FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 62 Abril-Junio 1999 | ||||
FONAIAP DIVULGA No. 62 Abril-Junio 1999 |
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Investigadora. FONAIAP. Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado |
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Gran parte de su producción tiene un destino agroindustrial, siendo el maíz blanco la materia prima para componentes importantes en la dieta alimenticia del venezolano, como la harina precocida y el aceite de maíz. El maíz amarillo se utiliza fundamentalmente como materia prima para la industria de alimentos balanceados. Esta actividad representa una de las más importantes fuentes de empleo y genera un movimiento económico de 60 millones de dólares en el estado, que atrae a una gran cantidad de empresas nacionales e internacionales vinculadas al comercio de insumos, equipos y servicios, lo que genera un valor agregado adicional en términos de empleo y movimiento económico. También el cultivo del maíz ha contribuido a consolidar los sistemas de producción ganaderos tradicionales de la región, en virtud del incremento de la superficie deforestada, infraestructura y equipo agrícola. Aun cuando el cultivo se distribuye en todo el estado, la mayor concentración de la superficie se encuentra en la zona oriental, conformada por los municipios Infante, Ribas, Zaraza, El Socorro, Las Mercedes, Monagas, Guaribe y Santa María de Ipire, en los que hay una importante superficie en manos de pequeños y medianos productores, quienes han tenido al cultivo maíz como un rubro fundamental de sus sistemas de producción. Sin embargo, es importante señalar que en el estrato de grandes productores se han venido introduciendo cambios en los esquemas básicos de producción de este cultivo, con lo cual la tecnología de punta poco a poco ha ganando terreno y con ello la revalorización de esta actividad agrícola. Es un reto para los organismos de investigación y para las universidades, contribuir a mejorar la adopción de tecnologías y la rentabilidad de los estratos de medianos y pequeños productores. Evolución de la superficie de siembra y producción de maíz La superficie dedicada al cultivo del maíz en el estado Guárico ha sufrido variaciones desde los años 70 hasta la fecha actual, al igual que la producción de granos y el rendimiento por unidad de área (Figura 1). Desde 1973 y hasta 1978, la superficie de siembra inicia un crecimiento sostenido que se puede apreciar al observar el incremento ocurrido en superficie de siembra desde 36.000 ha hasta 105.214 ha, dándose un salto cualitativo en este período. En la década de los 80 se dio un gran impulso a la siembra de maíz en el estado, viéndose superada la barrera de 150.000 ha durante los años 1986, 1987 y 1988, con una siembra récord de 173.310 ha para 1987. Esto se debió básicamente al conjunto de políticas de carácter expansionista, que configuraron el llamado milagro agrícola, caracterizado por subsidios a los fertilizantes, facilidades de crédito e intervención del Estado en la comercialización. Durante este mismo período el incremento de la superficie y el rendimiento en grano de los materiales utilizados se conjugaron para dar un salto cuantitativo en la producción de este cereal, con lo que el estado superó la meta de 350.000 t de grano y su contribución a la producción nacional fue de gran consideración. La cifra récord de producción se obtuvo en el año 1987, alcanzándose en esta oportunidad 376.620 t de grano. En este aspecto contribuyó también la utilización de nuevos cultivares de maíz que permitieron la elevación del nivel de rendimiento promedio por encima de 2.000 kg/ha a partir de mediados de los 80 (Figura 2). Después de la caída de la producción en los años de turbulencia política en 1992 y 1993, se inicia una recuperación de la producción. Según las estadísticas del Ministerio de Agricultura y Cría, para 1994, en el estado Guárico fueron cosechadas 138.346 ha, con una producción de 311.128 t, contribuyendo con 27,3% a la producción nacional y destinando 37,9% de su superficie cosechada a este cereal. El rendimiento promedio en el estado se incrementó a 2.249 kg/ha durante dicho período. Cabe mencionar también, que durante 1994 la producción de maíz amarillo se vio favorecida por la intervención de la agroindustria, a través del financiamiento y la asistencia técnica privada, apreciándose un nuevo repunte de la producción de este cereal, pasando de 82.911 ha cosechadas en 1993 a 138.346 ha cosechadas en 1994. Para el siguiente año, la superficie cosechada de maíz se incrementó en 4,21% y la producción de grano en 38%, aumentando el rendimiento por unidad de área a 2.427 kg/ha. Para el año 1996, el estado Guárico se consolida como el segundo productor nacional de este cereal, con una producción superior a 250.000 t, siendo superado sólo por el estado Portuguesa (Figura 3). Este incremento en la producción se vio apuntalado por el ajuste en el precio, el cual tuvo un aumento importante en 1996, compensando el aumento en los costos por la fuerte depreciación del bolívar en la década de los 90 (Figura 4). El incremento en superficie se mantuvo hasta 1997, aun cuando el rendimiento y la producción se redujeron por el efecto detrimental de la sequía generada por el fenómeno de El Niño. Según estimaciones de Remavenca y de las empresas de insumos agrícolas, para 1998 se espera una superficie sembrada entre 80.000 y 90.000 ha, lo que representa una fuerte reducción respecto a 1997 y ha sido motivada principalmente por la reducción en el finan-ciamiento y los graves problemas de comercialización de la cosecha de 1997, aunado a la elevación de los costos de producción y a una baja en el precio base de recepción del grano. Mejoramiento tecnológico y de la competitividad del rubro A pesar de que en casi todo el estado hay siembras de maíz en sistemas de producción de pequeños productores, la mayor superficie con destino agroindustrial se ha establecido principalmente en los municipios Infante, Zaraza, Ribas, Ortiz y Miranda, seguidos de El Socorro, Monagas, Mellado y Chaguaramas, ubicados en el eje norte del estado (Cuadro 1), cuyas características de paisaje clasifican a esta área como zona de colinas con suelos de fertilidad moderada y mejor retención de humedad, que en los suelos de la zona sur del estado, donde la producción de maíz se reduce considerablemente, por cuanto las condiciones agroecológicas y de infraestructura no favorecen su producción rentable. En la llamada zona de colinas existe una superficie deforestada y mecanizada de aproximadamente 300.000 ha, si consideramos la superficie máxima de sorgo y maíz, que se llegó a sembrar a finales de los 80, sin tomar en cuenta las nuevas áreas que se han deforestado en los últimos años. Gran parte de esa superficie deforestada y mecanizada ha pasado a ser utilizada con pasturas naturales e introducidas y existe la tendencia a establecer pastos en forma asociada con el maíz en una importante superficie de las unidades de producción, con el fin de aumentar la disponibilidad forrajera para el ganado, sin depender exclusivamente de los residuos de cosecha para la alimentación de los rebaños ganaderos en el verano, lo que ha significado un cambio importante en las áreas con menor potencial para el maíz. La presencia de una gran cantidad de productores descapitalizados y la escasa voluntad de la banca para dar un financiamiento viable y oportuno a los productores, junto al gran deterioro de la mayor parte de la maquinaria agrícola e infraestructura, ha provocado que sea muy poca la superficie que se maneja bajo las recomendaciones agronómicas pertinentes (época de siembra, cultivar, fertilización, manejo conservacionista, manejo integrado de plagas), las cuales se basan en una oferta tecnológica ya probada y validada. Todos estos factores inciden en el bajo rendimiento promedio (2.427 kg/ha), a pesar que existen productores progresistas que ya han conseguido promedios superiores a 5.000 kg/ha en lotes comerciales. Este logro permite indicar que con un financiamiento oportuno, una adecuada asistencia técnica y el uso de equipos apropiados, se puede incrementar en gran medida la producción de maíz, generalizando las ofertas tecnológicas ya validadas, en aquellas áreas de mayor potencialidad agroecológica y de menor riesgo climático. Los mejores rendimientos han sido observados en zonas con menor erraticidad climática y con suelos de mejor fertilidad en la cuenca del Unare, principalmente en el triángulo El Socorro-Tucupido-Zaraza; en el área sur de Valle de La Pascua (La Unión-La Clemencia-Apamate-Cañaveral) y en el eje Memo-Libertad de Orituco. La zonificación incipiente que comienza a observarse en la producción de maíz requiere de soporte tecnológico, por lo que es preciso una mayor intensidad en las acciones de investigación y desarrollo, para apuntalar el aumento de la productividad en los sectores con mayor potencial. El logro de rendimientos sostenibles por encima de 4.000 kg/ha en las zonas de mayor potencial para el rubro, puede amortiguar el paso a las nuevas condiciones de mercado, definidas por el proceso de apertura económica, pero se requiere establecer mayor vínculo entre el sistema de investigación y la asistencia técnica por una parte, y el sector productivo por otra, con el fin de contribuir a mejorar la competitividad del rubro. En esta búsqueda, este artículo forma parte de una serie desarrollada con el objetivo de sistematizar la oferta tecnológica actual y potencial para la producción de maíz en la zona oriental del estado Guárico. |
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