FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 46   Julio-Diciembre  1994

  FONAIAP   DIVULGA  No.  46                                                                                                                  Julio-Diciembre   1994



Perspectivas del cultivo de la soya en Venezuela

Pedro Solorzano. Ingeniero Agrónomo. Protinal Venezuela.
Helio Campos Giral. Ingeniero Agrónomo. Consultor Privado.

El presente artículo, tomado del Trabajo FLORILEGIO DE LA SOYA EN VENEZUELA Premio Leopoldo Correa (Fundesol, 1991), argumenta la importancia de aumentar áreas de siembra de soya, aprovechando su capacidad para aportar rendimientos relevantes en aceites, que permitirían cubrir a largo plazo el alto déficit que sufre recurrentemente la agroindustria de alimentos balanceados, la cual  depende de importaciones que le representan desembolsos elevados de divisas.


Importancia del cultivo de soya para Venezuela

En 1967, Helio Campos Giral escribe un artículo sobre el cultivo de la soya en Venezuela, destacando su importancia y factibilidad luego de haber acumulado una serie de experiencias sobre el comportamiento de la especie en varias zonas agrícolas del país. Allí se señala que: "... Protinal realizó las primeras introducciones de variedades de soya en 1952, y desde 1960 reinició un vigoroso esfuerzo mediante un programa de alcance nacional, introduciendo más de 150 variedades e interesando a la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, en cuyo Instituto de Agronomía se probaron los materiales y los más sobresalientes fueron llevados luego a ensayos regionales. El programa de investigación iniciado por Protinal estuvo asesorado por el Profesor John P. Gray, del Departamento de Agronomía de la Universidad de Lousiana, USA".

De esas evaluaciones de variedades realizadas por Protinal, la variedad Improved Pelican (Pelicana Mejorada) resultó con un comportamiento aceptable por prestarse a mecanización completa y tener indehiscencia comercial. En consecuencia, para finales de la década del 60 y principios de la del 70, la única variedad comercial recomendable en el país era la Pelicana Mejorada, con la cual se hicieron programas de siembras comerciales con resultados exitosos.

El conocimiento acumulado hasta esta fecha sobre el manejo agronómico de la soya, llevó a esta especie a los campos comerciales, siendo el Valle de Aroa el asiento de lo que puede considerarse la primera siembra comercial de soya en Venezuela. Los resultados de esta cosecha, los recoge H. Campos G. en artículo publicado en 1968, los cuales se resumen en el Cuadro 1. Esta información es clara en cuanto al éxito de esta primera siembra de soya, para una superficie de 300 ha se logró un rendimiento promedio de 1.457 kg/ha y un agricultor superó la barrera de 2.000 kg/ha, lo cual vino a ser indicativo de las grandes posibilidades para producción de soya en el país. Luego de esta experiencia positiva, en el Valle de Aroa y otras regiones del país se hicieron siembras comerciales durante varios años con resultados aceptables.

Hasta el momento, los principales interesados en el cultivo de la soya en el país fueron las industrias de alimentos balanceados para animales, liderizados por Protinal, C.A. Sin embargo, debido a los altibajos en el interés por el cultivo y el hecho de no lograrse un arranque decisivo y necesario de su desarrollo en el país, H. Campos G. en 1984, publica un artículo tratando de llamar la atención sobre lo delicado de que la industria de alimentos balanceados para animales dependa de la total importación de soya como fuente proteica para sus raciones. Expresa lo siguiente para indicar la importancia del cultivo de la soya: "La industria avícola que abastece al país de carne de pollo y huevos, con excedentes de exportación descansa de manera determinante en la soya. Esta dependencia es básica porque, a pesar de que dicha harina constituye sólo el 25% de la ración, hasta ahora no tiene sustituto. En otras palabras, al faltar el componente soya se derrumbaría una industria mil millonaria, una fuente importante de trabajo y en pocos días habría desabastecimiento total del mercado en carne de pollo y de huevos producidos en el país .

...los requerimientos nacionales de soya para la fecha (1983) son de 400.000 t, las cuales se cultivan en fincas de Norteamérica (USA) y Brasil, donde por lo menos deben ponerse bajo cultivo unas 200.000 ha para abastecer al mercado venezolano. Esto representa un monto importante en fuga de divisas, y pueden imaginarse lo que representaría en trabajo e inversión si se produjera esa soya en nuestro país, poniendo bajo cultivo esas 200.000 hectáreas".

En 1984, los autores son invitados al Simposio Problemática de las Grasas, Aceites y Oleaginosas en Venezuela, auspiciado por CAVENDES, FUNDESOL, ASOGRASAS y Fundación CIEPE, presentando quizás el primer trabajo que intenta destacar la importancia que tendría la soya como alternativa oleaginosa para Venezuela. Allí se hacen planteamientos que en la actualidad se mantienen vigentes: "El déficit en el suministro de aceites y grasas comestibles es, en la actualidad, para el subsector agrícola vegetal, el segundo en importancia en Venezuela, superado sólo por el trigo". Al problema del suministro de aceite y grasas le sigue en importancia el del suministro de concentrados proteicos como se puede observar en el Cuadro 2. Tomando en conjunto estos dos aspectos, la soya surge como el cultivo de mayor relevancia en el intento necesario de disminuir nuestra dependencia alimentaria.

Los autores del Plan de Autoabastecimiento Agropecuario proyectaron la demanda nacional de aceites vegetales para 1985 en 266.100 t. Para ese año se estimó la demanda de soya para la industria nacional en unas 900.000 t de su equivalente en granos, que de disponerse en esta forma (granos) permitiría extraer unas 150.000 t de aceite, considerando un rendimiento de extracción del 17 por ciento.

De producirse en Venezuela nuestros requerimientos de soya como fuente proteica para la industria de alimentos, paralelamente estaríamos solucionando nuestro problema de suministro de aceites vegetales. Claro está, que esto sería una solución a largo plazo al cuantificar que tendríamos que desarrollar más de 400.000 ha con el cultivo de soya, tarea de varios años de gran dedicación hacia ese objetivo, pero dicha posibilidad sirve para mostrar el gran papel que debería jugar este cultivo dentro del desarrollo agrícola nacional.

El Cuadro 3 ofrece una visión comparativa del rendimiento en aceite de varias especies de plantas que pueden producirse en Venezuela, para cuyos cálculos se consideraron rendimientos promedios en semillas muy probables de alcanzar en nuestras condiciones. Desde el punto de vista de rendimientos, la palma aceitera destaca con los valores más altos, aunque favorecida un poco por no considerarse los años de establecimiento de la plantación, durante los cuales no hay producción de frutos. Observando la columna de rendimiento relativo, vemos que el maní apenas logra producir cerca de un 13% del rendimiento en kilogramo de aceite/ha de la palma. Sin embargo, cuando se expresa la producción en kg/ha/día, lo cual es más lógico ya que comparamos especies de diversos ciclos, el maní presenta un rendimiento del orden de 39% del alcanzado por la palma, el ajonjolí llega a 32,5% y la soya a 28,7%. Si de alguno de esos cultivos se lograran dos cosechas al año sobre los mismos suelos utilizando riego, su rendimiento en aceite se aproximaría bastante al de la palma.

En el mismo Cuadro 3 se incluye el maíz, cuya semilla, a pesar de tener una concentración de aceite relativamente baja (5%) se convierte en una importante fuente de grasas, debido a la elevada demanda nacional por este cereal, que para 1985 se estimó en 1.450.000 t, las cuales, de dedicarse en su totalidad a la extracción de su aceite, representarían una oferta de 72.872 t, que para ese año serían el 27,4% de la demanda total de aceite (266.100 toneladas).

Este trabajo se cierra con un comentario sobre las posibilidades de la producción de soya en Venezuela, del cual se extrae lo siguiente: "Todavía es frecuente expresar en medios vinculados a la producción agrícola del país, que la soya no se puede cultivar en Venezuela. Esta aseveración carece de fundamento, ya que en la actualidad en diversos países del área tropical del mundo existen programas de producción de soya, con resultados que compiten satisfactoriamente con otros rubros de mayor tradición en esas regiones. Esto es válido para Venezuela, ya que aunque en la actualidad no se puede decir que tenemos un programa de producción comercial de soya, éste existió hasta 1976, cuando fue suspendido por no definir una política adecuada que favoreciera la promoción de este cultivo.

...A pesar que se suspendieron los programas comerciales de producción de soya, desde 1977 se incrementaron actividades de investigación en este rubro en diversas instituciones del país como IVIC, FUSAGRI-Fundación Polar, FONAIAP, universidades nacionales y PROTINAL que nuevamente incursiona en este campo con miras a la investigación y realización de programas de producción comercial. Este esfuerzo significa que hoy en día disponemos de mayor información que en el pasado, para acometer con éxito la producción comercial de esta especie y es un espaldarazo al convencimiento que tenemos: producir soya en Venezuela desde el punto de vista agronómico, es una realidad".

No obstante la vigencia de la información presentada, es conveniente actualizar algunas cifras para darle mayor validez a estos planteamientos. 

1. La demanda nacional de aceites vegetales brutos se estimó para 1990 en más de 300.000 t, continúa la gran brecha entre demanda y Oferta nacionales, por lo que este rubro sigue siendo de los más dependientes de importaciones en el sub-sector agrícola vegetal.

2. Las necesidades actuales de soya para las fábricas de alimentos balanceados para animales superan el millón de toneladas, por lo que para su producción en Venezuela se requiere incorporar más de 500.000 hectáreas.

3. Las variedades de soya que actualmente se cultivan en el país (1990), generalmente alcanzan rendimientos alrededor de 2.000 kg/ha, lo cual implica que su rendimiento en aceite sería de 340 kg/ha y de 2,83 kg de aceite/ha/día, cifra que en dos cosechas al año, como se han realizado en las sabanas orientales del país, representa 5,66 kg de aceite/ha/día anualmente, lo que viene a ser un 82% de la producción anual de la palma de aceite.

La producción de oleaginosas es un tema crucial de nuestra dependencia alimentaria.  Por lo tanto, urgen esfuerzos dentro del subsector para recuperar y fortalecer instituciones y cultivos que faciliten la participación tecnológica y beneficien la producción nacional

Bibliografía

CAMPOS G., H. 1967. El cultivo de la soya en Venezuela. Revista Protinal. Vol. XIII No.4.

CAMPOS G., H. 1968. Resultados finales de la cosecha de Aroa. Revista Protinal. Vol. XV No.1.

CAMPOS G., H. 1984. Importancia y perspectivas del cultivo de soya en Venezuela. Presentado en Taller: Cultivo de Soya en los Llanos Occidentales. UNELLEZ, Guanare. Revista Protinal. Vol. XXXII No.140.

SOLORZANO P., P. y H. CAMPOS G. 1984. La soya: alternativa oleaginosa para Venezuela. Presentado en Simposio: Problemática de las Grasas, Aceites y Oleaginosas en Venezuela. Serie: Eventos Técnicos No.3. Ediciones CIEPE. San Felipe, Venezuela.