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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 53 Abril-Junio 1996 |
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FONAIAP DIVULGA No. 53 Abril-Junio 1996 |
Los 45 años del CENIAP y el desafío agrícola Claudio Chicco R. Director del CENIAP |
Este año celebramos el cuadragésimo quinto aniversario del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CENIAP); es decir, la instalación oficial y nombramiento del primer director del Instituto Nacional de Agricultura (INA), ingeniero agrónomo Agustín Dupuy, aquí en la ciudad de Maracay, el 16 de mayo de 1951, que luego, el 12 de febrero de 1972, como Centro de Investigaciones Agronómicas (CIA) se integra al Centro de Investigaciones Veterinarias (CIV), conformando el CENIAP. En estos 45 años son muchos los logros de nuestro centro: nuestras semillas mejoradas, nuestros estudios sobre el uso de la tierra y nuestros sistemas de diagnósticos y prevención de enfermedades en plantas y animales han contribuido a la modernización de nuestra agricultura. En el CENIAP se ha planificado y ejecutado la creación de las estaciones experimentales y centros que constituyen el patrimonio operativo y científico de nuestra organización, el FONAIAP, motivo adicional de orgullo para todos nosotros. El CENIAP ha venido cambiando, y hoy como en sus tiempos pioneros, sigue enfrentando desafíos que ponen a prueba la capacidad científica y creativa de nuestros investigadores. Algunos de ellos son: * la explosión demográfica que se registra en los países-del mundo en desarrollo sin que éstos la necesiten, creando una demanda de alimentos que no están en capacidad de producir ni de ser accesados por la población, provocando una insostenible dependencia, un continuo endeudamiento y pobreza. * la contaminación del medio ambiente que, aunado al desarrollo industrial, destruye irreparablemente los ecosistemas. * Tres eventos de significativa importancia para la humanidad y particularmente para la agricultura: la Ronda de Uruguay (con el ingreso de Venezuela al GATT), el Encuentro de Río (biodiversidad y protección del ambiente) y el Congreso del Cairo (sobre población). De todo esto surge una conclusión obvia: está haciendo falta una mejor tecnología agrícola para mayor producción, competitividad, sostenibilidad de la agricultura, protección del ambiente y satisfacción alimentaría de la población humana. A nivel interno, la apertura comercial, la integración regional, el ordenamiento fiscal, el libre cambio de la moneda y las privatizaciones han constituido las medidas de ajuste ante la crisis, además de los problemas de cierre de mercados y excesiva intervención del Estado. Para el logro de los objetivos propuestos, entre otras acciones, se requiere del fortalecimiento de las instituciones de investigación y adecuar la oferta tecnológica a las demandas de los productores. Por lo tanto, dentro del marco global de la agricultura previsible, los temas del progreso tecnológico adquieren fundamental importancia y constituyen retos para la investigación científica y tecnológica. No hay duda alguna que estamos entrando en una nueva revolución tecnológica, donde la bio-tecnología, la integración de la agricultura primaria con el sector industrial y la sostenibilidad y r-mantenimiento de los ecosistemas constituyen los pilares fundamentales de la agricultura del siglo XXI. Estamos viviendo una década de enormes cambios a nivel mundial, pero también muy importantes, de profundos y rápidos cambios a nivel regional y en cada país. De ello no se escapa Venezuela. En el contexto de estos cambios, la agricultura tiene nuevos desafíos, pero también tiene enormes posibilidades si las sabemos aprovechar oportunamente. Allí está nuestro reto corno investigadores y como institución, como es el comprender estos nuevos paradigmas y el afrontar el reto por una agricultura eficiente y competitiva. |