FONAIAP DIVULGA > Colección > Número  33   Enero-Junio  1990

  FONAIAP   DIVULGA  No.  33                                                                                                                         Enero-Junio    1990


Factibilidad de la producción de Trigo en el Estado Mérida 

En Venezuela el trigo se cultiva desde la Colonia. Se producía en pequeña escala en los estados Aragua, Lara, Mérida y los Valles de Caracas. orientándose fundamentalmente hacia el consumo familiar. Luego, se extendió hacia otros estados del país y adquirió mayor importancia en los andinos. donde actualmente se produce en pequeñas cantidades. Su comportamiento productivo no se diferencia de otros rubros agrícolas de importancia económica, cuya producción ha sido vulnerada por la acumulación de capital procedente del sector petrolero y la cual ha servido para la compra de productos agrícolas a otros países, degenerando en una peligrosa dependencia, manifestada en un alto porcentaje de importación de alimentos para satisfacer las necesidades de la dieta básica.

Ranulfo Manchego N.

Ingeniero Agrónomo. Investigador II. FONAIAP-
Estación Experimental Mérida. Mérida.


  En este artículo se aspira dar a conocer cuál ha sido la evolución de la producción triguera en Venezuela. Se hace un análisis retrospectivo hasta llegar a la situación actual y se proponen algunas alternativas ante la evidente necesidad de fortalecer de nuevo la producción interna de alimentos, como una necesidad estratégica de independencia y soberanía de la nación venezolana y como una necesidad social de garantizar a la población una dieta alimenticia de buena calidad y a bajo costo.

  La producción de trigo en Venezuela 

  El trigo se estableció en Venezuela como cultivo de subsistencia y no como un rubro de venta destinado a generar ingresos al productor.

  De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Fomento, los estados con mayor producción de trigo en Venezuela para el año 1950, eran Táchira, Mérida y Trujillo, con una superficie sembrada de 13063 ha, una producción de 5369 t y un rendimiento promedio de 411 kg/hectárea.

  La mayor concentración en estos tres estados, estuvo determinada sobre todo por las necesidades climáticas del cultivo, tales como baja temperatura, humedad relativa y necesidad suplementaria de riego, ya que éste se hacía en ese momento, específicamente por gravedad (acequias).

  Si analizamos las estadísticas actuales en lo referente a Venezuela, se observa que para el año 1990, se produjeron solamente 302 toneladas. Esta disminución, en cuanto a la producción de trigo en el país, ha estado determinada por lo siguiente:

-Factores internos de generación de divisas a través de la renta petrolera que permitía la importación de alimentos a bajo costo.

-Baja rentabilidad de la mayoría de los rubros del sector agrícola y en particular del trigo, lo cual no incentivaba a los productores al aumento de su producción.

-Factores externos por las ventajas competitivas que presentaban otros países en cuanto a condiciones climáticas y económicas, las cuales permitían obtener grandes producciones del grano a costos muy bajos.

Trigo en proceso de fructificación. Campo Experimental Mucuchíes (Mérida)

  Durante ese desarrollo de la producción triguera en Venezuela, hubo preocupación en el país en tratar de recuperarla mediante el fortalecimiento de la investigación agropecuaria y del intercambio tecnológico con otros países como Israel y los del área andina, con la perspectiva de obtener variedades altamente rendidoras adaptadas a las condiciones ecológicas de la región andina venezolana ya otros estados de condiciones diferentes tales como los centrales, lo que hacía factible su introducción.

  Es así como se trae material gen ético de otros países para ser probado en Venezuela, obteniéndose rendimientos hasta de 3000 kg/ha a nivel experimental muy superiores a los 400 kg/ha obtenidos por los productores.

  Sin embargo, se determinó que esa producción no se auto sostenía sobre todo en las áreas de baja altitud sobre el nivel del mar, debido, según algunos investigadores, a no presentarse en ellas condiciones climáticas, específicamente, de bajas temperaturas nocturnas que aseguren una producción permanente del cultivo. De ahí que algunos expertos observen que estas áreas no sean muy propicias para el establecimiento del trigo y, también, por la limitación económica al no ser un cultivo que pueda competir con otros (sorgo, maíz, girasol) de mayor adaptación en esa zona y de una mayor rentabilidad.

  Los mismos expertos señalan que el área potencial de producción es la definida por los estados andinos, pero presenta agravantes de tipo erosivo, de topografía de los suelos, enfermedades y métodos de producción rudimentarios, factores que limitan, según ellos, la expansión del cultivo.

  Perspectivas del cultivo del trigo en Venezuela

  Partiendo del análisis anterior, la región de los Andes es la que presenta las mayores ventajas comparativas en cuanto a las condiciones ecológicas que hacen factible el cultivo de trigo. La otra región con posibilidades de implantación del cultivo sería la región de los Llanos Centrales, pero con las limitantes señaladas anteriormente.

  Ahora bien, analicemos cada región en particular. Actualmente en la región de los Andes quedan reminiscencias en cuanto al cultivo del trigo, donde destaca el estado Mérida, con una concentración del cultivo en los pueblos del sur y en los distritos Rivas Dávila y Rangel.

  Las características más resaltantes de esta forma de producción son las siguientes: producción orientada al autoconsumo con la venta de excedentes al mercado, mano de obra familiar, poca utilización de insumos químicos y en su mayoría los propietarios cuentan con superficies pequeñas en sus unidades de explotación.

  Se observa también en estas unidades, una diversidad de rubros con predominio de papa, arveja, avena, cebada, hortalizas, ganado ovino y caprino, etc.

  Según lo señalado por algunos investigadores del sector agrícola, la producción de algunos rubros y sobre todo los destinados a la dieta básica directa, deben ser producidos en las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas, pues son éstas las que presentan mayor estabilidad en situaciones de crisis por su menor vulnerabilidad a los vaivenes del mercado.

  Si actualmente se cultivan en la región de los Andes 1 500 ha y si se supone que el productor eleva sus rendimientos de 400 a 1 500 kg/ha, con base en el uso de variedades mejoradas y con la aplicación de abono orgánico y riego, se podría producir en corto plazo la cantidad necesaria para satisfacer las necesidades de la población en esa región y parte del resto de la población del país.

  Si se hace una proyección con respecto a las necesidades de trigo en el país, tenemos lo siguiente:

  El consumo per cápita diario es aproximadamente de unos 20.000.000 x 50 g/día = 1.000.000.000g = 1.OOO t diarias x 360 días = 360.000 tal año, con un rendimiento de 1 500 kg/ha, se necesitarían, en consecuencia, 24.000 ha, las cuales pueden ser cubiertas fácilmente por los estados andinos y los Llanos Centrales, bajo el sistema de siembra diversificada del trigo con otros rubros o cultivos.

  En cuanto a las áreas más bajas y con mayores limitaciones ecológicas para el establecimiento del cultivo, éstas se podrían especializar en la producción de trigo para el consumo animal, cuya alternativa de producción y análisis de la misma implica un estudio previo y profundo de las condiciones agro ecológicas y socio económicas de los mismos. Sin embargo, es posible plantearse la siguiente hipótesis:

  El establecimiento del cultivo de trigo en la zona de los Llanos Centrales de Venezuela, tiene que partir de planteamientos concretos con la perspectiva de asegurar a los productores que el trigo puede ser un cultivo con ventajas comparativas en relación con el sorgo, girasol y otros cultivos utilizados en la alimentación animal. Al mismo tiempo. el Estado venezolano debe incentivar su producción a través de la asistencia técnica, el crédito y la investigación.