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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 26 Octubre-Diciembre 1987 |
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FONAIAP DIVULGA No. 26 Octubre-Diciembre 1987 |
"La significativa importancia social y económica del cultivo del cafeto, unido a la llegada de la enfermedad conocida como Roya del cafeto, así como la necesidad de diversificar los sistemas de producción y acabar con el monocultivo, justifican la implantación de un Plan de Desarrollo y Diversificación de Áreas Cafetaleras, a ejecutarse entre 1986 y 1988. En este trabajo se analizan y discuten diversos aspectos agro ecológicos relevantes y se presenta una síntesis del Plan en cuestión". Sergio Benacchio Scotton |
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La caficultura venezolana para finales de 1984 El área cafetalera del país se estima que cubre una superficie aproximada de 237000 ha, ubicadas entre 400 y 1 800 msnm, y en una diversidad de condiciones ecológicas relativamente grandes. La producción anual de aproximadamente 54400 toneladas métricas, nos indica que el rendimiento promedio por hectárea de cultivo es muy bajo (5.9 quintales - 1 quintal de café = 46 Kg.). En comparación, los rendimientos unitarios promedio de otros países cafetaleros de la América tropical y sub tropical, son los siguientes: Brasil 16.4 q., Colombia 15.8 q., Costa Rica 37.5 q., El Salvador 18.9 q., Guatemala 12.7 q., México 14.1 q. Los bajos rendimientos unitarios que se registran en el país tienen sin duda un importante efecto sobre el estándar de vida de los productores y van también generalmente ligados a una muy baja capacidad económica y un muy bajo nivel cultural del productor. Se estima que 60000 familias, por un gran total aproximado de 360000 personas, derivan directamente su sustento del cultivo del café. Un análisis de la familia cafetalera revela un aspecto inquietante en su constitución, existe un marcado predominio de varones en edad avanzada, acompañados de mujeres y niños. La mayoría de los varones jóvenes han abandonado el área en busca de mejores perspectivas en el ambiente urbano. Otros aspectos socioeconómicos que ameritan atención son los siguientes: el 80% de las fincas cafetaleras tienen una superficie inferior a las 5 ha. Un porcentaje casi similar de los cafetales son muy viejos, con más de 25 años de edad, y son de la variedad 'Criolla Typica' altamente susceptible a la roya del cafeto. Se encuentran además en topografía muy accidentada, con fuertes pendientes y en suelos muy agotados. Generalmente están bajo sombra excesiva y se les práctica un manejo muy deficiente, sobre todo en lo relacionado a prácticas de poda, fertilización y control de plagas, enfermedades y malezas. Citando al profesor Numa García Andrade: "El cafeto es una planta que en Venezuela ha recibido todos los embates de la negligencia. Otros cultivos sometidos a este abandono es imposible que subsistan". Frente a este panorama de producción cafetalera, nos encontramos que el 97,5% del total nacional es utilizado para cubrir la demanda interna y solamente el 2,5% puede ser destinado a la exportación, cuando hasta la década de los años treinta el café era la mayor fuente de divisas del país. Se estima que el crecimiento anual del consumo interno está en los alrededores del 3%, lo cual hace suponer que de no haber un cambio radical en la actual estructura de producción, especialmente en lo relacionado al manejo del cafetal, en un plazo relativamente breve el país se vería en la necesidad de importar café para satisfacer la demanda interna. La llegada de la Roya del cafeto. Aspectos y enfoques El 30 de octubre de 1984, el Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias confirmó la presencia de la roya del cafeto en Venezuela en el fundo "Inversiones Agropecuarias El Progreso", ubicado en la aldea El Encanto, municipio La Concordia, distrito San Cristóbal, del estado Táchira.
Para hacer frente a la amenaza que la llegada de la roya representaba para el futuro de la caficultura venezolana, el Ministerio de Agricultura y Cría con la participación directa de los técnicos de todos los organismos del agro, del IICA, de las universidades y también de las asociaciones de caficultores, se abocó a la formulación e implantación del "Plan Nacional de Desarrollo y Diversificación de la producción en el Área Cafetalera", El Plan se formuló en 1985 para ser ejecutado en el trienio 1986-1988. Desde el principio, con base a los estudios y encuestas realizadas, se vio que la caficultura venezolana sería particularmente vulnerable al ataque de la roya y que esta enfermedad afectaría gravemente la ya crítica situación en la gran mayoría de los cafetales y también podría tener un efecto devastador, de impredecibles consecuencias en la familia del caficultor, quien al ver aún más mermada la producción, podría decidirse por abandonar la finca e ir a engrosar los cordones de miseria en las grandes ciudades. El enfoque debería ser tecnológico y social, siendo ambas facetas por igual importantes. La Roya del cafeto La roya es la enfermedad del café más temida por los agricultores, debido a la devastación que produce si no se controla adecuadamente. Al ser el cafeto atacado por la roya se produce una defoliación precoz que influye en la producción del año siguiente, la cual baja considerablemente. Ataques consecutivos pueden provocar la muerte de la rama apical y de las ramas laterales, llegándose inclusive a la muerte de la planta. El control puede efectuarse mediante el uso de variedades resistentes o tolerantes, o la utilización de productos químicos. Los fungicidas más recomendables son el oxicloruro de cobre, en dosis de 1 a 3 Kg. por hectárea, según la edad de la plantación, y el Bayleton, con dosis de 0,3 a 0,8 Kg. por hectárea, también según la edad del cafeto. Para que el control sea efectivo, las aspersiones deben hacerse cada 30-45 días en el período de lluvia y debe tratarse particularmente el envés de la hoja.
Sistema de Producción dominante: el Monocultivo La llegada de la roya, además de lo ya indicado, encontró que en la mayor parte del área cafetalera, el café se explota como monocultivo, lo cual es típico del sistema de plantación. Este sistema se adapta bien en fincas de grandes extensiones donde el poder económico y el nivel cultural del propietario facilitan un buen manejo de la empresa agrícola, que permite también hacer frente con éxito al ataque de enfermedades particularmente graves, como es la roya, por costoso que sea su control. La situación se hace mucho más complicada cuando son plantaciones en fincas muy pequeñas y donde el productor generalmente posee un poder económico y un nivel cultural bajos. En esas condiciones es más difícil que él comprenda y asimile nuevas tecnologías y tampoco tiene los medios suficientes para hacer frente con éxito a la enfermedad. Desde el punto de vista ecológico el monocultivo, especialmente en áreas tropicales húmedas, conlleva elevados riesgos de ataques de plagas y enfermedades, particularmente virulentas por las condiciones ambientales imperantes. El agente patógeno al encontrar condiciones ambientales favorables de humedad, temperatura y abundancia de alimento casi sin límite (tratándose de monocultivo), tiende a multiplicarse muy rápidamente, ya que no tiene casi enemigos naturales que puedan controlar su crecimiento y el daño que causa es siempre muy grande. Donde hay diversidad de especies de cultivo, el agente patógeno que se alimenta de una especie tiene enemigos naturales en patógenos que prefieren otras especies, de manera tal que existe un control automático para frenar la expansión de una plaga o enfermedad. Hoy, entre otras enfermedades, es la roya que llama nuestra atención; en un futuro que esperamos nunca llegue, puede ser la plaga de la broca, la cual desafortunadamente prospera en condiciones ambientales similares a aquellas donde prospera la roya. Estas consideraciones se hacen tanto más importantes cuanto menos ecológicamente apta es un área para la especie de cultivo. Si el área es marginal para el café lo cual por sí solo significa menores rendimientos unitarios , es muy probable que los daños causados por la enfermedad sean más graves, y más difícil y costoso el control.
El costo del control de la Roya Lo indicado anteriormente no significa que la roya no se pueda controlar. Su control es posible, aunque muy costoso, siempre y cuando sea parejo en todas las fincas afectadas del área y los tratamientos se hagan a los intervalos previstos. La experiencia vivida por otros países nos enseña que la roya puede progresar lentamente, como aparentemente es el caso venezolano, pero no se detiene. Su control es complejo y costoso. En Colombia comprobaron que por debajo de los 1 200 m, era muy difícil su control. En Brasil su control representa el valor de 180 Kg. de café (aproximadamente 4 quintales) y en condiciones topográficas y tecnológicas muy favorables. En Costa Rica se estima que con rendimientos de 11 quintales, el costo del control significa pérdidas, y 15-17 quintales son el umbral para ganancia. En el supuesto que el rendimiento promedio en nuestras áreas cafetaleras esté entre 4 y 6 quintales, esto nos debe llamar a la reflexión sobre la imperiosa necesidad de incrementar la productividad cafetalera a nivel de finca.
Desarrollo e incremento de la producción en la finca cafetalera a. Enfoque en áreas ecológicamente aptas para café:
b. Enfoque en áreas ecológicamente marginales para el café:
La Diversificación de Cultivos en las Áreas Cafetaleras La diversificación se contrapone al monocultivismo y supone la explotación de varios cultivos en la misma área. independientemente de consideraciones ecológicas, la diversificación tiene una finalidad socioeconómica no menos importante. Mientras el monocultivo permite una sola entrada en el año, y como tal está sujeto a los avatares de las condiciones continuamente cambiantes del mercado; la diversificación permite entradas por diferentes productos en el curso del año, reduciendo así los riesgos inherentes a la de pendencia de un solo renglón; permite una mejor alimentación del núcleo familiar, como también una mejor distribución del trabajo en el tiempo y de todos los factores que ayudan a mejorar la situación del productor y su permanencia en el área de producción. En el caso particular de nuestra caficultura, donde según se ha visto habrá que reacondicionar entre renovación y recuperación el 80% de cafetales, la diversificación puede constituirse en la fuente de ingreso más importante también en las áreas ecológicamente aptas, mientras los nuevos cafetos entran en producción. Es conveniente insistir que "diversificación" no implica dejar de producir café, la producción cafetalera debe incrementarse y expandirse hasta donde sea posible a nuevas áreas, tiene un mercado asegurado tanto nacional como internacionalmente y la demanda se incrementa proporcionalmente, y aún más, al incremento poblacional. Además no se debe perder de vista que el café es un cultivo conservacionista si se explota racionalmente, y se adapta muy bien a la topografía accidentada y de fuertes pendientes de nuestras áreas cafetaleras. La diversificación en las áreas ecológicamente aptas para café debe verse como una actividad complementaria que permite un ingreso extra, una mejor disponibilidad de alimentos, la cobertura de déficit importantes de producción en determinados renglones que ahora se importan y también crea conciencia sobre la importancia de disponer de otras alternativas de desarrollo y de ingresos' lo cual desde el punto de vista económico y social puede ser un gran incentivo del asentamiento y permanencia de los jóvenes en el área cafetalera. Si estas consideraciones son válidas para las áreas "ecológicamente aptas para el café" a mayor razón lo son en las áreas donde, aunque se cultiva, son marginales para el café. Allí los rendimientos son bajos no solamente porque no se aplica una tecnología de producción adecuada, sino porque las condiciones ambientales no son favorables al cultivo. Si en las áreas aptas se puede convivir con la roya, y habrá que aprender a hacerlo si no se hace; en las áreas marginales esto no será posible, porque será muy difícil lograr un incremento suficiente de la productividad que, además de pagar el costo del control de la enfermedad, asegure un retorno económico al productor. Es en las áreas marginales donde la diversificación debe llevarse a su máxima expresión, ya que con la llegada de la roya el productor al ver mermados y posiblemente en breve lapso eliminados, sus ingresos, puede verse en la necesidad de abandonar el área e ir a engrosar los cinturones de miseria de los grandes centros urbanos. La diversificación en este caso permite ofrecer al campesino otras alternativas de producción, que a mediano plazo pueden mejorar sensiblemente su situación económica e impedir que abandone su predio. Además puede servir de estímulo para producir renglones que ahora son poco conocidos a nivel de productor y se importan, mientras se podrían dar muy bien en esas áreas que son marginales para el café, lográndose de esta forma un gran ahorro de divisas y eliminando nuestra dependencia por esos productos del mercado externo. Eventualmente, hasta con el tiempo, el país podría convertirse en exportador de esos bienes. La diversificación de cultivos no es una novedad en el área cafetalera americana, Venezuela es quizás el único país cafetalero de las América donde no había un programa de este tipo en las áreas cafetaleras. En general, actualmente todos los países de América Latina llevan a cabo un programa de diversificación en mayor o menor escala. El Plan Nacional de Desarrollo y Diversificación de la Producción en Áreas Cafetaleras En Venezuela se estima que en e120% del área actualmente dedicada a café marginal para el cultivo, y particularmente por debajo de los 800 msnm, es muy difícil que se pueda "convivir con la roya" . Esto significa que se tienen 50000 ha aproximadamente en el área cafetalera, y 14000 familias que sufrirán los efectos del embate de esta enfermedad, donde el programa de diversificación puede ser la única alternativa válida para remediar una situación que en pocos años puede volverse desesperante. Allí debe darse prioridad a la diversificación, y mientras el café en las áreas ecológicamente aptas debe ser el cultivo dominante, aquí deben buscarse con la urgencia que el caso amerita, otras alternativas de producción al menos para las fincas más pequeñas donde se espera que será imposible el control de la roya. Todas estas consideraciones sustentaron la formulación e implantación en el año 1985 del Plan Nacional de Desarrollo y Diversificación de la Producción en Áreas Cafetaleras por parte del Ministerio de Agricultura y Cría, bajo la coordinación de la Dirección General Sectorial de Desarrollo Agrícola y la participación activa de todos los organismos oficiales ligados al sector agrícola y las asociaciones de productores.
El Plan fue inicialmente programado para ser ejecutado en el trienio 1986-1988, y su objetivo general es el siguiente: "Concertar e integrar los esfuerzos del sector público y la población organizada con el fin de incrementar la producción y productividad de café, así como diversificar los rubros de producción con el fin de asegurar a los productores ingresos estables y suficientes que les permita hacer frente al ataque de la roya, mejorar el nivel de vida y lograr su arraigamiento en el medio rural, contribuyendo en esta forma al desarrollo integral de las áreas cafetaleras y por ende, al desarrollo estadal y nacional". El objetivo específico del Plan es incrementar la producción y productividad agrícola en las áreas cafetaleras". El Plan comprende los siguientes programas: Dirección; Administración de Tierras, con cinco proyectos; Desarrollo Agropecuario, con cuatro subprogramas y cinco proyectos; Agroindustria y Comercialización, con dos subprogramas y tres proyectos; Agrosoporte Físico, con cuatro proyectos. El Plan se en marca en los postulados del VII Plan de la Nación y es financiado por el Plan Especial de Inversiones para el trienio 1986-1988. La suma asignada para su ejecución es de aproximadamente 900000000 de bolívares, de los cuales 525000000 son para créditos a los productores cafetaleros a través del Fondo de Crédito Agropecuario (FCA). En el ámbito de este Plan se espera beneficiar con préstamos en condiciones especiales a 9436 productores sobre una superficie de 31 623 ha, en los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Barinas, Portuguesa, Lara y Monagas. Además de la asistencia crediticia para recuperación y renovación de cafetales, se ha previsto créditos para los renglones siguientes: cítricos, aguacate, guanábana, musáceas, parchita, lechosa, onoto, caña panelera, quinchoncho, maíz, fríjol, raíces y tubérculos, cultivos exóticos, higo, parcha, guayaba, piña, cacao, hortalizas, caraota, durazno, ajo, fresa, membrillo, ganadería de leche, ovinos, aves, conejos, abejas y piscícola. El Subprograma de Investigación En el Programa "Desarrollo Agropecuario" está comprendido el Subprograma de "Investigación", cuyo objetivo específico es el siguiente: "Desarrollar una investigación aplicada en base a la problemática y potencialidades de cada área cafetalera, generando tecnologías apropiadas para incrementar, tanto la productividad como la introducción de nuevos rubros". Este Subprograma se lleva a cabo por personal contratado por el ClARA, que se compone de siete ingenieros agrónomos y diez técnicos medios; con la coordinación, asistencia técnica y apoyo logístico del FONAIAP. Es una investigación de tipo operativo conducida en fincas de productores que han obtenido el crédito. En esas fincas, al aceptar el productor la participación en el Subprograma de Investigación, el personal contratado se hace cargo de la planificación del manejo de los cultivos para los cuales el productor ha recibido el crédito, de la ordenación de los mismos en la parcela, de la programación de todas las labores, y en parcelas delimitadas a tal efecto hace todas las observaciones que son pertinentes al estudio del desarrollo del cultivo. Contemporáneamente, mantiene un estricto control sobre costos y beneficios del sistema de producción implantado. |