FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 60 Julio-Diciembre 1998 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
FONAIAP DIVULGA No. 60 Julio Diciembre 1998 |
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Estrategias para el manejo integrado del minador de la hoja y la broca del fruto del cafeto. Martín Rosales Mondragón*;Ramón Silva Acuña **;Gladys Rodríguez González** *Profesor. Departamento de Fitotecnia. Universidad
Federal de Viçosa |
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El manejo integrado del minador de la hoja y de la broca del fruto del cafeto es de importancia fundamental, debido a que con mayor frecuencia alcanzan niveles de control en ese cultivo, causando reducción significativa en la producción. Diversas estrategias son adoptadas para el manejo de las poblaciones de ambas plagas, empleando el control cultural, biológico y químico. El cafeto (Coffea arabica L.) constituye uno de los principales rubros generadores de divisas en América Latina; sin embargo, diversos factores bióticos y abióticos, influyen sobre la producción de este cultivo. Entre los factores bióticos ha tenido gran importancia la participación de los insectos como agentes responsables de los daños presentados en las plantaciones de café. En este sentido, la aplicación de un programa de manejo integrado de plaga (MIP) que utilice al máximo los conocimientos inte-gradores del agroecosistema, desempeña un papel fundamental para el control de sus poblaciones. El MIP es una filosofía de control que trata de preservar e incrementar los factores de mortalidad natural, mediante la instrumentación armónica de diferentes métodos de control seleccionados, tomando en consideración aspectos económicos, ecológicos y sociales, con la finalidad de maximizar los rendimientos y minimizar su interferencia con el ecosistema. De acuerdo con la filosofía del MIP, son consideradas plagas claves en el cultivo del cafeto, aquellas que alcanzan con mayor frecuencia niveles de control. Estas plagas son el minador de la hoja y la broca del fruto del cafeto. El conocimiento de las diversas fases de desarrollo del cultivo y su relación con la ocurrencia de estas plagas son de fundamental importancia para la implantación de cualquier medida de control . Minador de la hoja del cafeto Perileucoptera coffeella (Guér-Menév,1842) Lepidóptera: Lyonetiidae. Origen e importancia económica El minador de la hoja es originario del continente africano y se encuentra diseminado por todas las regiones cafetaleras del mundo. En América fue observado por primera vez en 1842, en las Antillas y después se constató en 1850 en Brasil, donde es considerada como la plaga más importante de las regiones cafetaleras. Es un insecto monófago, porque solamente ataca las hojas del cafeto. Descripción y biología El adulto del insecto es una mariposa de tamaño muy pequeño, cuya mayor actividad ocurre en las primeras horas de la noche. Miden aproximadamente 6,5 mm de extensión alar (envergadura). Su ciclo biológico varía de 19 a 87 días (huevo: 5-10 días; larva: 9-40 días, y pupa: 4-26 días). La longevidad promedio del adulto es de 15 días. La proporción entre macho y hembra es de 1:1; generalmente ocurren de siete a ocho generaciones por año. Las larvas son las que ocasionan el daño al cafeto, debido a la disminución del área foliar activa (Figura 2A) y la fase adulta causa daños indirectos, al ocurrir la fecundación de las hembras. Después de la oviposición nacen las pequeñas larvas, las cuales penetran las hojas, donde se alimentan de la parte interna (parén-quima) entre las dos epidermis, abriendo galerías o mina. La fase de pupa ocurre en las hojas, en un capullo en forma de X (Figura 2B) y posteriormente emerge la mariposa. El ataque del minador de la hoja es favorecido por períodos secos, baja humedad rela- tiva, altas temperaturas, uso excesivo de fungicidas cúpricos y de insecticidas, fertilización inadecuada, distanciamientos muy abiertos y/o áreas con mucha insolación, presencia de cobertura muerta y por cultivo asociado o enmalezado. Daños Los daños son causados por disminución del área foliar del cultivo (Figura 2C), debido a que las minas provocan secamiento del área atacada, originando intensas defoliaciones, lo que perjudica a la producción de la zafra siguiente. El minador de la hoja del café también ocasiona daños en la producción y en la longevidad de las plantas. Las pérdidas en la producción son de aproximadamente 30%, originadas por la destrucción de las hojas y posterior defoliación. Broca del fruto del cafeto Hypothenemus hampei (Ferrari, 1867) Coleóptera: Scolytidae. Origen e importancia económica La broca del fruto es originaria de Africa y se describió por primera vez en 1901 en el Congo Belga. En Brasil se introdujo al estado de São Paulo, probablemente antes de 1922, aunque fue para ese año cuando se constató ataques intensos. En Venezuela se detectó su presencia en 1995, en el municipio Urdaneta, estado Táchira (Sayago, 1996). La broca constituye la plaga más importante del cultivo, desde el punto de vista económico y social, ya que causa daños directos en los frutos en todas las fases del período de maduración (verde, maduro y sobremaduro). Descripción y biología El adulto de la broca (Figura 2D) es un pequeño gorgojo, de coloración café oscuro brillante, casi negro; los élitros presentan estrías longitudinales paralelas, cubiertos de pelos cortos que crecen hacia atrás. En los machos, las alas son soldadas (rudimentarias), impidiéndoles volar. Caso contrario ocurre en las hembras. La cabeza es globular, con antenas capitadas de cinco segmentos. La hembra mide aproximadamente de 1,65 a 2,0 mm de largo. El macho mide 1,18 mm de largo. La relación entre número de machos y hembras es de 1:10. Las hembras, al iniciar el período de oviposición, colocan en promedio dos huevos diarios y posteriormente, después de 10 a 20 días del inicio de la oviposición, pasan a colocar un huevo por día durante 10 a 12 días y finalmente, un huevo cada dos días. Su ciclo biológico varía de 27 a 30 días (huevo: 6-10 días; larva: 14 días y pupa: 7 días), pudiendo ocurrir hasta siete generaciones por año. La longevidad promedio del adulto es de 156 días y cada hembra coloca de 31 a 119 huevos. Entre las cosechas, la hembra permanece en los frutos que caen al suelo debajo de la sombra de la planta, manteniéndose allí hasta la próxima fructificación. Este lapso se denomina período de tránsito. Los daños se inician en los frutos entre los 120 a 150 días después de la floración, cuando ataca con preferencia frutos de consistencia sólida, de aproximadamente 20% de su peso seco. Este período es muy importante, ya que en él deben iniciarse las actividades de muestreos de frutos. Si los frutos se encuentran muy tiernos o acuosos no son preferidos por la broca. Diversos factores favorecen la infestación del insecto. Dentro de los componentes del clima, las lluvias tienen un efecto directo cuando son de poca intensidad, ya que favorecen la reproduccción abundante del insecto, y su exceso tiene un efecto indirecto al atrasar la cosecha normal (Souza y Reis, 1993). También, la temperatura y la humedad relativa afectan directamente la duración del ciclo de vida; las altas temperaturas lo disminuyen y la elevada humedad relativa facilita su sobrevivencia entre las épocas de cosecha. De manera similar, al realizar la cosecha de forma incorrecta, o donde haya exceso de sombra y/o plantaciones densas se favorece la reproducción, dispersión e infestación de esta plaga (Matiello, 1991; Rena y col., 1994; Souza y Reis, 1993). Por otra parte, la tasa de reproducción del insecto varía de acuerdo con la altitud; a medida que esta aumenta se afecta negativamente el ciclo biológico, por reproducirse lentamente (Castillo, 1982; Souza y Reis, 1993). Daños La broca inicia su ataque cuando las hembras fecundadas abandonan el interior del fruto, en búsqueda de otro para su reproducción. Para ello, buscan las condiciones ideales para penetrarlo, generalmente la realizan por la corona (Figura 2E). Después de la penetración la hembra abre una galería y llega hasta el interior de las semillas, donde fabrica una pequeña cámara para depositar los huevos (Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, 1989; Oliveira, 1982). Al nacer las larvas se alimentan de las semillas. Tanto los adultos como las larvas atacan las semillas de los frutos, los cuales afectan la producción por la destrucción de las semillas (Figura 2F). Esas pérdidas están ubicadas entre 1 a 34% en función del grado de infestación. Además, ocurre pérdida de calidad del producto, lo cual motiva a castigo en el precio al momento de la clasificación. También puede ocasionar la caída de frutos pequeños que hayan sido perforados y la pudrición de las semillas en los frutos brocados (Souza y Reis, 1993; Zucchi y col., 1993). En áreas sembradas de cafetos, donde la infestación alcanza 100%, las pérdidas en peso representan 21,1% que se traducen en pérdidas de 12,6 kg por saco, de 60 kg de café beneficiado (Zucchi y col., 1993). Estrategia de decisión para el control del minador de la hoja y la broca del fruto del cafeto Muestreo Existen dos opciones para la ejecución del muestreo de estas dos plagas: secuencial y convencional. La primera opción de muestreos se restringe a algunos datos más importantes, por ese motivo es rápido y más seguro de realizar, exigiendo menor número de muestras. La segunda metodología permite almacenar mayor número de datos, pero resulta ser más complicada e imprecisa (Gravena, 1962). a. Muestreo secuencial En el muestreo secuencial a una hoja o fruto infestado se le confiere el valor 0 y a una hoja o fruto no infestado el valor 1 (Gravena, 1992). Estos valores deben ser registrados en la columna central de la planilla respectiva que se reproduce al final del artículo, siempre de manera acumulada. Se debe proseguir con el muestreo siempre que el valor obtenido sea menor a la columna de la izquierda, manteniéndose este resultado se recomienda la aplicación de la medida de control; sin embargo, si el valor obtenido es mayor o igual a la columna de la derecha no se recomienda control. Cuando el valor observado esté comprendido entre los valores de las dos columnas, se continúa muestreando el lote de cafeto hasta tomar una de las dos decisiones. Para el caso del minador de la hoja, se examina una hoja por planta. El número de plantas a muestrear varía de 10 a 30 por lote. En el caso de la broca, se muestrea una rama por planta, colectándose un fruto por rama en diferentes puntos del cafetal. Tanto los frutos como las ramas deben seleccionarse en el tercio medio e inferior del follaje del cafeto (Figura 3), lugares donde ocurre la mayor infestación de la broca. b. Muestreo convencional En el muestreo convencional del minador de la hoja, el número de plantas a muestrear dependerá del tamaño de la plantación, generalmente es de 1% del lote, utilizándose entre 2.000 a 5.000 plantas (Matiello, 1991). En lotes donde se realice el muestreo convencional del minador de la hoja y/o se aplique control biológico por medio de avispas, son muestreadas cinco hojas por planta, en 50 plantas por lotes de aproximadamente 5.000 plantas. Al finalizar el muestreo se cuenta el número de hojas afectadas para determinar el porcentaje de infestación. Las hojas que van a ser colectadas para los muestreos, deben seleccionarse del cuarto par de hojas, contadas a partir del ápice de las ramas del tercio medio de la planta, debiéndose definir cuál hoja será muestreada, la derecha o la izquierda, nunca ambas. En el muestreo convencional pueden ser mues-treadas las hojas del tercio superior (Figura3). La presencia de una pequeña mina en la hoja es considerada como hoja infestada. Para la broca del fruto del cafeto son examinadas cinco ramas por planta, en un total de 50 plantas y en lotes de aproximadamente 5.000 plantas. Se colectan 100 frutos por planta (20 frutos/rama), tomándose 25 frutos por cada punto cardinal, tanto en el interior como exterior de los cafetos, hasta completar una muestra de aproximadamente 5.000 frutos. El muestreo o monitoreo de la broca debe iniciarse a partir del período de tránsito de la plaga que corresponde entre 120 a 150 días después de la floración. La decisión de realizar los controles En el muestreo convencional para el minador de la hoja, el control se realiza cuando la infestación es mayor o igual a 20%, si son muestreadas ramas del tercio superior (Crocomo, 1990); sin embargo, si las muestras son tomadas del tercio medio el nivel es del 30% de infestación (Palini y Picanco, 1994). Si es alcanzado el nivel de 60% de minas rasgadas por la acción de depredadores, indica no aplicación. En el muestreo secuencial el nivel de control se debe realizar cuando el número de hojas atacadas es mayor o igual a 40% y el nivel de no aplicación ocurre al observarse signos de depredación mayores o iguales a 40 por ciento. Para la broca del fruto, el control se alcanza cuando en el muestreo se obtiene 5% o más de frutos dañados, y de 10% o más de frutos infestados para los muestreos con-vencional y secuencial, respectivamente (Crocomo, 1990; Gravena, 1992). Alternativas de manejo De manera general, la aplicación de un programa de manejo integrado de plagas, utilizando el control cultural, biológico y químico prevé las siguientes estrategias:
1) Control cultural Consiste en aquellas prácticas que modifican el medio ambiente, haciendo las condiciones adversas para el desarrollo de las poblaciones de plagas (Cuadro 1).
2) Control biológico Entre los agentes que promueven el control biológico del minador de la hoja, los depredadores, pueden considerarse los más eficientes, 69% del control ha sido observado. La eficiencia de los parasitoides es de aproximadamente 18% de parasitismo y, similar eficiencia presentan algunos entomo-patógenos como las bacterias Erwinia herbicola y Pseudomonas aeruginosa (Reis y col., 1984). Para el control biológico de la broca del fruto, en 1929 fue introducida de Uganda (Africa) para São Paulo (Brasil), el microhime-nóptero Prorops nasuta Waterston, de la familia Bethylidae. Existen otros enemigos naturales que pueden ser utilizados. Aplicaciones localizadas del hongo en-tomopatógeno Beauveria bassiana, en localidades que presentan tiempo nublado y alta humedad relativa favorecen su eficiencia de control, así como también las liberaciones de los parasitoides Cephalonomia stephanoderis y Heterospilus coffeicola. La liberación de los enemigos naturales de los insectos-plagas, contribuye a incrementar el impacto del control biológico en un programa de manejo integrado. (Cuadro 2). Cuadro 2. Enemigos naturales del minador de la hoja y de la broca del fruto del cafeto.
3) Control químico El control químico debe realizarse to-mándose en consideración los índices porcentuales del muestreo o nivel de acción para las plagas (Gravena, 1992). En el Cuadro 3 se presentan algunos de los productos para el control del minador de la hoja y de la broca del fruto. IMAGENES
Leyenda Imagen 1. Fenología del cultivo y su relación con la presencia del minador de la hoja y la broca del fruto del cafetoImagen 2. (A) Larva y minas del mirador de la hoja. (B) Cámra de pupal en forma de X. (C) Daños en el follaje. (D) Adulto de la broca del fruto. (E) Adulto perforando un fruto. (F) Semillas dañadas. Imagen 3. Representación esquemática de las diferentes zonas de muestreo en una planta de cafeto. Bibliografía
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