FONAIAP DIVULGA > Colecci�n > N�mero 23  Enero-marzo  1987

  FONAIAP   DIVULGA  No.  23                                                                                                   Enero-Marzo    1987


La  Ca�a  Panelera recomendaciones  
T�cnicos para  su cultivo

Ing.  Agr.  Edith y Hern�ndez P. 
T.S.U.  Adolfo E.  Cortes G
Br.  Agric. Jos� A. Rinc�n C.
 



Hasta hace poco, el cultivo de la ca�a de az�car con fines paneleros se consider� como un rengl�n, en el cual la tecnolog�a no formaba parte de los factores de producci�n; pero actualmente es de tanta importancia econ�mica que exige la utilizaci�n de algunas t�cnicas y pr�cticas culturales para lograr una producci�n rentable.

Las orientaciones y recomendaciones sugeridas a continuaci�n se desprenden de: la investigaci�n agr�cola realizada por el FONAIAP en el rubro ca�a de az�car, en el Estado T�chira y otras regiones productoras del pa�s; la investigaci�n realizada por el Instituto Colombiano Agropecuario en el rubro ca�a panelera, en las regiones del Departamento Norte de Santander y Santander; revisiones bibliogr�ficas y experiencia obtenida al evaluar algunas parcelas demostrativas de productores que depositaron su confianza en el FONAIAP e introdujeron una nueva variedad y tecnolog�a diferente a la com�nmente utilizada en la ca�a panelera.

Los factores que intervienen en la producci�n de ca�a panelera son: suelo, clima, agua y planta que, unidos al manejo tradicional, se reflejan en una productividad con m�rgenes de ganancias muy escasos.

El nuevo sistema de manejo planteado por FONAIAP, contempla la introducci�n de nuevas variedades y algunas pr�cticas culturales que, aunados a los factores de producci�n ya mencionados, reflejar�n altos rendimientos y mejores condiciones econ�micos para el productor.

EFECTOS DE LOS FACTORES SUELO Y CLIMA EN LA PRODUCCI�N DE CA�A PANELERA

Suelos 

Por lo general, el suelo contiene la mayor�a de los elementos esenciales en cantidades suficientes para sostener la vegetaci�n natural; sin embargo, para obtener cosechas comerciales, es necesario suministrar nutrientes adicionales (fertilizantes).

Las propiedades de los suelos ejercen influencia dominante en el desarrollo de la ca�a, particularmente en el desarrollo de las ra�ces. 

La semilla es cortada en esquejes de tres yemas y amarrada en paquetes de 30 esquejes. De esta forma es m�s f�cil su transporte y distribuci�n en el campo para la siembra. Tambi�n es f�cil eliminar las da�adas por diatrea o las que hayan perdido las yemas.

La ca�a es un cultivo permanente que anualmente remueve grandes cantidades de elementos nutritivos del suelo, los cuales deben devolverse mediante fertilizaciones qu�micas y org�nicas. Para conocer las cantidades a aplicar, lo recomendado. es guiarse por los an�lisis de suelos, los cuales se pueden solicitar en las estaciones experimentales del FONAIAP.

Las caracter�sticas que debe poseer un suelo para ca�a de az�car son las siguientes:

Profundidad: Debe ser f�cilmente penetrable al menos hasta 50-70 cent�metros de profundidad.

Color: Los mejores suelos en nuestro medio son aquellos que tienen el primer horizonte de color marr�n gris y el sub-suelo superior de color marr�n, marr�n gris�ceo o marr�n rojizo, que indican un drenaje regulado.

Estructura: La estructura granular bien desarrollada, o aquella de peque�os agregados, es la mejor.

Textura: La ca�a de az�car acepta texturas medias (sueltos o arcillosos)  y  de esta manera, los suelos tendr�n suficiente cantidad de arcilla para almacenar agua y nutrientes para la ca�a; arena que desplega y aumenta los espacios en el suelo y facilita el movimiento de agua y ox�geno, y limo, que proporciona alimento a trav�s de sus coroides.

CLIMA

El clima contempla algunos elementos como: la lluvia (precipitaci�n), la temperatura, la luz, el viento y otros que en conjunto en un lugar dado determinan un ambiente natural que permite la explotaci�n de los cultivos, cuyos requerimientos se adaptan a lo naturalmente presente en ese lugar determinado.

Lluvia: La ca�a de az�car con fines paneleros requiere un �ptimo de lluvia que va entre l.500 - 1.700 mm anuales bien distribuidos. Las deficiencias de agua deben suplirse con riego y los excesos, con buenos drenajes; no se recomienda sembrar ca�a cuando las lluvias sean mayores de 2.000 mm anuales.

En los diferentes estados de desarrollo del cultivo, el agua es un elemento necesario: Germinaci�n: evita la desecaci�n del esqueje o semilla en una cantidad  de proporcional, un exceso de agua lo pudrir�a. Encepamiento: en este estado, la humedad del suelo favorece una mayor formaci�n de tallos. Crecimiento: las necesidades de agua son altas, ya que es un proceso de alargamiento y divisi�n celular. Floraci�n: se necesita humedad en los tejidos de la planta. Maduraci�n: la humedad afecta negativamente el contenido de az�cares de la ca�a, pues ella determina que los az�cares formados por la planta sean empleados en otras funciones, especialmente en el crecimiento y que muy pocos sean acumulados. Una buena maduraci�n se logra disminuyendo el crecimiento y esto es posible reduciendo el contenido de humedad de la planta. En conclusi�n, la ca�a debe sembrarse en una �poca que permita recibir la mayor cantidad de lluvia cuando est� creciendo y muy poca o ninguna lluvia, para el momento de la cosecha.

Temperatura: La mayor producci�n se logra con temperaturas de 25 y 26�C, con un rango permisible de 20 a 30�C, cuando es de 19�C o temperaturas menores a 20�C, el crecimiento de la ca�a es m�s lento, los entrenudos son m�s cortos, se alarga el per�odo vegetativo y los tonelajes disminuyen. Las altas temperaturas aceleran los procesos. La temperatura afecta todas las etapas del desarrollo del cultivo; as� tenemos que en:

Germinaci�n: la temperatura �ptima para el brote de las estanquillas debe ser de 30 a 34�C, se hace muy deficiente por debajo de los 20� y por encima de los 40�C. Encepamiento por debajo de 20�C, el ahijamiento es muy reducido; aumenta al elevarse la temperatura, hasta alcanzar un �ptimo entre los 30� y 40�C. Crecimiento la temperatura debe ser alta, con poca diferencia entre el d�a y la noche. Maduraci�n requiere de temperaturas bajas en la noche que disminuyen el proceso de crecimiento y favorecen la formaci�n de az�cares, los cuales se forman con temperatura alta en el d�a. Luz se necesita gran cantidad de luz en las primeras etapas del cultivo: germinaci�n, crecimiento y encepamiento y en la maduraci�n una alta intensidad de luz que reduce el agua de constituci�n y en consecuencia mejora la maduraci�n.

PREPARACI�N DEL TERRENO PARA CA�A DE AZUCAR

Seg�n los sistemas de cultivo, la preparaci�n del suelo incluye las siguientes operaciones b�sicas para los ciclos nuevos  y de renovaci�n:

.Acondicionamiento de terrenos nuevos en caso de un cultivo nuevo. 
.Romper cepas y subsolaci�n en caso de renovaci�n. 
.Labranza primaria


Los terrenos nuevos se limpian mediante una operaci�n de desmonte y labranza. En suelos planos, una labor esencial es la nivelaci�n del terreno para uso de riego por surco.

Para la renovaci�n de la ca�a, la primera operaci�n despu�s de la cosecha del cultivo anterior ser� la destrucci�n de las cepas

Se emplea para esto un equipo rompe-cepas, el cual consiste en un subsolador con dos discos de un diente de 60-65 cent�metros, colocados uno a cada lado del subsolador. El subsolador romper� el centro de la hilera, extrayendo las cepas, mientras los discos las cortan y las dejan expuestas al aire seco en el terreno.

Suelos arcillosos, susceptibles de compactaci�n, necesitan una operaci�n de subsolado profundo, anterior a la labranza primaria. Esta se realiza a una profundidad de unos 50 cent�metros, para romper el subsuelo y as� mejorar la aireaci�n y absorci�n de agua. Posterior a estas labores, se inicia la aradura, realiz�ndola con un arado de vertedera o de disco, siendo m�s recomendable el arado de disco. La profundidad de la aradura debe ser de unos 35 cent�metros.

En laderas, el suelo puede prepararse con bueyes o, simplemente, se hacen los surcos con azad�n o pico a trav�s de la pendiente, a una profundidad de unos 30 cent�metros, de manera que quede una buena cama para la semilla ya la vez sirvan de gu�a para las labores del cultivo como siembra, limpia y cosecha. La distancia entre surcos debe estar entre 1,30 y 1,40 cent�metros.

En conclusi�n, debemos decir que la preparaci�n del suelo es un factor fundamental para obtener buenas plantaciones de ca�a de az�car, asegur�ndose facilidad de desarrollo radicular , lo que hace que la planta tenga buen anclaje y una buena �rea de absorci�n de agua y nutrientes, elementos necesarios para que una planta sea vigorosa y resistente. 

UTILIZACI�N DE VARIEDADES

La variedad juega un papel importante en el cultivo de la ca�a de az�car, si se tiene en cuenta que la ca�a, como organismo viviente, se comporta de diferentes maneras bajo distintas condiciones de clima y suelo, manifestando su mayor o menor adaptabilidad directamente en su producci�n.

En Venezuela, especialmente en las �reas sembradas para panela, se encuentran variedades que, debido a su condici�n de antig�edad, est�n en un proceso de degradaci�n natural, vi�ndose mermadas en su capacidad de producci�n. 

CARACTER�STICAS DESEADAS PARA UNA VARIEDAD PANELERA 

  • Alta resistencia a enfermedades 

  • Adaptaci�n a diferentes regiones 

  • Alta producci�n de ca�a 

  • Buenos rendimientos en cantidad y calidad de panela 

  • Buena reto�adora 

  • Resistente a sequ�as 

  • Erecta 

  • De f�cil deshoje, poca o nula floraci�n y de f�cil manejo

De acuerdo a las experiencias en trabajos recientes realizados por FONAIAP- T�chira, se recomienda la variedad PR 61632, la cual cumple con los requisitos antes mencionados. Las variedades venezolanas V64-10 y V68-74 tambi�n cumplen con los requisitos y su panela es de alta calidad. Estas variedades pueden conseguirse en las Estaciones Experimentales del FONAIAP en T�chira, Trujillo, Portuguesa, Yaracuy, Monagas o en el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias, en Maracay.

OBTENCI�N Y PREPARACI�N DE SEMILLA

La semilla es el punto de partida de una siembra sana y productiva. Debe prestarse atenci�n para tener �xito. Es frecuente la utilizaci�n de tres tipos de semilla :

La semilla de cogollo: Muchos agricultores creen que es el tipo de semilla m�s apta, por su suculencia y porque su germinaci�n es m�s r�pida. Sin embargo, este tipo de semilla presenta las siguientes desventajas:

  • Mayor incidencia de plagas de variedades.

  • Se presenta mezcla de variedades. 

  • Su inmadurez favorece los da�os a las yemas. 

La semilla de plantillas o socas: Esta semilla es barata y de calidad regular, pero puede presentarse que dentro de la plantaci�n utilizada para sacar la semilla, exista una mezcla de variedades adem�s del riesgo de diseminar algunas plagas y enfermedades.

En caso de tener que utilizar este tipo de semilla, se deben seleccionar las que tengan entre 7 a 9 meses, que procedan de una sola variedad y libres de plagas y enfermedades. Las ca�as deben ser de entrenudos gruesos y yemas sanas. Cada trozo debe tener tres yemas y el corte debe hacerse recto, a mitad del entrenudo, para no restarle nutrientes.

Semilla de semilleros: Es la de mejor calidad. Esta semilla puede tener un mayor costo, que es compensado por su excelente calidad, su alto porcentaje de germinaci�n, pureza de variedad, menor incidencia de plagas y enfermedades y mejor condici�n nutricional de la semilla. Se recomienda que cada agricultor haga su propio semillero.

SEMILLERO

Un ca�icultor debe tener un �rea dedicada para semillero, teniendo en cuenta que una hect�rea de semillero suministra material para 10 hect�reas, aproximadamente 8 Tn. de semilla x hect�rea. Se debe cortar entre los 9 a 10 meses.

El semillero requiere un trato cuidadoso, principalmente en labores de riego y fertilizaci�n. Deben eliminarse las plantas enfermas y las que sean de otra variedad.

En cuanto al riego, debe ser frecuente y profundo; antes del corte, se debe regar el semillero para obtener semilla suculenta y de germinaci�n r�pida.

Las fertilizaciones deben ser ricas en nitr�geno (250 Kg/ha), debido a que la planta la va a utilizar en su gran desarrollo y, por consiguiente, se va a obtener semilla de buena calidad. 

Adulto de candelilla, responsable del quemado de las plantas; debe combatirse apenas se note su presencia. En caso de dudas, consulte a los t�cnicos del FONAIAP.

SIEMBRA Y M�TODOS DE SIEMBRA

Preparada la semilla, se debe transportar al sitio de siembra, cuidando las yemas tanto en la carga como en la descarga. Si la siembra no puede efectuarse el mismo d�a, esta semilla debe protegerse de los rayos solares, cubri�ndola con paja y si va a demorar mucho la siembra, posponer su corte. No debe sembrarse semilla que est� perforada por Diatraea.

M�todo de siembra: El m�s aconsejable es el de chorro corrido o hilera simple. Se acuesta la semilla en el fondo del surco, coloc�ndola punta con punta o una a continuaci�n de la otra y se tapa con 3 a 5 cent�metros de tierra suelta, aprision�ndola poco. Debe darse un riego liviano para favorecer una r�pida germinaci�n. 

Densidad de siembra: Dependiendo de la pendiente del terreno, se utiliza una distancia entre hilera o surco que va de 1,30 a 1,50 metros (1,30 m en plano y 1,50 m en laderas) y se contemplar� una cantidad de 9 a l0 yemas x metro lineal, lo que implica la cantidad de 3 a 4 esquejes o trozos x metro lineal. 

FERTILIZACI�N

Puede hacerse con el abono 15-15-15 suplementado con urea o preparar una f�rmula propia con superfosfato triple o fosfato diam�nico, cloruro de potasio y urea. Para ello, consulte a los t�cnicos del FONAIAP, quienes le dir�n como hacerlo y las cantidades a emplear, de acuerdo al an�lisis de suelo. Abonar significa obtener m�s panelas por ca�a.

  �C�mo y cu�ndo fertilizar? 

1. En plantilla: 

a) Realizar la primera fertilizaci�n al momento de la siembra, en forma de chorro en el fondo del surco, con todo el f�sforo, un tercio de nitr�geno y un tercio de potasio. 

b) Al mes y medio de la siembra, realizar una segunda fertilizaci�n haci�ndola en forma de chorro, procurando que el abono quede cerca del pie de las plantas, con un tercio de nitr�geno y un tercio de potasio. 

c) A los 3 meses y medio, realizar una tercera fertilizaci�n de igual forma que la anterior. Despu�s de los cinco meses, no debe abonarse la ca�a porque los jugos salen de mala calidad. 

2. En soca: 

a) Hacer una aplicaci�n de la mitad del fertilizante lo m�s pronto posible despu�s del corte. 

b) Aproximadamente al mes y medio de la primera aplicaci�n, realizar una segunda fertilizaci�n con la otra mitad de la dosis. Las cantidades que se deben aplicar de cada fertilizante son muy variables, pues dependen del suelo y del estado de la plantaci�n. 

Se recomienda hacer la fertilizaci�n de acuerdo al an�lisis qu�mico del suelo. El Servicio de An�lisis de Suelo funciona en las estaciones experimentales del FONAIAP.

Ca�a en pleno crecimiento, durante el per�odo de lluvias. El campo queda sellado con la ca�a cuando se han controlado y ha habido buena fertilizaci�n. 

El deshoje de la ca�a es una tradicional entre los paneleros, que trae ning�n beneficio a la ca�a; m�s bien aumenta los costos de4l cultivo. Las nuevas variedades, recomendadas por el FONAIAP, se desnudan f�cilmente al momento de la cosecha, lo cual hace innecesario el deshoje temprano.  

CONTROL DE MALEZAS

Las malezas, al competir con la ca�a por espacio, agua y nutrientes, as� como al ser hospederas de plagas y enfermedades, pueden causar bajas hasta de un 60%, en los rendimientos.

M�todos de Control:

a) Manual. Se hace con pala o azad�n, siendo el control m�s utilizado en las laderas. Generalmente se hacen entre 3 y 5 desyerbes, seg�n sea plantilla o soca.

El control es lento y se requiere gran cantidad de mano de obra, aumentando los costos de producci�n. Aproximadamente, se necesitan entre 80-150 jornales por hect�rea al a�o. Es recomendable, cuando se hace este control, sobre todo en cultivos establecidos en laderas, realizarlo a machete para evitar la erosi�n. 

b) Qu�mico. Se hace por medio del uso de herbicidas o mata-malezas. Es el m�s recomendado por ser m�s econ�mico, m�s eficiente; asimismo, facilita la atenci�n de explotaciones grandes. Sin embargo, su uso est� muy restringido especialmente, por falta de asesoramiento en el productor, para un manejo adecuado de los productos a utilizar. 

HERBICIDAS USADOS EN CA�A DE AZ�CAR 

En el FONAIAP han dado buenos resultados las aplicaciones de Gesapax 80 (3-4 kg/ha), de Gesapax 80 con Banvel (3 kg y I It/ha) y de Gesapax 80 con  2,4-0(3 kg y 4 It/ha). El 2,4-0, es peligroso usarlo cuando hay otros cultivos cercanos, pues los puede da�ar. En esos casos, combine el Gesapax 80 con el Banvel. 

Para el cultivo en ladera, se recomiendan las dos primeras limpias a machete y luego, cuando la maleza tenga de 20 a 15 cent�metros de alto, aplicar Gramoxone o Oaconate (2 lt/ha), solamente en las calles, teniendo cuidado de no rociar la ca�a porque la da�a. De esta forma, se mantiene el suelo cubierto para evitar la erosi�n y sin problemas de malezas.

Una vez que el follaje cubre toda el �rea, no se necesita aplicar m�s herbicida.

Per�odos  del cultivo

Periodo

Establecimiento

10 - 30 d�as

Germinativo

Vegetativo

Produccion renuevos y alargamiento del tallo

150 - 350 d�as

Pre-cosecha

Antes de la maduracion sazonado

70 - 200 d�as

Cosecha

Maduracion

50 - 70 d�as

UTILIZACI�N DE RIEGO 

El riego es fundamental para la producci�n de la ca�a panelera, debiendo hacerse el mejor uso del agua para lograr una producci�n eficiente y unos altos rendimientos. Por eso, debemos conocer la cantidad de agua que recibimos por la acci�n de la lluvia, para as� suplir las deficiencias mediante la pr�ctica del riego o evacuar los excesos mediante la pr�ctica del drenaje.

Dependiendo del clima, las necesidades de agua de la ca�a de az�car son de 1.500 a 1.700 mm., distribuidos de manera uniforme durante la temporada de desarrollo. Experimentalmente, se ha determinado que el consumo medio de agua por d�a para, la ca�a de az�car es de 5 a 6 mm., llegando a consumir de 6 a 7 mm/d�a en los meses de m�xima sequ�a y cuando tiene un crecimiento pujante. 

Durante el per�odo de establecimiento incluyendo la "nacencia" y el establecimiento de las pl�ntulas, son preferibles unas aplicaciones de riego ligeras y frecuentes. Durante el per�odo vegetativo inicial, la producci�n de chupones est� en proporci�n directa con la frecuencia de riego. Una proporci�n temprana es ideal, porque esto permite una uniformidad en la edad de los brotes.

Durante el alargamiento del tallo y en el per�odo inicial de la formaci�n de la cosecha, puede ampliarse la frecuencia de riego, pero debe efectuarse su profundidad. En esta �poca se cuenta con el per�odo fuerte de lluvias. En el per�odo de maduraci�n, los riegos se disminuyen o se detienen, conoci�ndose este per�odo como "agoste" y es necesario para hacer que la cosecha madure. 

M�TODOS DE RIEGO 

Los sistemas de riego m�s usados en el cultivo de la ca�a de az�car son: 

-Sistema de riego por surcos. 
-Sistema de riego por aspersi�n. 
-Sistema de riego por surcos.

Este �ltimo es el empleado m�s corrientemente. Para que el sistema funcione es necesaria una buena nivelaci�n del terreno, hasta donde las condiciones locales del suelo y los costos lo permitan. El riego por surcos es adaptable a una amplia variedad de pendientes, los surcos de riego se usan para campos relativamente planos y, en el otro extremo, para campos con pendiente hasta del 45%. Los surcos se trazan a contorno con pendientes variables, dependiendo de las caracter�sticas del suelo. El sistema de surcos largos se usa para que un regador maneje una cantidad de agua tan grande como sea posible.

Los canales distribuidores se utilizan al mismo tiempo para conducir los excesos de agua de lluvia. Por medio de trinchos de guadua se represa el agua y se sube el nivel para que descargue en los surcos. Con este sistema, en general, se pueden regar unas 15 hect�reas en promedio, en cuatro o cinco d�as: por dos regadores, en ocho horas de riego diarias.

Ciclo de vida  de la candelilla

Huevos

Ninfas

Adulto

(10 - 20 d�as) 
Eclosi�n

+  (30 - 35 d�as) d�as  =

(15 - 20 d�as) =55 - 75
d�as

Total promedio del ciclo = 65 d�as

Sistema de riego por aspersi�n:

Es la forma mec�nica de aplicar el agua por medio de rociadores, simulando la precipitaci�n natural, pero controlando su cantidad y uniformidad. El riego por aspersi�n se prefiere en el cultivo de la ca�a cuando: 

a) Los suelos son muy porosos para una buena distribuci�n de agua rodada. 
b) Los suelos son muy delgados para permitir la nivelaci�n adecuada. 
c) La tierra tiene fuertes pendientes y se erosiona con facilidad. 
d) El agua y los salarios son costosos. 
e) Se dispone de cantidades reducidas de agua. 
f) Se requiere alta eficiencia en las aplicaciones de agua. 

PRINCIPALES PLAGAS DEL CULTIVO Y SU CONTROL

Las plagas m�s importantes del cultivo de la ca�a de az�car actualmente son: la Candelilla (Aeneolamia varia) y los Taladradores (Diatraea spp ). ocasionalmente, se presentan ataques fuertes del "Salta Hoja Verde" o "Chicharrita" (Saccharosydne saccharivora), el Gusano Medidor de los Pastos (Mocis latipes) y el Afido Amarillo (Sipha flava). El da�o ocasionado por los Taladradores y la Candelilla representa p�rdidas anuales de varios millones de bol�vares. Al complejo Diatraea spp, se le considera responsable de una p�rdida de 6 a 7 por ciento de la producci�n azucarera del pa�s, p�rdidas estimadas para 1976 en 40 millones de bol�vares. Seg�n los datos del Anuario de "DIVE-NAZ", las p�rdidas ocasionadas por la Candelilla al pa�s en 1978, fueron de 8.112.000 bol�vares y las p�rdidas para los ca�icultores de 5.181.914 bol�vares. 

Candelilla

Tambi�n conocida como "Salivita" "Salivazo" "Me�n" es un insecto que mide de 0,5 a un cent�metro; es de color negro, con franjas que var�an desde el amarillo p�lido hasta el anaranjado rojizo.

La plaga pasa por tres fases, en sus diferentes estados de desarrollo: huevos, ninfas y adultos. Desde el momento de la eclosi�n de los huevos (transformaci�n de los huevos en ninfas) hasta la formaci�n de los adultos, transcurren aproximadamente 40-50 d�as.

Los huevos y las ninfas requieren de ciertas condiciones de humedad para sobrevivir, por ello, la plaga s�lo se presenta en el per�odo de lluvias. Cuando las condiciones ambientales no le favorecen (sequ�as prolongadas), los huevos permanecen inactivos y de esta forma pueden durar de 3-4 a�os, esperando que las condiciones ambientales les sean favorable para continuar  con ciclo de desarrollo, transform�ndose en ninfas y posteriormente en adulto.

El adulto es el que ocasiona los mayores da�os, ya que chupa la savia de las hojas y al mismo tiempo aplica una toxina que provoca la quemaz�n de ellas.

Los s�ntomas del da�o consisten en unos puntos rojos al principio que se van extendiendo a lo largo de la hoja, tomando una coloraci�n amarillo p�lido que luego se torna marr�n. Las ca�as pueden observarse completamente secas en pleno invierno, en casos extremos, la p�rdida es tan grande, que no se pagan los gastos de corte y transporte.

Control: Es necesario llevar a cabo un manejo integrado de la plaga por medio de la aplicaci�n de todas las pr�cticas, procedimientos y t�cnicas que pueden ser utilizados en una forma integral para lograr un combate eficiente de las plagas, empleando productos qu�micos como �ltima alternativa.

Cultural: Cortar los troncones a ras del suelo, recoger toda la basura y quemarla, realizar un rajado de soca, voltear con ganchos o arado a una profundidad de lO a 15 cent�metros para exponer los huevos al sol; evitar encharcamientos, controlar las malezas, eliminar los cortes de ca�a donde la infestaci�n sea mayor. Esto en terreno plano. Para cultivos en laderas, no debe quemarse. Alinear la basura fuera de las cepas, mantener �stas limpias y si se observan "salivitas" aplicarle un insecticida en el surco.

Qu�mico: Cuando la presencia de la plaga toque los niveles cr�ticos (tres adultos y ocho ninfas por punto de 40 tallos), se recomienda utilizar insecticidas granulados, dirigidos espec�ficamente al combate de ninfas (Basudin, Etrofola o Temic al 10% a raz�n de 10 kg/ha).

Taladradores de la ca�a de az�car (Diatraea spp ). Los adultos son mariposas de color crema, miden de 2.5-4 cent�metros, ponen de uno asta 200 huevos en  las  hojas. La larva mide 2,5 cm y se reconoce por su  crema claro y una serie puntos oscuros en el dorso; posee cabeza oscura. Es la causante del mayor da�o, al perforar yemas, nudos y entrenudos volver a salir , dejando un orificio de salida que permite que los jugos se "aguarapen" lo que  incrementa los da�os y p�rdidas para el productor.

Control cultural: Mantener libres de malezas plantaciones fuertes, con buen uso de riegos abonamientos. No  se debe  permitir  bajo ninguna circunstancia, el transporte de ca�as de  cualquier  clase  de  una  zona  a otra,  sin que ellas previamente hayan sido inspeccionadas  y est�n  libres  de infestaci�n  (tallos  perforados).

Control  biol�gicos:  Se  hace  a trav�s  de la Mosca  Amaz�nica cuya  larva paras�ta dentro  de las larvas  de los taladradores, destruy�ndolos  antes  de que estos puedan transformarse  en mariposas y dar  origen  a otra generaciones. Esas Moscas se consiguen en  los  centrales Azucareros. Se  deben  liberar  de  30-40  moscas  por hect�reas.

Principales  Enfermedades del cultivo

El cultivo de la ca�a de az�car  es atacado  por  numerosos  pat�genos  como hongos, virus  y nem�todos. As� tenemos:

Carb�n  (Ustilago scitaminea )  enfermedad fungosa, cuyos  s�ntomas extremos en la planta  son:  achaparramiento  de  �stas, con  tallos  muy delgados,  entrenudos  espaciados, hojas  estrechas y peque�as estructuras  en forma de l�tigo en la parte terminal de la planta.

La perdida  causadas por esta humedad son de proporciones de econ�micas elevadas, lo cual obligan eliminar aquellas plantaciones donde la infecci�n es muy grande  y sustituirlas por variedades  altamente resistentes.

El control se logra utilizando actividades resistentes, eliminando las cepas que aparecen con esta enfermedad cuando la infecci�n es de niveles muy bajos; seleccionar material sano para siembra de nuevas zonas. Sembrar   variedades como PR 61632,  V64-10, V 68-78 y otras recomendadas por el FONAIAP.

Escaldadura foliar (Xanthomose, albilineans)

Enfermedad producida por bacterias, se caracteriza por provocar, en una fase prolongada, un rayado angosto blancuzco a lo largo de la nervadura o vena central de las hojas y un profundo desarrollo de los brotes laterales en todo el tallo, causando posteriormente la muerte de la cepa. La transmisi�n ocurre principalmente por cortes en machetes infestados y uso de semillas provenientes de material enfermo. El control se logra con el uso de variedades resistentes.

La Roya (Puccinia melanocephala) Enfermedad producida por un longo, caracterizada por numerosas manchas pardas oscuras que sobresalen en la superficie de as hojas; estas manchas son m�s risibles en el env�s de las hojas. En ataques severos y en variedades susceptibles, produce una quemaz�n intensa del follaje, lo cual determina reducci�n del rendimiento en az�car por hect�rea. Como todas las dem�s formas de control, ya existen variedades resistentes a esta enfermedad, la cual es relativamente nueva.

Mosaico de la ca�a de az�car

Enfermedad virosa que se caracteriza por producir un crecimiento lento, amarillamiento generalizado en el follaje y la presencia en las hojas de zonas de color verde normal con un fondo de �reas amarillentas m�s claro, dando la impresi�n de un mosaico de colores verde y amarillo en las hojas. Estos s�ntomas son m�s evidentes en la parte basal de las hojas en crecimiento activo. Frecuentemente las �reas clor�ticas se presentan tambi�n en las vainas de las hojas. Es transmitida por �fidos a las variedades susceptibles y baja considerablemente las toneladas de ca�a a producir. Una de las formas de provocar la infestaci�n es el uso de semillas infestadas en la siembra, por lo cual se debe usar semilla proveniente de cepas o zonas donde no exista tal enfermedad. 

El control debe hacerse mediante el uso de variedades resistentes y eliminaci�n de plantas infestadas cuando la infecci�n es considerada muy baja. 

SAZONADO Y MADURACI�N 

Los rendimientos m�ximos en ca�a s�lo se pueden obtener si la cosecha est� bien "sazonada " antes del corte, lo cual se consigue cuando el tallo disminuye su crecimiento. Bajas temperaturas, sequ�a moderada y ausencia de nitr�geno son importantes para la maduraci�n. La edad y la condici�n de la ca�a desempe�an papeles dominantes en la madurez. La edad est� influenciada por la altura sobre el nivel del mar; a mayor altura, menor temperatura por lo tanto, se alarga la maduraci�n. 

La edad de corte podr�a establecerse as�: ca�as sembradas hasta 1.200 meses, a los 12-14 meses: de 1.200 a 1.500 meses, a los 16 meses y de 1.500 a 1.800 meses, entre 18 y 22 meses. En todo caso, los cambios de color del tallo y las hojas le indican al agricultor que la ca�a est� lista para la cosecha. 

COSECHA 

Es recomendable el corte por "parejo" y siempre en crudo; este corte se hace a machete cortando "parejo" toda la plantaci�n. Mediante este sistema se permite la entrada de la maquinaria o de los animales a cualquier parte, haciendo econ�micos la carga y el transporte. Tambi�n facilita las labores de la soca.

El corte se debe hacer a ras del suelo, para evitar el desarrollo de plagas, enfermedades y fermentaciones de las cepas.

En el ca�amelar aparecen a veces chupones o hijos, los cuales no deben llevarse al trapiche, ya que por falta de madurez perjudican la concentraci�n de los jugos. Al cosechar la ca�a debe eliminarse el cogollo, ya que es pobre en concentraci�n de az�car; Toda la basura dejada por la cosecha debe alinearse en los entresurcos para que los brotes de la soca emerjan r�pidamente. 

Necesitan m�s cal los jugos provenientes de ca�as

Necesitan menos cal los jugos 
provenientes de ca�as

De suelos de reciente desmonte

Madurez

Florecidas

Producidas en suelos sueltos (pedregosos o arenosos)

De primer corte, en suelos ricos en materia org�nica

Molidas r�pidamente despu�s de cortadas

Quemadas

Sanas

De dos o m�s d�as entre corte y molienda

Socas

Perforada por diatraea.

 

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA CALIDAD DE LA PANELA

Edad insuficiente de la ca�a: Ca�as no sazonadas dan generalmente panela de baja calidad, porque el az�car es escaso, la pureza de los jugos es baja ya que existen abundantes gomas. La edad del corte no puede precisarse, ya que esto depende de la variedad, clima y suelo. Largos per�odos entre corte y molienda: Las ca�as, una vez cortadas, se descomponen r�pidamente. Para evitar p�rdidas en la inversi�n de los az�cares, las ca�as deben molerse dentro de las 24 horas despu�s del corte. Las ca�as oportunamente molidas se obtienen jugos de m�s alta pureza, mieles de cristalizaci�n m�s r�pida, mayores cristales y mejor producto.

Manejo inadecuado de la cosecha: Cuando el precio de la panela es alto o el obrero no es pr�ctico, se corta el tallo con mucho cogollo y los jugos de este son siempre de baja pureza y az�car, por lo tanto, rebajan la calidad de los guarapos. 

Beneficio de los chupones de agua: A pesar de que los tallos robustos que crecen algunas veces en las plantaciones, halagan por su apariencia al propietario, se ha comprobado que sus jugos son de p�sima calidad y que, al molerlos, bajan la pureza de los guarapos. Basta retirarlos para que mejore notablemente la calidad de la panela. 

Uso excesivo de cal: La cal sirve para librar los jugos de impurezas, pero a medida que se abusa de ella, el color de la panela va siendo m�s oscuro, a�n cuando mejore su finura. A veces, el color de la panela es desuniforme, debido a que la lechada de cal no tiene la misma densidad. 

Es conveniente usar cal de alta calidad. Falta de aseo en el pozuelo: El pozuelo, donde se depositan los jugos fr�os que salen del trapiche, debe lavarse al menos despu�s de tres vaciadas, ya que sino se lavan se produce fermentaci�n de los residuos. 

Mal combustible o incapacidad, del parrillero: Cuando el combustible est� h�medo, arde defectuosamente y la temperatura que se obtiene no es suficiente para evaporar el agua r�pidamente; esto produce panela blanda y de mal presentaci�n. Si un parrillero a�n con buen combustible, no es capaz de sostener el fuego a un punto apropiado, puede ocurrir que no se precipite la ebullici�n de los guarapos o que haya "recocimiento" de �l. El parrillero es uno de los hombres de mayor responsabilidad en el trapiche. 

Ca�as guarapudas: Por ca�as "guarapudas" se entiende las producidas en suelos h�medos o del primer corte hecho en tierras f�rtiles. Estas ca�as producen panela salobre por falta de maduraci�n. 

Mezcla de la cachaza: A veces, por descuido, los guarapos hierven sin haberlos limpiado totalmente de su cachaza; guarapos impuros dan panela de mala calidad. 

Excesiva presi�n de las masas: Si para conseguir mayor extracci�n y rendimiento se ajustan mucho las masas del trapiche, pasar�n al guarapo sustancias colorantes que lo ti�en y gomas que impiden la formaci�n de cristales, desmejorando la calidad. 

Ca�as sobre maduras: Las ca�as pasadas de madurez tienen baja pureza y producen panelas blandas. Desaseo de la f�brica: Los residuos de guarapo, miel y panela que quedan en las masas, tuber�as, pozuelos, pailas, etc., se "avinagran" y transmiten esos fermentos a los guarapos nuevos. Es por esto indispensable la limpieza del trapiche.