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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 67 junio-septiembre 2000 |
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FONAIAP DIVULGA No. 67:12-15 junio-septiembre 2000 |
Margaret Gutiérrez M.; Delis Pérez S. Investigadoras. Instituto
Nacional de Investigaciones Agrícolas. |
Los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura (RFAA) constituyen la base biológica de la seguridad alimentaria y contribuyen al sustento de la población mundial directa o indirectamente. Estos recursos están formados por la diversidad del material genético contenido en las variedades tradicionales y en los cultivares modernos, así como en las plantas silvestres emparentadas con las cultivadas y otras especies silvestres. Las variedades tradicionales conocidas como variedades o razas locales son conservadas por los agricultores que practican la agricultura tradicional y han sido seleccionadas a lo largo de muchas generaciones. Las especies emparentadas que se encuentran en la flora silvestre se conocen como parientes silvestres de los cultivos. Estas razas y sus parientes silvestres representan la fuente de mayor diversidad genética agrícola. Los recursos fitogenéticos son la materia prima más importante de los fitomejoradores, en la obtención de nuevas variedades e híbridos y el aporte imprescindible para los agricultores. Por consiguiente, son fundamentales para la producción agrícola sostenible. La diversidad genética permite a los cultivos adaptarse a los diferentes ambientes ya distintos sistemas de producción. La capacidad de un material genético para resistir sequía, inundación, déficit de nutrimentos, cambios ambientales, ataque de plagas y enfermedades, así como para aumentar los rendimientos y la calidad del producto, está determinada en la información contenida en sus genes. La diversidad de las plantas en el mundo no está distribuida uniformemente, sino que se encuentra concentrada en ciertas áreas, las cuales fueron denominadas por Vavilov (1926) como centros de origen. Las zonas más ricas en diversidad vegetal se encuentran en las regiones tropicales. A Venezuela se le considera uno de los países de mayor diversidad del mundo, reconociéndose la importancia que tiene nuestro territorio, al igual que en otros países de América Tropical, en cuanto a la biodiversidad vegetal presente que se manifiesta en la riqueza de nuestros ecosistemas. El sur del río Orinoco y el Amazonas está representado predominantemente por selvas y el remanente, por una variedad de ecosistemas herbáceos y arbustivos, que le confieren alto grado de biodiversidad, por ser especies que sólo están presentes en esa región. Existe una gran riqueza en frutales (guayaba arazá, copoasú, camu-camu) y palmas (pijiguao, manaca, mamure) de creciente potencial económico. En los Andes se tiene una amplia variedad de raíces, tubérculos y leguminosas comestibles, así como diversos ejemplares de las familias Caricaceae, Passifloraceae y Bromeliaceae. En la zona norte-costera son numerosos los recursos potenciales propios de ecosistemas áridos y semi áridos. En su conjunto, Venezuela es el centro de origen y/ o diversidad de algunos de los géneros de mayor importancia para la alimentación y la agricultura. El hecho de que los sistemas agrícolas de casi todos los países dependen, en gran medida de especies no autóctonas, es una demostración de la amplia dispersión del material, desde los mismos comienzos de la agricultura y de la interdependencia entre ellos, cuando se trata de tener acceso a los recursos biológicos. A pesar de la riqueza en recursos fitogenéticos propios, el país tiene una dependencia mayor de 80% de los recursos exóticos para la producción agrícola. Esta situación nos lleva a reconocer la importancia de lograr acuerdos internacionales de acceso, intercambio, conservación y uso de estos recursos, motivado a la alta interdependencia mundial. Compromiso
y negociación internacional La comisión sirve de foro mundial a los países donantes y usuarios de germoplasma, recursos económicos y tecnologías para debatir posiciones relativas a los recursos fitogenéticos y alcanzar un consenso. El objetivo del compromiso es asegurar que los recursos fitogenéticos, especialmente de las especies con potencial económico e importancia social sean explorados, recolectados, preservados, evaluados y puestos a la disposición sin restricción, para el fitomejoramiento y para otros propósitos científicos, de la misma manera deberá garantizar la utilización sostenible de los recursos para la futura seguridad alimentaria y que los beneficios derivados del uso de los mismos sean retribuidos de manera justa y equitativa. Venezuela es miembro de la Comisión de Recursos genéticos para la Alimentación y la Agricultura (CGRFA) de la FAO, por lo que ha venido participando en la revisión del compromiso internacional sobre los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura. Desde noviembre de 1994 esta negociación ha sido examinada por la Comisión de Recursos genéticos para la Alimentación y la Agricultura (CGRFA) de la FAO, en armonía con el Convenio de Diversidad Biológica (CBD). Las recientes deliberaciones han concentrado su esfuerzo de negociación en el ámbito, el acceso, los derechos del agricultor y la retribución justa y equitativa de los beneficios del uso de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura. El ámbito: se refiere al objeto de este compromiso, el cual quedó establecido por consenso como los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura. El acceso: trata de la manera mediante la cual serían obtenidos los recursos genéticos por parte de los países signatarios. Al respecto, el debate se centra en diversas posiciones, entre las cuales existen dos antagónicas: que el acceso sea totalmente libre y la propuesta de los países en desarrollo que tratan de negociar una "lista provisional de cultivos" (texto de negociación refundido), que serían incluidos en el acuerdo para su libre acceso. Los criterios que se han utilizado para establecer una lista provisional son:
En el presente, muchos países proponen que en la elaboración de la futura lista se utilicen además otros criterios, como la ubicación de los centros de origen y la diversidad de las especies en negociación. El principio de los derechos del agricultor promovidos por la FAO, consiste en que los aportes pasados y actuales de los agricultores y comunidades rurales para la creación, conservación y disponibilidad de la diversidad genética, deben ser recompensados. La distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos fitogenéticos: se refiere a los mecanismos que deberían ser adoptados para garantizar que el donante del germoplasma sea retribuido, en el caso de que se generen beneficios económicos por la utilización del mismo. Como conclusión de la última reunión realizada en Roma (V Reunión Extraordinaria de la Comisión de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura) se puede aseverar que la discusión de los artículos ha sido muy difícil, debido a las posiciones tan distantes entre los países desarrollados y subdesarrollados. De hecho, la Presidencia de la Comisión reconoció que se habían realizado muy pocos progresos durante la reunión, en particular con respecto al tema de la distribución de los beneficios derivados de la utilización comercial y de otra índole de los recursos fitogenéticos, ya que las posiciones seguían siendo distintas y distantes. Por consiguiente, no había sido posible seguir negociando el texto. Ante esas circunstancias, la comisión consideró oportuno tomar algún tiempo para reflexionar y permitir a los miembros analizar las diversas posiciones, efectuar las consultas necesarias e identificar los sectores de posible compromiso antes de continuar las negociaciones. Por último, reiteró la importancia de mantener el impulso y aprovechar los considerables progresos realizados en los años 1996 y 1997. La realidad indica que los planteamientos de los países desarrollados y en vías de desarrollo son muy diferentes y por esta razón, hasta el presente, no se han logrado acuerdos definitivos con respecto a estos artículos tan vitales para el compromiso en cuestión. La región de América Latina y el Caribe, representada por Brasil, expresó haber enfrentado la negociación con la seriedad que el caso requiere, debido a la alta prioridad para la seguridad alimentaria regional y mundial que este compromiso representa y lamentó no sentir la buena disposición de algunas delegaciones en aceptar el objetivo principal del mandato de la comisión, que es la revisión del compromiso internacional en armonía con el convenio sobre la diversidad biológica. Esta región consideró que la cuestión del acceso a los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, están indisolublemente vinculados a la distribución justa y equitativa de los beneficios ya la cristalización de los derechos del agricultor con mecanismos específicos para su aplicación. También afirmó que la distribución de los beneficios derivados de la utilización comercial y otros usos de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura, contenidos en la lista del texto de negociación refundido debe ser analizada de manera integral, tanto en su aspecto financiero como por especie. En lo que se refiere al mecanismo financiero del sistema multilateral, cabría la posibilidad de analizar la conveniencia y la viabilidad de un fondo internacional. Por otra parte, esta región consideró que los elementos prioritarios de la distribución de los beneficios deberán ser: facilitar el acceso a la tecnología y el refuerzo de la capacidad institucional. Para finalizar sus observaciones, el Grupo de Latinoamérica y el Caribe (GRULAC) resaltó que el objetivo impostergable de la conservación de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, sólo podrá ser alcanzado a través de la puesta en práctica del Plan Global de Acción (aprobado en Leipzig, Alemania-1996), con recursos nuevos o adicionales, asimismo se opusieron a la idea de fragmentación del plan o 1¡3 implantación parcial del mismo. La región africana, representada por Etiopía, declaró que la región entendía que los países africanos se permitirían la expresión de sus derechos soberanos sobre los recursos fitogenéticos, conjuntamente con los de otros países para crear un sistema multilateral, así mismo los derechos establecidos en el convenio sobre la diversidad biológica se deben respetar y garantizar los beneficios para ser puestos en común, en lugar de ser de los estados individuales, cumpliéndose también con la transferencia de tecnología, acceso a la información generada, creación de capacidad de investigación, beneficios financieros derivados de la utilización de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, y sobre los recursos financieros nuevos y adicionales, especialmente para la aplicación del plan de acción mundial. Así mismo, declararon que deberán reconocerse los derechos del agricultor mediante legislación internacional. Por último, la región expresó que se habían realizado muy pocos progresos en la negociación y mostró su insatisfacción. La región del Cercano Oriente, representada por Irán, consideró necesario armonizar el compromiso internacional con el convenio sobre la diversidad biológica, reconoce la importancia fundamental de los recursos fitogenéticos para la seguridad alimentaria a largo plazo y cree en un enfoque multilateral, pero tratando los aspectos de acceso, beneficios y derechos del agricultor de una manera interrelacionada para lograr resultados igualmente válidos en los tres aspectos. Los países asiáticos con economías en desarrollo, representados por Malasia, pusieron en relieve que en la revisión del compromiso internacional se había reconocido el acceso facilitando la distribución de los beneficios, los derechos del agricultor y la creación de un fondo internacional como componentes inseparables y de igual importancia, y por lo tanto la región propuso que las partes acordaran que los beneficios financieros se distribuyeran de una manera justa y equitativa, y que el órgano rector del compromiso debía determinar la fórmula, el modo y los mecanismos para la distribución de tales beneficios. Así mismo, las partes acordarían establecer un fondo internacional que recibiría los beneficios financieros a través de las contribuciones del sector privado, organizaciones no gubernamentales, organizaciones internacionales y otras fuentes, de acuerdo con lo que decidieran las partes del presente compromiso. Por otra parte, el grupo de países desarrollados mostró serias reservas para negociar beneficios y derechos del agricultor con diversos argumentos. Así la Unión Europea, representada por el Reino Unido y con el apoyo de todos los países de la región europea, enfatizó que era necesario seguir examinando y tener una idea más clara sobre los beneficios derivados de la utilización comercial de los recursos; al respecto, su opinión es que la distribución de los beneficios no es sólo un proceso orientado a las entradas, sino también un proceso orientado a las salidas y con respecto a los derechos del agricultor confirmó su compromiso con una solución en la que se expresara con claridad el derecho de los agricultores a reutilizar semillas conservadas en las fincas por sistemas tradicionales. Los Estados Unidos de Norteamérica, hablando en nombre de la región de América del Norte, el Japón y la República de Corea, expresaron que seguían convencidos de que era esencial el acceso sin trabas a los cultivos y forrajes, y opinaron que aún no se habían examinado completamente cuestiones importantes como artículos y definiciones conexas, y por lo tanto, debía continuarse negociando. Cabe destacar que el actual presidente de la Comisión de Recursos genéticos para la Alimentación y la Agricultura es el excelentísimo Embajador de Venezuela en Colombia: Fernando Gerbasi, quien a pesar de las posiciones distantes entre los países, condujo muy acertadamente la negociación, promoviendo en todo momento la fluidez de la misma con diversas propuestas para los artículos en discusión, instando a los países miembros a realizar aportes positivos para la negociación e insistiendo en la necesidad de completar el proceso. En resumen, la posición de los países desarrollados es común en cuanto al acuerdo total con respecto al libre acceso a los recursos fitogenéticos (preferiblemente sin lista), pero no presentan opciones para la retribución de los beneficios derivados del uso de los mismos y sobre el derecho de los agricultores, tomando como base de discusión el argumento de que el acceso libre es, por sí mismo, el beneficio que todos los miembros recibirían. Es obvio que los países en desarrollo que, en su mayoría, poseen la mayor diversidad fitogenética, por ser centros de origen y/o diversidad de muchos de los recursos fitogenéticos de importancia para la alimentación y la agricultura, deben aspirar principalmente a la retribución de los beneficios derivados del uso de los mismos, especialmente conociendo las serias limitaciones técnicas y financieras que tienen para conservar y utilizar sus recursos. Venezuela hasta el presente no se ha adherido a este compromiso; sin embargo, es de gran importancia que el país, conociendo la gran riqueza de recursos que posee y la alta interdependencia que existe en el mundo con respecto a estos recursos, continúe en la participación de las negociaciones y considere la factibilidad de adherirse, ya que más de 136 países lo han hecho. Para apoyar las posiciones del país frente a éste ya otros compromisos, el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA) ha visualizado la urgente necesidad de conformar una Comisión Nacional de Recursos Fitogenéticos, en las que estén representadas las instituciones públicas y privadas que conservan y utilizan germoplasma vegetal, lo que permitiría fijar criterios adecuados con los intereses del país, con bases técnicas suficientes, por consenso, para compartir las decisiones internacionales con respecto al manejo de los recursos fitogenéticos. Vale destacar que durante el Primer Encuentro de Recursos Fitogenéticos, realizado en Maracay en abril de 1994, se explicó la necesidad de crear la Comisión Nacional de Recursos Fitogenéticos. Sin embargo, sólo recientemente se logró motivar a las autoridades competentes para formalizar la creación de esta comisión, cuya gestión está en manos de la Cancillería de la República. Venezuela participa en la actualidad en la negociación de diversos compromisos, nacionales e internacionales, entre los cuales podríamos mencionar:
Referencias bibliográficas Encuentro Interinstitucional de Recursos Fitogenéticos. 1995. Compilado por Delis Pérez. Editado por Alfredo Romero. Maracay, Ven. FONAIAP/FUNDACITE Aragua. 128 p. Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 1993. La diversidad de la naturaleza, un patrimonio valioso. Día Mundial de la Alimentación. 25 p. I/V1430 S/7.93/8.000. Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 1996. Plan de acción mundial para la conservación y la utilización sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura y la declaración de Leipzig. Alemania. 64 p. Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 1996. Conservación y utilización sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura. Plan de Acción Mundial. Informe sobre el estado de los recursos fitogenéticos en el mundo. 10 p. Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 1998. Texto de negociación del compromiso internacional sobre los recursos fitogenéticos de la Comisión de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura. Grupo de Contacto. CGRFAEx5/98/CG/REP. 8 p. Organización Mundial para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 1998. Texto de negociación del compromiso internacional sobre los recursos fitogenéticos de la Comisión de Recursos Fítogenéticos para la Alimentación y la Agricultura. Proyecto de Informe. CGRFA- Ex5/98/PR. INF. Parte I-V. 7. Hawkes, J. G. 1991. Centros de Diversidad genética vegetal en Latinoamérica. Diversity 7 (1-2): 7-9. Pérez, D.; Gutiérrez M.; Mazzani, E.; Barreto, T.; Segovia, V. y C. Marín. 1998. Recursos fitogenéticos de Venezuela. Maracay, Ven. Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias. Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias. 93 p. Serie C N° 42. Vavilov, N.I. 1926. Studies on the origin of cultivated plants Bull. Appl. Bot. Pl. Breed. 16.1-248. |
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