Injerto terminal
o de púa.
El
patrón es cortado a bisel (un corte de 3 a 4 cm
de largo) a una altura de 20 cm del suelo. El
injerto o púa debe ser de la misma forma que
éste, debiendo tener unos 10 a 15 cm de largo,
por lo menos con tres yemas en buen estado; las
púas más conveniente son aquellas que tienen de
siete a ocho meses de brotad as y que no hayan
iniciado su brotación, más bien, deben estar
hinchadas en aparente "reposo".
Veener o de
chapa lateral
El
patrón debe estar en condiciones de activo
crecimiento, lo cual se comprueba si la corteza
se desprende fácilmente. En cuanto a los
esquejes, es mejor tomarlos de las puntas de las
ramas con yemas laterales hinchadas y cuando los
terminales muestren una coloración verde. Se
hace una muesca basal en forma arqueada, a unos
20 cm de alto; luego, a unos 5- 7 cm más arriba,
se hace un corte hacia abajo que penetre la
madera y terminando en la muesca hecha
anteriormente.
La
púa se corta de 5 a 10 cm de largo
preferiblemente de igual diámetro que el
patrón, aunque puede ser más delgada. De un
lado se hace un corte sesgado comenzando
inmediatamente de la yema terminal y continuando
hasta abajo. Del lado opuesto, en la base, se
hace un corte de chaflán para formar una cuña
que se ajuste a la muesca hecha en el patrón, de
manera que las superficies cortadas en ambos
(patrón y púa) se coloquen cara a cara para que
se ajusten lo más perfectamente posible.
El
injerto de yema Solamente se usa una yema, y por lo tanto, resulta muy eficiente cuando el material
a propagar es limitado. También las plantas, con
sólo unas cuantas semanas de edad, pueden ser
injertadas por este método. Para asegurar su
éxito, las yemas deben ser previamente
acondicionadas dos o tres semanas antes anillando
en el árbol y removiendo todas las hojas, menos
tres o cuatro en el ápice de la rama. En el
patrón se hace una incisión en forma de T
invertida, sin lastimar el tallo más allá de la
corteza. Luego, con la espátula de la
injertadora se levanta por los ángulos lo
necesario para introducir la yema. Para extraer
la yema o escudete, se hace un corte a 1 cm de la
yema que deseamos propagar, corriendo la navaja
hacia abajo se saca el escudete en forma
elíptica alargada, procurando que la yema esté
localizada en su centro y que junto con él se
venga una pequeña porción de madera,
particularmente debajo del ojo de la yema. Por la
incisión hecha en el patrón, se introduce el
escudete bajo la corteza y una vez practicado el
injerto, se amarra.
En
todos los métodos antes descritos, una vez
realizado el injerto, se emplea una película
plástica de vinilo para cubrirlos y mantenerlos
ajustados, la cual permite el intercambio de
gases y evita la pérdida de humedad en el
injerto. A las tres semanas de haberse efectuado
los injertos se examinan las yemas; si están
verdes y presentan un aspecto sano, es señal que
han prendido. Después de unos días, se elimina
el plástico para evitar la estrangulación.
En
los casos de injertos de yema y chapa lateral, se
puede cortar el patrón a unos 25- 30 cm del
suelo; es decir, por encima del lugar donde se
realizó el injerto, procurando dejar algo de
follaje para mantener la afluencia de savia.
Después que el injerto se ha desarrollado unos
15- 20 cm, se poda el resto del patrón por
encima del injerto mediante un corte oblicuo y
opuesto a éste y al cual se debe aplicar un
desinfectante y pintura.
Injerto
de plántula o hueso
Un
sistema de propagación verdaderamente novedoso
lo constituye el sistema denominado de
"plántulas o en hueso". En este
método se emplean como patrones semillas con
poco tiempo de germinadas y cuyos hipocotilos
estén emergiendo en forma recta. El esqueje del
material a propagar debe provenir de un brote
terminal, cuyas hojas hayan pasado la fase de
coloración púrpura, de 12 a 15 cm de largo y
estar semiduros. El esqueje y el patrón deben
tener, de preferencia, el mismo diámetro y la
unión se puede llevar a cabo por aproximación o
por púa. En el primero, se realiza un corte
inclinado en el epicotilo de unos 4 cm de largo
en la región cercana a la semilla; igualmente,
se realiza en el esqueje y se procede a la
unión. En el segundo, el epicotilo es decapitado
y cortado perpendicularmente unos 3 cm de
profundidad y el esqueje se prepara en forma de
cuña. Se inserta la cuña en el corte del
epicotilo y se procede a su amarre.
Doble
injertación
Una
de las alternativas para reducir el porte o
tamaño de la planta, Io constituye el denominado
"injerto intermedio" o doble
injertación. El procedimiento para la ejecución
de los injertos es similar a los descritos,
variando solamente 19. disposición de los mismos
en la nueva planta que deseamos obtener. Cuando
se emplean púas o esquejes, tanto de la pieza
intermedia como de la variedad que deseamos
propagar; es decir, la copa comercial, se toman
las indicaciones suministradas para la
injertación tradicional en lo referente a su
madurez (7- 8 meses de brotada), grosor, etc. La
púa de la variedad intermedia se corta en trozos
de 12 cm y acto seguido, se procede al injerto
como una púa de la variedad comercial.
Posteriormente se van injertando las dobles púas
sobre el patrón.
Además
de reducir el tamaño de las plantas, este
proceso permite la posibilidad de aprovechar
alguna característica beneficiosa del patrón
intermedio para inducirla en el comportamiento de
la copa. Al respecto, en la India, se ha logrado
adelantar la época de floración mediante este
procedimiento.
Una
de las limitantes para la adopción de este
procedimiento, por parte de los fruticultores, a
pesar de llegar a producir plantas de pequeño
porte, lo constituye el precio de venta de este
tipo de árboles, el cual debe ser superior a los
de injertación simple. Dependiendo del
procedimiento empleado, se tardan dos años
aproximadamente para que una planta doblemente
injertada pueda ser trasplantada al campo,
mientras que una de injerto simple necesita 18
meses solamente; esta diferencia de tiempo y el
trato dado a la nueva planta debe ser compensado
económicamente al viverista.
Como nota curiosa
Dentro
de los procedimientos empleados por a.gunos
fruticultores en la propagación, se muestra en
la foto un injerto realizado sobre varios
patrones. La razón de su empleo está asociada a
la búsqueda de una mayor resistencia a las
condiciones adversas de los suelos. Sin embargo,
su implantación presenta dificultades.
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