FONAIAP DIVULGA > Colección > Número  29   Julio-Septiembre  1988

  FONAIAP   DIVULGA  No.  29                                                                                                            Octubre-Diciembre    1988


La  Infertilidad en el Verraco y sus  
probables causas

"La capacidad reproductiva de los animales domésticos, entre ellos los cerdos, puede verse afectada no sólo por los problemas de infertilidad en la hembra, sino también por similares situaciones que puede sufrir el verraco. En muchas fincas, se observa la pérdida de la capacidad reproductiva del macho, debido a factores como: el manejo inadecuado, la selección de animales con problemas de disfunción locomotora o baja libido, uso excesivo de los seleccionados y otros de orden ambiental (variaciones climáticas, específicamente temperatura). Este artículo analiza las probables causas que pueden influir en la pérdida parcial o total de la capacidad del verraco para preñar hembras, que se presentan con frecuencia en algunas explotaciones porcinas del centro del país."

Armando R. Fuentes P. Médico Veterinario. M. Sc. Investigador I.
Gloria Lo de Serrano. Médico Veterinario. Investigador IV.
Instituto de Investigaciones Zootécnicas. FONAIAP- CENIAP Maracay.


Introducción

En los animales domésticos de ciclo reproductivo continuo, dentro de los cuales se incluyen los cerdos, se presentan, a través de las diferentes épocas, variaciones en la fertilidad o capacidad reproductiva de las hembras, evidenciables por la disminución del número de partos, los ciclos estrales largos, períodos de anestros prolongados, mayor número de repeticiones de celo y  obtención de camadas más pequeñas con crías menos pesadas. Estas diferencias en la reproductividad de la hembra coinciden frecuentemente con una disminución de la calidad del semen en los machos. 
Sin embargo, se ha establecido como práctica común entre los productores porcinos, la eliminación de las hembras que no quedan preñadas después de 1 o 2 servicios. Si bien no puede descartarse la probabilidad de problemas reproductivos en esas hembras, no debe tampoco dejar de tomarse en consideración que, un bajo porcentaje de preñez y un alto porcentaje de retornos del celo al servicio de las hembras, ulteriormente, pueden ser indicativos de posible disminución de la fertilidad en los verracos.

Si bien se considera que los verracos evidencian un mayor potencial reproductivo en el trópico que en clima templado, bajo las condiciones imperantes en nuestro país, este mayor potencial no está siendo aprovechado satisfactoriamente debido a un manejo inadecuado de los verracos o al desconocimiento y no utilización de nuevas técnicas reproductivas, como por ejemplo, la inseminación artificial.

Según los estudios realizados en granjas porcinas venezolanas, se utilizan de 5 a 7 verracos por cada 100 madres, lo que representa una relación verraco/madre de 1:14-20,la cual es inferior a la proporción reportada en países de clima templado que alcanza a 1 verraco por cada 25 hembras reproductoras. Esta menor eficiencia nos demuestra claramente el negativo aprovechamiento del mayor potencial reproductivo señalado y la falta de adopción de técnicas que pueden mejorar la prolificidad y reproductividad de los planteles porcinos.

Definición y causas de infertilidad

Se define como infertilidad, a la pérdida temporal de la capacidad reproductiva del animal, en este caso del verraco, a diferencia de la esterilidad que es un estado permanente de incapacidad reproductiva.

La fertilidad de un verraco puede ser alta o baja; dependiendo de su mayor o menor reproductividad, que se determina por el número de descendientes por unidad de tiempo. La fertilidad es de gran importancia para la reproductividad, por cuanto la tasa de concepción, la tasa de preñez y el tamaño de la camada dependen en gran medida de la capacidad procreativa del verraco.

Entre los factores que pueden ocasionar problemas de infertilidad en los verracos, el de mayor significancia, es sin duda el manejo, el cual debe ser realizado a conciencia y con conocimiento de la capacidad fisiológica del animal. En tal sentido, es conveniente tener registro constante de su actividad reproductiva, el cual permitirá detectar variaciones o fallas en la reproducción a través de un minucioso análisis de los mismos, seguido de una evaluación seminal, para no caer en diagnósticos subjetivos.

Por lo general, los machos para reproducción son seleccionados a la edad de 6 a 7 meses; en esta edad los animales son sexualmente más inmaduros y sus órganos genitales aún están en desarrollo. El uso muy frecuente de estos animales provoca un desgaste rápido de las reservas espermáticas, presentándose eyaculados con espermatozoides inmaduros, lo que determina una disminución de su fertilidad que puede comprometer su futuro como reproductor.

El 50% de los verracos jóvenes seleccionados como reproductores son eliminados, debido a disfunción locomotora, baja libido, baja concepción y baja calidad seminal.

Numerosos investigadores recomiendan, que los verracos entre 8 y 10 meses, deben ser usados una vez a la semana, con el fin de permitir un mejor desarrollo de los testículos y mantener la renovación de espermatozoides en el epidídimo, para eyaculados normales, de acuerdo con la edad, ya que ésta influye en la calidad y cantidad del semen. Se ha observado que los verracos de la raza Yorkshire, son más precoces sexualmente que las Talas landrace, Duroc y Poland Manchado por lo que se recomienda que es tas últimas sean introducidas  los programas reproductivos, un mes más tarde. 

A nivel de granjas, se observo igualmente, una tendencia hacia el uso muy frecuente de macho que montan con rapidez y si problemas. Este uso excesivo determina que tales verracos disminuyan rápidamente su capacidad reproductiva entrando en un estado de baja fertilidad por agotamiento sexual.

Los verracos eyaculan casi la totalidad de los espermatozoides durante el primer servicio, siendo imposible recuperar su nivel de producción para el segundo  servicio del mismo días, lo que  se traduce en una disminución de la calidad seminal cuando la hembra está en el momento óptimo del celo, lo que trae como consecuencia, baja respuesta reproductiva.

Los trabajos realizados sobre la frecuencia de uso de los verracos y su relación con la fertilidad han demostrado un efecto más acentuado sobre la cantidad y menor sobre la calidad de los espermatozoides, sugiriendo el uso del verraco de dos o tres veces por semana, para mayor probabilidad de fecundación.

El comportamiento reproductivo de los verracos está ampliamente influenciado por el clima, variando de acuerdo con las épocas. Las altas temperaturas ambientales tienen un efecto negativo sobre la espermatogénesis, provocando un estado de infertilidad estacional. Estas altas temperaturas del aire, provocan aumento de la temperatura corporal y por consiguiente mayores temperaturas del contenido escrotal, que determinan una baja calidad del semen. Los machos mal adaptados al calor, tienen baja fertilidad cuando se encuentran en regiones cálidas. También los machos importados (en vías de adaptación), pueden quedar temporalmente con una fertilidad disminuida. El número total de espermatozoides por eyaculado, la vitalidad, la motilidad y el porcentaje de anormalidades espermáticas son afectados por las altas temperaturas, las cuales están en estrecha correlación con la fertilidad.

La producción y calidad de semen, no son afectadas por las temperaturas ambientales inferiores a 30°C, pero las temperaturas superiores a 33°C son negativas, interfiriendo con la es permatogénesis. Este efecto se observa entre 20 y 45 días después, variando de acuerdo con la duración del ciclo espermatogénico, que en el verraco es de 35 días.

Por estas razones, se sugiere, un mayor control ambiental durante las épocas de más altas temperaturas, suministrándole al verraco mejores condiciones de confort. Otro factor importante a considerar, se relaciona con la planificación y utilización de las instalaciones. Estas deben contar con un diseño que cubra las necesidades para un buen control ambiental. Se ha observado que el peor sitio de las instalaciones es para el verraco, cuando deberían ser las mejores. ya que hay un refrán muy común que dice: "el verraco es la mitad de la granja".

El tipo de verraquera, juega un papel importante en la fertilidad. Las instalaciones tradicionales, cuentan con verraqueras de bloques de 80 a 100 cm de altura, lo que permite al verraco apoyarse y masturbarse con la pared. Una hembra servida por un macho en esas condiciones, con toda seguridad va a repetir celo.

Igualmente, la construcción de comederos mal diseñados dentro del corral, así como colocar los bebederos a la altura de los testículos del verraco, provocan lesiones traumáticas durante la  monta,   instaurándose procesos inflamatorios, que de no ser  tratados inmediatamente, pueden llegar a complicaciones mayores como es la degeneración testicular.

Estos son sólo algunos aspecto del manejo que, con mayor incidencia, contribuyen a la infertilidad (muchas veces aparente) del verraco. Sin embargo, existe otros factores también importantes, pero que representan un menor porcentaje, como son los infecciosos, genéticos y nutricionales.

Es recomendable la evaluación periódica de la calidad semen de los verracos que, de acuerdo con los registros, estén presentando fallas reproductivas y los verracos jóvenes que van entrar a los programas de servicio.

El cuidado y protección de los machos reproductores y de las hembras (recién servidas), durante las épocas de más altas temperaturas, contribuyen a que no se presenten situaciones de "stress" por el calor que puedan interferir con sus procesos reproductivos.

El diseño de las construcciones debe efectuarse con el objetivo de que permitan un buen manejo de los verracos; en tal sentido, la construcción de una sala de monta circular con piso de tierra, puede asegurar una mayor supervisión sobre la conducta del animal durante el servicio. Igualmente, los galpones deberían contar con sistemas de control ambiental.

Todo aquel que desee información adicional acerca de lo tratado en este artículo, puede solicitarla personalmente o por vía epistolar a los autores del trabajo en el Instituto de Investigaciones Zootécnicas, CENIAP, vía El Limón, Maracay, Aptdo. 4653, C. P. 2105. Maracay, Aragua.