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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 40 Abril-Junio 1992 |
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FONAIAP DIVULGA No. 40 Abril-Junio 1992 |
El cultivo del Manguero en Venezuela III. Fertilización En esta entrega se trata un aspecto de fundamental importancia para el productor de mangos: el uso racional de fertilizantes de acuerdo con las exigencias del cultivo y las condiciones de fertilidad natural del suelo. A partir del ciclo productivo de la planta y la restitución de nutrientes extraídos en cada cosecha, se ofrecen las recomendaciones y sugerencias para una eficaz fertilización Luis Avilán R., Carmelo Rengifo Investigadores FONAIAP-CENIAP, Maracay |
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Es importante señalar, que desde el punto de vista económico, la práctica de la fertilización es un factor de significativa incidencia entre los costos variables de producción, ya que representa entre un 20 al 25% de los mismos. Pero, en contraposición, incide sobre la producción y contribuye a mejorar sustancialmente el ingreso del productor. Si bien el árbol de mango se puede adaptar en alto grado a diversas condiciones edáficas y de humedad, inclusive a suelos de baja fertilidad, en comparación con otras especies fructíferas, sus niveles de producción se elevan sustancialmente en suelos fértiles. Uno de los hechos que tal vez explique ese elevado grado de adaptabilidad de la planta está relacionado con el desarrollo vigoroso de su sistema radical, el cual le facilita una mayor exploración del suelo para satisfacer su demanda nutricional. Las informaciones relativas a la respuesta de la planta a la fertilización son escasas. A pesar de ello, se han establecido claramente las respuestas de la planta a la aplicación de los elementos nitrógeno y potasio. Este hecho, junto al poco conocimiento del comportamiento o desarrollo de la planta a través de su vida útil, donde generalmente se establecen dos grandes estadios, uno de crecimiento que se extiende hasta los cuatro o cinco años de edad y luego el de producción para los años subsiguientes, han incidido desfavorablemente para que muchos planes o sugerencias de fertilización no satisfagan adecuadamente las exigencias nutricionales para incrementar o mantener la producción.
Una alternativa para solventar esta situación y realizar una fertilización más racional del cultivo, lo constituye la implantación de la "fertilización por restitución", acorde con el ciclo de vida productivo que caracteriza a la planta, ajustando las dosis de aplicación con los resultados del análisis de suelo. a. Ciclo de vida productivo de la planta En el Cuadro 2 se muestran los resultados de las observaciones de campo realizadas en plantaciones comerciales del cultivar "Haden", con edades comprendidas entre los dos y 28 años de edad, empleando como criterio el índice de fructificación los cuales permiten analizar la vida del árbol del mango desde el punto de vista comparativo, así como establecer distintos estadios o períodos de producción en el correr de los años. Con base en los resultados obtenidos se establecen cuatro períodos, los cuales se describen a continuación: Período de crecimiento: abarca entre los dos y ocho años de edad; se caracteriza por un marcado incremento del área foliar (crecimiento), el inicio de la producción de frutos y por un aumento paulatino del número de ellos. Período de plena producción: cuando la planta expresa su máxima eficiencia productiva, al establecer una relación muy estrecha entre el aumento de volumen del área foliar y el número de frutos presentes. Este período puede situarse entre los 8 y 14 años de edad de la planta. Período de producción: en el cual la planta presenta un incremento del área foliar, pero cuando el mismo no está acompañado de un incremento proporcional de la capacidad reproductiva del árbol, como sucede en los períodos anteriores. Este período transcurre desde los 14 a 24 años de edad de la planta. Período de senilidad: señala el comienzo de la etapa final de la vida económica del árbol y se caracteriza por una acentuada disminución de los rendimientos; se inicia alrededor de los 24 años de edad o posteriormente, dependiendo del estado fitosanitario de la planta y del cuidado dispensado a la plantación en los períodos anteriores. b. Fertilización por restitución. La misma establece, debe devolverse al suelo lo extraído por las cosechas para que éste no pierda su fertilidad. A pesar de las deficiencias que presenta esta técnica, entre las cuales pueden indicarse que las pérdidas de nutrimentos de un suelo no se deben solamente a lo extraído por las cosechas, sino que existen otras causas como la lixiviación, erosión, etc., y por otra parte, que las plantas requieren de los nutrimentos para formar, además de los frutos, los nuevos tejidos. Las fertilizaciones por restitución, la falta de mejor información, constituyen un medio razonable para mantener la fertilidad del suelo y garantizar altas producciones. Para aplicar esta técnica se requiere conocer: la composición de los frutos, los niveles de rendimiento de las plantas y el llamado coeficiente de aprovechamiento de los elementos; esta última variable depende, a su vez, del fertilizante y del tipo de suelo. Para fertilizantes solubles en agua se pueden adaptar los siguientes valores; 70% para el nitrógeno; 20% para fósforo en suelos pesados y 40% en suelos livianos o arenosos; y 50% para el potasio. c. Extracción de nutrientes por cosecha Los trabajos realizados en Brasil y Venezuela para determinar la composición mineral de los frutos en varios materiales, han determinado que los elementos nitrógeno y potasio son los que en una cosecha se extraen en mayores cantidades. El azufre presenta un contenido similar al calcio, elemento que en el orden decreciente ocupa el tercer lugar, seguido por el magnesio y, en último lugar, el fósforo (Cuadro 1) Las determinaciones realizadas en otros frutales, como es el caso de los cítricos, evidencian que en los frutos se encuentra una elevada proporción de los nutrimentos presentes en una planta; estimándose su participación promedio, en un tercio o más de los requerimientos totales de la misma. d. Sugerencia para la fertilización Tomando en consideración los contenidos promedios de extracción de los elementos nitrógeno, fósforo y potasio por una cosecha de frutos y las variaciones de los niveles de rendimiento, a través del ciclo de vida productivo de la planta, se sugiere el plan de fertilización que se presenta en el Cuadro 3. El mismo considera las siguientes premisas: -Una producción promedio de 15985 Kg./ha de frutos o una producción de 220 Kg./planta, representa una extracción de 23 Kg./N/ha, 3 Kg./P/ha y 25 Kg./ K/ha. Tomando como base la edad y el nivel de producción expresado por planta, se presentan los niveles mínimos y máximos de los elementos que se deben aplicar para restituir al suelo lo extraído por la cosecha. El nivel mínimo se corresponde con dos tercios de las necesidades de la planta y el máximo con el total de ellas. -Los niveles de aplicación, en lo referente a los elementos fósforo y potasio, tomando como base los resultados de los análisis químicos de los suelos. Cuando el valor es alto se debe aplicar un tercio o nada de las dosis; si es medio. dos tercios de las dosis y cuando es bajo, la dosis completa. Una vez establecido los niveles de aplicación, para que el plan o la sugerencia de fertilización sea eficiente, se deben tomar en consideración otros aspectos no menos importantes, que hacen referencia al momento o época de la aplicación, forma, localización y el tipo o características del material o fuente a emplear. Momento o época de aplicación El crecimiento del mango se sucede mediante flujos que se alternan con períodos de reposo y cada rama terminal puede generar anualmente tres, dos, uno o ninguno. La ocurrencia de los flujos dependen en gran parte de las condiciones climáticas, la variedad, edad del árbol y el volumen de la cosecha anterior. Por otra parte, la diferenciación floral tiene lugar después de un período de reposo aparentemente obligatorio y prolongado de la yema terminal. Este proceso, que tiene una duración de cuatro a cinco semanas, ocurre durante los meses de octubre y noviembre. En Venezuela, casi todos los cultivares florecen durante los meses diciembre, enero y febrero, y sus frutos se cosechan a finales de abril, mayo, junio y a comienzos de julio, dependiendo del cultivar y de las condiciones ambientales. La variaciones de los niveles de nutrientes en las hojas a través de un ciclo de producción, indican que los valores máximos de nitrógeno, fósforo y potasio se encuentran situados ante del inicio de la floración mientras que los niveles mas bajos se observan durante las etapas de plena floración y formación de frutos. Por el, la aplicación de los fertilizantes se debe realizar a la salida de la cosecha de los frutos y posterior a la época de flotación.
Localización del Fertilizante Los estudios sobre la distribución del sistema radical realizados en suelos que diferían acentuadamente en su profundidad efectiva y Secuencia textural; indican que la mayor concentración de raíces de menor diámetro (menos de 1 mm) o de elevado poder de absorción, se sitúan lateralmente a los 1 ,5 m en aquellos suelos con predominancia de texturas gruesas a medias y en los suelos de textura fina, a 2,5 m del tallo.
Los elementos fósforo y potasio, presentan poca movilidad en el suelo, por eso se deben aplicar en las áreas de mayor concentración de raíces con el objeto de asegurar su utilización eficiente por parte de las mismas. El nitrógeno se caracteriza por tener una mayor movilidad en el suelo y por esto no es necesario aplicarlo en un sitio específico. Sobre la base de lo antes expuesto, se recomienda aplicar el fertilizante en la zona ubicada entre el nivel de la proyección de la copa y la parte media de la misma, simplemente dejándolo sobre el suelo o incorporándolo. Material o tipo de fertilizante a emplear . Al parecer el mango no presenta limitaciones en cuanto al material empleado para su fertilización, sin embargo, se deben destacar algunos aspectos relacionados con los elementos azufre y cloro:
Al analizar químicamente las hojas sanas y aquéllas con los síntomas precitados, se detectó un efecto tóxico del cloro. Por esta razón, es conveniente recordar que el uso continuo del cloruro de potasio como fuente del elemento potasio puede inducir a una toxicidad del cloro, la cual afecta el rendimiento de la planta. |