FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 50   Octubre-Diciembre  1995

  FONAIAP   DIVULGA  No.  50                                                                                                            Octubre-Diciembre  1995


Recomendaciones para el cultivo de soya en condiciones de sabana

Miguel A. Oliveros*, Audberto J. Millán* y Dorgelis Villaroel*

Investigador. FONAIAP - Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado Monagas.
 Apartado 184. Maturín, Estado Monagas.

Resumen

Por su importancia en la alimentación de aves y cerdos, y por el aceite que se extrae del grano, de alta calidad para el consumo humano, la soya ofrece amplias perspectivas para el aprovechamiento de las sabanas orientales. Es necesario implantar medidas tecnológicas específicas para estas condiciones, como la rotación de cultivos y las medidas de conservación y mejoramiento de los suelos, de manera de asegurar una alta rentabilidad al productor.


La soya es considerada en la agricultura del mundo moderno como uno de los cultivos más rentables, debido a la importancia estratégica que tiene para los esquemas tecnológicos de producción de alimentos concentrados para la alimentación de aves y cerdos, dado su alto contenido proteico (alrededor de 40%). Además posee en el grano hasta 20% de aceite de excelente calidad para el consumo humano. Es también el único cultivo en la agricultura totalmente mecanizado que ofrece una alternativa viable para una producción racional y sostenida en el tiempo, basada en la rotación de cultivos, garantizando al productor un alto nivel de rentabilidad y la conservación y mejoramiento de un recurso natural renovable como lo es el suelo.

Acondicionamiento del suelo

En suelos muy compactados por el uso excesivo de maquinaria agrícola, se recomienda la utilización de arado de cincel previo a los pases de rastra, para garantizar a la semilla una buena cama para su óptima emergencia, uniformidad y posterior desarrollo de la planta.

En suelos con ligeras limitaciones de pendiente, debe sembrarse en curvas de nivel para evitar problemas de erosión y facilitar la labor de mecanización del cultivo, de manera de lograr una adecuada emergencia y, por ende, una mejor densidad de plantas por hectárea.

En suelos con pH por debajo de 5,8 se recomienda la práctica del encalado un mes antes de la siembra. La cantidad de cal a utilizar debe estar en función del pH y de los miliequivalentes de aluminio presentes en el suelo.

Planta de soya defoliada y llena de vainas a punto de cosecha

Fertilización

Las mayores exigencias minerales que demanda la soya son de nitrógeno, fósforo y potasio. Este cultivo requiere de la absorción, en forma ascendente, de nitrógeno durante todo su ciclo y la manera más económica y eficiente de suplir este vital elemento es mediante la técnica de inoculación, la cual consiste en mezclar bacterias específicas de Rhizobium con las semillas antes de la siembra. La dosis recomendada por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) es de 500 g por cada 50 Kg. de semilla, más 600 m de un adherente (Citowett); sin embargo, se recomienda la aplicación inicial de 30 Kg./ha de nitrógeno, de los cuales dependerán las plantas mientras la nodulación se desarrolla. La planta de soya absorbe fósforo durante todo su ciclo de crecimiento. El período de mayor demanda se inicia poco antes de que las vainas comiencen a formarse y continúa aproximadamente hasta diez días antes de que los granos se hayan desarrollado por completo. En relación con el potasio, su ritmo de absorción es muy alto durante su período de máximo crecimiento vegetativo, luego decae hasta el inicio de la fructificación. La absorción se completa dos o tres semanas antes de la maduración de los granos. A su madurez, el grano de soya contiene aproximadamente 75% de nitrógeno y fósforo, y 60% del potasio absorbido por la planta; seguido de calcio, magnesio y azufre. Además, demanda otros elementos menores (cobre, zinc y manganeso) para alcanzar un desarrollo óptimo. De allí la necesidad de realizar un análisis de suelos, tanto de macro como de microelementos, para suplir eficientemente las necesidades nutricionales del cultivo.

Se debe fertilizar en bandas al momento de la siembra, para garantizar un mejor aprovechamiento por parte de la planta y una economía en el uso del mismo.

Siembra

La semilla de soya para germinar requiere un suelo más húmedo que la de maíz; es decir, necesita absorber 50% de su peso en agua, a diferencia del maíz que sólo requiere 30 por ciento.

Para lograr una buena producción, es necesario usar semilla de alta calidad que cumpla con los requisitos de certificación exigidos por el Servicio Nacional de Semillas (SENASEM). Las variedades recomendadas por el FONAIAP son: Cristalina, Guarapiche y Júpiter FP.

La población adecuada es de aproximadamente 400.000 plantas por hectárea, la cual se consigue sembrando entre 23 y 34 semillas por metro lineal, con una separación entre surcos de 45 y 60 cm (Cuadro 1). La población depende de la separación del surco y el número de plantas por metro lineal, y la cantidad de semillas por hectárea .depende del porcentaje de germinación de las mismas y las pérdidas que se estiman en 10%, debido a daños mecánicos, daños por plagas y enfermedades, aguachinamiento y compactación.

Parcela de soya en proceso de crecimiento, antes de la floración.

Control de malezas

El control de las malezas es sumamente importante en el cultivo de soya, ya que puede causar pérdidas significativas al productor. Las plantaciones deben mantenerse limpias durante los primeros 45 días después de la emergencia, para lograr una siembra uniforme, facilitar las operaciones de mantenimiento y cosecha, y lograr un. producto final de mejor calidad y en consecuencia una mayor productividad.

Se recomienda, en forma preemergente, la mezcla de 3 I de Prowl, Dual o Lazo, con 0,75 Kg. de Afalón por hectárea; en postemergencia, para el control de gramíneas, 1 I/ha de H1 Super.

Control de insectos

La soya es afectada durante su ciclo por el ataque de insectos-plagas. Al inicio de la germinación, las plántulas pueden ser atacadas por gusanos cortadores, luego en la parte vegetativa, los gusanos cortadores causan daño hasta la floración en algunos casos, y en la fase reproductiva, los chinches pueden dañar la formación de las vainas y afectar el llenado de los granos.

Los principales insectos-plagas que atacan al cultivo son:

El cortador pequeño (Feltia subterránea) , el cortador grande (Agrotis repleta) , las roscas o rosquillas, el falso medidor (Pseudoplusia includens), grillos (Grillus assimilis), bachacos (Atta sexdens), el gusano del fríjol o de la soya (Anticarsi genmatalis), el chinche verde (Nezara viridula), el gusano defoliador (Spodoptera spp.) y el coquito perforador de la hoja, de los géneros: Diphaulaca, Diabrotica y Andrector.

Para el control de insectos se debe inspeccionar regularmente el cultivo, verificando el nivel de ataque, y considerando el porcentaje de def6liación, el número y tamaño de las plagas. El control químico debe hacerse cuando las plagas alcancen un nivel económico de daño. El Cuadro 2 muestra niveles críticos de daño.

La alternativa de los productos a utilizar evita la resistencia por parte de los insectos. Los gusanos se deben controlar con insecticidas sistémicos con efecto residual.

A continuación citamos algunos insecticidas usados para el control de gusanos de la soya: Tamarón, Lannate, Azodrín, Ambush, Nuvacrón y otros.

Control de enfermedades

Las variedades recomendadas de soya deben ser resistentes o tolerantes a las principales enfermedades foliares que atacan al cultivo.

Como medida preventiva, deben utilizarse semillas conocidas y provenientes de campos certificados por el Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias (FONAIAP), evitando así la introducción de patógenos por medio de semillas.

La utilización de fungicidas a nivel foliar no es recomendable, por cuanto esta práctica no proporciona retornos económicos en la producción. Además, es perjudicial para el desarrollo de hongos que actúan en el control biológico de algunas plagas.

En el caso de alta incidencia de enfermedades se recomienda la incorporación profunda de los restos vegetales, luego de la cosecha y practicar la rotación de cultivos.

Cosecha

Algunos síntomas de cosecha se visual izan o se detectan cuando la defoliación por secado es de 90 a 95% y las vainas tengan una coloración que varía entre amarillo pálido a tonalidad marrón, y/o los tallos y vainas estén secos, y cuando el grano tenga entre 14 y 15% de humedad.