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*Investigador. FONAIAP-Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado Monagas. Maturin. |
RESUMEN: |
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La
buena producción de un cultivo es el resultado del uso de una buena
semilla certificada, debidamente identificada y proveniente de
cultivares adaptados a la zona, así como de la aplicación adecuada ya
tiempo del conjunto de prácticas culturales durante su ciclo
vegetativo. El rendimiento está en relación directa con la semilla
utilizada y el sistema de manejo aplicado. Preparación de tierras:
El
objetivo de la preparación de tierras es acondicionar un lecho para que
la semilla germine y emerja sin dificultad, logrando una superficie
uniforme, con un suelo libre de terrones y malezas; al mismo tiempo que
se eliminen pupas y larvas de insectos por la acción directa de la
misma preparación, la presencia de pájaros, la acción del sol y la
incorporación de residuos de cosecha. Fertilizació
La
cantidad de fertilizantes a aplicar depende de los resultados de los análisis
de suelos, servicio que en esta entidad federal presta el Fondo Nacional
de Investigaciones Agropecuarias y la Universidad de Oriente. El fósforo
y el potasio se deben aplicar al momento de la siembra, al igual que la
mitad del nitrógeno, y la otra mitad como reabono. Debe considerarse el
uso de micro elementos, ya que éstos están limitando la producción de
maíz en el Estado Monagas.
Sembrando
en época temprana se aprovecha mejor la humedad durante el ciclo del
cultivo, se reduce la incidencia de plagas y enfermedades y se cosecha
con menos problemas de cosechadoras por la disponibilidad de las mismas.
La
época de siembra adecuada para el cultivo de maíz de secano es aquella
a partir de la cual pueden ocurrir precipitaciones que sumen entre 600 a
800 mm bien distribuidos, desde la siembra hasta la formación y llenado
de los granos.
En Monagas, la época de siembra más adecuada está comprendida entre
finales de mayo y primera quincena de junio, pudiéndose extender hasta
finales de junio.
La
densidad de siembra apropiada está entre 45.000 a 55.000 plantas por
hectárea. Esto se logra sembrando entre cinco a seis semillas por metro
lineal sobre la hilera y con 80 a 100 cm entre hileras. La distancia
promedio entre plantas debe ser de 16 a 20 cm, para lo cual se requiere
una cantidad promedio de 16 Kg de semilla por hectárea.
Debe
utilizarse semilla certificada de la variedad o híbrido mejor adaptado
a la zona. El tamaño y forma de la semilla no influyen en los
rendimientos, pero sí debe adquirirse de acuerdo con el tipo de plato
de la sembradora que se va a utilizar en la siembra.
Los
cultivares más recomendados son los híbridos: CENIAP PB 8, CENIAP 69,
CENIAP 81, CARGILL 633, PROSECA 71, HIMECA 2000, HIMECA 91 y las
variedades Flor Amarillo y la Máquina del CENIAP. Control de malezas
Este
control debe hacerse en forma preemergente (antes de emerger las malezas
y el cultivo. Se han obtenido resultados satisfactorios con atrazinas,
aunque, si hay presencia de gramíneas, se recomienda
En
forma postemergente, sólo podrá hacerse la aplicación de atrazinas,
si las malezas no han pasado de la etapa de dos hojas como máximo.
Reabono
Esta
labor se debe efectuar cuando las plantas tengan aproximadamente 40 cm
de altura (30 a 35 días después de la siembra), utilizando urea o
sulfato de amonio, evitando hacerla con fórmula completa.
Control
de plagas y enfermedades
Las
plagas deben ser manejadas en forma integrada, y para ello es
necesario considerar los aspectos siguientes:
1.
Destruir socas
Atendiendo
estas cuatro consideraciones se logra que la incidencia de las plagas
sea más tardía, cuando el cultivo esté bien desarrollado y por lo
tanto, con mayor capacidad de tolerar los daños que éstas puedan
causar.
Si
es necesario aplicar el control químico debe hacerse oportunamente; y
no esperar que la plaga se establezca en la plantación, ya que su
control posterior será más difícil y más costoso.
Los
cultivares de maíz existentes en el mercado muestran tolerancia o
resistencia a las enfermedades más comunes que lo atacan, como punta
loca, complejos virales (enanismo, achaparramiento, raya fina), manchas
foliares, pudriciones de tallo y raíz, carbón de la espiga, etc.
Por
ello es necesario practicar un manejo de cultivo que incluya prácticas
culturales que minimicen la incidencia del inóculo, disminuyendo la
fuente de los mismos y produciendo condiciones desfavorables para su
incidencia, como se indica a continuación:
Cosecha
Esta
debe realizarse cuando la humedad del grano esté entre 18 y 20%. Una guía
para conocer si el grano ha alcanzado la madurez fisiológica, es la
mancha o punto negro que aparece en el sitio de unión del grano con la
mazorca, o que la línea de leche (línea de secado) que se observa en
la parte posterior del grano, esté cerca de la base. El maíz requiere
de mayor atención durante los primeros 40 días de su ciclo, cualquier
falla cometida durante este período, no se podrá corregir
posteriormente.
Con
la finalidad de evitar la proliferación de plagas que pupan en los
tallos, como la diatrea, o en el follaje como el medidor, se deben
incorporar los restos de plantas o socas inmediatamente después de la
cosecha, mediante un pase de rastra. Con esta práctica también se
eliminan plantas y residuos de cosecha, donde permanecen muchos agentes
causales de enfermedades. |