FONAIAP DIVULGA > Colección > Número  36   Abril-Junio  1991

  FONAIAP   DIVULGA  No.  36                                                                                                                           Abril-Junio    1991


La Leucaena: alternativa Forraje promisoria en el establecimiento de bancos 
de proteínas en las zona de bajo tocuyo (Falcón)

 Como parte del proyecto de evaluación y mejoramiento de los sistemas de producción de bovinos de doble propósito (área Bajo Tocuyo), se ha evidenciado la necesidad de emplear forrajes tropicales en la alimentación de los rebaños, debido al alto precio de los alimentos concentrados. La leucaena se presenta como una alternativa para cubrir estas necesidades proteicas, habiendo demostrado su potencial y adaptabilidad a las condiciones agroecológicas imperantes. Este artículo trata sobre la leucaena, su uso en los llamados Bancos de Proteína, su establecimiento y otros aspectos agronómicos y forrajeros de importancia para los productores de la zona del Bajo Tocuyo.

Alexander Sánchez

Ingeniero Agrónomo 
Fonaiap-Estación Experimental Falcón


   En la alimentación bovina, el uso exclusivo de proteínas a base de gramíneas, no permite reflejar el potencial productivo que pueda tener el rebaño, dado las características propias de los pastos tropicales, que presentan bajos niveles de proteínas digeribles y altas tasas de fibra, También se ha demostrado que aun en condiciones de buen manejo agronómico de los pastos, la suplementación dirigida y dosificada, mediante el uso de alimentos concentrados, aumenta la producción de vacas bajo pastoreo. No obstante, para este momento la suplementación con concentrados se hace prohibitiva, debido a sus altos costos. 

   Desde los años 40 se viene trabajando en la búsqueda de alternativas económicas y factibles que puedan sustituir, en gran parte, el uso de alimentos concentrados sin que baje la producción de la finca. Una de las alternativas que se ha manejado es el empleo de leguminosas forrajeras como subsidiarias de proteínas y minerales en la alimentación animal. Dentro de la amplia gama de leguminosas forrajeras se cuenta con una arbustiva conocida como leucaena (Leucaena leucocephala Lam.), que por sus características nutritivas constituye una forrajera de elevado potencial en la alimentación bovina, pudiéndose emplear asociada con gramíneas o mediante bancos de proteínas, sistema éste que se está fomentando en el país. 

   A continuación se detalla información sobre la experiencia adquirida en la zona del Bajo Tocuyo, estado Falcón, con el uso de la leucaena como banco de proteínas y algunos aspectos agronómicos importantes. 

 Banco de proteínas con leucaena 

  El banco de proteínas se puede definir como una parcela o potrero sembrado exclusivamente con determinada leguminosa forrajera de alta producción y subsidiaria, en gran parte, de las necesidades proteicas de la dieta diaria del rebaño. 

  En el proyecto titulado Evaluación y Mejoramiento del Sistema de Doble Propósito, concebido en el marco de la investigación/desarrollo que se lleva a cabo en la zona del Bajo Tocuyo, estado Falcón y Aroa, estado Yaracuy, se ha venido trabajando con la comprobación de esta nueva tecnología utilizando la especie leucaena, cuyo rango de producción de proteína cruda oscila entre 17 y 31% en base de materia seca. 

   La suplementación con esta especie se ha dirigido prioritariamente a las vacas en producción con el objeto de reducir los altos costos (39,5% del gasto global) que representan el empleo de alimentos concentrados para mantener y/o aumentar la producción de leche en aquellas fincas con intensificación en este rubro. Adicionalmente, la leucaena ha demostrado un gran potencial de adaptación a las condiciones agroecológicas imperantes en esta zona. 

  Variedades 

   Las numerosas variedades de esta especie se han clasificado en tres grupos principales de acuerdo con el tamaño, madurez y hábitos de crecimiento: 

     a. Tipo hawaiano. Puede alcanzar una altura de 5 m y una floración temprana, aunque su producción de materia seca es temprana. 

     b. Tipo salvadoreño. Es un árbol que puede llegar a medir 20 m de altura y presenta una floración tardía. Se usa como fuente de combustible, madera y pulpa. 

     c. Tipo peruano. Puede llegar a medir 15 m, su floración es tardía y la producción de forraje es alta. Con este tipo se está trabajando en la zona del Bajo Tocuyo con muy buenos resultados; el control de la altura óptima de las plantas se logra a través de las podas dirigidas. 

  Establecimiento de un banco de leucaena 

    Preparación del suelo. Debe realizarse una adecuada preparación, con el objeto de garantizar a las semillas una buena cama para su germinación. En el Bajo Tocuyo se realizó mediante tracción animal con resultados muy satisfactorios. Por la misma limitación del método, se prepararon 40 cm de banda por hilera a sembrar, evitando así el excesivo esfuerzo físico, tanto del operador como del animal. 

    Escarificación. La semilla de leucaena posee una cáscara o testa sumamente dura, que la hace impermeable y dificulta su germinación. Se recomienda someterla a un tratamiento conocido como escarificación, a través del cual se logra hacerlas permeables. Las semillas empleadas en Bajo Tocuyo fueron tratadas químicamente con un producto de uso doméstico (destapador de cañerías La Garza), durante cuatro minutos, lográndose un porcentaje de germinación del 80 por ciento. 

   En el proceso de escarificación se debe aprovechar para extraer las semillas vanas existentes en el lote. Al verterlas en un envase con agua, las semillas potencialmente germinables se irán al fondo, mientras que las vanas quedarán flotando, pudiendo separarse en este momento unas de otras. 

   Densidad de siembra. En este cultivo es muy variada y está sujeta al uso y manejo que se haya planificado. Específicamente, en la parcela de Bajo Tocuyo fue de 16667 plantas/ha (2,0 x 0,3 m), destinándose para pastoreo. Esta densidad permite mejorar el manejo del rebaño en el banco y evita pérdidas de plantas por la acción del desplazamiento de los animales durante el pastoreo. En fincas que cuenten con rotativas y exista escasez de mano de obra, es recomendable usar una mayor distancia entre hileras (3 a 4 m) con la finalidad de realizar las labores de mantenimiento.

  Labores agronómicas 

   Control de malezas.  Las primeras fases de crecimiento de la leucaena son muy lentas, siendo tal condición factor predisponente a la competencia de las malezas. Esto hace que las labores de mantenimiento del banco de proteínas sean más continuas en esta etapa, con el fin de garantizar un buen establecimiento sin mayores retrasos. Se recomienda mantener la parcela libre de malezas durante los primeros 60 a 80 días después de la siembra. El enmalezado mantenido después de 20 días de la germinación, disminuye decisivamente el crecimiento, sin posibilidades de recuperación. 

   Poda. De acuerdo con la literatura y las experiencias de campo adquiridas con esta leguminosa en la zona de Bajo Tocuyo, la finalidad de esta práctica es doble: 

 -Conformación de las plantas: se trata de estructurar las plantas a baja altura, con un esqueleto o armazón de numerosas ramas, buscando con ello una buena relación hoja-tallo (material comestible; material no comestible). Las alturas de poda empleadas en la zona fueron de 30 cm en la primera (seis meses después de la siembra) y 50 cm en el segundo corte (dos meses después), llegándose a establecer una última poda a los 70 cm. Así se logró conformar una planta con porte bajo, de 1 ,2 a 2 m, lo que facilita el eficiente ramoneo de los animales. 

 -Mantenimiento del plantel: tienen por objeto mantener el banco de proteínas lo más uniforme posible y eliminar las ramas maduras cargadas de vainas. La frecuencia con que se puede realizar esta labor es de una o dos veces por año.

   Fertilización. La época en la cual es necesario fertilizar corresponde a la etapa temprana de crecimiento, cuando la conformación del sistema radical es incipiente, limitando su capacidad de exploración en el suelo. La leucaena, en general, es poco exigente en fertilizantes, debido a su facultad de fijar elementos minerales esenciales a través de los nódulos presentes en las raíces, los cuales se pueden observar después de 30 a 45 días de la germinación. La capacidad que tiene la leucaena para fijar nitrógeno atmosférico es de aproximadamente 560 kg/ha/año, pudiendo fijar también cantidades apreciables del fósforo insoluble que se encuentra presente en el suelo. 

   Como toda leguminosa, la leucaena tiende a ser exigente en calcio y azufre, lo cual se debe tomar en cuenta al establecer un programa de fertilización. Este programa se debe realizar sobre la base de un previo análisis de suelo con fines de fertilidad, con el objeto de definir con exactitud el tipo y dosis del fertilizante a aplicar. 

  Rendimientos

  Este recurso forrajero está considerado como la especie tropical de mayor rendimiento en biomasa y con un alto contenido de proteína. Las evaluaciones realizadas en Bajo Tocuyo señalan que el rendimiento de MS/ha a los 57 días de edad fue de 928,6 kg de forraje comestible (fracción hojas y tallos tiernos no fibrosos) con una proteína cruda de 30,7%, equivalente a 304,6 kg/ha. Se debe destacar que la densidad de siembra, independientemente de las condiciones agroecológicas existentes, es determinante en el rendimiento que se pueda lograr por unidad de superficie. 

  Toxicidad 

  La leucaena presenta un principio tóxico denominado mimosina, aminoácido aromático no proteico, que puede variar su contenido entre 2 y 5% dependiendo de la especie, variedad, estado de la planta y época de cosecha. La mayor concentración de este principio tóxico se encuentra en las partes tiernas de la planta. La toxicidad con leucaena se manifestará siempre y cuando los animales se sometan a una alimentación desproporcionada basada en este forraje. Por ello, es necesario planificar su manejo sobre la base de pasto reos restringidos de un máximo de cuatro horas al día; para el caso de una suplementación por corte, ésta no debe ser mayor del 30% de la sustitución en la dieta del rebaño. 

  Aspectos zootécnicos 

  En la zona del Bajo Tocuyo se vienen haciendo evaluaciones de orden zootécnico al rebaño de vacas en producción, comparando la suplementación con forrajes de leucaena vs. el empleo de alimentos concentrados. A un grupo de animales se les suministró leucaena mediante un pastoreo de dos horas diarias, mientras que a otro grupo le fue suministrado 0,9 kg/animal/día de alimento concentrado con 17% de proteína cruda. Los resultados preliminares obtenidos se reflejaron en un aumento de la producción de 6 kg/leche/vaca/día. con respecto al grupo de vacas suplementadas con concentrado. Esta experiencia se realizó en la finca de un productor. 

  Sobre la base de estos resultados y los de otros trabajos realizados dentro y fuera del país, podemos concluir que la leucaena constituye un recurso alimenticio promisorio y factible de utilizarse exitosamente en zonas con características agroecológicas como las presentes en el Bajo Tocuyo.   

   

Amigo  Ganadero: Las hojas, tallos tiernos, floras y legumbres de la leucena constituyen fuente de proteínas para los animales en pastoreo controlado.  Esta leguminosa forraje se destaca por su rendimiento,  adaptabilidad a la sequía las plagas y las  enfermedades.