FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 46   Julio-Diciembre  1994

  FONAIAP   DIVULGA  No.  46                                                                                                                   Julio-Diciembre   1994

 

El manguero en Venezuela VII 2: Tipos de injertos usados en la propagación del cultivo

Luis Avilán R., M. Rodríguez  J. Ruíz,  C. Rengifo

Investigador FONAIAP. Centro Nacional de
Investigaciones Agropecuarias. Maracay

Con esta entrega se concluye el tema de la propagación del manguero, presentando los diferentes tipos de injerto que facilitan la obtención de la variedad deseada: terminal o de púa, chapa lateral, de yema, de plántula y la doble injertación. También se incluye un resumen de las principales pestes que pueden afectar las plantas durante la etapa de vivero


Injerto terminal o de púa.

El patrón es cortado a bisel (un corte de 3 a 4 cm de largo) a una altura de 20 cm del suelo. El injerto o púa debe ser de la misma forma que éste, debiendo tener unos 10 a 15 cm de largo, por lo menos con tres yemas en buen estado; las púas más conveniente son aquellas que tienen de siete a ocho meses de brotad as y que no hayan iniciado su brotación, más bien, deben estar hinchadas en aparente "reposo".

Veener o de chapa lateral

El patrón debe estar en condiciones de activo crecimiento, lo cual se comprueba si la corteza se desprende fácilmente. En cuanto a los esquejes, es mejor tomarlos de las puntas de las ramas con yemas laterales hinchadas y cuando los terminales muestren una coloración verde. Se hace una muesca basal en forma arqueada, a unos 20 cm de alto; luego, a unos 5- 7 cm más arriba, se hace un corte hacia abajo que penetre la madera y terminando en la muesca hecha anteriormente.

La púa se corta de 5 a 10 cm de largo preferiblemente de igual diámetro que el patrón, aunque puede ser más delgada. De un lado se hace un corte sesgado comenzando inmediatamente de la yema terminal y continuando hasta abajo. Del lado opuesto, en la base, se hace un corte de chaflán para formar una cuña que se ajuste a la muesca hecha en el patrón, de manera que las superficies cortadas en ambos (patrón y púa) se coloquen cara a cara para que se ajusten lo más perfectamente posible.

El injerto de yema Solamente se usa una yema, y por lo tanto, resulta muy eficiente cuando el material a propagar es limitado. También las plantas, con sólo unas cuantas semanas de edad, pueden ser injertadas por este método. Para asegurar su éxito, las yemas deben ser previamente acondicionadas dos o tres semanas antes anillando en el árbol y removiendo todas las hojas, menos tres o cuatro en el ápice de la rama. En el patrón se hace una incisión en forma de T invertida, sin lastimar el tallo más allá de la corteza. Luego, con la espátula de la injertadora se levanta por los ángulos lo necesario para introducir la yema. Para extraer la yema o escudete, se hace un corte a 1 cm de la yema que deseamos propagar, corriendo la navaja hacia abajo se saca el escudete en forma elíptica alargada, procurando que la yema esté localizada en su centro y que junto con él se venga una pequeña porción de madera, particularmente debajo del ojo de la yema. Por la incisión hecha en el patrón, se introduce el escudete bajo la corteza y una vez practicado el injerto, se amarra.

En todos los métodos antes descritos, una vez realizado el injerto, se emplea una película plástica de vinilo para cubrirlos y mantenerlos ajustados, la cual permite el intercambio de gases y evita la pérdida de humedad en el injerto. A las tres semanas de haberse efectuado los injertos se examinan las yemas; si están verdes y presentan un aspecto sano, es señal que han prendido. Después de unos días, se elimina el plástico para evitar la estrangulación.

En los casos de injertos de yema y chapa lateral, se puede cortar el patrón a unos 25- 30 cm del suelo; es decir, por encima del lugar donde se realizó el injerto, procurando dejar algo de follaje para mantener la afluencia de savia. Después que el injerto se ha desarrollado unos 15- 20 cm, se poda el resto del patrón por encima del injerto mediante un corte oblicuo y opuesto a éste y al cual se debe aplicar un desinfectante y pintura.

Injerto de plántula o hueso

Un sistema de propagación verdaderamente novedoso lo constituye el sistema denominado de "plántulas o en hueso". En este método se emplean como patrones semillas con poco tiempo de germinadas y cuyos hipocotilos estén emergiendo en forma recta. El esqueje del material a propagar debe provenir de un brote terminal, cuyas hojas hayan pasado la fase de coloración púrpura, de 12 a 15 cm de largo y estar semiduros. El esqueje y el patrón deben tener, de preferencia, el mismo diámetro y la unión se puede llevar a cabo por aproximación o por púa. En el primero, se realiza un corte inclinado en el epicotilo de unos 4 cm de largo en la región cercana a la semilla; igualmente, se realiza en el esqueje y se procede a la unión. En el segundo, el epicotilo es decapitado y cortado perpendicularmente unos 3 cm de profundidad y el esqueje se prepara en forma de cuña. Se inserta la cuña en el corte del epicotilo y se procede a su amarre.

Doble injertación

Una de las alternativas para reducir el porte o tamaño de la planta, Io constituye el denominado "injerto intermedio" o doble injertación. El procedimiento para la ejecución de los injertos es similar a los descritos, variando solamente 19. disposición de los mismos en la nueva planta que deseamos obtener. Cuando se emplean púas o esquejes, tanto de la pieza intermedia como de la variedad que deseamos propagar; es decir, la copa comercial, se toman las indicaciones suministradas para la injertación tradicional en lo referente a su madurez (7- 8 meses de brotada), grosor, etc. La púa de la variedad intermedia se corta en trozos de 12 cm y acto seguido, se procede al injerto como una púa de la variedad comercial. Posteriormente se van injertando las dobles púas sobre el patrón.

Además de reducir el tamaño de las plantas, este proceso permite la posibilidad de aprovechar alguna característica beneficiosa del patrón intermedio para inducirla en el comportamiento de la copa. Al respecto, en la India, se ha logrado adelantar la época de floración mediante este procedimiento.

Una de las limitantes para la adopción de este procedimiento, por parte de los fruticultores, a pesar de llegar a producir plantas de pequeño porte, lo constituye el precio de venta de este tipo de árboles, el cual debe ser superior a los de injertación simple. Dependiendo del procedimiento empleado, se tardan dos años aproximadamente para que una planta doblemente injertada pueda ser trasplantada al campo, mientras que una de injerto simple necesita 18 meses solamente; esta diferencia de tiempo y el trato dado a la nueva planta debe ser compensado económicamente al viverista.

Como nota curiosa

Dentro de los procedimientos empleados por a.gunos fruticultores en la propagación, se muestra en la foto un injerto realizado sobre varios patrones. La razón de su empleo está asociada a la búsqueda de una mayor resistencia a las condiciones adversas de los suelos. Sin embargo, su implantación presenta dificultades.