FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 50   Octubre-Diciembre  1995

  FONAIAP   DIVULGA  No.  50                                                                                                           Octubre-Diciembre  1995

 
El cultivo del manguero en Venezuela. x. Principales enfermedades y su control. 

Amado J. Rondón G. *; Yolanda Guevara. M.**.

*Investigador. FONAIAP, Gerencia de Tecnología.
 Vía El Limón Maracay, Venezuela.
*Investigador. FONAIAP, CENIAP - IIA., Dpto. Prot. Vegetal, 
Maracay, Venezuela.

Resumen

Continuando con la serie de artículos relacionados con este importante producto frutícola, se describen los síntomas y condiciones predisponentes de las principales enfermedades que afectan al manguero, así como las recomendaciones específicas para su control


El mango, al igual que otros frutales, es atacado por patógenos que afectan la capacidad fisiológica y productiva de la planta, pudiendo, en muchos casos, incidir en la calidad de los frutos y, en otros, provocar su destrucción total.

La impor1ancia económica de las enfermedades depende de varios factores, a saber: la región donde se cultive, las condiciones ambientales, la variedad sembrada y las prácticas culturales empleadas. Por consiguiente, no se puede hablar de enfermedades secundarias sin definir todos aquellos factores donde se desarrolla la planta.

A continuación se presenta la información sobre agente causal, síntomas, factores predisponentes y métodos de control de las principales enfermedades que afectan al manguero en Venezuela.

Antracnosis

El agente causal es Colletotrichum gloeosporioides (Penz.) Penz. & Sacc., y su telemorfo Glomerella cingulata (Ston.) Spaud & Schrenk.. El hongo ataca hojas, ramitas, inflorescencias y frutos. En el follaje se manifiesta en forma de manchas ovales e irregulares de color marrón con bordes bien delimitados. En las ramitas se caracteriza por la presencia de áreas necróticas en el ápice de los brotes jóvenes, los cuales se secan en forma descendente. En las inflorescencias el daño se presenta en forma de manchas oscuras, las cuales le agrandan y coalescen, ocasionando el secamiento y caída de las flores. En los frutos se observan áreas necrosadas que luego se pudren, haciéndose más susceptible a medida que se acercan a la madurez (Fig. 1 ).

Las condiciones ambientales predisponentes de esta enfermedad son: humedad relativa elevada, superior al 80%, y temperaturas comprendidas entre 24-32 °C. El patógeno es diseminado por el viento, los insectos y el agua de lluvia; frecuentemente es transportado a grandes distancias en material enfermo (9).

El control se basa en prácticas de cultivo como: distancia adecuada entre plantas, donde exista buena circulación de aire y penetración de rayos solares, construcción de drenajes para impedir encharcamientos que incrementan la humedad relativa dentro de la plantación, podas de aclareo y limpieza después de la cosecha. Con estas prácticas se controla el principal factor ambiental (humedad relativa) que favorece el ataque del hongo (1 ,6).

Figura 1. Fruto de mango, var. Rubí con manchas negras por antracnosis.

Para evitar la enfermedad se deben seleccionar zonas ecológicas con baja precipitación y humedad relativa, por cuanto al sembrar mango en áreas semihúmedas, con precipitaciones superiores a 900 m m anuales, es necesario planificar aspersiones con fungicidas que deben comenzar antes de la floración y continuar hasta que el fruto esté pintón. Las aplicaciones se hacen con intervalos de 7, 14, 21 o 30 días, dependiendo de la frecuencia de las lluvias. Los productos más usados son: Benlate 07 (1 g/l), Dithane M45 y Oxicloruro de Cobre (2-3 g/l), mezclados con un adherente (Surfactante HA o Supersticker) para asegurar la cobertura apropiada de la superficie cerosa del follaje y fruto (9). Se observó que sometiendo los frutos de mango a tratamiento térmico (46.1°C durante 75 o 90 min.) se lograba un control efectivo de la Antracnosis.

Ceniza o mildiú polvoriento

El agente causal es Oidium mangiferae Berthet., cuyo telemorfo es Erysiphe polygoni D.C., El hongo afecta hojas, inflorescencias y frutos pequeños. Se manifiesta en forma de un polvillo blanquecino o ceniza que cubre la superficie de esos órganos y causa un amarilleo del follaje que termina por distorsionar secar las hojas; en las inflorescencias y frutitos afectados, éstos toman una coloración marrón y caen (5,9) --(Fig. 2). El patógeno se encuentra presente en casi todos los huertos de mango del mundo, causando severos daños durante el período de floración, cuando la humedad relativa es elevada y está acompañada por noches frías (5). El organismo es diseminado principalmente por el viento, aunque el agua de lluvia y los insectos juegan un papel importante en la dispersión de la enfermedad dentro de la plantación. Trabajos realizados en el huerto del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias, en Maracay, Venezuela, demostraron que las variedades más sensibles son: Kent, Manzana, Zill y Blackman; las más tolerantes: Sensation, Tomy Atkins y Cambur tipo Sandersha).

Figura 2. Inflorescencias de mango. con secamiento de las panículas por ataque de ceniza o mildiú polvoriento.

El control eficiente del hongo se logra con aplicaciones de azufre (1-2 g/l), Karathane o Morestan (2-3 g/l), Afugan (0.82 g/l), mezclados con adherente (9). La primera aplicación debe darse antes de la apertura de las flores, la segunda después de la apertura de los pétalos y la tercera cuando los frutos cuajados tengan un diámetro de dos centímetros.

Sarna

Es causada por Sphaceloma mangifera Bit. y Jenk., y su telemorfo EIsinoe angiferae  afectados por sarna Bit. y Jenk. o verrugosis. El hongo afecta hojas, ramitas y frutos. En las hojas se presenta en forma de manchas circulares o angulares de 1 m m de diámetro, de color marrón, el centro se cae con frecuencia, dejando agujeros irregulares que tienden a distorsionar y arrugar el órgano afectado. En la corteza de tallos y ramitas, la enfermedad se presenta en forma de manchas irregulares, ligeramente levantadas, de coloración marrón claro a gris.

En frutos, la infección es de color marrón con márgenes irregulares en forma redondeada y de aspecto corchoso afectando su calidad, lo cual origina su rechazo en los mercados (Fig.3). El control adecuado es evitar exceso de humedad en la plantación, tratar periódicamente con productos químicos como: Difolatan-50 y Dithane M-45" (2-3 g/l) y Benlate (0.7-1 g/l), mezclado con adherente (9).

Fig.3. Frutos de mango afectados por sarna o verrugosis

Muerte regresiva de las ramas

Causada por Botryodiplodia theobromae Pat., cuyo telemorfo es Physalospora rhodina Cooke., la enfermedad comienza con un necrosado y secamiento de las partes terminales de las ramas y avanza en forma descendente hasta alcanzar el tronco del árbol (Fig.4). El hongo es favorecido por elevada humedad relativa, estrés hídrico y temperaturas entre 24 y 32 °C. La diseminación del patógeno se encuentra estrechamente relacionada con ataques de insectos Scolitides (Xyleborus spp), principalmente en plantaciones descuidadas; también el agua de lluvia puede vehiculizar los conodios del hongo dentro de la plantación (6,8).

El control incluye medidas fitosanitarias como: podar las ramas enfermas, aplicar cicatrizante en el sitio de corte, quemar los residuos de la poda, abonar y regar adecuadamente las plantas afectadas, asperjar con fungicidas Cobox o Dithane M-45, (2-3 g/l), mezclado con insecticida Malation, (1-2 cc/l) y un adherente (9).

Figura 4.Árbol de mango, con síntomas de muerte regresiva

Pudrición de frutos y cancro en troncos y ramas

La enfermedad es causada por las bacterias Erwinia: E. carotovora (L. A. Jones) Holland y E. mangifera (Doidge) Bergey (Syn. E. herbicola (Löhnis Dye). causando caída prematura de frutos pequeños, pudrición del fruto a nivel del pedúnculo y lesiones tipo chancro o cancro con exudado gomoso en el tronco y ramas del árbol (Fig.5). La enfermedad se encuentra ampliamente distribuida en las zonas productoras del país (2.3.11).

La bacteria se mantiene en estado latente o en forma epifítica en los renuevos, hojas e inflorescencias durante el período vegetativo del árbol o cuando las condiciones ambientales son desfavorables al desarrollo de la enfermedad. A medida que los frutos se acercan a la madurez y las condiciones del pH se tornan favorables al desarrollo del patógeno, éste invade los tejidos y causa pudrición a nivel peduncular que avanza hasta afectar la pulpa y la semilla, incluso el embrión (2). La enfermedad es favorecida por elevada humedad relativa y temperaturas oscilantes entre 24-32 °C .La diseminación se realiza principalmente mediante las lluvias, esquejes infectados y por insectos asociados a la enfermedad, tales como: chinche negra, hormigas, escamas blancas y mariposas perforadoras del fruto (3). En Costa Rica se aisló la bacteria Erwinia spp, de moscas de la fruta, abejas y chinches (4). La evaluación de 27 variedades de mango, permitió establecer como tolerantes a la bacteriosis: Bocado, Aceite, Amini, Trinidad y Julie, con un porcentaje de frutos sanos superior a 65%. Las variedades Irwin y Sensation poseen tolerancia a la enfermedad con porcentajes de frutos sanos de 63 y 55% respectivamente, tienen sabor agradable y buena aceptación comercial. Las variedades más susceptibles fueron: Tommy Atkins, Haden,Zill, Smith, Early Gold y Manzano con menos de 20% de frutos sanos, encontrándose en este grupo los mangos de mayor importancia comercial.

.Fig.5.Tronco de mango. var. Tommy Atkins, con exudado gomoso. síntoma típico de la  bacteriosis por Erwinia.

 El control debe comenzar con el uso de material de propagación libre de la enfermedad, haciendo inspecciones periódicas en el vivero o plantación para detectar el problema a tiempo y aplicar tratamientos adecuados. Las plantas muy afectadas deben eliminarse, quemando los restos vegetales que alberguen el patógeno. Las herramientas usadas se deben desinfectar con cloro para evitar propagar el organismo al realizar las prácticas agronómicas. Los frutos deben cosecharse pintones para limitar el avance de la bacteria. Los chancros o cancros en tronco y ramas deben ser suprimidos mediante cirugía, siendo necesario aplicar un producto a base de cobre o antibióticos y luego un cicatrizante. También debe hacerse un control eficaz de los insectos portadores de la bacteria, lo cual evita el daño directo de los mismos, así como su efecto en la transmisión de la enfermedad (4,11).

Los resultados obtenidos en ensayos in vitro y en condiciones de campo, demuestran que los productos sulfato de cobre y antibióticos (sulfato de estreptomicina y ampicilina) inhiben el crecimiento de la bacteria y por ende el daño causado a las plantas (4, 12). Ensayos preliminares en Costa Rica indicaron que el caldo Bordelés 80% PM y el Phyton-27, ambos formulados a base de sulfato de cobre, fueron efectivos para controlar la bacteriosis causada por Erwinia spp (12). En Venezuela, se deben continuar los ensayos de control en condiciones de campo, probando diferentes dosis e incluyendo los productos que hayan demostrado eficacia en las pruebas realizadas, a fin de disminuir las pérdidas económicas ocasionadas por la enfermedad. Finalmente, debe adoptarse un plan de control integrado que incluya aspersiones químicas, podas, fertilización, riego y otras prácticas culturales necesarias según las condiciones agroecológicas imperantes en las zonas productoras.

Agallas o escobas de brujas

El agente causal es Fusarium decemcellulare Brick. , habiéndose señalado su estado telemórfico Calonectria rigidiuscula. (Berk. y Br.) Sacc. La enfermedad se manifiesta por una excesiva proliferación de yemas que salen del ápice o de las axilas foliares, con entrenudos cortos, agrupados formando una estructura denominada agalla o escoba de brujas (Fig. 6). Para que la enfermedad se disemine es necesario la presencia del hongo, cuya infección en plantas jóvenes origina detención del crecimiento y secamiento de la parte aérea; en plantas adultas se observa una continua proliferación de agallas que debilitan y hacen improductivos los árboles. También el hongo se puede dispersar en material infectado (semillas o esquejes) usados en la propagación del cultivo (7).

En Venezuela se han encontrado plantas hospederas del hongo, siendo las siguientes: guayabo pesgua Syzygium cumini L), cacao (Theobroma cacao L.), níspero del japón (Eriobotrya japonica L.), onoto (Bixa orellana L.), mamón (Melicocca bijuga L.), y guamo (Inga spp) (9.10).

El control se fundamenta en prácticas culturales, mediante la revisión periódica de las plantas, podar, cicatrizar, recoger el material enfermo y destruirlo en sitio aparte para evitar la dispersión de los insectos (hormigas, ácaros u otros) que puedan esparcir el hongo; los árboles muy afectados deben ser eliminados.

Por el hecho de que la enfermedad se dispersa por material infectado en el suelo, es necesario que la tierra usada en el semillero y vivero se trate mediante calor o productos químicos (Bromuro de metilo, Formalina), teniendo cuidado de no propagar material sospechoso o proveniente de árboles enfermos. Las plantaciones pueden ser asperjadas con una mezcla de los fungicidas Benlate (1 g/l) y Cicloheximida o Actidione (1.5 cc/l) más un efectivo adherente.

Figura 6. Ramas de mango con agallas, en el centro un aislamiento del agente causal Fusarium decemcellulare.

Arañera

El agente causal es Pellicularia koleroga Cke, el hongo mediante cordones miceliares ataca ramas y hojas causando la muerte de estos órganos. Generalmente la enfermedad está asociada a plantaciones descuidadas donde no se llevan a cabo eficientes prácticas agronómicas, sitios con elevada precipitaciones y humedad ambiental alta, superior al 80 por ciento.

El control se realiza podando, cicatrizando y quemando las ramas afectadas y luego asperjando con fungicidas a base de cobre, mezclado con un adherente (8).

Cercosporiosis

El agente causal es Cercospora mangífera Cooke, el hongo se manifiesta sobre las ramitas y hojas en forma de manchas irregulares de color marrón oscuro, rodeadas de una aureola amarilla. Esta enfermedad no reviste hasta el presente mayor gravedad porque sus ataques se encuentran confinados principalmente al follaje de las plantas. Generalmente las prácticas de control usadas para otras enfermedades son efectivas contra el hongo (8).

Fumagina

El agente causal es Capnodium sp. , el hongo se manifiesta en forma de una película negra que recubre las hojas impidiendo la normal fotosíntesis de la planta. El organismo es favorecido por alta humedad atmosférica, sombreado de la plantación y presencia de insectos (escamas, áfidos y chinches) en cuyas secreciones azucaradas se desarrolla el micelio del hongo (9).

Esta enfermedad generalmente no reviste mayor gravedad en los huertos, sin embargo, cuando se presenta basta con incidir sobre las condiciones predisponentes así como asperjar las plantas afectadas con una mezcla de fungicida (Cobox, Dithane M45), un insecticida (Malatión) y un adherente (Supersticker o Surfactante HA).

Nariz blanda

Denominada también .'Soft nose", se manifiesta como un amarilleo y reblandecimiento de la pulpa hacia el ápice del fruto. Los estudios de este problema dan singular importancia al aspecto nutricional y especialmente el papel que juega eI calcio en la manifestación del desorden. En plantas que producen frutos afectados con nariz blanda el contenido de calcio en las hojas es bajo y el de fósforo es alto (1 ).

En huertos con suelos ácidos, arenosos, pobres de calcio, la incidencia de esta anomalía disminuye cuando los niveles de nitrógeno son bajos y aumenta en aquellos con alta composición de ese elemento. Análisis realizados sobre el contenido de calcio en la pulpa de frutos afectados, revelan un gradiente del elemento desde la corteza hacia la semilla y desde la cavidad basal hacia el ápice. En todos los casos el daño se
incrementa de manera inversa al contenido del elemento, es decir cerca de la semilla y al ápice.

En Venezuela este desorden no reviste mayor importancia y solamente se ha observado en algunas variedades mejoradas, tales como: Tommy Atkins, Kent y Haden. También se ha notado que la fertilización con nitrógeno y potasio en diferentes épocas y dosis no tiene incidencia en la reducción de esta anormalidad.

Bibliografía

1 -Cartagena J. R. y D. Vega, 1992. Fruticultura Colombiana. El Mango. IICA, Manual de Asistencia Técnica NJ 43. 124 p.

2 -Guevara, Y; A. Rondón y R. Solórzano. 1980. Bacteriosis del mango. (Mangifera indica L.) en Venezuela. I. Sintomatología e identificación. Agronomía Tropical, 30 (1-6): 6567.

3 -Guevara, Y; A. Rondón, E. Arnal y R. Solórzano. 1985. Bacteriosis del mango. (Mangifera indica L.) en Venezuela. II. Distribución, perpetuación, diseminación y evaluación de la resistencia de variedades. Agronomía Tropical. 35 (46): 63 -75.

4 -Guevara, Y. 1995. Estudios en Venezuela sobre el Control de la bacteriosis (Erwinia spp). In Memoria 2do Seminario Internacional del Cultivo del Mango. Puntarenas. Costa Rica. p. 103-115.

5 -Rodríguez Landaeta. A y M. Figueroa. 1963. Aparición del "oidio o ceniza" del mango en Venezuela. Revista de la Facultad de Agronomía.3 (19): 4047.

6 -Rondón G., A. 1975. Enfermedades de los cítricos, mango y aguacatero. In IV Seminario Nacional de Fitopatología. Vol. 2. SVF. Trabajos presentados. Barquisimeto, Venezuela, pp. 160.

7 -Rondón, G. A.; R. Solórzano y M. Materán.; 1983. Agallas o escobas de brujas del mango (Mangifera indica L.) en Venezuela. Agronomía Tropical, 33 ( 1-6 ): 163 -176.

8 -Rondón G. A. y Y. Guevara. 1984. Algunos aspectos relacionados con la muerte regresiva del aguacate (Persea americana MilI.). Agronomía Tropical, 34 (1-3): 119129.

9 -Rondón G. A. 1990. Enfermedades de los frutales en Venezuela. Instituto de Investigaciones Agronómicas. CENIAP -FONAIAP, Serie B, N19, Maracay, Venezuela, 96 p.

10 -Rondón, G.A. y M. Materán. 1990. El onoto y el mamón nuevos hospedantes de Fusarium decemcellulare en Venezuela. Fitopatología Venezolana. 3 (2): 27-28.

11 -Rondón, G. A. 1995. Principales enfermedades del mango en Venezuela y su control. In: Seminario Internacional y II Encuentro Nacional de Productores y Exportadores de Mango de Guatemala. Memorias. p. D1-D5.

12 -Wang, A. 1995. Estado de la investigación de la bacteriosis del mango en Costa Rica. In: Memoria 2do. Seminario Internacional del Cultivo de Mango. Puntarenas. Costa Rica, p.116-123.