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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 20 Enero-Marzo 1986 | ||||
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FONAIAP DIVULGA No. 20 Enero-Marzo 1986 |
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Ventura González Rosquel |
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Como consecuencia de la reactivación de la industria azucarera, se observa el interés de los cañicultores por mejorar el tratamiento que se le da a los campos. Así vemos que se están renovando campos improductivos, utilizando nuevas variedades. Sin embargo, es preocupante el hecho de que apenas en una muy pequeña fracción de estas áreas renovadas y de las nuevas áreas que se están sembrando se utiliza material de propagación de buena calidad. El material de propagación generalmente procede de campos comerciales, a los cuales no se les ha dado el manejo adecuado desde el punto de vista fitosanitario y nutricional, que son requisitos indispensables en los semilleros. Además se ha considerado la edad apropiada. El resultado de esto es que las siembras establecidas con este tipo de material se inician con fallas de germinación que se reflejarán en la población final de tallos primarios a cosechar. Los esquejes infestados con taladradores (Diatraea spp) acarrean la plaga a los nuevos campos y algunas veces son responsables del traslado de especies de una región a otra. Asimismo permiten, como de hecho ha sucedido, la diseminación de enfermedades virales (mosaico), bacterianas como la escaldadura de la hoja (Xanthomonas albilineans) y el raquitismo de las socas o fungosas sistemáticas como el carbón de la caña de azúcar (Ustilago scitaminea). Es indiscutible que todos estos y otros factores, generados por la mala calidad del material vegetativo que se utiliza para la siembra, determinan una reducción significativa de la productividad. La utilización de material vegetativo de propagación adecuado, a pesar de ser algo más costoso, se traducirá indudablemente en mayores beneficios económicos para el agricultor, ya que además de mejorar la productividad por año, extiende la vida útil de la plantación. SEMILLEROS Para obtener "semilla" de buena calidad basta con seguir ciertas normas elementales de manejo de campos que se establezcan con esa finalidad. FUENTE DE MATERIAL El Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias (FONAIAP), como organismo responsable por la introducción y obtención de variedades, suministra a los organismos patrocinados por los cañicultores y los centrales azucareros, como el IFPA, pequeñas cantidades de material vegetativo de las variedades que recomienda para la siembra, en base a los resultados de sus estudios realizados en campos experimentales y fincas de los productores. Con este material se establecerán los semilleros primarios. Estos semilleros serán la fuente de material para el establecimiento por parte de estos mismos organismos, de los semilleros de propagación. Finalmente, estos últimos serán la fuente de material para los semilleros en las fincas. De este modo se garantiza un material adecuado y claramente identificado. CONTROL FITOSANITARIO El FONAIAP a través de su programa de selección de variedades, determina la reacción de éstas ante las enfermedades más comunes de la caña de azúcar, como el mosaico, carbón, roya y escaldadura de la hoja. De esta manera se garantiza que las variedades recomendadas tengan niveles seguros de resistencia a estas enfermedades. Para el manejo de este material se recomienda aplicar las siguientes normas fitosanitarias:
Estos controles fitosanitarios deben ser aplicados todos a los semilleros primarios y de propagación y los tres últimos, a los semilleros comerciales en fincas. ESCOGENCIA y PREPARACIÓN DEL TERRENO Para el establecimiento de semilleros, debe escogerse el terreno que reúna excelentes condiciones en términos de tipo de suelo, topográfico, drenaje, facilidad para el riego y sin problemas serios de malezas. No debe olvidarse que se espera obtener un material vegetativo de primera, en términos de desarrollo normal y libre de plagas y enfermedades. La preparación del terreno se hará en función del tipo de suelos. En todo caso debe acondicionarse un espacio apropiado para el desarrollo de las raíces por la cual es aconsejable una buena aradura, seguida de los pases de rastra necesarios para desmenuzar los terrones sin llegar a pulverizarlos. Luego vendría una buena labor de nivelación para adecuar el terreno para el riego en la época seca y drenaje en la época de lluvias. En los casos en los cuales se detecten dificultades de infiltración es recomendable subsolar. Resueltos los problemas de nivelación e infiltración solo queda el trazado de la surquería. En este caso también hay que tomar en cuenta el tipo de suelos para determinar la pendiente dela surquería. La recomendación general es utilizar mayor pendiente en suelos "livianos" y menor pendiente en suelos "pesados". Esto facilita la infiltración del agua de riego. SIEMBRA Y MANEJO DEL SEMILLERO Para la siembra del semillero se deben utilizar esquejes procedentes de caña de semilleros. Desde siete hasta nueve meses de edad. El corte de la semilla debe hacerse siguiendo las normas fitosanitarias señaladas arriba. La densidad de siembra recomendada para semilleros primarios es de dos esquejes de una yema por metro de surco. Para los semilleros de propagación y comerciales, cuatro esquejes de tres yemas por metro de surco. Los esquejes se colocan en el fondo del surco después de haberse distribuido la primera porción del fertilizante y se deben tapar con una fina capa de suelo de aproximadamente unos dos centímetros de espesor. En todo caso, debe evitarse caer en cualquiera de los dos extremos al tapar los esquejes; no se deben dejar expuestos a la acción directa del sol, ni se deben enterrar demasiado, ya que ambas condiciones son desfavorables para la germinación. En condiciones ideales el esqueje debe estar rodeado de una capa húmeda de suelo que promueva la brotación de las raíces y las yemas, permitiendo al mismo tiempo la circulación del aire necesario para el proceso respiratorio de las raíces. La nutrición de los semilleros es fundamental
para su buen desarrollo. El FONAIAP recomienda utilizar las siguientes dosificaciones:
Este fertilizante se puede aplicar en dos o preferiblemente en tres porciones. En la primera aplicación, la cual se hace al momento de la siembra y en el fondo del surco, se suministro todo el fósforo y una tercera parte del nitrógeno. En la segunda aplicación a los dos meses después de siembra, se suministra una mitad del potasio y una tercera parte del nitrógeno y finalmente a los cuatro meses de edad, se suministra el resto del nitrógeno potasio. El control de malezas se puede hacer con productos químicos o con cultivadoras o usando ambos. Para control químico se recomienda un producto para control de malezas gramíneas como las triazinas y especialmente la ametrina y un producto para control ( maleza de hoja ancha como el 2,4-D. Del primer tipo podemos usar en formulación comercial con 8% de producto activo como el Gesapox 80 a razón c 3 Kg. por hectárea y del segundo, de la formulación comercial Amina, 4lt. por hectárea. Para el mejor efecto de las aplicaciones debe seguirse las indicaciones señaladas en el artículo sobre control de maleza. Durante el desarrollo del semillero, deben realizar inspecciones periódicas para poder detectar cualquier irregularidad como algún brote de plagas o enfermedades o mezcla varietal. La "semilla" se encuentra en su mejor condición a una edad entre siete y nueve meses. El corte de la "semilla" debe hacerse manualmente y con los machetes desinfectados. Los lotes deben estar claramente identificados par evitar confusiones en la nomenclatura varietal. Cuando se presenten dudas sobre la pureza varietal o la identidad de un cultivar procedente del FONAIAP, puede solicitarse la asesoría de los técnicos d esta institución para aclarar la situación. La "semilla " una vez cortada debe utilizarse
inmediatamente, porque los esquejes tienden a secarse y las yemas a perder su poder de
brotación. En caso de retrasarse la siembra, debe ser conservada,
protegida de la acción directa de la luz solar. |
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