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  FONAIAP   DIVULGA  No.  54                                                                                                                    Julio-Diciembre  1996


El cultivo del aguacatero: I. Origen. Algunas caracter�sticas y 
su importancia econ�mica.

 Luis Avil�n Rovira*; Margot Rodr�quez**

* Investigador ** TAI
 FONAIAP - CENIAP. 
Instituto de Investigaciones Agron�micas. 
Maracay.


Origen y algunas caracter�sticas

Es un frutal originario del continente americano, de gran difusi�n y consumo en el pa�s, motivado a su agradable sabor, valor nutritivo y m�ltiples empleos en la industria farmac�utica y de cosm�ticos. Desde las cordilleras de M�xico y las serran�as de Guatemala -su centro de origen se difundi� a trav�s de las poblaciones ind�genas que lo hab�an domesticado hasta el Per�, con exclusi�n de las Antillas-, muchos a�os antes de la llegada de los espa�oles. Los nombres de aguacate y aguacatero, con los cuales se designa al fruto y al �rbol en muchos pa�ses iberoamericanos, derivan de deformaciones de vocablos de la antigua lengua n�huatl (ahuacac�huiti y ahu�catl), con la cual se expresaban los aztecas de M�xico.

Los cronistas espa�oles durante la �poca de la conquista destacaron sus propiedades alimenticias y la gran diversidad existente, las cuales, el ilustre horticultor Wilson Popenoe las agrup� por caracteres comunes en tres razas:

Mexicana. Cuyas plantas son muy resistentes al fr�o, de fruto generalmente peque�o, de 25 a 75 mm de largo, con pesos de 90 a 180 g, piriformes, de c�scara delgada y pulpa con un alto contenido de grasa (1 0 a 25%), que en su madurez tiene un sabor de nuez. Es t�pico de las hojas de los �rboles que al ser maceradas tengan un olor a an�s.

Guatamaltaca. Se caracteriza por ser menos resistente al fr�o, con frutos de mediano a gran tama�o (7,5 a 25 cm de largo), peso de 110 a 1.500 g, esf�ricosvalados a piriformes, c�scara gruesa, desde correosa dura hasta casi le�osa en algunas variedades, pulpa con alto contenido de grasa (1 0 a 20%), que en su madurez el sabor var�a de mantequilla al de nuez.

Antillana. Adaptada a las tierras bajas y temperaturas altas, su fruto es de tama�o mediano a grande (7,5 a 25 cm de largo), con peso de 1 1 0 a 1. 1 00 g, ovalados a piriformes, c�scara delgada pero m�s dura que los de la raza Mexicana; pulpa con un contenido de grasa de bajo a alto (5 a 14%) y de sabor desde acuoso-ins�pido hasta el de mantequilla.

Las variedades comerciales actualmente m�s difundidas son el producto de las mezclas de razas (h�bridos interraciales) ocurridas por la v�a natural y que el hombre a trav�s del tiempo ha venido seleccionando. La colecci�n o banco de germopiasma de aguacate del Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CENIAP), conformada por 100 materiales (variedades, h�bridos y elones) introducidos de otras partes del mundo y colectados a nivel nacional o criollos, tiene como objetivo preservar la gran variabilidad de formas, tama�os y colores (Foto l), as� como de otros caracteres de plantas que una vez evaluados permiten seleccionar los m�s adaptados a nivel nacional.

En el Cuadro 1 se indica en cada material el tipo floral (A o B) al cual pertenece, por ser un factor que debe ser considerado en el establecimiento de los huertos.

La flor del aguacatero es completamente, hermafrodita o bisexual, pero presenta el fen�meno de la dicogamia protoginea sincronizada. Los organos reproductores masculino y femenino no llegan a madurar al mismo tiempo, ocurriendo primero el femenino y posteriormente en el masculino, los cuales se suceden en el trancurso de las dos aperturas y cirres que tiene la flor durante su per�odo de vida �til.

Dependiendo del tipo que se trate, el ciclo de apertura de la flor se inicia en la ma�ana y concluye al mediodia (estado femenino) para las del A, o en las primeras horas de tarde con cierre al anochecer para las del tipo B. En la noche las flores permanecen cerradas. El estado masculino ocurre al d�a siguiente en la segunda apertura de la flor; en la ma�ana para el tipo B y en la tarde para el A, durante los lapsos antes comentados. Este sincronismo en el proceso permite que tanto en la ma�ana como en horas de la tarde, cuando se plantan en un huerto los dos tipos, est�n presentes flores en los estados masculino (liberando polen) y femenino (receptivas de polen), asegurando la polinizaci�n cruzada y, por ende, la fecundaci�n y producci�n de frutos.

En el tr�pico esta sincron�a se cumple por las elevadas temperaturas y por su escasa variaci�n diaria que lo caracteriza; sin embargo, bajo ciertas condiciones como bajas temperaturas y d�as nublados y lluviosos, es posible que el ciclo sufra cambios adelantando la apertura o atrasando el cierre, especialmente durante las horas del mediod�a.

Esto trae como consecuencia que en un mismo �rbol est�n presentes flores en la fase femenina y masculina; es decir, una sobreposici�n de los estados sexuales y ocurrir la polinizaci�n en la planta. La baja ocurrencia y lo impredecible de las condiciones que lo inducen en el tr�pico, nos indica que para asegurar una buena cosecha es necesario el establecimiento de los dos tipos florales en los huertos comerciales. En las condiciones subtropicales, donde las variaciones clim�ticas comentadas se presentan con regularidad, es posible establecer sin grandes riesgos huertos de un solo tipo floral o univarietal.


Importancia econ�mica

-Niveles de producci�n

En la producci�n mundial, el continente americano participa con 80%, seguido en orden decreciente por Asia (8,6%), Africa (6,5%), Europa (2,6%) y Ocean�a (0,7%). El mayor productor del mundo es M�xico (38%), seguido por Estados Unidos de Norteam�rica (7,5%), Rep�blica Dominicana (6,3%), Brasil (3,8%), lndonesia (4,80/o), Colombia (3,6%), Per� (2,7%), Israel y Venezuela (2,5%).

A pesar de ser los Estados Unidos uno de los grandes productores, tambi�n realiza grandes importaciones, ya que la producci�n de California y Florida, donde se concentra la misma es inferior en 10 a 15% de la demanda.

En el pa�s, para el a�o 1993 ocup� una superficie de 11.030 ha y una producci�n de 51.811 t, provenientes principalmente de los estados Sucre, donde existen 4.825 ha, Monagas (4.115 ha), Miranda (1.046 ha), Carabobo (780 ha) y Aragua, con 770 hect�reas.

-Mercados

Los principales import.adores del planeta son los miembros de la Uni�n Europea (Francia, Reino Unido y Alemania, en particular), Canad�, Jap�n y los propios Estados Unidos de Norteam�rica, los cuales en su uonjunto representan un volumen de compras anuales del orden de 170.000 t, que va en aumento debido al creciente aprecio por este fruto. Las importaciones realizadas por los Estados Unidos se incrernent� de 1,9 millones de kilogramos en el a�o 1987 a 23,3 millones de kilogramos en el a�o 1992.

Los principales proveedores del mercado americano son M�xico, Chile y Rep�blica Dominicana; mientras que los del europeo son Israel, Sud�frica y M�xico.

El mercado de exportaci�n tradicional para los frutos frescos venezolanos han sido las Antillas Neeriandesas (Aruba, Bonaire y Curapao), las cuales para el a�o 1988 representaron 32% del volumen total de las exportaciones no tradicionales, participando en ello el aguacate en buena medida.

-Precios

Para el per�odo de 1992 a 1995, el precio promedio de compra en Francia fue de 1.020 dls/t, Canad� con 932 dls/t, Reino Unido con 886 dis/t, Jap�n con 1.057 dis/t y la Rep�blica Federal Alemana con 937 dis/t de frutos frescos, respectivamente.

Caracteristicas del mercado

-Tipo de fruto solicitado

Es importante destacar que el comercio internacional del aguacate, b�sicamente se realiza con las variedades Hass y Fuerte. La variedad Hass pertenece a la raza Guatemalteca, cuyo fruto presenta una forma oval-piriforme, de piel gruesa, rugosa, que cambia de color verde a oscuro (viol�ceo) cuando el fruto madura. La variedad Fuerte es un h�brido Mexicano x Guatemalteca, cuyo fruto es de forma piriforme, piel correosa y de color verde mate. Los frutos de ambas variedades tienen en com�n el tama�o (de peque�o a medio), pulpa sin fibra y un contenido de aceite o grasa de 18 a 22 por ciento.

Sin embargo, en los �ltimos a�os, las variedades de frutos grandes y bajo contenido de grasa que hab�an sido marginadas, comienzan a encontrar mercado. Vale destacar que en el pa�s, la preferencia es por frutos de gran tama�o, con pesos de 400 a 600 g por unidad, y por ser en su mayor�a h�bridos interraciales Antillana x Guatemalteca, generalmente su contenido de grasa es bajo (5 a 6%). Las variedades m�s cutivadas en el pa�s son Pollock y Choquette, sin embargo a trav�s de las evaluaciones en el CENIAP se han seleccionado entre otras variedades Princesa, Gripi�a-5, CENIAP-4 y Simmonds, que son m�s productivas y se ajustan a las exigencias de los mercados.

- Requisitos para su exportaci�n

El primer requisito para exportar lo constituye el acatar las normas de calidad, las cuales tienen que ver desde la forma y manera de hacer la presentaci�n hasta las caracter�sticas que debe poseer el producto. Aunque cada pa�s establece sus normas, con mayor o menor nivel de exigencias, ellas tienen aspectos en com�n, referentes a la uniformidad de tama�o, color, grado de madurez, exentos de magulladuras, manchas y lesiones causadas por enfermedades e insectos, entre otras. En Venezuela s�lo existen normas de calidad para la pi�a y el banano.

El mercado del aguacate en la Uni�n Europea es libre, no existiendo ninguna limitaci�n cuantitativa (cuota o per�odo) ni precio de referencia. Sin embargo, Venezuela al contrario del resto de los pa�ses del Pacto Andino (Colombia, Bolivia, Ecuador y Per�), que se benefi- cian de un r�gimen aduanal particular (exentos del derecho de aduana) al igual que Espa�a (por ser miembro de la Uni�n Europea), est� sujeta a derechos aduanales de 3,5% desde el lo. de diciembre al 31 de mayo y de 6% desde el lo. de abril al 30 de noviembre. Las importaciones procedentes de M�xico reciben igual trato, mientras que otros proveedores como Israel y Sud�frica deben cancelar 1,06 y 8% respectiva- mente.

Como se puede apreciar, la explotaci�n del aguacate en el pa�s ofrece grandes perspectivas econ�micas; sin embargo, para que sea exitosa se deben realizar profundos cambios en la tecnolog�a empleada actualmente en el manejo del cultivo, como en el trato dispensado antes, durante y despu�s de la cosecha hasta llegar al consumidor. Se deben incrementar los vol�menes de producci�n y mejorar la calidad de los frutos.

Estamos en el umbral del libre comercio y la gran mayor�a de los pa�ses vecinos participantes tienen una dilatada experiencia en la comercializaci�n de frutas frescas, todo lo cual y a pesar de poseer el pa�s excelentes condiciones para el desarrollo del cultivo, si no se realizan los cambios tecnol�gicos necesarios. Las expectativas para �ste no podr�n ser una realidad.