FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 67: 46-47 Junio-Septiembre 2000

  FONAIAP   DIVULGA  No.  67:46-47                                                                                             junio-septiembre 2.000   


La enfermedad de Newcastle 

Carmen R. de Hoguera*; Morela de Rolo*; Dilia Infante*; Antonio León*; Antonio Herrera H**

 *Investigadores; **Técnico Asociado a la Investigación. 
Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas. 
Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias. 
Instituto de Investigaciones Veterinarias. 
Apdo. 70. Maracay; Estado Aragua. Venezuela.


La enfermedad de Newcastle (EN) es una afección infecto-contagiosa propia de las aves, identificada por primera vez en 1926 en Java (Indonesia) y en Newcastle (Inglaterra). En Venezuela, la enfermedad fue reconocida por primera vez en 1950 (Divo, 1950). Es causada por un virus de la familia: Paramyxoviridae, subfamilia: paramyxovirinae, del género: Rubulavirus. La EN es una de las patologías más temidas por los productores avícolas, debido a la alta morbiletalidad que ocasiona, generando, en consecuencia, cuantiosas pérdidas económícas y menor disponibilidad de una de las proteínas de origen animal con alto valor nutritivo y de fácil adquisición. La enfermedad es capaz de afectar a pollos, pavos, aves silvestres en cautiverio y, ocasionalmente, a los humanos. Beard y Hanson (1984) han descrito cinco formas o patotipos de la enfermedad, de acuerdo con los signos clínicos que se presentan en aves susceptibles: 

1. La forma Doyle's, denominada velogénica viscerotrópica (VV), se presenta como un cuadro agudo, afectando a aves de todas las edades y con frecuencia se observan lesiones hemorrágicas en el tracto digestivo. 
2. La forma Beach, denominada velogénica neurotrópica (VN), afecta a aves de todas las edades. Se observan signos respiratorios y neurolágicos. 
3. La forma Beaudette, causada por cepas mesogénicas, parece ser la forma menos patogénica de la enfermedad. La mortalidad se observa sólo en aves jóvenes. 
4. La forma Hitchner, en la cual se presenta un cuadro respiratorio moderado o inaparente, es causada por cepas lentogénicas usadas como vacunas. 
5. La forma entérica-asintomática, provocada por cepas lentogénicas que no causan signos clínicos o patología. El virus sólo está presente en las heces o en el intestino. Las cepas W y VN son consideraras de alta virulencia, las mesogénicas de moderada virulencia y las lentogénicas avirulentas (Seal et al. , 1996). 

Período de incubación 
En exposición natural, el período de incubación varía de dos a 15 días, con un promedio de cinco a seis días; la aparición de los signos depende de algunos factores como estado inmune, edad y ruta de exposición, entre otros. 

Transmisión y diseminación 
Las aves infectadas juegan un papel importante en la transmisión de la EN, ya que las partículas virales presentes en las excreciones contaminadas pueden ser inhaladas por aves susceptibles, constituyendo ésta la principal ruta de infección. En cuanto a la transmisión de progenitores a la progenie vía embrión, parece poco probable. En la diseminación de la infección están involucrados varios factores; entre ellos la movilización de aves, el traslado de equipos de granjas contaminadas a granjas limpias, alimentos y aguas contaminadas, siendo el hombre y los equipos el mayor potencial de diseminación. 

Patogenicidad 
Está relacionada con la especie afectada, cepas altamente patógenas para pollos pueden infectar a patos y gansos, causando signos leves de la enfermedad o ninguna manifestación clínica. En las aves jóvenes la enfermedad generalmente se presenta en forma aguda con muerte súbita, mientras que en las aves adultas puede ser más prolongada y sin signos clínicos. Las rutas naturales de infección están relacionadas con los tipos de manifestaciones clínicas. La entrada del virus por las rutas: oral, nasal u ocular incrementan los signos respiratorios, a diferencia de las rutas intravenosas, intramuscular e intracerebral que acentúan las manifestaciones neurológicas (Alexander, 1997). 

Figura 1. Aves con plumaserizadas, tristeza y muerte causada por el virus Newcastle.

Otro aspecto relacionado con la patogenicidad (Seal y col. , 1998) es la presencia de un aminoácido dibásico presente en la secuencia de aminoácidos, el cual se encuentra en las cepas mesogénicas y velogénicas, interviniendo en la diseminación sistemática de las velogénicas; en cambio en las cepas lentogénicas la ausencia de este aminoácido limita la replicación del virus a la superficie de las mucosas. Otros factores como la dosis infectante y las condiciones ambientales también intervienen en la evolución de la enfermedad. 

Signos clínico
La severidad de estos signos está relacionada con el tipo de cepa actuante, especie afectada, dosis, edad, estado inmune, ruta de exposición y condiciones ambientales. En los casos agudos se presenta la mortalidad sin otras manifestaciones clínicas. Cuando la enfermedad es causada por cepas W se observa disnea, tristeza, debilidad, postración y muerte, la cual puede alcanzar 100% (Figura 1). Aquellas aves que no mueren en la fase aguda pueden presentar diarrea verdosa, torticolis, temblores musculares, parálisis de alas y de patas. 

En la forma VN se presentan trastornos respiratorios severos, seguidos por signos neurológicos, caída de la producción de huevos y generalmente ausencia de cuadros gastrointestinales; la morbilidad puede alcanzar 100%, con una mortalidad en aves jóvenes de hasta 90% y en adultos 50%. 

En brotes de campo causados por cepas mesogénicas, se pueden producir cuadros respiratorios, caída de la producción de huevos y puede durar varias semanas, con una mortalidad generalmente baja, excepto en aves susceptibles muy jóvenes. Los virus lentogénicos, usualmente, no causan enfermedad en las aves adultas; sin embargo, en pollos jóvenes pueden causar cuadros respiratorios con mortalidad cuando están presentes otros patógenos. 

Lesiones macroscópicas 
No existen lesiones patognomónicas asociadas con ninguna de las formas de la enfermedad. La presencia y severidad de las lesiones están relacionadas con los diferentes factores de patogenicidad ya descritos. Cuando el sistema respiratorio está afectado se observan lesiones hemorrágicas y congestión de la tráquea, en algunos casos acompañados de aerosaculitis con exudado catarral. En aves de postura se observan óvulos flácidos y degenerados, hemorragias y palidez de otros órganos reproductores, así como yemas de huevos en la cavidad abdominal. La presencia de lesiones hemorrágicas en el tracto gastrointestinal, es un criterio que se ha empleado para diferenciar las cepas velogénicas viscerotrópicas de las neurotrópicas y estas lesiones (Figura 2) son frecuentes en proventrículo, ciego, cloaca, tonsilas cecales, tracto intestinal y necrosis en la pared intestinal. 

Figura 2. Hemorragias en proventrículo y cloaca causadas por cepas velogénicas viscerotrópícas de virus Newcastle.

Diagnóstico 
En vista de que ninguna de las manifestaciones clínicas ni las lesiones macroscópicas son patognomónicas de la enfermedad, es imprescindible el aislamiento e identificación del agente viral para establecer un diagnóstico definitivo, ya que la presencia de anticuerpos específicos tiene un valor diagnóstico limitado, si la serología se realiza antes de que ocurra una respuesta inmune adecuada, los niveles de anticuerpos pueden ser bajos, siendo necesario también tomar en cuenta que cuando se aplican varias vacunas, incluyendo vacunas oleosas, los títulos de anticuerpos pueden ser elevados, lo que puede ser interpretado como resultado de una exposición de campo. 

Con la finalidad de lograr la uniformidad de estándares entre los países miembros de la Oficina Internacional de Epizootias (OlE), se aprobó en mayo de 1999 que para establecer un diagnóstico de la enfermedad de Newcastle, es necesario que la cepa aislada reúna uno de los siguientes criterios de virulencia:

1. Un índice de patogenicidad intracerebral (IPIC) en pollos susceptibles, de un día de edad y que sea > 0,7.

2. La presencia de por lo menos tres residuos de arginina o lisina entre los residuos 113-116, en la secuencia de aminoácidos del virus (King, 1999).

Bibliografía

Alexander, O. J. 1997. Newcastle diseases and otheravian Paramyxoviridae infections. Diseases of Poultry. 10 ed. Edited by B.W. Calnek with H. J. Barnes; C.W. Beard; L. R. Mc Dougald; Y. M. Saif. p. 541-569.

Beard, C. W. and R. P. Hanson. 1984. Newcastle diseases. Oiseases of poultry, 8 ed. Edited by M. S. Hofstad; H. J. Barnes; B. W. Calnek; W. R. Reid; H. W. Yoder Jr. p.452-470.

Divo, A. 1950. La enfermedad de Newcastle (neumoencefalitis) en Venezuela. Boletín del Instituto de Investigaciones Veterinarias. Volumen 3; 547-575.

King, D. 1999. Enfermedad de Newcastle. XVI Congreso Latinoamericano de Avicultura. Memorias, Lima, Perú. 1999. p. 56-63.

Seal, B. S.; D. J. King; J. D. Bennett. 1996. Characterization of Newcastle díseases virus vaccine by biological properties and sequence analysis of the hemagglutinin-neuraminidase protein gene. JVAC. 339; 5003-2511.

Seal, B. S.; D. J. King; D. P. Locke; D. A. Senne and M. W. Jackwood. 1998. Phylogenetic relationships among highly virulent Newcastle diseases virus isolates obtained from exotic birds and poultry from 1989 to 1996. Journal of Clinical Microbiology. Vol. 36, N° 4. p. 1141-1145.