FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 59  Enero-Junio  1998

  FONAIAP   DIVULGA  No.  59                                                                                                                          Enero-Junio  1998 


"Nematodos asociados a los frutales y su control. I: frutales perennes"

Zoraida Suárez, Ligia C. Rosales.
Investigadoras del CENIAP. IIA. DPV. Maracay.

 


RESUMEN

La producción de frutales es frecuentemente afectada por la presencia de nematodos fitoparasítos en diversas partes del mundo, incluyendo a Venezuela, donde hay poca información sobre la situación actual de estos organismos y los peligros potenciales presentes.  El daño causado puede ser directo e indirecto. Los síntomas en las raíces se manifiesta por la adhesión de partículas de suelo en los lugares donde se encuentra alojada la hembra adulta.La presencia del género Meloidogyne en plantación de guayabo constituye uno de los factores limitantes del cultivo debido a las grandes pérdidas producidas por la reducción de 48 a 57 % en el rendimiento.   Es importante destacar que en la guayaba como en la mayoría de los frutales excepto cítricas y musáceas no está registrado el uso de nematicidas; por lo tanto, las aplicaciones de los mismos tienen que realizarse bajo supervisión de un técnico debidamente preparado, ya no puede convertirse en una práctica indiscriminada.    En el duraznero se presenta el ataque del nematodo Meloidogyne asociado con los hongos del suelo Phythoptora sp. Y Fusarium sp. Su ataque conjunto causa una enfermedad denominada decaimiento de los árboles, la cual se manifiesta principalmente por la marchitez de las plantas.  Las medidas de control a aplicar son preventivas: desinfección del suelo; siembra de plantas sanas; fertilización y riego adecuados, podas de plantas, entre otras medidas.

 Introducción

Los nematodos fitoparasíticos son microorganismos, generalmente presentes en el suelo y en raíces de cultivos de importancia económica, entre los que cabe mencionar a los frutales. Su presencia pasa muchas veces inadvertida en la planta que establece su parasitismo, de allí que se ha confundido el ataque de nematodos con deficiencia de nutrientes.

El daño causado por estos organismos puede ser directo e indirecto; el primero se origina por ruptura de las células de la planta con el estilete del nematodo, por la disolución de las paredes o por la inducción de cambios fisiológicos en las células como resultado de la inyección de sustancias por el nematodo a través del estilete. El segundo tipo de daño, el indirecto, surge como consecuencia del daño directo, el cual causa una predisposición de la planta al ataque de otros microorganismos patogénicos como son hongos, bacterias y virus. Estos daños dan origen a la manifestación de síntomas que no son característicos, pero sí indicativos a nivel de campo.

Los síntomas pueden dividirse en aéreos y subterráneos. Los síntomas aéreos se manifiestan por la presencia de parches en el campo con zonas de clorosis, aún en presencia de fertilización adecuada; marchitez de las hojas; reducción del crecimiento y del rendimiento de la planta. Los síntomas subterráneos pueden ser necrosis externa e interna de las raíces, formación de agallas por multiplicación y aumento del tamaño de las células y proliferación del número de raíces por acumulación de sustancias de crecimiento (Román, 1978).

La producción de frutales es frecuentemente afectada por la presencia de nematodos fitoparasíticos en diversas partes del mundo, incluyendo a Venezuela en la que hay poca información sobre la situación actual de estos organismos y los peligros potenciales presentes; por eso el tema tiene como objetivo el de suministrar cierta información que le permita al personal no especializado en nematología, disponer de un conocimiento básico que contribuya a mejorar la calidad de los cultivos y evitar la diseminación de nematodos a nuevas áreas. En esta primera parte se tratará lo referente a los frutales perennes y en la segunda, lo referente a frutales anuales.

El cuidado de un huerto de frutales perennes desde el punto de vista de la protección vegetal es muy importante, ya que luego de la inversión inicial que se realiza para establecerlo, requiere de una vigilancia permanente y una cuidadosa implantación de un manejo integrado de plagas y enfermedades. Esto evita que los agentes patogénicos se establezcan en el huerto y reduzcan, tanto la cantidad como la calidad de los frutos a producir.

Cítricos (Citrus spp.)

En este frutal se han realizado muchos estudios sobre diferentes géneros de nematodos asociados al cultivo, entre ellos Aphelenchoides, Aphelenchus, Criconemella, Helicotylenchus, Meloidogyne, Rotylenchulus, Tylenchurhynchus, Tylenchus y Xiphinema. Sin embargo, la mayoría de los tores coinciden en que las especies más importantes son el nematodo de los cítricos Tylenchulus semipenetrans y el nematodo barrenador Radopholus similis.

Tylenchulus semipenetrans

Nematodo semi-endoparasítico, causante de la enfermedad conocida como decaimiento lento. Heald y O'Bannon (1987) mencionan que los síntomas aéreos aparecen de cinco a diez años después que ha ocurrido la infección y consiste en un aspecto de mala nutrición como amarilleo del follaje; puntas de las ramas defoliadas y formación de frutos pequeños.

Los síntomas en las raíces se manifiestan por la adhesión de las partículas de suelo en los lugares donde se encuentra alojada la hembra adulta y ha producido la matriz gelatinosa que protege a los huevos. La porción de la corteza se separa quedando el cilindro central (Yépez, 1973; Román, 1978; Heald y O'Bannon, 1987), ya que el nematodo penetra sólo las células del tejido cortical (Figura 1).

Las pérdidas a nivel mundial oscilan entre 8 y 12%. Para Venezuela esto se desconoce, sin embargo, T. semipenetrans se encuentra distribuido en plantaciones y viveros establecidos en los estados Aragua, Carabobo, Yaracuy y Zulia (Yépez, 1973; Petit, 1989; Suárez, s/p). La raza no ha sido determinada, pero se considera que puede ser la 'Mediterráneo Citrus', ya que el nematodo no se reproduce en Poncirus, ni en sus híbridos (Crozzoli y Hernández, 1989).

Control

  1. Desinfección de suelo en semilleros y viveros: esta es una de las prácticas más importantes, ya que la mayoría de los problemas por fitoparásitos se inician en estos lugares. Los métodos pueden ser: a) físicos: vapor y b) químicos: con bromuro de metilo o Basamid.

  2. Selección de material libre de nematodos: es recomendable que el material esté sano, ya que no hay un método de control que sea 100 % eficiente. De la adecuada selección del material, dependerá el futuro de la plantación.

  3. Uso de material resistente: los materiales Poncirus y sus híbridos han mostrado resistencia, mientras que los materiales provenientes del género Citrus han resultado susceptibles (Crozzoli y González, 1989).

  4. Prácticas culturales: la fertilización y el riego son importantes para que la planta tenga buen desarrollo.

  5. Uso de productos químicos: este sería el método de control que pueda aplicarse en plantaciones establecidas, pero el producto tiene que ser sistémico. La aplicación debe hacerse inmediatamente después de la cosecha, para evitar residuos en el fruto y tomando en consideración que no se deben cosechar los frutos dentro de los 90 días después del tratamiento.

Es interesante destacar que para frutales con fines de exportación, los residuos de plaguicidas son un factor limitante, por lo tanto, deben tomarse todas las precauciones; no obstante, hoy en día la tendencia es de evitar la aplicación de químicos.

Radopholus similis

Esta especie de nematodo está presente en Venezuela, pero la raza que ataca a cítricos no se ha señalado en el país. Este nematodo es el causante de la enfermedad conocida como muerte progresiva.

Meloidogyne spp.

Este género se ha encontrado parasitando las raíces de cítricos en el estado Aragua (Figura 2).

Aguacatero (Persea americana Mill.)

En este cultivo a pesar de haberse señalado varios géneros de nematodos como Aphelenchus, Criconemella, Helicotylenchus, Pratylenchus, Rotylenchulus, Tylenchus y Xiphinema, la patogenicidad sobre el aguacatero ha sido poco comprobada. Así, Pratylenchus se ha asociado con el daño de lesiones hundidas en las raíces; Xiphinema es ocasional en el cultivo y se asocia con la muerte de la planta; Meloidogyne se ha observado en asociación con hongos (Mc Sorley, 1981).

En Venezuela, en estudios realizados en el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CENIAP) se evidenció que en el análisis de 306 muestras de suelos y raíces la enfermedad causada por Phytophthora cinnamomi era más frecuente cuando estaban presentes los géneros de nematodos Helicotylenchus y Rotylenchulus (Suárez et al, 1984; 1992), siendo éstos (Figura 3) también los géneros más abundantes en el cultivo (Petit, 1990).

En el caso de aguacate son válidas las recomendaciones efectuadas para cítricos en cuanto a semilleros y viveros. En cuanto a las otras medidas de control con productos químicos no existen resultados satisfactorios (Mc Sorley, 1981); sin embargo, la incorporación de materia orgánica permite la emisión de nuevas raíces y estimula el desarrollo de otros organismos antagónicos y es menor el agallamiento inducido por Meloidogyne (García, 1982).

MANGO (Mangifera indica L.)

En este cultivo se han señalado varios géneros de fitoparásitos como Criconemella, Helicotylenchus, Hemicriconemoides, Rotylenchulus, Tylenchorhynchus, Tylenchus y Xiphinema; sin embargo, es muy poco lo que se conoce de su patogenicidad. Entre los que se mencionan están Hemicriconemoides manguifera, causando daño en las raíces y decaimiento de la planta.

En los estados Carabobo, Portuguesa, Yaracuy, Cojedes, Lara, Miranda y Aragua se realizaron muestreos en plantaciones de mango, en las cuales se determinó la presencia de los géneros Helicotylenchus, Rotylenchulus, Tylenchorhynchus, Paratylenchus, Ditylenchus, Pratylenchus, Criconemella, Hemicriconemoides, Meloidogyne, Trichodorus y Xiphinema. (Yépez, 1972; Petit, 1990; Suárez, s/p). No se observaron síntomas asociados con la presencia de nematodos.

Control

En Suráfrica, para el control de Hemicriconemoides se usaron aplicaciones de DBCP y fenamifos, reduciéndose las poblaciones hasta 12 a 24 meses después del tratamiento (Milne et al., 1975). Sin embargo, actualmente está prohibido el uso de DBCP por causar daños a los humanos y no se ha encontrado daño causado por nematodos, por lo que no se requiere de medidas de control. Sólo de prevención.

Guayaba (Psidium guajava L.)

Para este cultivo se han determinado varios géneros asociados al mismo, pero se ha demostrado que el género Meloidogyne es el principal grupo de nematodos patogénicos al mismo (Suárez et al., 1996b).

Meloidogyne

La presencia de este género de nematodo en plantaciones de guayabo constituye uno de los factores limitantes del cultivo, debido a las grandes pérdidas producidas por la reducción de 48 a 57 % en el rendimiento (Rodríguez et al, 1985).

Los síntomas radicales se manifiestan con la característica formación de agallas, inducida por el nematodo. Como consecuencia de la alteración interna de los tejidos, la planta reduce su capacidad para absorber agua y nutrientes del suelo (Figura 4).

Los síntomas aéreos al principio se manifiestan por una clorosis (Figura 5), una reducción del crecimiento que varía entre 22 a 50 % (Rodríguez et al., 1985), secamiento de ramas, reducción del tamaño de las hojas y cuando el ataque del nematodo es muy severo, la planta muere.

En Venezuela se han observado estos síntomas en el municipio Mara del estado Zulia, donde muchas plantaciones se han perdido (Petit, 1990; Crozzoli et al. 1991; Suárez, et al., 1995). Investigaciones realizadas en el CENIAP demuestran que el daño causado por los hongos Fusarium oxysporum y Macrophomina phaseolina se incrementa con la presencia de Meloidogyne (Suárez, et al., 1995; 1996ª; 1996b).

Control

  1. Desinfección del suelo para los semilleros.

  2. Uso de plantas sanas. Este punto es fundamental cuando se trata de replanteo, ya que una planta infectada desde el vivero tendrá una vida útil menor.

  3. Prácticas culturales:

  • Buena fertilización de la planta para un buen desarrollo y buen sistema radical. Puede usarse abono orgánico o estiércol seco, que disminuye las poblaciones de nematodos y contribuye al desarrollo de organismos antagonistas en el suelo.

  • Riego adecuado. No es conveniente usar riego por gravedad en campos infestados con nematodos, ya que se estarían diseminando estos organismos dentro del huerto. El método más recomendable es la microaspersión.

  • Poda de las plantas. Esta práctica es necesaria para que la planta emita nuevos brotes aéreos, pero además obliga a la formación de raíces nuevas, las cuales al ser protegidas por otros métodos de control, prolongarán la longevidad de la planta.

  1. Uso de patrones resistentes:

  • Psidium tiene varias especies, pero P. friedrichsthalianum se comportó como resistente a Meloidogyne y en evaluaciones realizadas como patrón se observó que la unión con P. guajava fue satisfactoria (Cuadra y Quincosa, 1982). Esto ofrece una alternativa a corto plazo muy promisoria. En Venezuela se han realizado evaluaciones en el Centro Frutícola en Maracaibo, estado Zulia, con buenos resultados en producción y calidad del fruto (Matheus et al., 1997).

  • En la producción tiene como inconvenientes su lento desarrollo y el bajo porcentaje de pegue por los métodos convencionales, aún cuando el injerto por aproximación ha dado buenos resultados, pero requiere de mucho cuidado.

  1. Control químico. Este método de control se puede usar eficientemente cuando se desea replantar un hoyo infestado con nematodos, mediante la aplicación de una solución de 8 cm3 de formaldehído 40% en 4 litros de agua y esperar de 10 a 15 días, para evitar problemas de fitotoxicidad (Fernández et al, 1987). La aplicación de nematicidas en plantaciones de guayaba en producción es difícil, porque se cosecha todo el año, lo cual agudiza la posibilidad de residuos en el fruto. En este caso podemos seguir los pasos siguientes:

  • Aplicar el nematicida inmediatamente después de la cosecha y operar sólo con los picos de producción. Esto daría un tiempo suficientemente largo para que el producto se degrade.

  • Efectuar la aplicación del nematicida por sectores, en este caso hay que sacrificar la producción de ese lote durante tres meses como mínimo, pero ofrece la posibilidad de seguir cosechando en el resto de la plantación.

  • Es importante destacar que, en la guayaba como en la mayoría de los frutales, con la excepción de cítricos y musáceas no está registrado el uso de nematicidas; por lo tanto, las aplicaciones de los mismos tienen que realizarse bajo la supervisión de un técnico debidamente preparado, ya que no puede convertirse en una práctica indiscriminada.

  1. Asociación del cultivo del guayabo con otros cultivos:

  • Se puede realizar en el municipio Mara para Meloidogyne con Tagetes erecta o T. patula, que emiten exudados con propiedades nematicidas. Otro cultivo que puede ser usado es la Crotalaria que actúa como cultivo trampa y puede ser usado como abono verde. Es muy importante la selección del cultivo para la asociación, ya que podría contribuir a aumentar las poblaciones de nematodos.

Duraznero (Prunus persica L.)

En este cultivo se presenta el ataque del nematodo Meloidogyne asociado a los hongos del suelo Phythopthora sp. y Fusarium sp. Su ataque conjunto causa una enfermedad denominada decaimiento de los árboles, la cual se manifiesta principalmente por una marchitez de las plantas (Rondón, 1990).

Control

  1. Uso de patrones resistentes a nematodos, como Okinawa y Nemared.

  2. Buen control cultural: eliminar y quemar las plantas muy afectadas.

  3. Buena fertilización, poda y demás prácticas culturales propias del cultivo.

Lechosero (Carica papaya L.)

Los resultados preliminares de un muestreo nacional realizado por el CENIAP, indican que este frutal está principalmente asociado a los nematodos Aphelenchus, Helicotylenchus, Meloidogyne, Pratylenchus y Rotylenchulus. De ellos, Meloidogyne y Rotylenchulus se han observado causando amarilleo en las hojas y en las raíces en las agallas típicas inducidas por Meloidogyne (Figura 6).

Así mismo, las zonas del país donde se presentan con mayor incidencia son los estados Aragua, Carabobo, Lara, Mérida, Monagas y Yaracuy (Suárez et al., 1996b).

Control

1. Desinfección del suelo, usado en los semilleros y viveros.

2. Control cultural: poda, fertilización y riego adecuado.

3. Uso de materia orgánica como abono

4. Control químico: esta medida sólo se recomienda en caso de que se traslade material a lugares ya infestados. Se utiliza la metodología indicada para guayabo.

Agradecimiento

Las autores desean expresar su agradecimiento a los TAI Víctor Tellechea y Ramón Navas, por su cooperación en el trabajo de campo y en el procesamiento de las muestras en el laboratorio.

 

IMAGENES

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Imagen 6

Leyenda

Las imágenes son propiedad de los autores del artículo
Imagen 1. Nematodo de los cítricos (Tylenchulus semipenetrans)
Imagen 2. Raíces de cítricos parasitadas por Meloidogyne spp. incluyendo agallas típicas
Imagen 3. Hojas de aguacatero. Arriba hojas sanas. Abajo hojas atacadas por nematodos. Obsérvese la clorosis de las plantas.
Imagen 4. Raíces de guayabo con agallas por Meliodogyne spp.
Imagen 5. Planta de guayabo mostrando síntomas de clorosis debido al ataque de Meloidogyne spp.
Imagen 6. Planta de lechosero mostrando clorosis en la parte aérea y agallas radicales, inducidas por Meloidogyne spp.

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