Enfermedades e insectos dañinos más importantes en el cultivo del cocotero
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Una plantación de cocoteros, durante su ciclo de vida, está sometida por muchos años a la acción de condiciones diferentes de humedad, temperatura y clima en general, lo que a su vez va a incidir en la aparición de insectos dañinos y enfermedades que, en la mayoría de los casos, se manifiestan cuando las plantas están moribundas. Por ello, es necesario inspeccionar toda la finca y saber reconocer dónde están los enemigos presentes, para así evitar pérdidas en el resto de la plantación. A continuación se presentan las situaciones más importantes relacionadas con la incidencia de las enfermedades y plagas en nuestras zonas productoras, con algunas recomendaciones bajo la visión del manejo integrado. Problemas fitosanitarios Anillo rojo Cómo se reconoce. Es una enfermedad que aparece mayormente en los primeros 12 años de vida de la planta. En las hojas más viejas se presentan coloraciones con tonos amarillos y castaños que empiezan en los extremos, prolongándose hacia el cogollo, seguido de la caída de hojas y frutos. Si se realiza un corte inclinado o transversal en el tallo, se observa una coloración rojiza en forma de banda roja ó anillo, de 2,5 a 4 cm de anchura y a 1,2 m del nivel del suelo. Organismos causantes. En esta enfermedad interviene el picudo o gorgojo del cocotero, Rhynchophorus palmarum L. (Coleóptera: Curculionidae), el cual se comporta como transmisor de un nematodo parásito (Bursaphelenchus cocophilus Cobb), el cual lo lleva tanto externa como internamente. Este nematodo no puede ser observado a simple vista, debido a su pequeño tamaño y es el causante de la coloración rojiza en el tallo, mencionada anteriormente. Control integrado. Las acciones en contra de esta enfermedad se orientan hacia dos alternativas:
Marchitez sorpresiva Cómo se reconoce. El amarilleo progresivo de las hojas más viejas es parecido a la del anillo rojo y se presenta del ápice hacia la base, para finalmente tornarse de color marrón oscuro. Simultáneamente, se produce la caída de frutos de cualquier tamaño. Los más pequeños se desprenden, dejando las brácteas pegadas a la inflorescencia, las cuales presentan necrosis. Las espatas cerradas se tornan quemadas en las puntas, al igual que ocurre un ennegrecimiento de las flores pequeñas y pudrición de frutos. Organismos causantes. En la planta se han aislado pequeños microorganismos llamados tripanosomas (Phytomonas sp.), del tipo de las fitomonas o flagelados, debido a la forma que ellos presentan. También están involucrados insectos del grupo de los chinches (Hemíptera del género Lincus, y otros del género Oncopeltus spp.) como transmisores del flagelado.
Control integrado. Al igual que en el anillo rojo, se deben enforcar dos alternativas:
Pudrición del cogollo Cómo se reconoce. Su presencia se manifiesta fácilmente por la marchitez de las nuevas hojas que aún no han abierto; éstas pierden su color natural y se tornan de color pardo. Esta coloración se va transmitiendo gradualmente hasta afectar todo el cogollo, lo que indica un grado avanzado de la enfermedad. Organismo causante. El agente causal es el hongo Phytophthora palmivora Butler. Este hongo penetra por las raíces de la planta, causando pudrición húmeda, la cual asciende hasta llegar a la parte del cogollo. Control integrado. Esta enfermedad está estrechamente ligada a las acumulaciones de agua, bien sea por el tipo de riego, mal drenaje o lluvias excesivas. El riego por platones favorece el desarrollo de esta enfermedad, sobre todo cuando no se tiene cuidado en la elaboración de dichos platones y se provocan daños al sistema radical de la planta. En lo posible, se deben preferir otras formas de riego, ya sea por canales o por inundación, evitando períodos prolongados de humedad y riegos por la noche o al atardecer. La construcción de dos o tres canales de drenaje a lo largo de la plantación evitará las indeseables acumulaciones de agua, pero será necesaria una revisión periódica del funcionamiento de estos canales para aumentar y/o mantener su operatividad. Entre los productos químicos disponibles están el Ridomil y el Galben M, fungicidas sistémicos probados en otros cultivos. Es conveniente la aplicación preventiva en las plantas alrededor de las enfermas, tratar de hacer un cordón sanitario y disminuir la propagación de la enfermedad. Otro producto (Fosetyl) ha sido inyectado a troncos de árboles, con éxito, pero con la desventaja de su alto costo. Exudado del tallo Cómo se reconoce. Al inicio se desarrolla una podredumbre blanda amarillenta y a medida que la enfermedad avanza, las zonas afectadas manifiestan una decoloración, que se oscurecen con la edad. Al final se observa una exudación líquida de color rojizo, la cual deja de exudar en lesiones viejas, tornándose más oscura o negra. La infección, en el interior de las heridas puede ser mucho más amplia y en estados avanzados, puede incluso causar la muerte de la planta. Agente causante. El hongo tiene dos fases: la superior o anamórfica, Chalara paradoxa (De Seyn) Sacc. (syn. Thielaviopsis paradoxa De Seyn; Hohn) y la fase final, el hongo Ceratocystis paradoxa (Dale) C. Moreau. En Venezuela se han encontrado las dos fases; la primera, causa el exudado de color más oscuro. Control integrado. El hongo penetra por procesos naturales en el crecimiento normal de la planta y también por las heridas causadas por pájaros carpinteros, pegones, coleópteros, roedores, etc., pero la diseminación mayor ocurre por heridas mecánicas, causadas por daños o por debilitamiento de tejidos cuando se realiza la quema de hojas secas cerca de la base de la planta. También, donde se realiza la cosecha con "maneas", ayuda a la diseminación de esta enfermedad. Se deben raspar las partes afectadas con una navaja o machete limpio y cubrirlas con pasta bordelesa, alquitrán vegetal o pintura blanca de caucho, mezclada con un fungicida cúprico o sulfato de cobre. Fungicidas como el Benomyl (benlate) aplicado a las raíces, puede controlar el exudado, si no es aplicado frecuentemente, debido a la resistencia que puede crear el patógeno. La fertilización juega un papel importante en esta enfermedad.
Mancha gris de la hoja Cómo se reconoce. Es una enfermedad severa en fase de vivero y en los primeros años de trasplante, pero también puede presentarse en plantas adultas a nivel de folíolos, principalmente. Comienza con manchas de color amarillento, marrón o pardo en los folíolos y el raquis; en la medida que las lesiones se agrandan se desarrollan en cada mancha centros grisáceos rodeados de márgenes de color marrón oscuro. Las lesiones se alargan paralelas a las venas y pueden unirse y formar áreas necróticas irregulares más grandes. Agente causante. Pestalotiopsis palmarun (Cooke) Steyaert (syn. Pestalotia palmarum Cooke) es el hongo causante de la mancha gris en la hoja del cocotero. Control integrado. El desequilibrio nutritivo también favorece la susceptibilidad de las plantas, como por ejemplo, una deficiencia de potasio o, inclusive, el exceso de nitrógeno. Se recomienda mantener en lo posible el nivel de nutrimentos, según lo indiquen los análisis de suelos y utilizar como medida correctiva abonos de rápida asimilación. Los fungicidas recomendados son los carbamatos que contienen zinc o manganeso, con presencia de cobre, siempre con el cuidado de no excederse en las aplicaciones para no favorecer la resistencia. Insectos dañinos más comunes en cocotales Ácaros (Eriophis guerreronis) Daños. Es la plaga de mayor distribución en Venezuela. Afecta el fruto en su fase inicial de formación, cuando están pequeños, y el daño se va manifestando a medida que el fruto crece, observándose manchas rugosas y negruzcas que reducen hasta 50% el tamaño del fruto. Control. Aunque económicamente no sea factible, en casos especiales, la aplicación de acaricidas al abrir las espatas, garantiza frutos completamente sanos y de mayor tamaño. En otros países, como Cuba, existen razas de hongos que ejercen biocontrol con probada efectividad (Hirsutella spp.). En Venezuela existen especies de ácaros depredadores de otros ácaros.
Escarabajo rinoceronte (Strataegus aloeus Linnaeus) Daño. Ataca plantas jóvenes principalmente y penetra por el suelo, dejando un pequeño promontorio de arena; al llegar a la base del cocotero realiza galerías internas, produciendo daños en las zonas de crecimiento, deformaciones en las hojas y, eventualmente, muerte de la planta. Control. Normalmente se realizan campañas de revisión de cada planta y captura de los individuos en forma manual; también se pueden aplicar insecticidas en la entrada de las perforaciones (Cebicid, Danol). Escamas (Aspidiotus destructor Signoret; Ischnaspis longirostris Signoret; Selenaspidus articulatus Morgan) Daño. Las ninfas y adultos atacan, y dañan hojas y frutos de diferentes edades. En las hojas se observa una fuerte clorosis y, en el envés, las partes afectadas se van cubriendo con una cera blanca. Con el tiempo aparece un hongo de color negro, el cual crece y se desarrolla en el excremento azucarado de las escamas y, a su vez, sirve como alimento a hormigas y a otros insectos. Es favorecido con altas densidades de plantas y condiciones de altas temperaturas. Control. Lo más económico, menos contaminante y efectivo en bajas poblaciones, es asperjar con agua jabonosa. Se debe favorecer la entrada de luz con una poda dirigida y eliminar plantas muy cercanas a otras. En algunos casos, donde las poblaciones siguen altas, la aplicación de Malatión y aceite blanco es eficaz. Existen además enemigos naturales como son las colonias de coleópteros de la familia Coccinellidae, que al ser liberados en las plantas afectadas, realizan un control biológico adecuado. También son atacados por avispas parasitoides y hongos entomopatógenos. Afidos (Cerataphis variabilis ERL) Daño. Tienen cierta similitud con las escamas, ya que les favorecen las altas densidades de plantas y la alta humedad. También se relacionan con las hormigas y producen mucho menos cera. En su excremento también se desarrolla un hongo, manifestado por una película negra que impide la entrada de luz a la planta. Igualmente tiene como enemigo natural a los coquitos de la familia Coccinellidae. Control. Se puede aplicar Pirimor, tratando de cubrir bien las colonias, o se puede hacer un control indirecto de las hormigas, para que los enemigos naturales actúen sobre las colonias. Las recomendaciones de manejo aplicadas a la escama blanca también son pertinentes en este caso. Se pueden usar trampas amarillas pegajosas para capturar adultos alados. Gusanos defoliadores de hojas (Brassolis sophorae L., Opsiphane spp., Automeris sp.) Daño. Son mariposas de gran tamaño que ponen huevos en las hojas, sus larvas son gregarias, de hábitos nocturnos, se alimentan de las hojas, produciendo además perforaciones en la base y en racimos jovenes. A medida que crecen, van uniendo folíolos mediante hilos de seda, para formar nidos, donde se protegen durante el día. Control. Existe la alternativa de control biológico, mediante el uso de aspersiones con la bacteria Bacillus thuringiensis var. Kurstaki. Gusano perforador del tallo (Castnia guyanensis Cramer) Daño. Las larvas taladran el tronco y los racimos, reduciendo la producción y causando la muerte de las plantas Otros artrópodos y hongos asociados En el estado Falcón se puede encontrar el exudado del tallo, aumentado por la incidencia de un insecto muy pequeño del grupo de los Scolítidos, específicamente Xyleborus ferrugineus, el cual causa innumerables perforaciones pequeñas, propiciando una mayor incidencia del hongo Ceratocystis spp. Existen medios tradicionales de combate químico (endosulfán) y métodos por investigar en Venezuela, como es el uso de sustancias atrayentes para la captura de adultos. En condiciones de sequía severa, se presenta debilitamiento de hojas, produciendo quebrado de pecíolos; en este momento se facilita la penetración del hongo Botryodiplodia palmarun, que avanza hasta la base de la hoja, produciendo una mancha negra, que si llega al centro del crecimiento de la planta causa su muerte. Durante el ciclo del cultivo también se pueden observar daños en frutos, causados por ardillas, roedores, presencia de comejenes, entre otros. Estos últimos, generalmente aparecen en plantas adultas y aparentemente no debilitan la planta como se pudiera esperar ante la incidencia observada; más bien ayudan a descomponer el material vegetal seco. Sin embargo, hay que estar atentos donde se observe deterioro de las plantas. |
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