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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 37 Julio-Septiembre 1991 |
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FONAIAP DIVULGA No. 37 Julio-Septiembre 1991 |
Pedro M. Ramos V., Clotilde R. Cobo de S., Auristela González de M., Jannette Aguero de C.
FONAIAP. Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias |
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La población animal en nuestro país se ve afectada por numerosas entidades patológicas dentro de las cuales juegan papel preponderante las de tipo bacteriológica y viral. Estas enfermedades tienen una incidencia directa o indirecta sobre la producción y productividad animal, lo cual se traduce en pérdidas de peso, alteraciones de secreción láctea, trastornos reproductivos, mortalidad en animales jóvenes y adultos, así como problemas en la comercialización de los productos y subproductos de este subsector. En algunos casos se ve comprometida la salud pública, ya que algunos virus y bacterias afectan al hombre, representando las enfermedades zoonóticas. La producción de vacunas y antígenos para uso veterinario en Venezuela se oficial oficializó el 5 de julio de 1940, cuando el entonces presidente de la República General Eleazar López Contreras, inaugura el Instituto de Investigaciones Veterinarias (IIV), cuya política no solamente enfocaba el diagnóstico de las enfermedades sino que implicaba su tratamiento y profilaxis. El IIV desde su creación elaboró bacterinas dentro de las cuales cabe destacar: mixta aviar, bovina y porcina, carbón bacteridiano y sintomático, clostridium hemolítico, cólera porcina, septicemia bovina y bovina; mastitis bovina e histovacunas, así como antígeno para prueba detubercujina. En materia de vacunas virajes. se encontraban: cólera porcina, hemo e histovacuna contra la peste porcina, rabia bovina (Hep, Lep y Semple) y canina, encefalomielitis equina, laringotraqueitis aviar y Newcastle. Tomando en cuenta el establecimiento de diferentes laboratorios en el país, el IIV , al revisar su política de producción, Consideró que estos inmunobiológicos debían pasar a la empresa privada, alcanzándose hasta ese momento una producción de 201017263 dosis. Desde la aparición del virus de la fiebre aftosa en 1953 hasta 1990, el IIV tuvo bajo su responsabilidad la elaboración de la vacuna que empleó el Ministerio de Agricultura y Cría en la campaña orientada; al control de la epizootia. Durante este periodo se produjeron 238622433 dosis. Actualmente se elabora el antígeno de Bang utilizado en la campaña nacional orientada al diagnóstico de la brucelosis y hasta la presente fecha se han elaborado 9554750 pruebas de placa y tubo. A partir de 1976 se comenzaron a elaborar los antígenos empleados en las técnicas conocidas como Card Test, Ring Testy Rivanol, obteniéndose hasta 1990 una cantidad suficiente para 656460 pruebas Además de los antígenos mencionados se elaboran otros productos, como son: vacuna contra la estomatitis, bacterinas contra la leptospira y otras auto-vacunas. Cabe señalar que algunas de éstas se encuentran a nivel experimental. La obligación de velar por el desarrollo del subsector pecuario del país, la necesidad de garantizar una oferta que satisfaga desde los puntos de vista cualitativo y cuantitativo la demanda del sector ganadero, así como el apoyo a las empresas privadas ha sido la logística del IIV para incluir dentro de sus numerosos proyectos las actividades de producción, las cuales han contribuido favorablemente en la profilaxis de la salud animal con el consiguiente saldo positivo a la economía nacional. En el caso de la enfermedad de newcastle las investigaciones culminaron en la elaboración de una vacuna altamente eficiente contra esa enfermedad, con lo cual, no sólo se evitaron las enormes pérdidas anuales que se venían produciendo, sino que ha hecho posible el que Venezuela disponga de una avicultura nacional altamente floreciente. Sobre el cólera porcino, se elaboró una vacuna a partir del año 1960, para enfrentarse a una situación amenazadora que venía provocando enormes pérdidas durante los dos años anteriores en una zona investigada. Ese enorme daño, al propagarse la infección a la población porcina del total del país, como es de esperar, hubiera provocado pérdidas por un total de 100 millones de bolívares y lo que era más grave aún, hubiera destruido la explotaciones porcinas que comenzaban a desarrollar la poderosa industria hoy existente en el país.
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