Turbulencia,
incertidumbre y discontinuidad son los elementos comunes de los principales cambios de fin
de siglo y una de las más visibles y preocupantes irnplicaciones en este cuadro mundial
es la vulnerabilidad institucional, producto de la incapacidad de dar respuestas efectivas
a los cambios globales en marcha, con consecuencias en la pérdida de su credibilidad y
cornpetitividad.
las revoluciones tecnológicas en varias áreas, principalmente en las comunicaciones, la
informática y la biotecnología, las migraciones de lo rural a lo urbano, el desarrollo
de cadenas agroproductivas, el fin del estado protector y los desequilibrios ambientales
son algunos de los cambios en marcha que están afectando profundarnente los modelos
dedesarrollo, con grandes implicaciones para la matriz institucional asociadaa la
agricultura y a la ciencia y tecnología.
Por otra arte, estamos en la era de los talentos humanos, la década de la valoración de
la persona y de la participación activa de la sociedad civil y en particular, de las
mujeres en la toma de decisiones y en la construcción de una sociedad más justa e
igualitario en oportunidades.
En este contexto de profundos y permanentes cambios para la investigación agrícola,
emergen nuevos paradigrnas para reemplazar aquellos que entraron en crisis irreversible
durante la década anterior.
La principal meta por lograr en el sector agropecuario es la de incrementar significamente
su competitividad y sostenibilidad, lo que requierre fortalecer la capacidad de competir,
producir y distribuir productos y servicios de alta calidad y bajo costo. Además, todo
debe ocurrir bajo esquemas de producción que generen un daño mínimo al ambiente,
elevando la calidad de vida de la población.
El desarrollo sostenible y competitivo de la agricultura a través de la competitividad
exige que el conocimiento científico, transformado en aplicaciones tecnológicas,
repercuta en la transformación productiva. En este sentido, la investigación debe
considerar que el proceso productivo no está confinado a la unidad de producción
agrícola, sino que es el conjunto de diferentes momentos de un proceso que ocurre antes,
dentro y después de lasfincas, vinculando desdeel productorde insumos hasta el consumidor
final, en consecuencia la sostenibilidad de la agricultura deberá ser practicada a nivel
de las cadenas agroproductivas.
Dentro del modelo tradicional se ha trabajado con un enfoque de ofertas, donde el
productoren la mayoría de los casos ha sido receptor de las tecnologías generadas, sin
tomar en cuenta sus verdaderas necesidades. Hoy, la estrategia es convertir a los actores
relevantes de las cadenas agropro.ductivas en protagonistas de su propio desarrollo.
La modernización institucional es un imperativo, la idea de instituciones verticales
autosuficientes es sustituida por la de sistemas organizacionales multisectoriales
integrados, en los cuales la identificación de fines comunes y capacidades
complementarias orientan acciones de cooperación para la solución eficiente y eficaz de
problemas complejos como los que se presentan en el contexto actual.
A su tradicional rol degeneración deconocimientos y tecnologías mediante la
investigación científica, se han sumado exigencias para que los resultados de estas
actividades se traduzcan en soluciones a problemas concretos para el desarrollo económico
y social del país.
Finalmente, el investigador autodirigido que define sus propias líneas de trabajo y cuya
producción representa esencialmente una contribución al desarrollo de una disciplina
académica, ha dado paso al investigador que produce conocimientos y tecnologías
aplicadas a las necesidades de sus clientes, usuarios y beneficiarios, la participación
de los mismos desde la planificación de la'investigación hasta la evaluación de los
resultados, incorporando el concepto de "gestión social' en proyectos y que es capaz
de acceder a diferentes fuentes de financiamiento parar la ejecución de sus proyectos de
investigación.
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