FONAIAP DIVULGA > Colección > Número  32   Julio-Diciembre  1989

  FONAIAP   DIVULGA  No.  32                                                                                                                  Julio-Diciembre    1989


Consideraciones Generales Sobre la Explotación Caprina Tecnificada.

La cría de cabras en forma tecnificada se presenta en Venezuela como una interesante alternativa. Por una parte, las inversiones iniciales son relativamente pequeñas en relación con las estimadas para ganado vacuno, cerdos y aves, y por la otra, los ingresos y la rentabilidad son por demás halagadores. Sin embargo, no deben descuidarse aspectos básicos tales como: manejo alimenticio y sanitario convenientes; selección y mejoramiento permanentes y comercialización eficiente. En este artículo se analizan los argumentos técnicos y socioeconómicos que justifican la promoción de la cría tecnificada de caprinos mediante la utilización de razas especializadas y manejo intensivo de los aspectos nutricionales y sanitarios del rebaño.

Juvenal Castillo M.

Zootecnista, M.Sc. Investigador V. Estación 
Experimental Lara -FONAIAP. El Cují.


   Introducción 

   La cabra ha sido tradicionalmente criada en las zonas áridas y semiáridas de Venezuela, por familias de muy escasos recursos, con animales de muy baja producción individual. Los resultados de la investigación adelantada hasta la fecha por el Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias determinan que es altamente factible mejorar, en forma rápida, la capacidad productiva de la cabra criolla a través de su cruzamiento con reproductores importados de razas seleccionadas tales como: Saanen, Nubian y Apino Francés. 

   La cabra es un animal que ha demostrado poseer más alto poder de conversión de alimento en leche que el ganado bovino, lo cual, unido a su alta fertilidad, prolificidad, corto intervalo entre generaciones y resistencia a condiciones ambientales adversas, la hace una de las especies domésticas de mayor potencialidad.

  Tomando en consideración la tradición que existe en el país en la cría de cabras, especialmente en las zonas áridas y el potencial que tiene la especie, así como el mercado insatisfecho que se detecta en quesos y carne, es altamente recomendable el desarrollo de explotaciones tecnificadas, donde estos valiosos animales reciban la atención y manejos convenientes que les permitan exteriorizar todo su potencial genético. 

  Orientación de la explotación 

  La cabra debe ser criada básicamente para la producción de leche. Entre las razones que sustentan tal afirmación están: la alta eficiencia en la conversión de alimentos en leche, excelentes características nutricionales y medicinales de la leche de cabra y alto precio  alcanzado en el mercado mundial por su queso. Además, es conveniente destacar que la cabra es un animal de temperamento nervioso, siendo bastante difícil de manejar cuando se le cría en forma extensiva. Por el contrario, su permanente contacto con el hombre durante las labores del ordeño; las convierten en animales dóciles, fácilmente manejables. 

  En los países europeos tales como: Inglaterra, España, Italia, Suiza, Alemania y Francia, la cabra ha sido criada casi exclusivamente para la producción de leche, con la cual se fabrica una amplia variedad de quesos de gran demanda y excelente precio. 

  En Francia, país donde se han logrado progresos notables en la cría de cabras, los 900.000 animales que constituyen el rebaño nacional, producen anualmente más de 300 millones de francos (aproximadamente 1 mil millones de bolívares a precios de 1987) y permiten emplear más de 150 mil personas. La producción media global de leche es del orden de los 400 litros por cabra/ año, elaborándose unas 31 mi toneladas de queso, cifra que acusa un aumento de 85% en los últimos 15 años y representa 4% de la producción total de quesos en el país.

   Es indudable que nos llevará muchos años llegar a alcanzar el nivel de producción ostentado actualmente por Francia, Alemania, Suiza, etc. Sin embargo, también es cierto que la velocidad de mejoramiento inicial detectada es realmente impresionante. En el caso de animales media sangre Alpino x Criollo, la investigación realizada indica que éstas pueden producir un promedio de hasta 200 litros /lactancia (l/día), cuando sus madres criollas no producen más de 50 litros ( 300 g/día). 

   Por tal motivo, no es aventurado esperar que en una explotación tecnificada, en la cual se le suministre a los animales una adecuada alimentación y un estricto manejo sanitario, se lleve a cabo selección continua sobre las crías y se utilicen reproductores debidamente probados se pueda llegar, a mediano plazo, a igualar la cifra promedio de los países altamente desarrollados citados anteriormente. 

  Aspectos económicos 

  En los momentos actuales se observa en el país, un interés cada vez mayor por la explotación de cabras, no tan sólo por familias de escasos recursos, sino también por criadores económicamente prósperos, profesionales universitarios, ejecutivos retirados y técnicos de nivel medio. Tal interés es reflejo, por una parte, de los precios cada vez más remunerativos del queso y carne de cabrito en los mercados importantes del país, y por la otra, el convencimiento más firme de la factibilidad de la crianza de cabra, especialmente en ambientes difíciles. 

   Aun cuando se hace un poco difícil, por razones de gran cantidad de factores involucrados, hacer un análisis comparativo de la rentabilidad o, aún mejor, de la capacidad bruta de generar ingresos por parte de cabras y vacas, a título ilustrativo y con las limitaciones lógicas del mismo, pueden hacerse las siguientes consideraciones:

 Por razones de su pequeño tamaño y facilidad de manejo, la cabra requiere de la construcción de instalaciones y facilidades de bajo costo, si se comparan con los necesarios para el manejo del ganado vacuno para leche. La inflación actual en los costos de los materiales de construcción, maquinaria y equipo. Hacen necesario reflexionar sobre este punto.

 La cabra ha demostrado ser un animal mucho más eficiente en la conversión de alimento en leche que la vaca, este hecho lógicamente la hace más rentable, al tener menores necesidades globales de alimentos.

Por su propensión natural al ramoneo, la cabra utiliza en buena forma las malas yerbas arbustivas que invaden normalmente los potreros. En otras palabras, estos animales realizan un control natural de las malezas, a la vez que mejoran su ración alimenticia con el consumo de las mismas.

La cantidad de sólidos totales en la leche de cabra es superior a la de la vaca, lo cual hace que el número de litros de leche necesario para preparar un kilogramo de queso, sea mucho menor en la primera (5,5 l/kg), que en la segunda (8,0 l/kilo-gramo).

 Son reconocidas mundialmente las excelentes características nutricionales de la leche de cabra, así como su elevada digestibilidad y facilidad de utilización por niños, ancianos y enfermos. Tal hecho incide positivamente en el costo del producto. En los Estados Unidos por ejemplo, la leche pasteurizada de cabra tiene un precio muy superior a la de vaca. 

 En nuestro país, los quesos de cabra han tenido tradicionalmente un precio mayor que los de vaca, siendo la tendencia en nuestros días, por razones de la alta demanda y escasa oferta de los primeros, a ser aún mayor tal diferencia. 

   Tomemos como ejemplo teórico un rebaño de 100 cabras mestizas bajo condiciones de explotación semi-intensiva y adecuada tecnificación con un nivel promedio de producción de 300 litros por lactancia en 200 días (1,5 l/día); nivel que, como se indicó anteriormente, es fácil de alcanzar a relativo corto plazo. Provocando un destete precoz a los 60 días con suministro de raciones concentradas balanceadas a los cabritos, tendríamos un total de 210 litros de leche comercial por cabra (140 días x 1,5 l/día). 

   La producción total anual, sin tomar en cuenta que la cabra puede producir tres partos cada dos años, lo cual le hace completar la lactancia en menos de un año, con los consiguientes beneficios económicos, sería de 21 mil litros de leche, los cuales podrían transformarse en unos 3.800 Kg de queso, para un gran total a los precios actuales de Bs. 152.000. Si a esa suma le agregamos: unos 1.000 kg de cabrito a Bs.10/ kg en pie y 800 kg en animales de desecho (20 cabras /40 kg promedio) a Bs. 8/kg en pie, los ingresos brutos teóricos se elevarían a la cantidad de 168.400 Bs. (costos calculados para mayo de 1987). 

   Este rebaño de 100 cabras requeriría de una superficie que, de acuerdo con la intensificación que se produzca y al tipo de pasto o asociación utilizados, puede estar entre las 10 y 15 ha. Es decir, que los ingresos brutos se pueden estimar entre los 10 y 15 mil bolívares por hectárea. 

   Un rebaño de 100 cabras puede ser manejado eficientemente por el criador, su esposa e hijos, con muy poca utilización de mano de obra asalariada. Los costos en alimentos concentrados, medicinas preventivas y curativas, pueden considerarse proporcionalmente similares a los del ganado vacuno. Sin embargo, las inversiones iniciales resultan relativamente mucho menores. Todo esto, sin tomar en cuenta los grandes riesgos que se corren por el alto precio individual del ganado vacuno (la muerte natural o accidental de una vaca representa una pérdida diez o más veces mayor que la de una cabra). 

   La cabra, ¿destructiva de la vegetación?               

   La pregunta que lógicamente cabría hacerse, luego del análisis económico anterior y el cual demuestra fehacientemente una más alta rentabilidad de la cría de cabras en relación con el ganado vacuno, seria: ¿por qué entonces mucho más del 90% de la producción de leche en el mundo se apoya en la ganadería vacuna? La respuesta a tal pregunta, no es fácil, ya que se hace necesario revisar la situación desde múltiples aspectos: histórico, social, económico, etc. 

  Tradicionalmente, la cabra ha sido considerada como destructora de la vegetación y por lo tanto, gestora de procesos erosivos. Sin embargo, la investigación realizada en años recientes, en algunos países de América, África, Asia, etc., ha demostrado la falsedad de tal aseveración. En la región Centro-Occidental de Venezuela, técnicos de FUDECO afirman que la vegetación de espinar en la zonas áridas está aparentemente en un estado semejante al original y demuestra poco daño debido al ganado caprino. Es posible que ellos hayan cambiado la composición florística de la vegetación y hoy, las especies poco apetecidas por el ganado caprino predominen en todo el estrato bajo. Al contrario de lo que se cree, son más graves las destrucciones en los matorrales por ganado bovino que por el caprino en los espinares. 

   Lógicamente, se hace muy difícil cambiar en corto tiempo, la tradicional imagen de la cabra como animal destructivo. Sin embargo, en casi todos los países del mundo y particularmente en los subdesarrollados, se observa una tendencia a colocar la cabra en la posición que le corresponde dentro del proceso productivo, luego de un largo período, donde la consigna fue la de su exterminio, tal y como ocurrió en Venezuela durante el período 1952- 1958. En algunos países latinoamericanos, tales como México, Perú, Argentina, Brasil y Venezuela, se realizan esfuerzos, cuyos resultados servirán como base de importantes programas de desarrollo.

  Implicaciones socioeconómicas 

  La cabra, por otra parte, ha estado ligada socialmente a los estratos de población de más bajos recursos, lo cual hace que psicológicamente se le relacione con la pobreza que la rodea. Es un hecho común, en nuestro país, que los criadores de caprinos más prósperos, tiendan a la larga a cambiar a ganadería vacuna, aun con las dificultades y desventajas económicas que tal cambio les ocasiona. 

   La tendencia mundial ha sido siempre, a la intensificación de la producción de leche en base a ganado vacuno. Tal hecho ha provocado siglos de selección y mejoramiento en dicho ganado con los resultados de alta producción logrados en la actualidad con animales de las razas nobles de alta producción. En caprinos, es poco lo que se hecho en tal sentido y se limita a esfuerzos aislados con resultados poco valiosos. 

   El hábito de consumo influyen  también de manera notable en la  poca aceptación, por parte del  público en general, de la leche cabra. Es indiscutible que su  sabor es más fuerte y está altamente influenciado por la diversidad de especies arbustivas por ellos consumidas. Este factor influye  negativamente en la uniformidad necesaria del producto para que sea apetecible por grandes grupos de personas. 

    Las consideraciones anteriores nos llevan a aceptar, que durante mucho tiempo aún, la leche cabra será transformada en su casi totalidad en quesos, estando su consumo, en forma completa (cruda o pasteurizada), limitado a un muy bajo porcentaje de personas que por razones de edad salud la requieren diariamente.

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