduce considerablemente los gastos por concepto de instalaciones y mantenimiento de los toros utilizados para servir las hembras bovinas bajo explotación; así mismo, esta técnica permite utilizar un toro de alto valor genético mediante el pago de un bajo precio, que es el costo de la pajuela de semen. 

Desde el punto de vista sanitario, la inseminación artificial permite suprimir la monta natural y limita o frena la propagación de las enfermedades relacionadas con los órganos de reproducción, tales como brucelosis, vibriosis, tricomoniasis y otras. 

A pesar de las ventajas que se pueden lograr con el uso de la inseminación artificial, si esta técnica no se aplica correctamente, se presentan un sinnúmero de inconvenientes o limitaciones. En este sentido, el empleo de reproductores de escaso valor genético puede ocasionar consecuencias catastróficas en la cría del ganado, por lo tanto, en los centros de inseminación artificial solamente deben utilizarse los reproductores cuyo potencial genético haya sido estimado; por otra parte, su uso irracional puede causar problemas de consaguinidad y al mismo tiempo ser el foco a partir del cual se propagan enfermedades venéreas y defectos hereditarios. 

Condiciones mínimas requeridas para la implementación de un programa de inseminación artificial.

El éxito de un programa de inseminación artificial radica en saber valorar los pequeños detalles que la constituyen y en la realización de supervisión y evaluaciones continuas. 

Entre las condiciones mínimas que se necesitan en una finca, para la instrumentación de un programa de inseminación artificial destacan las siguientes: 

  • El ganado debe estar totalmente identificado para disponer de buenos registros de producción y reproducción. 

  • La finca debe disponer de instalaciones funcionales, corrales y bretes, para facilitar el manejo de los animales sometidos al programa. 

  • División apropiada de potreros que permita tener una adecuada subdivisión del rebaño en: vacas preñadas, vacas lactantes, vacas no lactantes, vacías y novillas de reemplazo. 

  • Los animales en pastoreo deben tener disponibilidad y calidad de forraje que satisfaga sus requerimientos nutricionales y en aquellas zonas donde existen períodos de sequía, es necesario la suplementación alimenticia. 

  • Suministro apropiado de sal y minerales para garantizar un buen porcentaje de preñez.

  • Personal capacitado para todas las labores que el programa requiere, tales como: prácticos inseminadores, obreros adiestrados en la observación y detección del celo. Este personal debe ser supervisado por el Médico Veterinario, quien planifica y coordina el programa de inseminación artificial. 

Pasos a seguir para la implementación de un programa de inseminación artificial. 

Revisión ginecológica de las hembras.

Toda hembra que va a ser sometida a un programa de inseminación, debe ser previamente examinada desde el punto de vista ginecológico, por el especialista en reproducción animal, para asegurarse de la integridad física y anatómica del aparato reproductivo: útero. ovario, salpinges, cervix, vagina y vulva. 

Control de enfermedades infecto-contagiosas. 

Con el propósito de lograr buenos resultados en los programas de inseminación, las hembras deben estar libres de enfermedades tales como: brucelosis, leptospirosis, vibriosis y tricomoniasis, cuyos exámenes y análisis deberán hacerse periódicamente.

Detección del celo.

La seguridad con que se detecta el celo es un requisito esencial para el éxito de un programa de inseminación artificial, y para lograr una eficiente detección del celo debe realizarse la observación visual por personas adiestradas para tal fin, acompañándose esta observación con el uso de toros detectores de celos. 

Entre las recomendaciones que se pueden hacer para una mejor detección del celo tenemos las siguientes: 

  • En lo posible debe tenerse un sitio apropiado para la observación del celo, por ejemplo, realizarla en los lugares donde los animales tienen a disposición sal y suplementos minerales. 

  • Observar el celo preferiblemente tres veces al día, las mejores horas son durante el ordeño de la mañana, de 7 a 9 a.m. y en la tarde después del ordeño, antes de enviar los animales al potrero. 

  • Utilizar personal entrenado conocedor del comportamiento de una vaca antes y después del celo. El signo más evidente para identificar una vaca en celo, es cuando se queda quieta al ser montada por otras hembras o por los toros detectores del celo. 

Momento de la inseminación

Los espermatozoides después de ser depositados en el aparato reproductivo de la vaca, demoran unas seis horas para adquirir la habilidad de fecundar el óvulo. Por lo tanto, la inseminación debe realizarse durante la segunda mitad del celo, es decir, que las hembras reconocidas en celo por la mañana serán inseminadas por la tarde del mismo día, y aquellas que presentan el celo por la tarde se inseminan durante las primeras horas de la mañana siguiente. 

Inseminación después del parto.

La vaca generalmente presenta su primer celo entre 30 y 45 días después del parto. Sin embargo, la inseminación debe efectuarse después que sus órganos reproductivos han regresado a su estado normal. En vacas Criollo Limoneras, la primera inseminación después del parto, puede realizarse a partir de los 45 días; en cambio en las razas europeas se aconseja esperar hasta los 60 días. 

Las vacas que hayan tenido un parto difícil, retención de placenta, flujo de pus y otras anormalidades deben ser examinadas por el Médico Veterinario, el cual realizará exámenes genitales periódicos e indicará cuando serán inseminadas de acuerdo al programa reproductivo de la finca. 

Inseminación de novillas.

Para inseminar una novilla es necesario observar su desarrollo corporal, más que la edad. En el ganado lechero de razas grandes (Holstein y Pardo Suizo), el peso ideal para inseminar una novilla es de 330 a 350 kg. En el ganado limonero, las novillas se inseminan a partir de los 280 kg. 

Técnicas de inseminación artificial.

Existen diferentes técnicas para practicar la inseminación en bovinos, la más utilizada es la recto-vaginal.

Equipo y material para inseminar.

Para efectuar una buena inseminación es necesario disponer del siguiente equipo y material: 

  • Caja para guardar el equipo.

  • Toallas de papel desechable.

  • Termo descongelante.

  • Tijeras corta-pajuelas.

  • Cepillo para el aseo del animal.

  • Guantes desechables.

  • Catéteres o pistolelas para inseminar con pajuelas.

  • Fundas para pistolelas. (Foto 1) .

Foto 1.  Equipo y material  para inseminar

Inseminación. 

Una vez que se ha identificado la vaca que está en celo y no se encuentra ninguna anomalía, se procede a la inseminación, para lo cual se sujeta la hembra y se procede a limpiar la vulva con toallas de papel desechable. Luego se descongela la pajuela en el termo descongelante, cuya temperatura debe ser de 35 a 37°C. Una vez que se descongela la pajuela en un tiempo de 20 segundos, debe usarse inmediatamente, montándose en la pistolela. Posteriormente el técnico se coloca el guante en la mano y efectúa la inseminación (Fotos 2 y 3).

Foto 2


Registro reproductivo. 

Para desarrollar un programa de inseminación artificial, deben establecerse adecuados registros y controles. Existen diferentes tipos de registro, fundamentalmente deben contener los siguientes aspectos: control de celos y servicios, control de preñez, control de gestación y parto, y el control de alteraciones ginecológicas y tratamientos.

Examen  reproductivo de las vacas después del servicio.

Las hembras sometidas a inseminación artificial deben examinarse mediante palpación rectal, a los 40 ó 50 días después del último servicio, con el propósito de establecer el diagnóstico de preñez y detectar posibles alteraciones reproductivas. El registro de estos eventos permite controlar la eficiencia reproductiva del rebaño y aplicar los correctivos que sean necesarios. 

Examen reproductivo después del parto. 

Las vacas deben ser examinadas ginecológicamente 28 días después del parto, con el propósito de poder determinar el estado de sus órganos reproductivos. Este procedimiento permite determinar si existe alguna infección y si ha comenzado la actividad de los ovarios, antes de que entren en servicio. Los chequeos periódicos después del parto son de gran utilidad para aumentar la eficiencia reproductiva de los animales sometidos a inseminación artificial.

Foto 3

Para el análisis y discusión de los resultados de la eficiencia reproductiva de un rebaño bovino, se deben establecer índices, los cuales proporcionarán la base para lograr objetivos a largo plazo y para evaluar el programa de inseminación artificial. Los índices considerados de mayor importancia sobre el particular son los siguientes: 

  • Porcentaje de preñez al primer servicio: sus valores
    deben estar entre 60-66%. 

  • Porcentaje de preñez por revisión: se consideran valores
    satisfactorios para este índice, valores mayores al 90%. 

  • Intervalo entre partos: ha sido uno de los índices más
    comúnmente utilizados para valorar la reproducción de
    los rebaños bovinos. Se consideran valores normales
    promedios de 13 a 14 meses de intervalo entre partos. 

  • Intervalo parto-preñez (días vacíos): es el número de días que las vacas necesitan para preñarse, representa un índice de gran utilidad para valorar la eficiencia reproductiva. En Estados Unidos, consideran que 100 días es el tiempo normal para que la vaca alcance la preñez. En nuestro medio existen diversas opiniones, estimándose como rango
    normal entre 100 y 120 días. 

  • Número de servicios por concepción: este es un índice muy importante ya que está íntimamente relacionado con el porcentaje de fertilidad global del rebaño. Los valores normales están comprendidos entre 1,5 a 1,8. Porcentaje de fertilidad global: se espera que en las fincas con adecuadas normas de manejo reproductivo, se obtengan valores
    por encima del 50%.