FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 40   Abril-Junio  1992

  FONAIAP   DIVULGA  No.  40                                                                                                                           Abril-Junio    1992

 

Manejo Integrado de Insectos - Plagas de tomate en Quíbor, una experiencia exitosa

Las bondades del método de manejo integrado de plagas es comprobado en el Valle de Quíbor. En éste, el uso irracional de insecticidas había conducido a una situación de desastre. A partir de 1989, el FONAIAP - Lara pone a la disposición de los pequeños y medianos productores este recurso tecnológico, con la consecuente efectividad en el control de las plagas del tomate.


Hilda González, Jorge Salas, Omar Mendoza, Carlos Álvarez , Alexis Parra, Ingrid Calles , Gil A. García, Luis Guillén, Bernardo León,

Mirna Martínez. 

Investigadores FONAIAP EE. LARA

F. Mendoza, J. Valenzuela, J. M. Rodríguez,
E. Mendoza , Guido Silva.

Productores agrícolas


Los minadores de la hoja del tomate Scrobipalpula absoluta, Phthorimaea operculella y Liriomyza sp., junto al perforador del fruto Neoleucinodes elegantalis, constituyen los insectos-plagas que afectan comercialmente la producción  de tomate en las principales zonas hortícola  del país.

En vista del gran daño económico que causan dichas especies insectiles, los agricultores se han visto en la necesidad de recurrir a su control, basándose en el uso de insecticidas en muchos casos químicos de una manera irracional, lo que ha originado serios  problemas de intoxicación humana, deterioro del medio ambiente, incremento significativo en los costos de producción, etc.

El empleo casi exclusivo de insecticidas químicos como alternativa de control se debe a su facilidad de uso, sobre  valoración de su efectividad y a cierto desconocimiento de  que dicho agroecosistema ha influido grandemente en la problemática antes expuesta. Por esta razón, es necesaria la puesta en práctica del sistema de control que actualmente se conoce como el manejo integrado de plagas (MIP).

La premisa básica del MIP se fundamenta en que ningún método de control de plagas, usado en forma individual será exitoso; el MIP íntegra una variedad de métodos biológicos, físicos y químicos dentro de un esquema coherente con el  fin de proveer una protección a largo plazo. Entre esos métodos naturales podríamos citar el clima, microorganismos. depredadores y parásitos. Dentro de las formas artificiales podrían usarse sustancias químicas solamente cuando sean necesarias para mantener la densidad poblacional de una plaga a niveles tolerables y usando aquellos productos que causen los mínimos riesgos al hombre, organismos beneficiosos y al ambiente.

El objetivo básico del MIP es controlar las plagas en una forma económica y ambiental eficiente.

En Venezuela. las experiencias sobre el MIP comienzan en el año 1973 cuando a nivel laboratorio se inicia la cría masiva del parásito de huevos de plagas lepidópteras  Trichogramma sp., en un programa desarrollado por la Estación Experimental FONAIAP-Araure, en colaboración con el Fondo de Desarrollo Algodonero (FDA) y la Asociación Nacional de Cultivadores de Algodón (ANCA). Durante ese año se hacen las primeras liberaciones masivas del parásito en siembras del estado Barinas y posteriormente, en 1976, se realizan en el estado Anzoátegui con el fin de controlar las poblaciones de Heliothis  sp., Alabama argillacea y otros lepidópteros que atacan al algodonero.

 Trampa con feromonas.

En 1976 se hacen liberaciones del parásito en siembras comerciales localizadas en La Misión, Acarigua (estado Portuguesa). Paralelamente, se ponen en prácticas otras medias como recolección de botones florales atacados por Anthonomus grandis, control y regulación de las aplicaciones de insecticidas, etc. Como resultado de este intento de control integrado, se pudieron mantener las siembras por 14 semanas después de la siembra sin aplicaciones de insecticidas.

En los ciclos 1976- 77 y 1977- 78, a través de un programa de asistencia técnica llevado a cabo por el FONAIAP   (portuguesa),  FDA y ANCA  se continúan las liberaciones masivas del parásito Trichogramma junto a otras prácticas culturales. Como resultados de estas acciones, las aplicaciones de insecticidas fueron reducidas de un promedio de 14,8 aplicaciones por ciclo a 9,25 durante 1976- 77 y 6,0 durante 1977- 78. Durante 1978- 79 y 1979-80 se continuó el programa, manteniéndose bajas las aplicaciones de insecticidas.

 Debido al éxito obtenido en los programas de manejo integrado de plagas en el cultivo del algodonero, la Asociación Nacional de Cultivadores de Algodón ha incrementado la producción masiva de Trichogramma sp., a través de la puesta en marcha de cuatro laboratorios ubicados en los estados Barinas y Portuguesa.

En caña de azúcar también la experiencia sobre el MIP es amplia, ya que en este cultivo se utilizan parásitos muy efectivos como la "mosca amazónica" Metagonistylum   minense para el control de la candelilla, una plaga muy dañina.

El uso del MIP en tomate en Quibor

En el estado Lara, el enfoque del MIP parte del año 1985 cuando en un programa conjunto entre el FONAIAP-Lara y la Asociación de Horticultores del estado Lara se inician los estudios sobre aspectos biológicos, ecológicos y de control  integrado de los principales insectos-plagas. Los resultados reflejaron información sobre la biología, ecología medidas de control dentro de un programa de MIP de la  palomilla de la papa   Phthorimaea   operculella, el pasador  de la hoja de la papa   Liriomyza   huidobrensis, la polilla guatemalteca de la papa  Scrobipalpopsis  solanivora. Bajo un estricto control poblacional, a través de evaluaciones periódicas, se pueden utilizar todas las medidas de control existentes (cultural, biológica, etológica, etc.) con un nulo o reducido uso de agroquímicos, obteniéndose altos rendimientos a un bajo costo de producción.

En tomate, los trabajos de investigación sobre plagar se inician en 1977 en la localidad de Quibor. Los técnicos: del FONAIAP-Lara comienzan por caracterizar la situación real de las plagas en este cultivo en la zona, utilizando un  modelo propuesto por Smith (1969) para el análisis de la  problemática de las plagas en los cultivos. Se estableció que el tomate sembrado en el Valle de Quibor   ha pasado por distintas fases de desarrollo en el uso de tecnología  para el control de plagas (fase de subsistencia, explotación crisis) y ya para el año 1980 se encuentra en la denominada fase de desastre, ya que para ese momento el control de las plagas se vuelve casi nulo, los productores marginales  abandonan el cultivo, pues el manejo de las plagas es antieconómico (utilizan bombas químicas y el número de aplicaciones es excesivo) y hacen explosión nuevas plagas que eran secundarias.

Se inició entonces un trabajo de investigación que incluyó los estudios sobre la biología, ecología y medidas de control de los principales insectos-plagas del tomate y del pimentón. De esta manera se obtuvo un paquete tecnológico que conformaría el llamado Programa de Manejo Integrado de Plagas del Tomate, que incluye medidas biológicas, culturales, etológicas, uso de químicos, etc.

 Las experiencias sobre el uso de algunas de estas medidas a nivel de productores en Quibor se obtiene por primera vez en siembras de tomate del señor Paco García, quien utilizando platos con pega, trampas con feromonas y productos químicos logra reducir considerablemente los costos y controlar eficientemente las plagas.

Más recientemente, a partir del año 1989, el FONAIAP- Lara comienza a validar con un grupo de pequeños y medianos productores el paquete tecnológico disponible.

 Inspección de captura de insectos.