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  FONAIAP   DIVULGA  No.  26                                                                                                            Octubre-Diciembre    1987


Enfermedades Bacterianas de las Mus�ceas en Venezuela

 "En Venezuela, al igual que en las principales �reas de producci�n de cambur y pl�tano en todo el mundo, las enfermedades constituyen un gran obst�culo para lograr altos rendimientos. Las infecciones por bacterias m�s importantes son el Hereque o Moko, la Pudrici�n acuosa del Pseudotallo del Pl�tano y la Pudrici�n del Cormo y del Cogollo, cuyas caracter�sticas, sintomatolog�a y medios de control se presentan en este art�culo."

Alfonso Ordosgoltti F., Ingeniero Agr�nomo M.Sc. Investigador V. CENIAP Maracay.


Desde el establecimiento de las grandes siembras de cambur y pl�tano, en diversas partes del mundo, se ha comprobado en plantaciones ubicadas en suelos y climas apropiados, que las enfermedades son el principal factor limitante de los cultivos. En todos los pa�ses productores se invierten considerables sumas de dinero en el estudio, investigaci�n y control de las mismas. 

En Venezuela, especialmente en lo que respecta al cambur y al pl�tano, las enfermedades constituyen tambi�n el mayor obst�culo para la producci�n. Sin embargo, las enfermedades que causan p�rdidas en el cultivo, son econ�micamente controlables. Entre estas enfermedades se destacan las que son causadas por bacterias, siendo las de mayor importancia las siguientes:

Hereque o Moko 

Es una enfermedad de gran importancia econ�mica en las zonas productoras de Centro Am�rica, en donde extensos cultivos han tenido que ser abandonados por culpa de ella. En nuestro pa�s, la importancia del hereque es considerable, ya que infecta severamente a los clones 'topocho' y 'manzano', que constituyen la base de la alimentaci�n del pueblo en ciertas �reas, especialmente de los llanos y oriente. 

El organismo causal de la enfermedad es una bacteria denominada Pseudomonas solanacearum E. F. Sm. En los cultivos de cambur y pl�tano la bacteria se desarrolla y multiplica en gran escala dentro de los vasos conductores de la savia, por cuyo bloqueo la planta presenta se�ales de amarillamiento y marchitez semejantes a los que manifiesta cuando sufre sequ�a. Todas las variedades de cambur o pl�tano son susceptibles al hereque, aunque en diferentes grados. 

Entre las m�s afectadas por la enfermedad se hallan el cambur 'manzano' y el 'topocho'.

Sintomatolog�a: Las plantas infectadas por hereque muestran amarillamiento normal en las hojas m�s bajas, que se va acentuando al mismo tiempo que se propaga a las superiores. El follaje afectado se marchita y dobla, quedando las hojas colgadas y adheridas a la planta. En estados avanzados de la enfermedad, el amarillamiento invade tambi�n las hojas cogolleras, las cuales finalmente se doblan y cuelgan. Los "hijos" de las cepas infectadas presentan tambi�n amarillamiento, marchitez con secamiento y m�s tarde arrugamiento en el follaje. Si al adquirir la planta esta enfermedad, el racimo est� joven, los frutos tardan en crecer, su desarrollo es anormal y pueden ennegrecerse y torcerse. Cuando el hereque aparece al estar el racimo desarrollado, se origina una pudrici�n de la pulpa en algunos dedos de ciertas manos. Dicha pudrici�n puede observarse f�cilmente al cortar los dedos de una mata enferma, aunque algunas veces los dedos afectados se detectan por su amarillamiento prematuro. 

Por otra parte, la planta presenta internamente s�ntomas que ayudan a reconocer la enfermedad. En un v�stago infectado se notan una serie de puntos, que pueden ser de color amarillo o marr�n oscuro a casi negros, y con mucha frecuencia �reas blandas de color oscuro. Tales puntos no son otra cosa que el corte de las venas internas conductoras de la savia, las cuales han sido coloreadas por la acci�n t�xica de los agentes pat�genos. En corto tiempo, aparece en algunos de estos puntos un l�quido espeso, a manera de gotas, que es el exudado de las bacterias causantes del hereque.

Propagaci�n de la enfermedad: La manera m�s importante de propagarse el hereque es mediante los implementos utilizados en el trabajo. En efecto, con cualquier corte que se de en una planta infectada, ya sea cosechando, "desbarajando", "deshijando" o en otra actividad, el implemento utilizado se impregnar� de exudado bacteriano. En consecuencia, los cortes sucesivos practicados en plantas sanas introducir�n el agente pat�geno en las mismas, apareciendo los s�ntomas en la planta dos o tres semanas despu�s, aunque a veces puede tomar m�s tiempo. Asimismo, ciertos tipos de insectos, como el gorgojo negro, pegones y avispas, son capaces de transmitir la enfermedad de una planta enferma a plantas sanas. 

Control: Si la enfermedad se deja llegar a un estado avanzado en la plantaci�n, el hereque constituye un enemigo dif�cil de vencer. Los m�todos de control, aunque relativamente sencillos, exigen una acci�n inmediata, ya que si la infecci�n pasa desapercibida en su etapa inicial, puede significar la p�rdida de un buen n�mero de plantas o, incluso, de todo el sembrad�o. 

Las medidas de control que deben adoptarse son las siguientes: 

1. No adquirir "hijos" en parcelas afectadas por el hereque, a fin de evitar que la enfermedad se introduzca en campos nuevos. 

2. Erradicar inmediatamente de la parcela cualquier planta sospechosa de estar enferma. Para ello ha de sacarse toda la cepa, procurando no dejar nada en el suelo y cort�ndole en pedazos, los cuales deben ser regados con kerosene y quemados en el mismo sitio donde estaba la planta. El hueco abierto debe ampliarse hasta dejarlo de unos 80 cent�metros de profundidad, teniendo el cuidado de esparcir la tierra alrededor del mismo y espolvorearlo despu�s con cal. Antes de plantar un nuevo "hijo" en el mismo lugar, hay que esperar de tres a seis meses. 

3. Al descubrirse la primera planta contagiada, desinfectar las herramientas de trabajo durante un per�odo de tres meses, por lo menos, siempre y cuando no aparezcan nuevas plantas con hereque. Para efectuar esa operaci�n se utiliza el formol al 5%, el cual se prepara con una parte de formol que venden en las farmacias y 7 partes de agua. Basta con sumergir las herramientas por 30 segundos en dicha soluci�n para dejarlas libres de bacterias. Los machetes pueden desinfectarse pr�cticamente, sumergi�ndolos en recipientes llenos de la citada soluci�n. De esta manera, si cada obrero lleva dos machetes y una vaina de lat�n con el formol yagua, dispondr� siempre de un machete desinfectado para cada nueva cepa, pues mientras trabaja con uno mantendr� el otro con el l�quido, y s�lo har� el cambio cuando pase de una cepa a otra. Tambi�n se puede usar creolina al 10% en sustituci�n del formol. 

4. En algunos casos, para eliminar las plantas afectadas con hereque se usan herbicidas de acci�n sist�mico, recomend�ndose realizar los pasos siguientes: 

Mezclar una parte del herbicida sist�mico (ejemplo: Round-up) m�s tres partes de agua. 

Con una inyectadora, introducir a la planta enferma de 30 a 50 mI de la mezcla, dependiendo del porte de la planta. 

Las inyecciones deben hacerse a diferentes alturas y profundidades del pseudotallo. 

5. Se debe procurar no realizar labores dentro de la plantaci�n, tales como "deshijado", "desbarejado", etc., que puedan causar heridas a las plantas, mientras no hayan pasado varias semanas sin aparecer ninguna de ellas afectadas con hereque. 

6. Rotar el cultivo por un a�o, dejando al descubierto la tierra durante la estaci�n seca y ararla en este per�odo varias veces a intervalos de unos 20 d�as. Cuando se ha erradicado totalmente la plantaci�n y se desea sembrar de nuevo bananos, tal medida es bastante efectiva. 

 

Porci�n de un pseudotallo afectado por Erwinia, causando la Pudrici�n Acuosa del Pseudotallo

Racimo de cambur con fruto afectados por el Hereque

Comportamiento de Cultivares: Las pruebas de inoculaci�n en condiciones controladas en especies y clones de mus�ceas con la bacteria causante del hereque, dieron los resultados siguientes:

La especie Musa acuminata Colla (AA) y los clones: 'cambur valery' (AAA), 'cambur cobrero' (AAA), 'cambur pineo enano' (AAA), 'cambur pineo gigante' (AAA), 'cambur criollo' (AAA), 'cambur lagunero' (AAA), 'cuyaco' (AAA), 'cambur concha verde' (AAA), 'cambur agachado' (AAA), 'cambur manzano' (AAB), 'cambur manzano verde' (AAB), 'mysore' (AAB), 'pl�tano hart�n' (AAB), 'pl�tano hart�n semienano' (AAB), 'pl�tano hart�n morado' (AAB), 'pl�tano dominico' (AAB), 'pl�tano dominico largo' (AAB), 'pl�tano dominico morado' (AAB), 'pl�tano rojo' (AAB), 'topochover de' (ABB), 'topocho cenizo' (ABB), 'topocho enano' (ABB), 'topocho tallo negro' (ABB), 'topocho tallo rojo' (ABB), resultaron susceptibles; mienta que la especie Musa balbisiana Colla (BB) y los clones 'topocho peli pita' y '71.5 (69.11 2 x J.G. 1846)', resultaron resistentes. Adem�s, en observaciones realizadas en el Banco de Germoplasma de Mus�ceas sembrado en el Campo Experimental del CENIAP, se evidenciaron con s�ntomas de hereque los clones siguientes: 'higate' o 'cocos' (AAA), 'robusta' (AAA), 'tetraploide 2904- 3' (wimban), 'lacatan' (AAA), 'pineo martinica', "cambur morado' (AAA), 'cambur injerto' (AAA), 'cambur negro' (AAA), 'titiaro' AA, 'cambur �cido' (AAB), 'tornasol' (AAB), 'pl�tano hart�n negro' (AAB) y 'topocho ice cream' (ABB). 

Puede considerarse al 'topocho pelipita' como un clon reemplazante de los 'topochos' com�nmente sembrados en el pa�s por su resistencia a hereque y poseer cualidades comestibles. 

 

Plantas de pl�tano 'Hart�n' ca�das por efecto de la enfermedad Pudrici�n Acuosa del Pseudotallo.

Pudrici�n Acuosa del Pseudotallo del Pl�tano 

Esta enfermedad se observ� por primera vez en Venezuela en 1970, en la regi�n del Sur del Lago de Maracaibo. Tambi�n se ha observado la enfermedad afectando plantaciones de pl�tanos en Barlovento, estado Miranda; Cariaco, estado Sucre y Barinas, estado Barinas. Esta enfermedad es causada por la bacteria Erwinia carotovora. Tambi�n se ha encontrado la bacteria Erwinia chrysantemi, produciendo en el pl�tano s�ntomas semejantes a los de la pudrici�n acuosa del pseudotallo. 

Sintomatolog�a: Los s�ntomas iniciales de la enfermedad consisten en manchas de color amarillento, de aspecto acuoso, transl�cidas, localizadas en cualquier parte del pseudotallo de la planta; posteriormente estas manchas toman una coloraci�n casta�o rojizo y se extienden en todo sentido hasta cubrir la vaina de las hojas parcialmente o en su totalidad. Al final, las zonas afectadas toman una coloraci�n oscura y de los tejidos circundantes sale un l�quido de olor f�tido al presionar la parte afectada con los dedos. La pudrici�n avanza progresivamente hacia la base del pseudotallo y al mismo tiempo penetra en los tejidos de las vainas sanas internas por contacto con las externas afectadas.

A medida que las vainas internas van siendo invadidas se produce un debilitamiento del pseudotallo, lo que ocasiona el doblamiento de la planta por la parte m�s afectada. Si las plantas son infectadas en estado adulto, el peso de los racimos contribuye a un f�cil volcamiento de las mismas, antes que los frutos completen su normal desarrollo, produciendo racimos de poco valor comercial. Es frecuente observar en el campo plantas con pseudotallos infectados conservando el rizoma aparentemente sano y los tejidos internos de los racimos y frutos sin pudriciones ni decoloraciones vasculares.

Plantas de pl�tano  mostrando  s�ntoma  t�pico  de la enfermedad pudrici�n  Acuosa del Pseudotallo

Control: Al detectar una planta enferma con pudrici�n acuosa del pseudotallo, deben realizarse las labores siguientes: 

Cortar la planta enferma y repicarla.

Sacar las cepas enfermas y dejar el hoyo sin residuos.

Aplicar suficiente kerosene a todo el material repicado.

Aplicar suficiente cal al hoyo donde estaban las cepas enfermas.

No siembre en el lugar donde se erradic� la enfermedad, hasta despu�s de haber pasado un per�odo de cuatro meses.

No traslade material sospechoso, especialmente "hijos", de parcelas afectadas a nuevas.

Comportamiento de Cultivares: Las pruebas de inoculaci�n en condiciones controladas, en especies y clones de mus�ceas con la bacteria causante de la pudrici�n acuosa del pseudotallo, dieron resultados positivos en diferentes mus�ceas, encontr�ndose que en Musa balbisiana y en los h�bridos (MB y ABB), donde est�n presentes uno o dos genomios de M. balbisiana, los efectos de la infecci�n de la bacteria fueron m�s severos que en los clones de M. acuminata (AAA). 

Pudrici�n del Cormo y del Cogollo 

Se ha observado pudrici�n del cormo del pl�tano en la regi�n sur del Lago de Maracaibo y en San Nicol�s, estado Barinas, producida por bacterias del g�nero Erwinia carotovora. Asimismo, pudriciones del cogollo, causadas por grupos de bacterias de los g�neros Peudomonas sp. y Erwinia sp.

Porci�n de un pseudotallo afectado por Erwinia, causando la Pudrici�n Acuosa del pseudotallo