FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 60 Julio-Diciembre 1998 | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
FONAIAP DIVULGA No. 60 Julio Diciembre 1998 |
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Orlando Pomares F.,Rodolfo Alvarez C.
Investigadores. FONAIAP - Estación Experimental Falcón. |
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Todo proyecto de introducción de especies en un embalse o grupo de embalses requiere de objetivos claros que permitan formular un modelo particular, el cual estará condicionado por las características limnológicas-bioecológicas del embalse, por el diseño y la operatividad de la represa, por las características socioeco-nómicas de las poblaciones adyacentes o en su área de influencia, y por los aspectos institucionales y legales, que en su conjunto, pueden favorecer o perjudicar el modelo a implantar. Objetivos Los objetivos básicos que puede procurar un programa de siembra de peces en embalses son los siguientes:
Aquellos embalses ubicados en zonas rurales aisladas o cercanas a centros urbanos regionales, son apropiados para la introducción de especies con el propósito de generar pesquerías de subsistencia y comerciales-artesanales. Si por el contrario, los embalses están ubicados dentro de la zona de influencia de centros urbanos importantes, los mismos serían aptos para la introducción de especies con fines deportivos y/o recreativos. Naturalmente se requiere que los embalses sean accesibles (vialidad en buenas condiciones) y que cuenten con una calidad de agua aceptable, así como cierto valor de fertilidad. De no ser así, es probable que la única opción que queda sea la de realizar un repoblamiento ecológico. Las características del diseño de ingeniería y operatividad de la represa también son determinantes. Así tenemos que, si el vaciado o desembalse de una determinada represa es muy pronunciado (pasa en embalses destinados a almacenamiento y al suministro de agua potable y al riego), el nivel del agua puede ser llevado hasta la cota de aguas muertas, comprometiendo los niveles de densidad de siembra. También los embalses de dimensiones medias a pequeñas, utilizados exhausti-vamente para el suministro de agua potable a centros poblados requieren de un nivel óptimo de calidad que puede ser incompatible -o cuando menos restrictivo- con objetivos alimentarios y/o deportivos, en el sentido de la degradación de la calidad del agua por las actividades inherentes a las pesquerías y al manejo de combustibles y aceites. Las características de las comunidades de peces preexistentes en los embalses (abundancia de depredadores), así como la complejidad estructural (presencia de vegetación sumergida y/o plantas acuáticas), la disponibilidad de alimento (producción primaria alta) y los rendimientos pesqueros potenciales, estimados con base en las características limnológicas y biológicas (empleo del índice morfo-edáfico IME = cociente que expresa la relación entre los sólidos totales disueltos y la profundidad media de los embalses) de los embalses, nos proporcionarán una idea aproximada del grado de realismo de un determinado plan de introducción. No obstante, aún tomando en cuenta todos los factores anteriores, el programa de siembra de peces debe contar con suficiente apoyo logístico y financiero, que permita el mantenimiento de un monitoreo a mediano y largo plazo de la evolución de las poblaciones introducidas -y de las preexistentes-, así como la realización de siembras periódicas que mitiguen el deterioro del pool genético de las especies. Asimismo, debe realizarse una importante actividad exten-sionista continua que enseñe a los pobladores de las adyacencias de los embalses (sin vocación pesquera) sobre el aprovechamiento racional de los recursos. En el Cuadro 1 se muestran los objetivos específicos de las introducciones en función de las características que hemos señalado arriba, según los criterios esbozados en los lineamientos de la política del cultivo de peces en embalses de Venezuela, por parte del MARNR (1990). Modelos y estrategias Para cada uno de los objetivos descritos anteriormente podemos delinear los modelos correspondientes y sus estrategias generales. Modelo alimentario En él se persigue la introducción de especies de alto rendimiento, la disminución significativa de los ictiófagos (o depredadores de peces) y de las especies oportunistas sin valor comercial, para que no comprometan la cosecha esperada. Por lo general, el programa va dirigido a la introducción de una o dos especies a lo sumo, con la intención que las mismas encuentren poca competencia por los recursos, y que los niveles de cosecha y el peso ganado por ejemplar sean elevados. Sin embargo, se puede introducir un mayor número de especies, si éstas presentan distintas estrategias de explotación de los recursos potencialmente disponibles. Otra característica del modelo consiste en la elevada densidad de la siembra inicial, así como de las resiembras periódicas, con lo que se desea garantizar el reclutamiento y la viabilidad genética del stock. Modelo deportivo-recreativo En este caso, las introducciones están dirigidas al establecimiento de poblaciones de depredadores, que son las más apreciadas a los efectos de la pesca deportiva. Esto se traduce en la introducción de especies por lo general ictiófagas, pero al mismo tiempo en el manejo adecuado (y probable introducción) de especies-forrajes que permitan mantener un adecuado balance depredador-presa. La densidad inicial de siembra de depredadores es una función del ictioforraje (peces que sirven de alimento a otros peces) existente y/o del ictioforraje a introducir. Este es un modelo más difícil de aplicar en la práctica que el anterior, ya que implica el manejo de delicadas relaciones de interacción depredador-presa que se ven influenciadas por múltiples factores ecológicos, los cuales han llevado a muchos manejadores de embalses a trabajar empíricamente por ensayo y error. Como medida preventiva debe darse preferencia a aquellas especies ictiógafas que no se reproduzcan dentro de los embalses y, en caso contrario, se debe ser muy cauteloso con aquellos depredadores que sí sean capaces de completar su ciclo biológico dentro del sistema, como el pavón (Cichla ocellaris). Modelo ecológico Resulta un tanto paradójico hablar de repoblamiento ecológico de un eco- sistema artificial como el embalse, el cual no poseía una estructura comunitaria previa que pudiésemos tratar de reconstruir repoblándolo. No obstante, la paradoja puede ser descartada si enfocamos el repoblamiento ecológico hacia la introducción de especies propias de la cuenca donde se ubica el embalse. No es cosa fácil llevar este punto a la práctica en aquellos ambientes en los cuales la fauna autóctona ha evolucionado en ausencia de hábitat lénticos (aguas de flujo lento o inexistente: lagos, lagunas). Resulta claro entonces, que en el modelo ecológico queda descartada la introducción de especies exóticas e inclusive de especies transferidas de otras cuencas de un mismo país. Cualquier introducción dirigida a ocupar nichos vacíos con especies alóctonas, difícilmente puede conceptuarse como repoblamiento ecológico, ya que estamos creando una nueva trama trófica (relaciones de alimentación entre especies de un mismo ecosistema) en un ecosistema artificial con especies que no existían originalmente en la cuenca. Merece mención aparte la estrategia de introducción de especies para el control de plantas acuáticas o de vectores de enfermedades, en cuyo caso sería más correcto hablar de modelos de control ecológico, lo cual no sería una variante del modelo ecológico en los términos aquí planteados, puesto que incluye la posibilidad de introducir especies alóctonas. Otra estrategia a destacar del modelo ecológico, consiste en la búsqueda de la maximización de la diversidad específica dentro del sistema. Se procede, entonces, a la introducción de varias especies autóctonas con diversas estrategias de explotación de recursos. Como aspecto resaltante del repoblamiento ecológico, cabe señalar la tendencia a considerar a todas las especies de peces -y no sólo aquellas de interés comercial y deportivo-, así como al resto de la estructura comunitaria que permita un enfoque holístico. Todos los aspectos anteriores lo convierten en el modelo más difícil de implantar en la práctica y desde la perspectiva de la relación costo-beneficio no resulta atractivo para organismos financiadores e instituciones públicas. Su principal justificativo radica en que puede ser un medio útil de recuperación de comunidades de especies autóctonas que se hayan visto muy afectadas por la construcción de embalses. Modelos híbridos La combinación de estrategias no resulta inconcebible de los modelos anteriores, como el caso de un repoblamiento ecológico con especies autóctonas depredadoras, que sean susceptibles de explotación pesquera deportiva. Pero resulta particularmente incompatible la mezcla de objetivos alimentarios y deportivos, en virtud que las estrategias de introducción e incluso de legislación pesquera son antagónicas (Welcomme y Henderson, 1976 ). Síntesis La combinación de modelos, en apariencia simple, en la teoría resulta difícil de implantar en la práctica, dada la complejidad de los factores bioecológicos y antropogénicos que entran en juego al momento de la planificación y toma de decisiones. No obstante, son necesarios como punto de partida para elaborar planes cada vez más sistemáticos y con mayor probabilidad de éxito. En este sentido, necesitamos ser aún más específicos y abordar con mayor profundidad esta perspectiva. Al respecto, la consideración de una serie de caracte-rísticas fisicoquímicas, bioecológicas y socioeconómicas posibles de hallar en los embalses permitirían establecer las respectivas estrategias específicas de manejo más convenientes, según una combinación de criterios disponibles en una copiosa literatura, que sirven de corolario a este punto. Hay que tener especial cuidado al enfocar los objetivos, estrategias y toma de decisiones sobre la base exclusiva de este tipo de modelos, ya que presenta una serie de deficiencias:
De cualquier modo y al margen de todas las observaciones anteriores, este tipo de modelos complejos, nos proporciona la materia prima para elaborar un diagrama de flujo acerca de la toma de decisiones. Bibliografía
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