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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 40 Abril-Junio 1992 |
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FONAIAP DIVULGA No. 40 Abril-Junio 1992 |
Ante las nefastas consecuencias del uso excesivo de productos químicos para el control de plagas, en todo el mundo ha tomado cuerpo un nuevo enfoque denominado manejo integrado, en el cual se cohesionan conocimientos y practica de diversas disciplinas que, además de lograr un mejor control de las plagas, evita la degradación del ambiente y reduce los costos significativamente. En el caso especifico de las hortalizas, las experiencias iniciadas hace 12 años en los cultivos de tomate y papa, comienzan a ser aceptadas por los productores, quienes se han convertido en los principales defensores del manejo integrado de plagas. Jorge
Salas Aguilar |
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El término "plaga" lo aplica el hombre para nombrar aquellos seres vivos que compiten con él por alimento, fibras, vivienda, bienestar, confort, etc. Los más diversos organismos como insectos, hongos, virus, bacterias, nematodos e incluso vertebrados se incluyen en esta moderna definición de plaga. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las pérdidas en el proceso productivo, cosecha, transporte y almacenamiento de las hortalizas alcanza en promedio un 40%, ubicándose lo referente a pérdidas ocasionadas por plagas en un 30%. Históricamente, los productores han controlado las plagas solamente mediante el uso de plaguicidas, práctica que prosperó en las últimas décadas por su efectividad, la facilidad de aplicación y el bajo costo. Debido a la exigencia de mayor calidad en las hortalizas por parte de los consumidores, el uso de plaguicidas se acrecentó de una manera irracional, sin prever las consecuencias a mediano y largo plazo. No tardó mucho tiempo para que empezaran a aparecer situaciones que conllevaran a investigadores y técnicos a reflexionar sobre la nefasta consecuencia de esta práctica agrícola. Entre esas limitaciones biológicas y tecnológicas se señalan problemas de salud humana (residuos en alimentos y envenenamiento de sus manipuladores); requerimiento de las plagas después de la aplicación, aparición de biotipos resistentes a los plaguicidas, alteración del control natural, destrucción de la flora y la fauna silvestre, excesivo costo de los plaguicidas, baja rentabilidad de las cosechas y deterioro del ambiente. En el contexto general, los insectos son las plagas que por su diversidad numérica, aspectos biológicos, reproductivos y de adaptación favorables causan los daños de mayor importancia a la actividad agrícola. Esa situación ha permitido un mayor desarrollo de investigaciones y tecnologías que se han venido aplicando en el control de plagas bajo el enfoque filosófico y metodológico conocido como manejo integrado de plagas (MIP). Manejo Integrado de Plagas Se define como la "selección; integración e implantación de medidas de control de plagas basadas en consideraciones económicas, ecológicas y sociales predecibles",. Su premisa básica es que ningún método de control usado individualmente será exitoso a mediano ni a largo plazo (integración), siendo su objetivo fundamental controlar las plagas económica y ambientalmente con eficacia (rentabilidad, preservación y permanencia). Presenta algunos principios que deben observarse:
Para la selección de las medidas de control dentro de un programa MIP, se requiere un conocimiento integral de las especies plagas, el agroecosistema y sus interrelaciones. Esto se logra a través de procesos de investigación básica básico-orientada, a corto, mediano y largo plazo. Para su integración es conveniente tener una visión global de la situación e interrelacionar cada conocimiento de manera que se maneje como una unidad interdependiente, mientras que para su puesta en práctica, además de contar con lo anterior, la motivación, un presupuesto adecuado y un apoyo decidido, son fundamentales para su ejecución, evaluación y difusión. Dentro del MIP las diferentes prácticas de control se han clasificado en ocho grupos: a) legal, b) cultural, c) físico- mecánico, d) biológico, e) genético, f) etológico, g) autocida y h) químico. Esta clasificación operativa no es restrictiva en su totalidad, pudiendo alguna práctica, por su naturaleza, ubicarse en más de un grupo. Control Legal Son aquellas medidas tomadas por las oficinas de sanidad Agropecuaria de un país para impedir la entrada, evitar la diseminación interna de una determinada plaga o tomar cualquier otra medida que evite su reproducción y establecimiento. Dicho control, ejercido por el Estado, no está fácilmente al alcance de los practicantes del MIP, pero es una herramienta útil que puede usarse en determinadas ocasiones. Por ejemplo, en tomate o cualquier otra hortaliza que sea atacada por la mosca blanca Bemisia tabaci deben regularse las zonas y fechas de siembra, y también normarse la destrucción de los residuos de cosecha, para evitar así la permanente disponibilidad de alimento para el insecto- plaga, lo que favorece los incrementos poblacionales causantes de daño y hace más difícil el control. Control Cultural Se refiere a la manipulación del ambiente a través de prácticas agronómicas desfavorable a las plagas: interrumpir sus ciclos reproductivos, reducir la disponibilidad de alimento y favorecer la multiplicación de sus enemigos naturales. Es la práctica de control más antigua y efectiva de amplio uso en programas de MIP. La recolección y destrucción de frutos con perforaciones de entrada o salida del perforador del fruto del tomate Neoleucinodes elegantalis contribuye grandemente a reducir sus poblaciones y el daño causado, en programas de MIP. La adecuada profundidad de siembra y la cosecha a tiempo son ejemplos de prácticas que reducen las probabilidades de ataque por la palomilla de la papa Phthorimaea operculella. Control Fisicomecánico Son medidas físicas o mecánicas usadas directa o indirectamente para matar las plagas o hacerles el ambiente inapropiado para su establecimiento, dispersión, sobre vivencia o reproducción. Generalmente, estas medidas influyen sobre el ciclo reproductivo. Su uso en programas de MIP, en la mayoría de los casos, es restringido, debido a requerir equipos muy costosos, excesivo uso de mano de obra, etc. Un ejemplo es la atracción mostrada por el pasador de la hoja de las solanáceas Liriomyza spp. al color amarillo tráfico y al utilizar trampas plásticas de este color con un pegamento especial, podemos evaluar y/o controlar esta importante insecto-plaga. Medidas de esta naturaleza física como el calor, sonido, reflexión de la luz, uso de energía, etc., sirven para controlar insectos-plagas en productos almacenados. Control Biológico En el control biológico hay que diferenciar dos tipos, el natural y el clásico. En el primer caso, es "la acción de parásitos, depredadores, patógenos y cualquier otro animal beneficioso para mantener la densidad poblacional de otra especie a niveles que no sean ni muy altos ni muy bajos". El control biológico clásico se define como "la introducción y establecimiento en forma intencional de enemigos naturales (parásitos, depredadores patógenos, etc.), en áreas donde no existen con el fin de mantener la densidad poblacional de una plaga a niveles que no cause un daño económico". La diferencia básica entre los dos términos, consiste en que el control natural ocurre sin la intervención del hombre y sin consideraciones técnicas y económicas. En el control biológico clásico, el hombre interviene, considera el término plaga y evalúa poblaciones para decidir una medida de control bajo consideraciones económicas. Existen numerosos casos de control biológico natural en hortalizas: Diadegma insularis, parásito de larvas que afectan las poblaciones de la polilla del repollo Plutella xylostella; las larvas de dos especies minadoras de la hoja del tomate Phthorimaea operculella y Scrobipalpula absoluta son atacados en forma natural por Apanteles spp. Igualmente, en control biologico clásico, existen numerosas referencias: el parásito de huevos de Trichogramma a través de liberaciones en campo, afectan notablemente las poblaciones de huevos de P. operculella y S. absoluta. Recientemente, ha sido introducido en Venezuela desde Trinidad, el parásito de larvas Apanteles plutellae para iniciar un programa de control biológico de la polilla del repollo P. xylostella. El hongo Metarhizium anisopliae formulado comercialmente como COBICAN, es un excelente controlador de ninfas y adultos de la candelilla de la caña de azúcar Aeneolamia spp. Control Genético Se refiere a la capacidad genética presente en plantas o animales para resistir, tolerar y recuperarse de un daño que le causa una plaga. El investigador, a través de este conocimiento y cruces genéticos, ha aprovechado esa capacidad para producir variedades o razas resistentes o tolerantes que han sido de gran utilidad en programas de MIP, por su efectividad y bajo costo. La polilla del repollo P. xylostella oviposita, mayormente, en variedades donde la concentración de isotiocianatos en las hojas es mayor. Igualmente, Trichoplusia ni y Pieris rapae prefieren atacar variedades de repollo rojizas o moradas. Numerosos ejemplos existen en la literatura sobre casos de resistencia o tolerancia a otras plagas como hongos, bacterias, virus y otros. Control Etológico Los insectos, vertebrados y otras plagas, reaccionan ante estímulos de diversa naturaleza, siendo los químicos de gran importancia. En este caso, se refiere a sustancias químicas naturales o sintéticas que se usan para repeler o atraer las plagas a un determinado sitio para matarlos, modificar su actividad sexual o alterar su orientación. Dentro de este grupo de control, la técnica que más ha avanzado, es la utilización de atrayentes o feromona sexual sintética, con un dispositivo trampa para la Captura y muerte; la técnica que ha sido útil para la evaluación y/o control de poblaciones de insectos-plagas. Excelentes resultados se han logrado utilizando la feromona sexual sintética de Phthorimaea operculella en tomate y papa; Plutella xylostella en repollo; Tecia solanivora en papa; Trichoplusia ni en diversos cultivos. En relación con el uso de sustancias repelentes sintéticas o plantas vegetales repelentes, son bastantes limitadas sus aplicaciones. Sin embargo; las plantas vegetales presentan un gran potencial para su uso en programas de MIP. Control Autocida Este tipo de control se refiere a la "técnica del macho estéril", consistente en irradiar insectos a nivel de pupa con el fin de esterilizarlos, luego liberarlos en el campo para que compitan con las poblaciones fértiles hasta casi la erradicación. Esta técnica, además de costosa, presenta algunas características muy particulares que han limitado su uso en programas de MIP. Sus resultados son excelentes, alcanzando casi un 100% de control. un ejemplo clásico, ha sido su valiosa contribución en el éxito de programa de manejo integrado de la mosca mediterránea de las frutas Ceratitis capitata en México, Guatemala y el sur de los Estados Unidos de América. Las otras técnicas dentro de este grupo de control que no han alcanzado grandes progresos, son la esterilización por medio de sustancias quimioesteritizantes y la producción de insectos estériles por aberraciones genéticas producidas por la hibridación. Trampa con atrayente, mostrando captura de insecto. Control Químico Consiste en el uso de sustancias químicas sintéticas conocidas como plaguicidas sobre poblaciones de plagas para causarles una alta mortalidad o reducción. Este tipo de control cuestionado en la actualidad, por todos los problemas de salud pública y ambientales, además de su alto costo, ha sido y será muy útil en programas de MIP. Sin embargo, es conveniente, para lograr una mayor efectividad emplearlos racionalmente. Esto consiste en:
Experiencias en MIP A nivel mundial existen numerosos ejemplos de programas MIP en hortalizas. En Venezuela, particularmente en el estado Lara, se han desarrollado en los últimos cinco años, ,programas de MIP en los cultivos de tomate y papa, mayormente dirigidos al control insectos-plagas, ya que son las principales limitantes. Esos programas incluyen medidas de control de naturaleza cultural, biológica, fisicomecánica, etológica y química que han surtido excelentes resultados. En el caso del tomate, se ha logrado una reducción promedio del 40% en los costos para el, control de plagas. Para el cultivo de la papa, la reducción ha sido mayor al 60%. Sin embargo, la adopción masiva de estas prácticas se ha visto limitada por las deficiencias encontradas en los mecanismos oficiales de asistencia técnica. A pesar de ello, se ha notado, en los últimos años, un cambio de actitud por parte de los agricultores en el control de las plagas, ganando terreno cada día más el manejo integrado. |