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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 31 Enero-Junio 1989 |
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FONAIAP DIVULGA No. 31 Enero-Junio 1989 |
Podischnus agenor (COLEOPTERA: Scarabacidae) Plaga potencial que cobra importancia económica en los estados Yaracuy y Lara Gustavo Yépez Gil., Dimas Medina
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El cultivo de la caña de azúcar juega un papel importante en el marco agroeconómico de la región centro-occidental del país. El daño producido por los dos insectos plagas de importancia económica, los taladradores del género Díatraea (Lepidóptera: Pyralidae) y la candelilla de la caña de azúcar Aeneolamía varía (Homóptera: Cercopidae) se traducen en pérdidas millonarias a pesar de que se han concentrado esfuerzos en el control de ambas plagas. No obstante, desde el año 1987, se han observado ataques severos del coco rinoceronte (Podíschnus agenor (Coleóptera: Scarabacidae) en varias fincas localizadas en el área de influencia del Central Río Turbio (estado Yaracuy). Ya para mediados de la década del 50, Pietro Guagliumi hizo la advertencia de que el coco rinoceronte pasaba de ser una plaga menor a una plaga de importancia en el área de influencia del Central Tacarigua (estado Carabobo). Posteriormente, perdió dicho status y ahora vuelve a recobrarlo. Caracterización y bioecologia Los adultos son escarabajos muy vistosos de color negro o marrón oscuro brillantes, miden de 4 a 5 cm de largo y unos 2 cm de ancho. Los machos llevan en su cabeza un cuerno recurvado hacia atrás y otro en el pronoto dirigido hacia adelante, de allí su nombre. Las hembras colocan los huevos en el subsuelo, de los cuales emergen larvas que se alimentan de material vegetal en descomposición llegando a enterrarse hasta más de 50 cm de profundidad y fabricando una cámara pupal de la que luego salen los adultos que se observan en cantidades a entrada de lluvias; generalmente, en los meses de mayo a julio. Durante las observaciones realizadas en los tablones de caña, encontramos algunas larvas alimentándose de semillas en descomposición que no lograron germinar y otros restos de cosecha incorporados al suelo cuando se realizaba control mecánico de malezas y durante la siembra. No obstante, la proporción de larvas no se corresponde con la cantidad de adultos observados posteriormente. por lo que consideramos que gran parte de ellos provienen de otros lugares, probablemente de áreas de vegetación nativa no disturbada. Daños causados El daño es producido por los adultos que realizan túneles en los entrenudos, ayudados con sus patas delanteras y sus mandíbulas, es muy llamativo debido a la gran cantidad de material que se observa en el exterior del tallo por el orificio de entrada. Estos daños son realizados en cañas de varias edades, dependiendo del estado en que se encuentren al comienzo de las lluvias. En plantas muy pequeñas el insecto daña el tallo en su base, lo que se presenta como un "corazón muerto", mientras que en las que ya han desarrollado el tallo, generalmente atacan el tercio superior. En los estudios realizados recientemente en el área del central Río Turbio, se cuantificó más del 20% de tallos afectados por los insectos en algunos tablones, lo que seguramente implica una pérdida económica sustancial.
Al calcular la disposición espacial de estos daños en un tablón de caña se encontró que se distribuyen regularmente hacia los bordes y al interior de la unidad de producción. También se hizo un seguimiento desde el momento de realizado el daño hasta la cosecha, con el objeto de conocer la respuesta de las plantas. Se observó que casi el 50% de éstas produjeron brotes laterales por debajo de la parte afectada, continuando su crecimiento en muchos casos, pero sin completar su desarrollo al momento de realizar la cosecha. Un 30% continuó un desarrollo aparentemente normal, aunque algunos se quebraron posteriormente y el resto presentó muerte de la parte superior al daño.
Posibilidades de control Hasta los momentos, el único método de control realizado en los estados Lara y Yaracuy, ha sido la recolección manual. No obstante, esta práctica es poco eficiente y muy costosa. Es necesario investigar otras medidas tales como el control biológico con algunos parásitos (avispas Scoliidae, hongos entomopatógenos, etc.) o depredadores ya conocidos (sapos), medidas culturales y control químico de larvas. |