|
|
| FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 37 Julio-Septiembre 1991 |
|
|
|
FONAIAP DIVULGA No. 37 Julio-Septiembre 1991 |
|
El cataco como pez comestible es cada vez más popular, tanto por su sabor como por su oferta en el mercado a precios económicos, siendo además abundante en ciertas zonas y durante los meses de enero, febrero y septiembre. En este artículo se reseñan algunos elementos de importancia de esta especie, haciendo hincapié en la necesidad de evaluar la producción, con la finalidad de obtener de la misma un mayor aprovechamiento como recurso alimenticio accesible a la mayoría de la población. Luisa F. de Monteverde Zootecnista. Investigador Fonaiap CIAE Falcón. Coro |
|
El cataco (Trachurus lathami) es u n pez típico de las aguas costeras, con un amplio rango de distribución en el Atlántico del continente americano, desde Maire, Estados Unidos, incluyendo el Golfo de México y el Mar Caribe, hasta Brasil. La especie se caracteriza por su color gris azulado, cuerpo más o menos comprimido, desnudo o cubierto con escamas cicloideas. Los dientes están ausentes o cuando existen, son pequeños y cónicos. Las aletas dorsales están más o menos separadas con una parte espinosa y débil, de radios aislados por una membrana. Es un pez pelágico, abundante en las aguas costeras. Las principales zonas de pesca son las costas de la Península de Araya, alrededor de Margarita y Cubagua y zonas del Litoral Central. En el Delta del Orinoco y las costas de Falcón, se suele capturar esporádicamente. Su pesca se realiza durante todo el año, siendo más abundante en los meses enero, febrero y septiembre. La flota que se dedica a la pesca artesanal está constituida por embarcaciones de diversos tipos y tamaños, construidas generalmente de madera y, en algunos casos, de fibra de vidrio. Su tamaño varía desde cinco hasta diez metros de eslora y la propulsión clásica es efectuada con motor fuera de borda de 15 hasta 40 h.p. Se pesca de diversas maneras y con diferentes artes de pesca. Por ser una especie que se desplaza en cardúmenes, para su captura se utiliza la mandinga o chinchorro y el cerco de playa. El mandinga consta de una red plana en cuya parte central se ha cosido un copo donde se va concentrando la pesca. Anteriormente, los chinchorros eran calados a poca o mediana distancia de la playa y arrastrados desde el fondo hasta la orilla por personas, pero actualmente, esta red se cala a una distancia considerable de la costa y se remolca con dos embarcaciones. El cerco de playa se diferencia del chinchorro en que no tiene copo y su operación es más sencilla. La pesca del cataco es incidental, debido a que los pescadores salen en busca de otros peces de mayor valor comercial y, al no conseguirlos capturan al cataco. De esta manera pasa a ser el sustituto tanto alimenticio como económico. Sin embargo, en el Litoral Central, esta especie es de gran consumo. A pesar de las reconocidas fallas que presentan las estadísticas pesqueras elaboradas por el Ministerio de Agricultura y Cría, se ha podido observar un repunte en las producciones de cataco desde el año 1981. Si bien estas apreciaciones no pueden ser tomadas como definitivas sirven de indicativos en cuanto a tendencias para evaluar su producción. En cualquier caso, toda la problemática que gira alrededor de todas las especies de peces, de importancia comercial o no, exigen medidas inmediatas que permitan un mejor aprovechamiento de su potencialidad. En este sentido, es importante señalar que el cataco, no obstante ser una especie abundante en las aguas coste ras y de un gran potencial de desarrollo, no ha sido objeto de evaluaciones debido a la inexistencia de datos comprobados sobre el esfuerzo y la captura con escasa información sobre su biología. Estos parámetros son de primordial importancia para el mejor conocimiento de la explotación comercial de este recurso, lo cual conlleva a mejorar el manejo y control de esta especie, llamada a ser la principal en la obtención de productos alimenticios en el área de tecnología de alimentos. |