FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 62 Abril-Junio 1999 | |||
FONAIAP DIVULGA No. 62 Abril-Junio 1999 |
|||
* Investigadora. FONAIAP. Centro de Investigaciones
Agropecuarias del |
|||
A medida que el hombre domina y modifica su medio ambiente para producir alimentos, fibras y otros productos esenciales para la civilización, interfiere con los procesos de la naturaleza, causando la destrucción de gran parte de la fauna nativa y rompiendo con la compleja relación que ha existido a través de los tiempos entre varias especies de plantas y animales (Eadie y Kverno, 1980). Estas alteraciones crean un ambiente favorable para algunas especies, lo que provoca un crecimiento acelerado de sus poblaciones. Entre los mamíferos que se benefician de este cambio en el ambiente se encuentran los roedores, los que constituyen el grupo más numeroso y variado dentro de la clase mamíferos, con 37 especies diferentes, de las cuales 11 se encuentran en Venezuela (Fernández et al., 1988). Los roedores destruyen los productos agrícolas que el hombre destina para su propio uso y además son vectores de algunas enfermedades. En Venezuela, los roedores que causan daños en los cultivos (arroz, caña de azúcar, palma africana, piña, melón, tomate, fresas, entre otros) son de origen silvestre y pertenecen a la familia Cricetidae. Estas especies están asociadas a superficies donde existe suficiente alimento y cobertura, proliferando rápidamente, debido a su alta tasa de reproducción (Agüero y Poleo, 1986). La especie de rata más abundante en cultivos de arroz de los estados Portuguesa y Guárico, es la arrocera (Holochilus venezuelae). En el presente trabajo se hace una revisión sobre su biología, a partir de las investigaciones realizadas en Venezuela y en algunos países de Latinoamérica. Identificación La rata arrocera, Holochilus brasiliensis (= Holochilus venezuelae Allen, 1904; Aguilera y Barros, 1979), es conocida también como rata de patas palmeadas, rata colorada, rata de agua y rata de pantano. Es la especie común de los arrozales en los estados Portuguesa y Guárico. No es un animal agresivo, su cuerpo es de color marrón claro a oscuro y en algunos ejemplares la coloración es pardo rojiza, muy brillante ante los rayos del sol. La región del vientre es de color blanco grisáceo, la cola es de color marrón claro a oscuro y no presenta pelos. Las patas traseras miden entre 28 y 39 mm y presentan una membrana entre los dedos, que le permite adaptarse al medio acuático. Las orejas son peludas en su borde y lado interno (Fernández et al.,1988; Agüero y Poleo, 1986, 1992 y Valencia, 1992). Valencia (1992) señaló que la longitud corporal está entre 130 y 220 mm; la cola entre 130 y 230 mm. El peso promedio está cerca de 160 gramos. Agüero (1981) reportó la morfometría para hembras y machos adultos, capturados en fincas y parcelas arroceras del estado Portuguesa. Los machos tienen una longitud total de 306,2 mm, largo de la cola 91,8 mm, largo de la pata trasera 40,8 mm, largo de la oreja 17,6 mm y un peso de 154,7 g. Las hembras, una longitud total de 309,7 mm, largo de la cola 145,4 mm, largo de la pata trasera 40,0 mm, largo de la oreja 17,8 mm y un peso de 176,8 gramos. Agüero y Poleo (1992) reportaron las medidas corporales promedios para machos y hembras adultas de H. venezuelae, colectadas en parcelas de arroz del Sistema de Riego Río Guárico, Calabozo, entre 1987 y 1990. Los machos presentan una longitud total de 302,8 mm, largo de la cola 141,5 mm, largo de la pata trasera 39,4 mm, largo de la oreja 14,9 con un peso de 143,5 g. Las hembras, una longitud total de 288,1 mm, largo de la cola 133,4 mm, largo de la pata trasera 36,9 mm, largo de la oreja 14,5 mm y un peso de 123,3 gramos. Distribución Según Twigg (1965) y Massoia (1974), la distribución geográfica de las especies y subespecies del género Holochilus se encuentra comprendida en el cinturón tropical de América, que se extiende desde el sur de los Estados Unidos de Norteamérica hasta la Patagonia, en alturas de hasta 2.000 msnm. Aunque no han sido reportados en todos los países, existe la posibilidad de que aparezcan en cualquier zona tropical (Valencia, 1992). Twigg (1962 y 1965) señala para la Guyana Inglesa la especie H. sciurus berbicensis, en sabanas y alrededor de cultivos de arroz, caña de azúcar, coco y banano. Massoia (1971 y 1974) registró para Argentina, la presencia de Holochilus en cultivos de arroz, bananos, salicáceas, mandioca, caña de azúcar y varios hortícolas como zapallos y sandías, y Polanco (1991) reportó la presencia de H. brasiliensis y H. amazonicus en Santa Cruz, Bolivia. Valencia (1988) determina la presencia de H. brasiliensis en los departamentos de Tolima, Cesar, Sucre y las zonas arroceras de los llanos orientales de Colombia. En Venezuela, Agüero (1986) reportó la presencia de H. venezuelae en cultivos de arroz en los estados Portuguesa, Guárico y Barinas.y en cultivos de caña de azúcar del estado Portuguesa (Agüero et al., 1985). Hábitat Son de hábitos semiacuáticos y buscan zonas lacustres y húmedas para vivir (Valencia, 1992). De acuerdo con sus hábitos y costumbres, la rata de agua ha encontrado en sembradíos de arroz, caña de azúcar y pasto alemán, con todas las condiciones favorables para su reproducción (Valencia, 1988). Movilidad y actividad En la rata arrocera los desplazamientos ocurren durante las primeras horas de la mañana, antes de que aclare el día y en las primeras horas de la noche (Agüero y Poleo, 1986). El macho recorre distancias mucho mayores que la hembra, especialmente cuando éstas se encuentran en período de gestación o al cuidado de las crías (Cartaya y Aguilera, 1984). Utilizan los nidos para descansar, y cuando las poblaciones son altas se observan ratas activas en horas del día (Agüero y Poleo, 1986; Valencia, 1982). Hábitos alimentarios La rata arrocera (H. venezuelae) es fundamentalmente herbívora. Cabrera y Agüero (1984) en el estado Portuguesa determinaron que aproximadamente 60% del contenido estomacal estaba constituido por tallos de la planta de arroz, además de algunas malezas como paja americana (Echinochloa colonum) y paja de burro (Leptochloa scabra). Martino y Aguilera (1993) en plantaciones de arroz cerca de la ciudad de Acarigua, estado Portuguesa, encontraron que H. venezuelae consumió principalmente gramíneas, seguido de cyperáceas, dicotiledóneas e invertebrados, éstos últimos constituyeron solamente 5,8% de su dieta. El arroz (Oryza sativa) fue la gramínea consumida principalmente, seguido por L. scabra, E. colonum y Chloris radiata. Es importante señalar que de todas las especies de plantas consumidas, el tallo fue la porción preferida. Reproducción y comportamiento Las ratas arroceras construyen nidos con hojas y restos de tallos entrelazadas, a 30 cm por encima de la lámina de agua en arroz (Agüero, 1981) y a 160 cm en caña de azúcar (Agüero et al., 1985). El nido conforma una esfera muy bien tejida que impide la entrada de agua en su interior y es utilizado por las hembras durante el período de reproducción (Agüero y Poleo, 1986; Valencia, 1982) La especie tiene una reproducción continua durante todo el año y tiene relación directa con el peso. Cuando 50% de los machos y hembras resultaron fértiles, el peso fue de 50 y 86, respectivamente (Agüero, 1978). El período de gestación dura de 25 a 28 días. Agüero (1978), en el estado Portuguesa señaló un promedio de 6,2 embriones por hembra preñada (min = 4, máx = 10; N = 314), además no encontró hembras preñadas menores de 60,4 g. Mientras que Cartaya (1983) reportó para el mismo estado, valores de 7,4 embriones en 30 hembras capturadas. Poleo (1989) encontró un promedio de seis embriones por hembra preñada, en ejemplares capturados en los sectores: carretera nacional y carretera B del Sistema de Riego Río Guárico, Calabozo, estado Guárico. Con respecto a las crías, Cartaya (1983) reporta de 5,54 a 0,46 crías por nido (N = 13) y Valencia (1992) señaló que el número normal de crías por camadas está entre cuatro y ocho, pero en las épocas pico de reproducción el número puede subir hasta diez crías. Las crías abren los ojos después de ocho días de nacidas y alcanzan la madurez sexual a los dos meses y medio aproximadamente; en condiciones de "ratadas" es frecuente encontrar hembras preñadas y lactando una camada de ratones (Agüero y Poleo, 1986). Dinámica poblacional Los roedores proliferan rápidamente, debido a su alta tasa reproductiva y tienden a incrementar sus poblaciones abruptamente y de una manera cíclica e inusitada. Las irrupciones poblacionales de pequeños roedores en cultivos se conocen con el nombre de "ratadas" y han sido mencionadas en el Antiguo Testamento. A veces se describe una secuencia cíclica de la plaga, comenzando con un incremento poblacional, alta multiplicación, destrucción de cosechas, pastos y cortezas de árboles, para luego declinar y terminar en escasez de roedores. En Venezuela, en las áreas arroceras, las poblaciones de roedores han aumentado notablemente en los años 1971, 1976-1977, 1980-1981, 1986-1987 (Aguilera, 1985; Poleo,1987). Algunos autores mencionan que el incremento de la población de roedores es consecuencia de una concentración grande de recursos, como: alimento, protección y sitios adecuados para la reproducción (Hershkovitz, 1962). En relación con esto, la implantación y explotación intensiva y a gran escala de un monocultivo favorecen las condiciones enunciadas antes, ya que no hay oportunidad de cortar el ciclo reproductivo de la plaga en relación con el cultivo (Agüero y Poleo, 1992). Valencia (1992) menciona que existe una correlación entre el incremento de la población de algunas especies de roedores y la floración y fructificación de varias especies de bambú, éstas posiblemente les proveen de sustento y de material alimenticio, como fuente de proteínas. Identificación del daño en arroz El daño más frecuente lo produce el animal al roer el tallo, dejando cortes en forma de bisel. Esto se evidencia por los tallos roídos y la biomasa caída. Además de la utilización de las hojas y tallos para la fabricación de nidos dentro del cultivo (Agüero, 1991). Cuando la plantación es atacada en los primeros momentos de su desarrollo, las áreas afectadas se macollan más tarde que las demás, resultando una maduración dispareja, con la consiguiente pérdida en la producción de arroz. Existen tres tipos de daño en las macollas: laceración o seccionamiento parcial, seccionamiento completo y macollas quebradas o dobladas (Valencia, 1992). Estatus legal La rata arrocera (H. venezuelae) es la única especie que ha sido reconocida como una verdadera plaga del arroz, debido a que se ha evidenciado, a partir de la década de los 70, la destrucción sistemática de las cosechas y su efecto ha aumentado a medida que se han desarrollado los agrosistemas (Aguilera, 1985).
|
|||
|