FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 62 Abril-Junio 1999 |
FONAIAP DIVULGA No. 62 Abril-Junio 1999 |
Víctor Marchán
del Estado Lara. Barquisimeto. |
En Venezuela, el sistema de producción ganadera de doble propósito genera 85% de la producción total de leche. Es un sistema que se caracteriza por su sencillez y estabilidad, asegurando ingresos diarios al productor. Estos elementos son determinantes en el desarrollo de cualquier sistema de producción. Este sistema se fundamenta, principalmente, en la obtención de animales adaptados al ambiente tropical, donde la alimentación se basa principalmente en el pastoreo, con amamantamiento directo del becerro. La falta de infraestructuras y políticas de soporte por parte del Estado y una inadecuada organización en el proceso productivo, han generado innumerables situaciones problemáticas en este sector. La producción y la productividad es uno de los problemas fundamentales que enfrenta el país, como consecuencia de la escasa información gerencial y la casi inexistencia de criterios administrativos en todas las manifestaciones de la vida nacional. Con el principio de administración y manejo aplicados a la actividad pecuaria, los índices técnicos y económicos pueden ser usados para la toma de decisiones, disminuyendo de esta manera el riesgo que presume el inicio de una actividad. Varios años de seguimiento tecnoeconómico de fincas en la zona de Las Yaguas, han permitido plantear los objetivos del presente trabajo: conocer la trayectoria histórica del productor y su incidencia en el proceso productivo, determinar la agrupación de las unidades de producción a través de resultados tecnoeconómicos, y medir el impacto tecnológico en las unidades de producción. Con estos objetivos en mente, fueron seleccionadas dos fincas tipificadas como Clase III, de doble propósito, poco tecnificadas, con bajo tamaño del rebaño y de la carga animal, que poco utilizan crédito agrícola, con mano de obra familiar abundante y producción de leche relativamente baja (Bonnal et al., 1990). Para ello, las herramientas metodológicas utilizadas en obtener la información necesaria fue la evaluación tecnoeconómica, a través de la elaboración de encuestas, inventarios y el seguimiento tecnoeconómico del proyecto: Evaluación y mejoramiento de los sistemas de producción de ganadería de doble propósito del área de Carora, conducido por el Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias, a través del Centro de Investigaciones Agropecuarias del Estado Lara. Todo este conjunto de datos permitió elaborar un referencial de la trayectoria histórica de cada productor y evaluar el desarrollo tecnoeconómico de cada finca, durante cinco años de estudio. La encuesta estructurada para conocer la trayectoria histórica de cada productor contenía 21 variables, en las que se resumen sus orígenes hasta la consolidación como productor y se determinó el nivel de organización de la finca, tanto en sus aspectos estructurales como funcionales de todos los subsistema presentes. Para el análisis final se utilizó el perfil de fincas, lo que permitió visualizar el comportamiento de los índices técnicos en los diferentes años de estudio y el esquema tecnoeconómico, donde se observó la incidencia económica en todos los aspectos del proceso productivo, hasta llegar a la disponibilidad familiar, lo que será comparado con el salario mínimo de la zona extra urbana, para utilizarlo como indicativo del poder adquisitivo de los productores. A través del análisis de la trayectoria histórica se observó que ambos productores tenían un desarrollo muy semejante en la zona, diferenciándose en las edades (46 y 63 años) y estados de origen (Falcón y Lara); para la finca 1 (Genaro Medina) y en la finca 2 (Ramón Crespo), respectivamente; en el aspecto social y cultural se desenvuelven de la misma manera. Es importante señalar que en ambas fincas no se tomaban registros, había ausencia de plan sanitario, uso inadecuado del recurso pastizal, existencia de problemas reproductivos, y basados en otros elementos, en el año 1990 se inició la intervención del FONAIAP. El manejo del rebaño es muy similar en los aspectos sanitarios, alimentación, crianza de becerros, levante, vacas secas, vacas en producción, mano de obra netamente familiar, carga animal y fenotipo racial, existiendo diferencias a nivel de gerencia, donde en la finca 1 el productor dirige y participa directamente en todos los procesos y supervisando éstos de manera regular. El perfil de finca muestra que ambas mantienen constante la superficie desde el inicio del proyecto, en 75 y 130 ha para la finca 1 y 2, respectivamente. La producción de carne en ambas fincas, en un rango de 35,4 a 42,9 kg/ha para la finca 1 y 2,9 a 32,3 kg/ha para la finca 2, siendo esta variación mayor entre fincas, reflejo de la estrategia del productor de sacar animales machos del potrero alquilados para el levante. La producción de leche por hectárea se incrementó en ambas unidades paulatinamente, de 602,6 a 814,4 l/ha para la finca 1 y de 449,3 a 506 l/ha para la finca 2, encontrándose fluctuaciones orignadas por la baja precipitación de la zona. La producción de leche por vaca se incrementó en las dos fincas, de 1.684 a 2.539 l/vaca en la finca 1, y 1.758 a 2.381 l/vaca en la finca 2, producto de un mejor uso del recurso pastizal, mejoras en la suplementación y selección de animales, logrando pasar de un ordeño a los ordeños por día. La producción autónoma que no depende del alimento concentrado, refleja que en ambas fincas la alimentación está basada en gramíneas, 93,3 y 94,4% para la finca 1 y 2, respectivamente. El porcentaje de vacas en producción se estabilizó en 78 y 77%, luego de las mejoras establecidas en el manejo general del rebaño, ya que en los primeros años se presentó una marcada variación. La carga animal para la finca 1 se redujo de 0,8 a 0,6 UA/ha, mejorando de esta manera el uso del forraje, obteniendo incrementos considerables en los niveles productivos. En la finca 2, la carga descendió de 0,7 a 0,3 UA/ha, originado por una presión de selección muy fuerte y el rebaño seco, más novillas pastoreaban en otra finca de un hijo del productor. El esquema tecnoeconómico permite visualizar los niveles de producción y la incidencia de los costos de los insumos en el proceso productivo, hasta llegar a la disponibilidad familiar (DF). Observamos que la DF se presenta de manera creciente para ambas unidades en el orden de 71.388,00 a 152.672,27 Bs. por mes para la finca 1, y para la finca 2 de 33.819,81 a 183.921,25 Bs. por mes. Es posible concluir que la incidencia de los productores en el proceso ha sido satisfactoria, ya que a pesar de las limitantes agroecológicas, económicas y sociales, han podido reproducir el sistema con recursos propios y técnicas sencillas. Los resultados indican que la participación activa de los productores en el proceso productivo facilita la adopción del referencial técnico generado. La estructura del proceso sobre la base de las instalaciones, grado de inversión y mejoras del esquema tecnológico, han convertido a estas fincas en unidades exitosas. Los resultados técnicos y económicos permiten avalar que el desenvolvimiento de estas unidades en el tiempo, ha sido exitoso, pues las mismas arrojan respuestas satisfactorias, reflejándose éstos en la disponibilidad familiar. La metodología utilizada permite conocer con exactitud el proceso productivo, determinar sus límites, analizar las posibles soluciones y mejorar la capacidad gerencial del productor. Bibliografía
Bonnal, P.; Juvenal C. 1990. Tipología estructural de fincas ganaderas de doble |
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