Ca�a de Az�car, Vol. 6(2): 63-74. 1988
MANEJO INTEGRADO DE INSECTOS-PLAGAS DE LA CA�A DE AZ�CAR EN LA REGI�N CENTRO OCCIDENTAL DE VENEZUELA PERIODO 1985-1988 |
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La problem�tica originada por la incidencia econ�mica de
insectos-plagas en el cultivo de la ca�a de az�car, motiv� la implantaci�n a partir de 1985, de un programa de manejo integrado en la regi�n Centro Occidental de Venezuela. La evaluaci�n poblacional de adultos de
candelilla, Aeneolamia varia (Hom�ptera: Cercopidae), en forma sistem�tica desde el inicio de la estaci�n lluviosa y el uso de pr�cticas agron�micas adecuadas, fueron factores determinantes para la disminuci�n significativa de da�os en las �ltimas cuatro zafras. Con relaci�n a los taladradores, Diatraea
spp. (Lepid�ptera: Pyralidae), se logr� mantener la intensidad de infestaci�n cercana al 5%, considerado como el nivel de da�o econ�mico. Esto fue posible con liberaciones masivas de la mosca par�sita Metagonistylum m�nense (D�ptera: Tachinidae) y �ltimamente con la peque�a avispa Cotesia
flavipes (Hymen�ptera: Braconidae). INTEGRATED PEST MANAGEMENT OF SUGARCANE INSECT PESTS IN THE CENTRAL WESTERN REGION OF VENEZUELA. PERIOD 1985 1988 ABSTRACT The problem originated by the economical incidence of sugarcane insectpests was the main reason to create in 1985, the Integrated Pest Management Program in the central western region o! Venezuela. The population dynamics o! the froghopper, Aeneolamia varia (Homopthera: Cercopidae), recorded every week from the beginning o! the rainy season and the use of cultural practices, were determinant for the significant reduction of insect damage in the lastfour harvests.ln regard to stem borers, Diatraea spp. (Lepidopthera: Pyralidae), this program has kept the infestation intensity near 5%, which is considered as the economic injury level. This has been possible throughout mass release of the amazonian fly, Metagonistylum minense (Dipthera: Tachinidae) and more recently using also the little wasp Cotesia flavipes (Hymenopthera: Braconidae). INTRODUCCI�N La regi�n Centro Occidental de Venezuela, constituida por los estados Lara, Yaracuy y Portuguesa, es considerada el �rea productora de ca�a de az�car m�s importante del pa�s. Los centrales all� ubicados procesan un poco m�s de 80000 hect�reas de ca�a equivalentes a unas 400000 t de az�car (2). Entre los problemas agron�micos de mayor importancia y que m�s inciden en los costos de producci�n del cultivo, se encuentran los originados por insectosplagas (9). La regi�n, como un todo, presenta condiciones �ptimas para el desarrollo de la candelilla o salivazo de la ca�a, Aeneolamia varia (Hom�ptera: Cercopidae) y del complejo de especies del g�nero Diatraea (Lepid�ptera: Pyralidae). Estos insectos son responsables de grandes p�rdidas econ�micas, variables de acuerdo con las condiciones clim�ticas de ca9a a�o y con las de manejo a que se somete el cultivo. En nuestro medio se ha comprobado una reducci�n de hasta 27% en el rendimiento en campos con infestaciones severas por candelilla (1 ). Con respecto a los taladradores, son numerosos los trabajos realizados a nivel nacional e internacional relacionados con los ataques de este complejo de insectos y sus efectos en la disminuci�n de az�car (1, 3, 4, 9). El an�lisis cr�tico sobre los factores que estaban incidiendo en una baja constante de la productividad (14), dieron origen a la conformaci�n de un equipo de trabajo de investigadores y t�cnicos de campo para desarrollar un programa de manejo integrado de insectosplagas bajo un esquema uniforme y continuo, capaz de poner en pr�ctica el paquete tecnol�gico existente. Hasta los momentos, el control biol�gico ha sido el m�todo m�s efectivo utilizado contra Diatraea spp. (13). No obstante, la liberaci�n de la mosca amaz�nica Metagonistylum minense (D�ptera: Tachinidae) en toda la regi�n en estudio, se hab�a realizado en forma inconsistente. El proceso organizativo del control en los �ltimos cuatro a�os ha permitido un descenso paulatino de los �ndices de infestaci�n, lo cual se tradujo en un menor da�o en el cultivo. En 1988 se introdujo en forma comercial un nuevo par�sito conocido como Cotesia (=Apanteles) flavipes (Hymen�ptera: Braconidae); esta avispita se considera muy promisoria para el control de los taladradores en la zona. El programa contra la candelilla tiene su fundamento en la evaluaci�n poblacional sistem�tica de adultos a partir del inicio del per�odo lluvioso. Este seguimiento es la base para la toma de decisiones sobre el manejo de la plaga, tomando en cuenta la racionalizaci�n en el uso de productos qu�micos. El sistema de muestreo a trav�s de las trampas amarillas ha demostrado sus ventajas de practicidad y objetividad sobre los m�todos tradicionales de observaci�n visual (7). En el presente trabajo se analizan y discuten las experiencias acumuladas en los a�os 1985, 1986, 1987 y 1988, referidas al manejo integrado de los insectosplagas de mayor importancia en el �rea de influencia de los Centrales Azucareros R�o Turbio, R�o Yaracuy, Portuguesa, Majaguas, R�o Guanare y El Tocuyo. MATERIALES Y M�TODOS Taladradores El proceso de evaluaci�n para medir la intensidad de infestaci�n se cumpli� en dos etapas: la primera, se realiz� en ca�as con edades de 5 a 7 meses y la segunda, con edades de 9 a 11 meses. La �ltima tiene mayor importancia como referencia al estado final del cultivo previo a la cosecha. De todas las fincas o haciendas que conforman las unidades operativas de los centrales, se trat� de evaluar tablones o parcelas pilotos equivalentes al 20% del �rea total; en cada uno de ellos se muestrearon 60 tallos a los cuales se les midi� la intensidad de infestaci�n e �ndice de da�o con las f�rmulas tradicionalmente usadas: Intensidad de infestaci�n (II) = Entrenudos perforados = 100 �ndice de da�o (ID) = Tallos perforados = x 100 En relaci�n con la liberaci�n de controladores biol�gicos, �sta se fundament� en el uso de la mosca amaz�nica. Se estableci� como patr�n, liberar un promedio de 30 moscas por hect�rea en todas las ca�as con 45 meses de edad; con1os registros computarizados por corte, se hace f�cil programar con el Laboratorio las necesidades mensuales por zona. En 1988 se introdujo comercialmente en algunas �reas la avispita Cotesia a raz�n de 0,50,8 g/ha (1 g ~ a 1000 individuos). Para la tabulaci�n de la informaci�n de campo se cuenta con un programa computarizado dise�ado por el Servicio Biol�gico, el cual permite ahorro de tiempo, archivo continuo de registros, an�lisis por finca y por zona, comportamiento varietal al da�o, etc. (4). Candelilla El manejo de este insectoplaga se inici� desde el momento mismo de la cosecha con la recomendaci�n de recolecci�n y quema de los residuos a fin de evitar sitios adecuados para el desarrollo de las ninfas. Igualmente, se hizo �nfasis en la renovaci�n de los tablones afectados o quemados por la candelilla o con registros muy elevados de adultos a finales del a�o anterior. El proceso de evaluaci�n poblacional de adultos mediante registros semanales se inici� en el mes de abril de cada a�o. Se utilizaron en ciertas zonas las trampas adhesivas amarillas por su comprobada eficiencia y objetividad. Se contempl� la selecci�n en cada finca O hacienda de tablones pilotos equivalentes a un 20% del �rea sembrada; en cada uno de ellos se colocaron cinco trampas para evaluaci�n permanente de adultos en el per�odo abril-octubre (�poca de lluvias). La recomendaci�n de medidas de control estuvo condicionada a los niveles observados en las curvas poblacionales. Para los dos primeros meses de lluvia se estableci� un �ndice de 10 adultos por trampa ya partir del tercer mes, 40 adultos por trampa. Estos �ndices no son inflexibles y dependen de las situaciones particulares de cada zona y del estado del cultivo. El control se bas� en el uso de productos qu�micos de acci�n sistem�tica prolongada, aplicados por v�a a�rea o con ca�ones acoplados al tractor. Durante 1988 se introdujo comercialmente el producto biol�gico Cobic�n, cuyo ingrediente activo es el hongo entomopat�geno Metaryhizium anisopliae. Paralelamente a la medici�n poblacional se llevaron los registro de las �reas tratadas y costos de aplicaci�n necesarios para la evaluaci�n econ�mica de la campa�a. Durante los meses de septiembre y octubre se cuantifico el �rea afectada o quemada por la plaga; la intensidad de da�o se determino en base al m�todo de an�lisis de hojas fotosint�ticamente activas (12). RESULTADOS Y DISCUSI�N Taladradores El an�lisis de los registros de los a�os 1985, 1986, 1987 y 1 88 mostrados en el Cuadro 1, permite visualizar una tendencia de disminuci�n gradual en la intensidad de infestaci�n como producto de la liberaci�n sistem�tica de controladores biol�gicos. Los resultados en algunas zonas durante 1988 reflejan un ligero incremento de infestaci�n, siendo las posibles causas, las condiciones clim�ticas at�picas de sequ�a prolongada en los dos �ltimos a�os y/o la predominancia de Diatraea rosa, especie sobre la cual el parasitismo por la mosca amaz�nica no parece ser muy eficiente.
Con respecto a la distribuci�n de par�sitos en las diferentes �reas, se observa en eI Cuadro 2 un incremento global en las liberaciones de la mosca amaz�nica, lleg�ndose en 1987 a sobrepasar el mill�n de individuos. A partir de 1988 se dio inicio a las liberaciones comerciales del nuevo par�sito Cotesia ( = Apanteles) flavipes. En cuanto a la distribuci�n de las diferentes especies del g�nero Diatraea se observa en el Cuadro 3 una predominancia de D. rosa sobre D. saccharalis y D. centrella. El proceso de identificaci�n de especies se inici� en 1988 en los Centrales R�o Turbio, R�o Yaracuy y Portuguesa, gracias al trabajo desarrollado por Linares (6). Seg�n este autor, exist�a una ubicaci�n err�nea de D. busckella por D. rosa en toda la regi�n.
La incidencia econ�mica se determin� utilizando dos factores de p�rdida: el primero, indicado por Salazar (9), donde por cada 1% de intensidad de infestaci�n se pierde 0,5% de az�car; el segundo, basado en el an�lisis de regresi�n aplicado por Ferrer etal. (4), donde el porcentaje de p�rdida en az�car es 0,8%. En el Cuadro 5 se presenta el an�lisis correspondiente a la zafra 19881989 en los diferentes centrales de la regi�n. Como se puede apreciar, el mantener una intensidad de infestaci�n cercana al 5% significa todav�a una p�rdida de az�car considerable; por ello la necesidad de continuar con )os programas de liberaci�n y b�squeda de nuevos y m�s eficientes par�sitos. Candelilla La presencia activa de los t�cnicos en las diferentes zonas tradicionalmente problem�ticas, ha permitido un seguimiento sostenido a las poblaciones de adultos de candelilla desde el inicio de la �poca de lluvias, y de esta manera se ha podido concientizar a los ca�icultores sobre las dimensiones reales de los da�os ocasionados por esta plaga. Se ha puesto mucho empe�o en las labores o pr�cticas culturales recomendadas, tales como quema de residuos que puedan servir de habitat adecuado a las ninfas, control de malezas hospederas, siembras nuevas en
La magnitud del problema originado por la candelilla puede observarse en el Cuadro 6, donde se presenta la superficie afectada en la regi�n Occidental para los a�os en estudio. Los totales de los a�os 1986 y 1988 constituyen, en cada caso, aproximadamente el 8% del �rea total. Aun as�, este porcentaje est� por debajo de los valores promedios reportados en la literatura en a�os anteriores. Saldivia (11 ) en 1978, estim� las p�rdidas econ�micas en los Centrales R�o Yaracuy, Matilde, Yaritagua y R�o Turbio, superior al 12%. Seg�n Linares (5), para 1981 e117% del �rea sembrada con ca�a de az�car en la regi�n Centro Occidental present� un da�o significativo por la plaga.
La importancia del manejo integrado de una determinada plaga se aprecia en el trabajo desarrollado espec�ficamente en el �rea de influencia del Central R�o Turbio. En el Cuadro 7 se observa una disminuci�n significativa en los �ltimos cuatro a�os del �rea afectada por el insecto, �rea tratada con productos qu�micos y costos de los tratamientos.
La p�rdida directa para el ca�icultor, adem�s de la disminuci�n en el tonelaje de ca�a de az�car por hect�rea, se refleja en los costos de los tratamientos propiamente dichos. Los datos correspondientes a este factor para la campa�a 1988 se presentan en el Cuadro 9. Sumando este costo con el valor en bol�vares por az�car no producida, totaliza la cantidad de Bs. 40673883,00 como incidencia econ�mica en el �rea bajo estudio.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAF�A
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