Para tener éxito en su proceso productivo, los apicultores deben tener un
conocimiento básico de la organización de la colmena y acerca de su manipulación
adecuada para obtener un máximo rendimiento. El pillaje, la enjambrazón, el abandono del
nido de cría y las enfermedades son factores fundamentales que pueden incidir
negativamente en la productividad de un apiario.
El pillaje
Ocurre cuando algunas abejas ajenas a una
colonia entran y roban la miel, originando el debilitamiento y hasta la desaparición de
la colmena saqueada. Es una forma de colecta, principalmente contra las colonias débiles
y pequeñas que no están en capacidad de defenderse.
Adicionalmente, el pillaje puede servir
como agente de diseminación de enfermedades. Varios factores estimulan este
comportamiento, más frecuente en hí-bridos africanizados. Entre ellos están:
1. El cambio de reina: durante esta
práctica generalmente hay contacto con la reserva de miel en la cámara de cría,
quedando expuesta la colonia por un tiempo razonablemente largo, atrayendo abejas de otras
colonias, razón por la cual el cambio debe realizarse lo más rápido posible.
2. La alimentación: el derrame del
alimento ofrecido o la revisión minuciosa de las colmenas que están siendo ali-
mentadas, sirve de estímulo al pillaje durante la época de escasez, siendo preferible
utilizar alimentos semisólidos o sólidos (papelón, pasta de azúcar) a los líquidos.
3. La cosecha de la miel: al momento de
extraerla, en muchos casos, se malogra un cuadro y seguidamente sobreviene el derrame de
miel, cuyo aroma es muy atractivo para las abejas adyacentes, ocurriendo con mayor
frecuencia cuando se trabaja con bancos colectivos.
4. Enfermedades: las colonias enfermas
generalmente están debilitadas y con menos propensión a defenderse, siendo objeto de
pillajes en gran proporción por las colonias más fuertes.
Prevención del pillaje
Manipule las colmenas sólo cuando sea
necesario. En época de flujo máximo deberá cosecharla solamente con el mínimo
disturbio posible.
Trabaje con bancos individuales con una
separación de un mínimo de 2 m, ya que en bancos colectivos el aroma de la miel de las
colmenas manipuladas estimulan el pillaje de las adya- centes.
Cuide aquellas colmenas que tienen miel
semi-operculada, aun después del flujo nectarífero, porque pueden incitar al pillaje.
Después de extraer la miel no coloque
las alzas inmediatamente, es preferible dejarlas 100 a 200 m distantes del apiario, para
que las abejas limpien los restos de miel, sin pillaje y colocarlas nuevamente en las
colmenas dos días después de la limpieza.
Alimente siempre que sea posible, en
horas vespertinas, para disminuir los riesgos de pillaje.
Cuando las condiciones para el pillaje
sean favorables, por ejemplo cuando una colonia tenga miel después del flujo nectarífero
que se esté manipulando, cubra los equipos y cuadros con un paño mojado para evitar
quela dispersión del aroma de la miel pueda atraer abejas de otras colmenas.
En caso de pillaje deben tomarse en cuenta
las siguientes previsiones:
Detener la manipulación de la colmena,
al haberse iniciado el pillaje.
Reducir la piquera de las colmenas
débiles, hasta el tamaño por donde pueda pasar sólo una abejas, para darle a la colonia
la capacidad de defenderse y que no sea exterminada.
Regar talco, cal muerta o maizena sobre
las abejas pilladoras, para demarcar la colonia de origen y, en caso de observar
reincidencia, cambiar la reina o dividir la colonia pilladora.
Si la colonia pillada es muy valiosa o se
duda de su capacidad de defensa, se puede cerrar completamente y se muda de local, dejando
en su lugar una colmena vacía.
Enjambrazón
Es un proceso natural por medio del cual se
divide una colonia de abejas. En condiciones normales sólo una reina vive en una colonia,
pero antes de la en-jambrazón son criadas varias abejas para reemplazar a la reina vieja,
que generalmente sale con el enjambre.
La reina madre, un grupo de obreras
jóvenes y zánganos dejan la colmena, instalándose y formando un agrupamiento sobre un
soporte apropiado como la rama de un árbol, donde permanecen horas o días antes de volar
hacia un nuevo sitio donde construirán cuadros, quedándose por un tiempo mayor o
definitivamente (Winston, 1987).
Las abejas europeas producen pocos
enjambres, porque sus posibilidades de sobrevivir al fuerte invierno son muy reducidas;
por su parte, los híbridos tropicales, principalmente los africanizados, pueden producir
entre 6 y 12 enjambres en un año a partir de una colonia madre, siendo este
comportamiento parte de su estrategia de supervivencia. Sin embargo, esta característica
no es deseable, porque debilita a la colonia y compromete la posibilidad de obtener una
buena cosecha de miel.
Prevención de la
enjambrazón
Proporcionar suficiente espacio para que
la reina expanda el nido de cría, las obreras puedan recolectar mayor cantidad de néctar
y que no haya congestión poblacional, dado que la falta de espacio es uno de los factores
que más desencadena la enjambrazón.
Revisar las colonias cada 14 a 21 días,
durante el período de preflujo nec-tarífero, mayoritariamente entre septiembre y
noviembre en casi toda Venezuela. Esta medida está más acorde con los apiarios
pequeños, ya que en apiarios grandes las revisiones pueden ser más espaciadas.
Dividir la colonia cuando se detecte el
inicio del proceso de enjambrazón, con lo cual se incrementa el número de colmenas
aprovechando una división natural.
En caso de llegar a detectarse más de
cuatro intentos de enjambrazón, cambie la reina.
Abandono del nido de cría
Es un comportamiento típico de los
híbridos africanizados y puede deberse a diferentes causas.
1. Causas inducidas: producto de la
destrucción parcial o total de la colonia por un predador, destrucción del nido por
polillas, ataque de avispas, pájaros predadores en el nido, fuego cerca de la colonia
(ocurre frecuentemente en la época seca), excesivo calor por colonias expuestas
directamente al sol sin sombra, inundación de las colmenas (cuando tienen la piquera con
pendiente invertida) o temperaturas muy bajas que no permiten regular la temperatura
interna de la colmena. En algunos casos, el abandono ocurre horas después de la
perturbación y en la mayoría de los casos, pocos días después de la perturbación.
2. Escasez de alimentos:
por la
ausencia de néctar, polen y agua, ocurre en época de escasez, que varía de acuerdo con
la región, bien sea época de lluvia o de sequía.
Una señal biológica destacable es que las colonias no crian nuevas larvas 10 o 15 días
antes del abandono o las consumen. También almacenan mucho polen, consumido junto con la
miel antes de abandonarlo, los cuales son almacenados en la grasa corporal y glándulas
hipofaríngeas de las obreras.
El comportamiento de abandono es típico de
las abejas africanizadas, dado que al no conseguir alimento hasta 3 km del nido de cría,
tienden al abandono del nido original con las reservas de miel y polen, pudiendo viajar
hasta 160 km antes de construir su nuevo nido (Fletcher, 1978), migrando a través de
áreas pobres hasta encontrar áreas con mayor abundancia floral. Esta estrategia les
permite sobrevivir y perpetuarse. En contraste, las abejas europeas tienden a almacenar
grandes cantidades de alimentos y colectan néctar y polen, forzando su radio de pecoreo
hasta 8 km de distancia. No obstante, Eckert, citado por Fletcher (1978) señala que
pueden continuar pecoreando hasta 13,4 km de distancia del nido de cría.
Como es muy difícil predecir cuando se
producirá un abandono del nido, lo más sensato es controlar, en lo posible, las
alteraciones arriba mencionadas.
Enfermedades
Esta es una de las principales causas que
afectan la productividad de una colonia. Dado que en diversas poblaciones de abejas y más
aún en los híbridos afri-canizados, existe variación natural en el grado de resistencia
a enfermedades y parásitos, no todas las colonias son afectadas en la misma escala ni
frecuencia.
Los híbridos africanizados muestran
diversos ejemplos de resistencia natural; un caso típico se presenta contra el ácaro Varroa
jacobsoni en Brasil, donde los apicultores no combaten este parásito con productos
químicos, ya que los niveles de infestación no comprometen la existencia de las
colmenas, tal como sucede en países de climas templados. Sin embargo, para el
mantenimiento de colonias sanas y productivas éstas deben convivir con un mínimo de
condiciones adversas que faciliten su vulnerabilidad.
Prevención de enfermedades
Cada vez que se revisen las
colmenas, es importante observar la cantidad de abejas que entran y salen de las colonias,
ya que un flujo irregular, en caso de abundancia de néctar, pudiera indicar anomalía. En
ese caso verificar si hay abejas muertas cerca o lejos de la colmena o si existe alguna
alteración en la cría o en las abejas adultas.
Mantener siempre las colonias fuertes,
dado que tienen mayor posibilidad de sobrevivir a un parásito o a una enfermedad.
Evitar, en lo posible, la adquisición de
reinas, paquetes de abejas o núcleos importados, ya que pueden ser fuente de
contaminación y diseminación de enfermedades desconocidas o inex-istentes en nuestro
país, tal como la cría pútrida americana. Así como también evite alimentar con mieles
importadas de países que posean esta enfermedad, ya que las esporas de la misma se
conservan en la miel, se dispersan por el aire y sirven como agente contaminante.
En caso de alguna duda, consulte o
solicite ayuda a un técnico del área.
Bibliografía
Fletcher, D. 1978. The african bee, Apis
mellifera adansonii, in Africa. Annual review of Entomology. 23: 151-171.
Winston, M. 1987. The biology of temperate
and tropical honey bee. In: The biology of the honey bee. Harvard Universitty Press. p.
214-250.
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