FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 55  Enero-Marzo  1997

  FONAIAP   DIVULGA  No.  55                                                                                                                         Enero-Marzo  1997


Terapia antihelmíntica en rumiantes

Libia 0. de Moreno*

 *Investigador. FONAIAP-CENIAP.
Instituto de Investigaciones Veterinarias.
Maracay.


Los helmintos gastrointestinales, hepáticos y pulmonares, constituyen amplios e importantes grupos de parásitos de bovinos, ovinos y caprinos, en los cuales deben ser controlados para evitar cuantiosas pérdidas en las explotaciones, debido a la disminución de los parámetros productivos y a la mortalidad que los mismos ocasionan.

El control de las helmintosis tiene como objetivo reducir la población de parásitos, rompiendo sus ciclos de vida en dos puntos: a nivel de hóspedador, mediante tratamiento antihelmí'ntico y a nivel del medio ambiente, separando el ganado de las larvas infectivas.

La implantación del control a través de medicamentos que actúan eliminando los helmintos, llamada también terapia antihelmíntica, será exitosa:

Si se conoce la epidemiología de los parásitos presentes en la zona (especies actuantes y evolución de las helmintosis).

Si es buena la efectividad de los fármacos.

Si se realiza la aplicación oportuna de los tratamientos.

Si existe motivación entre ganaderos y médicos veterinarios para poner en práctica actividades de manejo que apoyen los programas de control.

Tipos de parasiticidas

De acuerdo con el tipo de parásitos sobre los cuales actúan, los fármacos, utilizados son clasificados en:

Ectoparasiticidas: efectivos contra parásitos externos.

Endoparásiticidas: efectivos contra parásitos internos.

Endectocidas: efectivos contra parásitos externos e internos.

Factores a considerar en la selección de antihelmínticos

La escogencia del producto adecuado está influenciada por varios factores, entre los cuales destacan los siguientes:

*Características del compuesto. Debe actuar en forma rápida y efectiva; el modo de administración debe ser sencillo y la proporción costo-beneficio debe resultar positiva para el criador.

Además, no debe ser tóxico para quien lo administra ni presentar riesgos de contaminación para el medio ambiente.

*Efectos sobre el hospedador. El antihelmíntico debe poseer alto grado de seguridad y baja toxicidad, es decir, ser seguro a dosis terapéuticas independientemente de la edad, salud, estado nutriciónal o fisiológico, No debe tener interacciones indeseables con otros fármacos que sean administrados conjuntamente.

La selección del antihelmíntico a utilizar va a depender de las características del compuesto y su efecto sobre el hospedador y sobre el parásito.

* Efectos sobre los helmintos. El espectro de acción debe ser amplio sobre las diversas especies de helmintos y ser efectivo sobre formas larvarias y adultas. La duración de la acción debe ser prolongada y presentar bajo o ningún riesgo de inducir resistencia a su acción, por parte de los parásitos.

Formas de administración

Los antihelmínticos pueden ser administrados mediante:

Manipulación de los animales: cuando la forma de administración debe reallizarse por vía oral, párenteral (inyección) o percutánea (sobre la piel).

La presentación de los antihelrnínticos que se administran por vía oral puede ser líquida, en pasta, comprimidos, en bolos, polvos solubles o suspensiones. En los aplicados parenteralmente se pueden utilizar las vías intramuscular, subcutánea o intrarrúminal.

Sin manipulación de los animales, básicamente incluye la administración de los fármacos con el alimento.

Clasificación química y espectro de acción

Hasta principios de este siglo el control terapéutico de los hemintos gastrointestinales de rumiantes se efectuaba mediante el uso de compuestos vegetales, cuyo espectro de acción estuvo cuestionado. Es a partir de la década del 40 cuando se comercializa el primer compuesto químico (la fenotiazina), con acción limitada a los helmintos gastrointestinales. En los años 50 surgen los orgáno fósforados (Haloxón), Naftalos, Coumafos) también con acción sobre los parásitos gastrointestinales.

Posteriormente fueron desarrollados los benzimidazoles (Tiabendazol), imidothiazoles (Tetramisol-Levamisol), pirimidinas (Pirantel, Morantel), derivados benzimidazálicos (Albendazol), Fenbendazol, Mebendazol, Oxfendazol, Cambendazol, Oxibendazol y Parbendazol) y probenzimidazoles (Febantel, Tiofanato y Netobimín).

Con los imidothiazoles y productos subsecuentes, el espectro de acción se amplia también a los hemintos pulmonares y en el caso de los derivados benzimidazólicos, el Fenbendazol actúa además contra cestodos (Moniezía spp.) y el Albendazol contra Fasciola hepática.

A partir de la década de los 80, son lanzados al mercado los endectocidas, representados hoy día por los fármacos que aparecen en el Cuadro 1, en el cual también se indica su espectro de acción.

Actualmente, los antihelmínticos mas usados son los derivados benzimidazólicos (Levamisol, Pirantel/Morantel) y las avermectinas, los cuales tienen como ventaja el ser productos seguros y de amplio espectro (excepto Pirantell Morantel que sólo actúan sobre los helmintos gastrointestinales). Adicionalmente, los endectocidas presentan acción prolongada, la cual, para doramectina es de 21 días.

Sus desventajas son la inducción de resistencia, fenómeno verificado sobre todo en la especie ovina, con los derivados benzimidazálicos (Levamisol y Pirantel/Morantel). A su vez, algunos benzimidazoles (Cambendazol, Parbendazol, Oxfendazol y Albendazol) producen malformaciones fetales; es decir, son teratogénicos y por tanto, se contraindican en vacas preñadas. El Levamisol puede ocasionar reacciones tisulares cuando se administra por vía parenteral o dérmica, resultando además tóxico cuando se aplica una sobredosis.  

El control terapéutico de la distomatosis hepática se efectúa mediante los compuestos mencionados en el Cuadro 2. Allí se observa que gran parte de ellos están constituidos por grupos químicos diferentes a los utilizados para controlar los helmintos gastrointestinales y pulmonares. Sólo son comunes el Albendazol y la lvermectina, en este último caso mezclada con una sulfonamida (Ciorsulón) que es en sí el fasciolicida.

En cuanto a la dosificación de los antihelmínticos, deben seguirse las instrucciones del laboratorio fabricante, evitando la aplicación de subdosis, las cuales pueden favorecer el desarrollo de resistencia, o de sobredosis que puedan ocasionar efectos tóxicos en los animales.