Veterinaria Tropical 19: 41-52. 1994

TRANSMISI�N TRANSPLACENTARIA DEL Trypanosoma vivax Y SU EFECTO SOBRE LA DESCENDENCIA DE HEMBRAS GESTANTES INFECTADAS EXPERIMENTALMENTE

Nersa Gonz�lez y Emir Espinoza*

* Universidad Sim�n Rodr�guez Laboratorio de Investigaci�n Animal
Apdo. 3690. Caracas. Venezuela

Recibido: Octubre 15,1993


RESUMEN 

Se estudi� la transmisi�n transplacentaria y el efecto del Trypanosoma vivax sobre la descendencia de vacas infectadas experimentalmente. Se utilizaron cuatro becerros nacidos de madres inoculadas experimentalmente con un aislado de T. vivax y dos becerros hijos de hembras controles no infectadas. El valor promedio de los pesos al nacer de los becerros, hijos de las madres infectadas y de los controles fue de 25,5� 3,8 y 29 � 1,4 kg, respectivamente. Dos becerros hijos de madres infectadas desarrollaron tripanosomiasis cl�nica. La parasiteria fue detectada a partir del d�a 13 y 15 post-nacimiento. S�lo un becerro present� bajo peso al nacer, inflamaci�n de las articulaciones y caquexia. La media de los valores del hemat�crito en los becerros infectados fue de 35,5 � 6,5% y en los controles de 32,6� 6,2%. Todos los becerros hijos de madres infectadas evidenciaron anticuerpos anti T. vivax a partir del d�a 15 y 20 post-nacimiento. Sin embargo, en los animales que no presentaron tripanoson-�asis cl�nica, los anticuerpos se diagnosticaron a partir del d�a 30 y 35 postnacimiento. El desarrollo de tripanosomiasis clinica en dos becerros y la detecci�n de anticuerpos anti T. vivax en todos los animales hijos de las vacas infectadas experimentalmente evidencian la transmisi�n transplacentaria del hemopar�sito.

INTRODUCCI�N

Las tripanosomiasis son enfermedades causadas por par�sitos protozoarios los cuales infectan a bovinos, ovinos, caprinos, suinos, equinos, dromedarios, muchas especies de animales salvajes y al hombre (6,12).

En �frica, las especies de Trypanosoma m�s importantes en t�rminos econ�micos son aquellas que infectan a los rumiantes dom�sticos: Trypanosoma congolense, T. vivax y T. brucei. En Am�rica (Centro y Sur Am�rica), el T. vivax es identificado como el agente etiol�gico de la enfermedad en bovinos, ovinos y caprinos, pero la epidemiolog�a y las implicaciones sobre la productividad ganadera ha recibido una atenci�n limitada (2, 10, 16, 17, 19, 20).

En la especie humana parasitada por T. rhodesiense o T. gambiense, se han observado altas ratas de abortos, nacimientos d�biles y/o prematuros (9). Con relaci�n a los rumiantes, los tripanosomas pueden causar transmisi�n transplacentaria, reabsorci�n embrionario, aborto, nacimientos d�biles y muerte prematura (5, 12, 13, 14, 15, 16).

La enfermedad cl�nica s�lo es confirmada ocasionalmente en los establecimientos ganaderos y sobre los becerros se indica que el T. vivax causa efectos subclinicos (8).

En este trabajo se estudi� la transmisi�n transplacentaria y el posterior comportamiento de los becerros hijos de vacas infectadas experimentalmente con un aislado venezolano de T. vivax.

MATERIALES   Y M�TODOS

La experiencia fue realizada en la Estaci�n Experimental R�o Negro de la Universidad Sim�n Rodr�guez, ubicada en el estado Miranda, municipio Capaya, Asentamiento Campesino R�o Negro, a 42 msmn y, con una vegetaci�n de bosque tr�pico h�medo, temperatura promedio de 27 �C, y una pluviosidad total anual de 1.913 mm. El ensayo se desarrollo en dos etapas: una que comprendi� el per�odo prenatal (90 d�as) y la otra, el per�odo postnatal (50 d�as).

Animales experimentales.

Los animales utilizados en este trabajo fueron seis hembras Holstein-Ceb�, todas en el �ltimo tercio de la gestaci�n. Estas fueron sometidas a pruebas parasicol�gicas y serol�gicas, para descartar presencia de hemopar�sitos y/o t�tulo reaccionante a brucelosis y anticuerpos anti T.vivax. El reba�o hembra, como programa rutinario de salud animal, es vacunado anualmente contra leptopirosis.

Material parasitol�gico e infecci�n experimental.

Los animales se dividieron en dos grupos, uno experimental de cuatro hembras inoculadas IV con un estabilizado de T. vivax en DMSO al 5% (3), identificado como aislado Gu�rico procedente del Instituto de Investigaciones Veterinarias, conteniendo una dosis total de 104 tripanosomas por mil�metro, y otro grupo control formado por dos hembras no infectadas. Variables cl�nicas en las madres. Cada 10 d�as se determin� el peso corporal, temperatura, parasitemia, hematocrito, y se realiz� palpaci�n rectal a trav�s de los m�todos convencionales. Los datos morfom�tricos fueron obtenidos mediante la utilizaci�n de una romana de 5.000 kg. La determinaci�n de la temperatura se realiz� en las primeras horas de la ma�ana, abarcando el per�odo prepatente y postpatente. Para la determinaci�n de la parasitemia se utilizaron los m�todos parasitol�gicos directos; frotis te�idos con Giemsa al 10 % y la t�cnica de la microcentifugaci�n (22). El hemat�crito (Ht) se determin� a trav�s de una microcentrifuga emea (Clay Adams, Autocrit Ultra 3). La titulaci�n de anticuerpos anti T. vivax se realiz� mediante el uso de la t�cnica de inmunofluorescencia indirecta (lFl) (4).

Estudio parasitol�gico, cl�nico e inmunol�gico de los becerros.

Inmediatamente despu�s del parto, los becerros fueron pesados en una romana, examinados cl�nicamente y les fueron tomadas muestras sangu�neas para las determinaciones parasitol�gicas, hemat�critas y serol�gicas (t�tulos IFI anti T. vivax), las cuales fueron procesadas siguiendo los mismos criterios utilizados para las madres. Los becerros permanecieron con sus respectivas madres de acuerdo con el grupo infectado o control en ambiente separado y protegido de vectores.

An�lisis estad�sticos: Los resultados obtenidos fueron graficados mediante la comparaci�n del grupo infectado y control. Se usaron porcentajes, medias y su desviaci�n est�ndar, e intervalos de confianzas al 95%.

RESULTADOS

El valor promedio de los pesos al nacer de los becerros hijos de las madres infectadas con la cepa de T. vivax y los controles fue de 
25,5 � 3,8 kg y 29 � 1,4 kg, respectivamente (Cuadro l). La media grupal del peso en los animales controles indic� que �stos ganaron aproximadamente un 18% m�s de peso en comparaci�n a la media grupal de los becerros nacidos de las madres infectadas con T. vivax. Las variaciones de temperatura, tanto de los animales nacidos de hembras infectadas como la descendencia de las hembras controles, evidenciaron un promedio de 39,5 y 38,8 �C, respectivamente.

CUADRO 1. Peso al nacer de los becerros infectados y controles. Promedio y desviaci�n standard.

Becerros Infectados
(No.)

  Becerros Controles
(No.)

885
   

886

894

897

888

890

PN   (Kg)

29

26

20

27

28

30

PN   (X)

25 � 3,8 kg

29 � 1,4 kg

PN: peso al nacer

No todos los becerros de las madres infectadas desarrollaron tripanosomiasis cl�nica. El becerro 885 mostr�, a trav�s de la t�cnica de Woo y frotis te�ido con Giemsa al 10%, par�sitos en sangre a partir del d�a 13 postnacimiento; su parasitemia fue ondulante con tres ondas parasitarias (ver Figura), no manifestando signos cl�nicos evidentes de la enfermedad. El becerro 894 present� tripanosomas circulantes para el d�a 15 postnacimiento (ver Figura). La parasitemia fue estimada o clasificada como baja (1 +) y posteriormente no se pudo evidenciar T .vivax hasta el final del muestreo (d�a 55 postnacimiento). Sin embargo, �ste fue el becerro que present� mayor deterioro en su aspecto cl�nico (bajo peso al nacer, hemat�crito cr�tico, inflamaci�n de las articulaciones y caquexia).

FIGURA. Parasitemia en los becerros 885 y 894 durante el periodo experimental

FIGURA. Parasitemia en los becerros 885 y 894 durante el periodo experimental.

El posible cuadro an�mico de los becerros infectados y su comparaci�n con los del grupo control fue medido a trav�s del Ht, siendo la media para los animales infectados de 35,5 � 6,5%, con valores m�nimos y m�ximos de 20 y 44%, respectivamente (Cuadro 2). Los controles evidenciaron una media de 32,6 -4- 6,2% (Cuadro 2).

CUADRO 2. Estimaci�n de los valores m�nimos y m�ximos del peso corporal y hemat�crito de los becerros hijos de las vacas afectadas y controles.

Becerros
(No.)

Peso

Hemat�crito

Infectados

MIN.

MAX.

X

MIN.

MAX

X

885

29

   79

55

37

35

39

  886

26

67

43

22

44

36

894

20

36

26

20

34 

29

897

27

40

35

28

35 

32

Media Grupal

41,9 � 16

35 � 6

Controles

 

 

 

 

 

 

888

38

69

52

24

44 

35

890

30

63

50

22

35

30

Media Grupal

51 � 11,5

32 � 6,2 

Los datos presentados en el Cuadro 3 muestran los resultados de la respuesta inmunol�gica (t�tulos IFI) de los becerros hijos de las vacas infectadas con el aislado de T. vivax. Del an�lisis se desprende que hubo una relaci�n entre la presencia de tripanosomas en la sangre de los becerros hijos de las vacas infectadas (885, 886, 894 y 897) y la detecci�n de anticuerpos contra T. vivax. En los becerros positivos a Woo (885 y 894), los anticuerpos se evidenciaron a partir del d�a 20 y 15 postnacimiento, respectivamente. Con relaci�n a los becerros 886 y 897 los t�tulos a la infecci�n fueron detectados a partir de los d�as 35 y 20 postnacimiento, respectivamente. Los becerros del grupo control permanecieron negativos durante el per�odo experimental (Cuadro 3).

CUADRO 3. Respuesta inmunol�gica de becerros hijos de madres infectadas experimentalmente con aislado de T. vivax vs becerros controles, en un per�odo de 70 d�as.

T�TULOS IFI

 

Becerros Infectados (No.)

Becerros Controles  (No.)

D�as

885

886

894

897

888

890

3

-

-

-

-

-

-

5

-

N

-

-

-

-

7

-

-

-

N

-

N

13

N

-

80

-

N

-

15

-

N

-

-

N

-

20

320

-

-

80

-

-

25

-

N

160

-

N

-

30

160

-

320

160

-

N

35

-

320

-

-

-

-

40

320

160

-

160

-

N

45

-

-

320

-

N

-

50

-

-

-

80

-

N

55

-

320

-

-

-

-

60

320

-

320

160

N

-

70

160

-

-

-

-

-

N: Negativo
-: No determinado

   DISCUSI�N

Los becerros nacidos de las hembras inoculadas y controles nacieron a t�rmino, y s�lo el 894 (hijo de una vaca infectada) present� bajo peso y condiciones f�sicas cr�ticas. Los nacimientos d�biles en hembras infectadas con T. vivax tambi�n fueron encontrados por Betancourt (1) y Ogwu et al (13). Con relaci�n a los pesos al nacer hubo diferencia de ensayo con lo encontrado por Ogwu et al. (13) quienes detectaron que los becerros nacidos de novillas infectadas en el primer trimestre de la gestaci�n fueron m�s d�biles al nacimiento.

En este experimente, de un total de cuatro animales, tres aparentemente nacieron normales y uno en un estado de total debilidad. En los becerros infectados se observ� una disminuci�n del peso que oscil� entre un 18 y 21%, en comparaci�n con el peso de los animales controles. Sobre este aspecto, Otte (16) se�ala que los becerros infectados con T. vivax tienen una reducci�n en la tasa de crecimiento, lo cual puede significar de 20 a 25% menos de peso.

En los becerros 885, 886 y 897 el hemat�crito fluctu� entre 30 y 40%. El becerro 894 mostr� un valor al inicio de la infecci�n de 20%.

Uno de los objetivos de este estudio fue demostrar la posible transmisi�n intrauterino del T. vivax por las hembras infectadas experimentalmente. Los resultados indicaron la presencia del T. vivax en sangre circulante de dos becerros. El 885 fue positivo por el m�todo de Woo para el d�a 13 postnacimiento. La morfolog�a del Trypanosoma fue confirmada por medio del frotis te�ido con la soluci�n de Giemsa al 10%. El becerro 894 present� tripanosomas en sangre para el d�a 15 postnacimiento. Recientemente, Mel�ndez et al (11) se�alaron la infecci�n perinatal (5 horas de nacido) de un becerro con T. vivax, sugiriendo que la infecci�n intrauterino con el par�sito, puede ser responsable de la estabilidad end�mica a la tripaiiosomiasis bovina, observada en algunas regiones ganaderas de Venezuela.

El curso de la parasitemia fue diferente en los dos animales; el becerro 894 desarrollo un estado cl�nico severo al inicio de la infecci�n , pero  a partir del d�a 25 postnacimiento no se pudo evidenciar la presencia de los par�sitos y el animal tendi� gradualmente a mejorar su aspecto f�sico. El becerro 885, a pesar de mostrar la mayor parasitemia, presento una condici�n corporal poco afectada. Uzoigwe (21) encontr�, en becerros ceb� infectados con T.vivax, una mayor resistencia a la parasitosis y una tendencia hacia la autocura o recuperaci�n espont�nea, cuando los becerros se infectan dentro de las dos primeras semanas despu�s del nacimiento. Estas observaciones y la de Ogwu y Njoku (15), Ogwu et a (14) y Mel�ndez et al (11) podr�an exp�car la resistencia de los animales j�venes a la infecci�n con T. vivax; la cual se ha atribuido a una posible transferencia de factores inmunes o a una inmunidad parcial de las madres a sus becerros.

Los t�tulos IFI de anticuerpos anti T. vivax en los becerros fueron detectados posteriormente a la patencia de los hemopar�sitos en sangre, situaci�n que corrobor� la transn�si6n transpiacentaria de la infecci�n. Los anticuerpos fueron evidenciados en todos los becerros descendientes de las hembras inoculadas, sin distingo del diagn�stico parasitol�gico. En forma siniflar a los resultados de Platt y Adams (18) y Katende et al (7) los t�tulos se detectaron a partir del d�a 15 postnacin�ento. En los becerros, negativos por la t�cnica de Woo, los anticuerpos auti T. vivax se hicieron presentes a partir del d�a 20 (894) y d�a 35 (886), respectivamente. Los animales controles fueron negativos durante todo el per�odo experimental.

Esta informaci�n preliminar abre un abanico de interrogantes sobre la epidemiolog�a y las repercusiones financieras que tiene la tripanosomiasis bovina en �reas de estabilidad end�mica, al afectar las ganancias de pesos en animales de reemplazo en las diferentes ganader�as del pa�s.

SUMMARY

Four calves born from eows experimentauy infected with a Trypanosoma vivax strain and two control calves horn from uninfected females were used to study the transplacentary transmision and its effect on the progeny form experimentally infected females. The average weights at birth of calves horn from the infected cows and controls were 25.5 � 3.8 and 29 � 1.4 kg, respectively. Two of the calves, from the infected females, developed clinical tripanosomiasis. A moderate parasitemia was detected from 13 and 15 days post birth. Only one calf showcd a low weight birth and its physical conditions were critical. The average hematocrite values of infected calves and control were 35.5 � 6.5 and 32.6 � 6.2, respectively. AU progeny form infected cows, showed anti T. vivax antibody between 15 and 35 days post birth. Development of clinical tripanosomiasis in two infected calves, and the detection of Trypanosoma vivax antibody in aU progeny from the infected cows showed a trnsplacentary transmission of the hemoparasite.

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