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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 32 Julio-Diciembre 1989 |
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FONAIAP DIVULGA No. 32 Julio-Diciembre 1989 |
Aunque el girasol es un cultivo de reciente introducción, a nivel comercial, constituye una fuente importante de aceite vegetal de alta calidad, con un amplio potencial de producción en diversas regiones del país. Sin embargo, al igual que todos los cultivos, se ve afectado por diversas enfermedades causadas por hongos, principalmente, y por bacterias en menor grado. Hasta el momento se han detectado en el país 14 enfermedades: 11 causadas por hongos y 3 por bacterias. En este trabajo se describen sus síntomas principales y las medidas de control recomendadas para cada una de ellas. Asdrúbal Aponte. |
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Introducción En los países donde el girasol es un cultivo tradicional, se han señalado más de 35 enfermedades. La mayoría de éstas, son producidas por hongos. Algunas como el mildiú, la roya, la marchitez y pudrición por Sclerotinia, 1a marchitez por Verticillium, la pudrición del tallo por Phoma y las manchas por Alternaria, son consideradas las más importantes en la producción comercial de girasol. Otras enfermedades ocasionalmente observadas y que frecuentemente adquieren altos niveles de severidad, son: pudrición del capítulo causada por Rhizopus, pudrición de la base del tallo por Macrophomina y la mancha foliar por Septoria. La literatura señala que la importancia de las enfermedades del girasol varía anualmente, según la incidencia de factores biológicos y climáticos, y de las prácticas de manejo de cultivo. Por ejemplo, la roya (Puccinia helianthi), que es una enfermedad de amplia distribución mundial, se presenta con intensidad variable en las principales áreas de producción, mientras que enfermedades como la pudrición de la base del tallo por Macrophomina phaseolina y el mildiú, Plasmopara halstedii, están restringidas en su distribución por factores climáticos. Seguidamente, se presenta una relación de las enfermedades detectadas en Venezuela, indicando agente causal, síntomas y control según lo señalado en la literatura. Enfermedades causadas por Hongos Oidio o mildiú polvoriento (Oidium sp. estado sexual: Erysiphe cichoracearum D.C.). Síntomas: Se caracterizan por la presencia de un polvillo blanquecino en las partes aéreas de las plantas, principalmente en las hojas, pero ocasionalmente en los tallos y brácteas, luego las partes afectadas toman una coloración parduzca, terminando con necrosis y muerte del tejido. En condiciones favorables para el desarrollo del patógeno, las lesiones pueden crecer y unirse hasta llegar a infectar casi toda la planta. La estructura blanca o polvillo representa la esporulación del estado asexual del hongo Oidium sp. El estado sexual del mismo no ha sido observado en nuestro país. Es importante destacar que la enfermedad se presenta en la época seca, generalmente al final del ciclo vegetativo del cultivo. Control: La deficiencia de boro incrementa la susceptibilidad del girasol al oidio; por lo tanto, se debe fertilizar adecuadamente y si existe deficiencia de boro en el suelo, se puede corregir añadiéndole bórax en cantidades muy pequeñas de aproximadamente 2- 4 kg/ha. Las infecciones en plantas jóvenes se pueden controlar con Morestán 25% PM o con Benlate (benomil) en dosis de 1 g/l de agua. Pudrición seca del tallo (Botryodiplodia sp.). Síntomas: En las plantas infectadas se observa pudrición seca del cuello, tallo y base de los pecíolos, extendiéndose hasta la lámina foliar y las brácteas florales. Se conocen pocos detalles de esta enfermedad, la cual fue señalada en 1974 en el estado Portuguesa, sin que hasta el presente haya sido detectada nuevamente.
Síntomas: El más común es la destrucción de los tejidos de la base del tallo y de la parte superior de las raíces, que presentan una coloración negra característica causada por la abundante producción de esclerocios del hongo, fácilmente visibles al remover la epidermis. Los tallos severamente afectados se presentan huecos y quebradizos, por lo que bajo cualquier presión se doblan o acaman por la base. Las masas de esclerocios ocasionan una decoloración de la base del tallo que se torna de color pardo. Las plantas pueden ser afectadas desde los estados iniciales de su desarrollo, pero generalmente los síntomas típicos sólo son observados a partir del estado de floración. Altas temperaturas del suelo y deficiencias hídricas favorecen el crecimiento del patógeno, predisponiendo las plantas a la infección, lo cual ocasiona maduración prematura y reducción de los rendimientos y calidad de la semilla. Control: Las medidas de control sugeridas serían aquellas que reduzcan la exposición de las plantas a las altas temperaturas ya las deficiencias de humedad en el suelo, lo que reduciría las pérdidas en rendimiento. La siembra temprana, el uso de cultivares de maduración precoz y el riego adecuado, pueden ayudar a minimizar las pérdidas. Pudrición de la base del tallo (Sclerotium rolfsii Sacc.). Síntomas: Los síntomas primarios se presentan en la región del cuello de la planta como una pudrición húmeda al principio y luego seca, de color marrón, produciendo necrosis de los tejidos. La necrosis puede ascender por el tallo o descender hacia las raíces, hasta provocar estrangulamiento de la base del tallo. Cuando esto sucede, las plantas tienden a exhibir el síntoma secundario caracterizado por marchitez. En condiciones de alta humedad relativa y alta temperatura, se observa en la región afectada del cuello de las plantas el desarrollo de un micelio de color blanco y la formación de esclerocios, inicialmente de color blanco cremoso y posteriormente marrón oscuro. Las plantas en los estados más avanzados de la infección presentan marchitez y finalmente mueren. Control: Evitar la siembra en suelos pesados o con poco drenaje y efectuar rotaciones de cultivo con cereales. Roya (Puccinia helianthi Schw.). Síntomas: Se manifiestan como pequeñas pústulas circulares, de color anaranjado a marrón oscuro, polvorientas, distribuidas sobre la cara inferior de las hojas, siendo más comunes en las hojas bajeras, progresando hacia las hojas superiores. Las pústulas pueden estar rodeadas de pequeños halos amarillos. En infecciones severas pueden aparecer pústulas en pecíolos, tallos y brácteas del capítulo, produciendo grandes áreas afectadas en la superficie foliar, lo que causa senescencia prematura de las hojas y reducción en la producción y calidad de la semilla. La severidad de la roya puede variar de acuerdo con la edad de la planta, condiciones ambientales y resistencia del cultivar. Las condiciones más favorables para la infección de la roya son temperaturas entre 18 y 24°C y alta humedad relativa. Control: El método más eficaz es mediante el uso de cultivares resistentes. Mancha angular (Alternaria helianthi (Hansf.) Tubaki et Nishihara). Síntomas: El hongo produce manchas en las hojas, pecíolos, tallos y partes florales. Los síntomas iniciales en las hojas son pequeñas puntuaciones de color marrón claro, de 1 a 2 mm de diámetro, rodeadas de un halo clorótico incipiente. A las 24-48 horas las manchas se hacen más grandes, toman forma irregular con bordes aproximadamente rectos, adquieren un color marrón oscuro y están rodeadas de un halo amarillo evidente. A medida que avanza la infección las lesiones se hacen más grandes, se tornan de color marrón negruzco, se unen y terminan por producir necrosis en grandes áreas de las hojas y, en casos severos, defoliación prematura. Las manchas en el pecíolo son alargadas, estrechas, ligeramente hundidas y de color marrón oscuro, mientras que en tallos y flores las manchas son de forma irregular y de color marrón negruzco. Control: Se ha observado que la enfermedad se presenta con alta incidencia y severidad en la estación lluviosa, por lo cual es recomendable establecer las siembras a finales del período de lluvias. Otra posible medida de control sería mediante la siembra de variedades resistentes. Marchitez (Fusarium sp.). Síntomas: En plantas jóvenes y adultas los síntomas se caracterizan por marchitez y secamiento de las hojas. Además, en las raíces principales a nivel del suelo, en el cuello y parte inferior del tallo, se observa internamente una coloración marrón, producto de la actividad del hongo sobre los haces conductores de la planta, los cuales son destruidos, impidiendo así la translocación del agua y otras sustancias. Posteriormente, se presentan los síntomas de marchitez general del follaje y muerte de la planta. Control: La baja incidencia de la enfermedad no amerita control químico; sin embargo, se recomienda el entresaque de las plantas enfermas. Pudrición del capítulo (Rhizopus sp.). Síntomas: Se caracterizan inicialmente por presentar en la parte inferior del capítulo, manchas acuosas irregulares, de tamaño variable que posteriormente son de color marrón. La consistencia del receptáculo se torna esponjosa y se cubre de micelio y esporangios de color gris negruzco o negro, fácilmente visibles en las partes infectadas. La enfermedad induce la formación de semillas de poco peso y de menor contenido de aceite. Los pájaros y los insectos parecen tener gran importancia en el inicio de la infección y su posterior dispersión. La pudrición del capítulo se ha presentado esporádicamente y puede ser importante en períodos de alta humedad relativa. Control: Se debe evitar la siembra en épocas cuando predomine alta humedad relativa. Actualmente su baja incidencia no amerita el uso de fungicidas. La literatura señala un control efectivo al aplicar una solución de 0,2% de Quinolato 20 (8-quinolinolato de cobre) al final de la floración o cuando aparecen los primeros capítulos podridos.
Mancha negra del tallo (Phoma oleracea var. helianthi - tuberosi Sacc). Síntomas: Se caracterizan por la presencia de manchas en el tallo, inicialmente de color marrón oscuro y posteriormente negras, que comienzan a formarse en el punto de inserción del pecíolo al tallo y luego se alargan tomando la forma de escudo con bordes bien definidos. En condiciones de alta humedad relativa, altas temperaturas y precipitaciones frecuentes, las manchas tienden a formarse en otros puntos del tallo y se hacen confluentes, pudiendo ennegrecer todo el tallo. El patógeno también puede producir lesiones superficiales negras en el capítulo (receptáculo y brácteas) y en las hojas, pero son más comunes en el tallo. En ninguno de los órganos afectados se produce desintegración del tejido, pudiendo presentarse con infecciones severas, adelgazamiento, enanismo y reducción del tamaño del capítulo en las plantas más viejas. Control: Como se trata de una típica enfermedad de predisposición; es decir, que se presenta cuando se dan las condiciones ambientales favorables y en el estado de madurez del cultivo, esto hace innecesaria la aplicación de fungicidas. Mancha marrón del tallo y Tizón foliar (Phomopsis helianthi, estado sexual: Diaporthe helianthi Munt-Cvet. et al). Síntomas: El patógeno produce manchas en las hojas y en el tallo. La infección inicial comienza generalmente en el borde y parte apical de la hoja, donde se forma una mancha grande, irregular, de color marrón claro, rodeada de un halo amarillento algo difuso. Paralelamente, la nervadura principal se torna marrón y se seca posteriormente, al igual que la parte afectada de la hoja, la cual adquiere rápidamente una textura quebradiza. El patógeno pasa de la hoja al pecíolo y al punto de inserción con el tallo o axila, pudiendo penetrar al tallo. En la axila de la hoja se produce una mancha de color marrón claro sobre el tallo, la cual rápidamente se extiende hacia arriba y abajo, pudiendo abarcar todo el perímetro del tallo. Posteriormente, las manchas adquieren un color marrón oscuro, la superficie presenta un brillo plateado y finalmente su color es marrón negruzco opaco. En infecciones severas el patógeno penetra a la médula, provocando su destrucción parcial sin ocasionarle coloración alguna y como consecuencia el tallo se quiebra fácilmente. Es una enfermedad típica de estados avanzados de madurez del cultivo en época de lluvia. En este estado, su diferenciación con otras enfermedades del tallo resulta difícil, ya que generalmente aparecen simultáneamente las manchas causadas por Phoma oleracea y Alternaria helianthi. Control: La literatura señala como las medidas más importantes: la destrucción de restos de cosecha y luego incorporarlos al suelo; utilizar una adecuada densidad de siembra; controlar los insectos taladradores, pues la penetración del patógeno se facilita a través de las lesiones, y mantener una correcta rotación de cultivos, donde no debe incluirse soya. Mancha septoria (Septoria helianthi EII et Kell.). Síntomas: Al inició, se producen manchas aproximadamente angulares a ligeramente circulares, de color marrón claro en la cara superior de la hoja y marrón grisáceo claro en la cara inferior. En ambos casos, en las lesiones iniciales se forma un halo amarillo tenue que rápidamente se torna verde claro y se confunde con el verde normal de la hoja. En nuestras condiciones, estas manchas cuando son más viejas toman un color blanco grisáceo, cayéndose el tejido afectado. La infección comienza por las hojas bajeras y avanza hacia las hojas superiores, produciendo, en algunos casos, marchitez y secamiento de las hojas. La enfermedad se ha observado esporádicamente y con baja incidencia en zonas ,de temperatura y humedad relativa altas. Control: La enfermedad es de relativa poca importancia, por lo tanto, no amerita ningún método de control. Sin embargo, en otros países donde la enfermedad tiene importancia económica se recomienda la rotación de cultivo y el uso de semilla libre del patógeno. Enfermedades causadas por Bacterias Tizón bacteriano (Pseudomonas sp., posiblemente P. syringae). Síntomas: Están representados por manchas foliares húmedas, de color castaño oscuro, pequeñas, de forma angular y rodeadas de un halo amarillo. Cuando la infección es severa las manchas se unen (coalescen) y causan extensos quemados. Mancha angular (Pseudomonas sp., posiblemente P. helianthi). Síntomas: Se caracterizan por manchas foliares angulares, de color marrón oscuro, con o sin halo amarillo y necrosis en los pecíolos y nervaduras. Inicialmente, las dos enfermedades descritas son similares en cuanto a sintomatología y son causadas por bacterias del género Pseudomonas del tipo fluorescente, por lo que pudiera tratarse de una misma enfermedad. Control: Debido a su baja incidencia y distribución, se puede considerar que por ahora no hay necesidad de controlar químicamente estas enfermedades; sin embargo, se recomienda el entresaque de las plantas enfermas cuando la infección se presenta con baja incidencia y niveles altos de severidad en plantaciones jóvenes. Pudrición del tallo (Erwinia sp.). Sintomas: En la inserción del pecíolo de la hoja (axila) comienza una pudrición blanda de color marrón, la cual se extiende hacia arriba y abajo en la parte interna del tallo, observable fácilmente al hacer un corte longitudinal del mismo. Finalmente, a causa del viento y el peso del capítulo, las plantas se doblan en el lugar de la infección, oscureciéndose externamente el tallo en esta área. La enfermedad se presenta en cultivos establecidos en la época de lluvia y en plantas adultas. La bacteria puede penetrar a diferentes alturas del tallo a través de aberturas naturales o por heridas causadas por insectos taladradores. Control: A pesar de que la enfermedad no ha sido estudiada en detalle, dadas las características epidemiológicas y severidad observadas, se recomienda sembrar el cultivo a salidas de lluvias y tratar la semilla con fungicidas basados en oxicloruro de cobre o de acción protectora y sistémica, como el Vitavax. Enfermedades causadas por Virus Hasta el momento no se ha comprobado mediante pruebas de trasmisión, la presencia de enfermedades virales en el cultivo del girasol en Venezuela, sin embargo, se han observado síntomas similares a los producidos por el mosaico común del girasol. Síntomas: Consisten en un moteado clorótico de las hojas; es decir, mosaico típico con áreas de color verde claro distribuidas en la lámina foliar. En otros casos, las plantas con síntomas sospechosos de virosis, presentan ampollas amarillentas y severas deformaciones en las hojas. Control: Aun cuando no se han realizado las pruebas de transmisión del posible virus, ni la detección con microscopio electrónico de la partícula viral, se aconseja arrancar y destruir las plantas sospechosas, para eliminar así la presunta fuente de inóculo. La literatura señala la transmisión del virus en forma mecánica, así como también por medio de los áfidos Myzus persicae y Aphis coreopsidis. Igualmente, indica que los principales hospederos de este virus son: el cadillo rocero o pega-pega (Bidens pilosa L.) y la hierba meona o cachito (Acanthospermum hispidium D. C.). Ambas plantas son hierbas anuales comunes en nuestro país y normalmente consideradas como malezas.
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