Veterinaria Trop. 20:121-129. 1995.

NOTA TÉCNICA

PREVALENCIA DE
Varroa jacobsoni EN ENJAMBRES DE ABEJAS Y SU INFLUENCIA 
EN LA PRODUCCIÓN DE MIEL EN EL ESTADO MIRANDA, VENEZUELA

Antonio José Manrique*

*Investigador. FONAlAP.
Gerencia de Valoración y Comercialización Tecnológica.
Apdo. 2103. Maracay 2101. Venezuela.

 Recibido: marzo 01.1995.


 RESUMEN

 Se realizó un ensayo en la Estación Experimental Jaime Henao Jaramillo, con la finalidad de determinar la prevalencia de Varroa jacobsoni en enjambres de abejas silvestres. La evaluación se efectuó desde septiembre de 1994 hasta enero de 1995. Se capturaron y se encolmenaron 18 enjambres, de los cuales sólo perduraron 10 luego de los muestreos. Se realizaron dos mediciones: a) enjambres infestados con varroas, presencia del ácaro en abejas adultas y b) porcentaje de ácaros en celdas de zánganos y de obreras. Los datos fueron analizados por un método no paramétrico y por la prueba de T apareada. Los resultados obtenidos no mostraron diferencias significativas en la prevalencia de varroas en los enjambres que tenían seis semanas de encolmenados, comparado con los recién encolmenados, con 0% de varroas en abejas adultas. Por otra parte, no se encontró respuesta significativa en el porcentaje de ácaros entre muestreos al obtenerse promedios de 12,8% y 16,2%; 0,2% y 0,6%, respectivamente, en tanto se observó la preferencia de las varroas en invadir las celdas de zánganos más que las de obreras. En la segunda fase, la producción de miel no mostró diferencias significativas respecto a una mayor infestación de varroas, observándose una tendencia más productiva cuando los niveles eran menores, con valores de 24,5 vs 22,9 kg miel/colmena. Se sugiere continuar evaluando la prevalencia de ácaros en colmenas establecidas, durante el período de escasez de néctar , con la finalidad de cuantificar el nivel de infestación bajo esa condición. Así como también realizar un seguimiento al ácaro para determinar en qué proporción éste afecta la producción de miel de las colmenas.

INTRODUCCIÓN 

La Varroa  jacobsoni Oudemans es un ácaro que parásita desde hace miles de años a la abeja asiática, Apis cerana; sin embargo ella posee características morfológicas y biológicas que le permiten limpiarse los ácaros, mecanismo de defensa que no lo tiene desarrollado Apis mellifera (8). 

La varroa fue descubierta por E. Jacobson en 1904, en la Isla de lava, Indonesia, y descrita por A .C. Oudemans (4). El ciclo evolutivo incluye las fases de huevo, protoninfa yadulto; la hembra lo completa entre 6 y 8 días, mientras que el macho tarda de 5 a 6. Se fecundan en el interior de la celda operculada y los machos generalmente mueren en el interior de la celda, luego de la fecundación. La hembra puede tener hasta siete ciclos reproductivos en una temporada, por lo cual Peldoza (8) señala que cinco varroas hembras, en cinco meses de ciclo reproductivo, pueden originar hasta 5 000 nuevos ácaros. 

Su acción parasitaria directa consiste en la succión de la hemolinfa (sangre) de las larvas y abejas adultas, atacando preferiblemente a los machos (zánganos) por su mayor tamaño. En Apis cerana sólo ataca a los machos, sin afectar ni debilitar la población de obreras. Cardenal (2) señala que la acción indirecta genera las consecuencias siguientes: falta de nodrizas sanas, desencadenando la aparición de enfermedades en las crías como la micosis; escasez de reservas proteicas en las abejas, que aumenta su sensibilidad a varios productos fitosanitarios, y las virosis y bacteriosis, por la acción inoculativa. 

La varroasis produce daños visibles tales como: abdomen deforme y de menor tamaño, deformaciones en las alas y, a veces, ausencia de las mismas. En parasitosis elevadas (más de 25% de las abejas), la población disminuye drásticamente, el peso promedio decrece hasta 25% y la longevidad se acorta a 25 días. La temperatura es muy importante en la tasa de reproducción del ácaro. En Argentina y países de Europa, en inviernos muy fuertes, el parásito evoluciona aceleradamente, causando graves daños a la apicultura si no es controlado adecuadamente. En la época de mayor producción vive dos meses, elevándose a ocho meses en el invierno.

Esta enfermedad se detectó por primera vez en el continente americano en Paraguay (1969), lugar desde el cual se diseminó por toda América, a través de Brasil, al utilizar material gen ético para fines de investigación y por enjambres silvestres contaminados, así como por la apicultura transhumante (11), ya que este tipo de actividad las transforma en una portadora ambulante de la enfermedad.

 En Venezuela se detectó por primera vez en el estado Harinas (1991), según lo señalan Principal et al. (9). A pesar de ser esta enfermedad sumamente dañina, es casi nula la información existente acerca de su efecto detrimental en la producción de miel.

Por lo antes expuesto, el objetivo del presente trabajo es determinar la prevalencia de varroas en enjambres silvestres y su influencia sobre la producción de miel, debido a que esta fauna es una fuente adicional de abastecimiento de abejas y, además, coexiste y compite con las abejas de los apiarios comerciales. 

MATERIALES Y MÉTODOS 

El estudio se realizó en la Estaci6n Experimental Jaime Henao Jaramillo, Facultad de Agronomía, Universidad Central de Venezuela, ubicada en el Municipio Guaicaipuro, estado Miranda. La regi6n se encuentra enmarcada dentro de la zona de vida del bosqú1 húmedo premontano, a 1.410 msnm, con una precipitaci6n anual de 1.250 mm, distribuida homogéneamente entre mayo y noviembre, y precipitaciones aisladas en el período de diciembre a abril. La temperatura promedio es de 18 °C y una humedad relativa media de 80%. 

Se trabajó con 18 enjambres de abejas híbridas africanizadas, las cuales fueron capturadas y encolmenadas en el mes de septiembre de 1994; de estos enjambres sólo perduraron 10. Los datos se procesaron a través de un método no paramétrico (tabla de contingencia de 2 x 2) y por la prueba de T apareada. El ensayo se realizó desde septiembre de 1994 hasta enero de 1995, en dos fases. La primera consistió en tres muestreos. El primero se efectuó durante las dos primeras semanas del encolmenamiento de los enjambres, con el objeto de determinar la presencia de varroas en abejas adultas. La metodología utilizada denominada diagnóstico precoz, descrita por Peldoza (8) y Manrique (7), para detectar la presencia del ácaro en abejas adultas, comprendió los pasos siguientes: 

En un frasco de vidrio de 500 cc de capacidad, con 250 cc de gasolina, se introdujeron alrededor de 200 abejas luego de sacudir dos cuadros de la cámara de cría, en un embudo de cartón, cuidando de no incluir a la reina. Inmediatamente se cerró el frasco con una tapa agujereada y se lleno con gasolina; posteriormente se cerró con una tapa hermética, dejando reposar por media hora. 

Luego de este lapso de tiempo, el contenido del frasco fue trasegado virtiendo el contenido en una botella de plástico cortada en el fondo, colocándosele a éste una malla para retener a las abejas. Seguidamente se filtró el líquido remanente con papel filtro, sobre el cual quedaron los ácaros y posteriormente se contó el número de abejas. 

El segundo muestreo se realizó para determinar varroas en abejas adultas y sus crías, seis semanas después del encolmenamiento, período en el cual las abejas han estirado la cera y tienen crías operculadas. A tal efecto, se realizó el diagnóstico precoz y adicionalmente se tomaron muestras de 50 cm2 (10cm x 5cm) de loS cuadros centrales Con cría abierta de obreras y zánganos, abriendo 100 celdas de cada casta por cada colmena examinada. Posteriormente, se extrajo la cría y se examinó en plena exposición de luz, para observar la presencia de varroas y determinar el porcentaje de ácaros al dividir el número de celdas Con ácaros entre el número de celdas muestreadas multiplicado por 100, tal como lo señalan De Jong y Mantilla (3). 

El tercer muestreo se realizó a principios de diciembre con la finalidad de verificar si el nivel de infección en la cría había aumentado durante el flujo nectarífero. La metodología empleada fue similar a la descrita en el segundo muestreo.

La segunda fase se realizó desde principio de noviembre de 1994 hasta finales de enero de 1995, en la cual se realizaron mediciones de producción de miel, según la metodología descrita por Gómez (4) y Manrique (7). 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 El Cuadro 1 presenta los resultados porcentuales obtenidos de en- jambres positivos de varroas en los muestreos realizados, observándose que no hubo diferencia significativa; en los muestreos no hubo presencia de ácaros en las colmenas. Es importante destacar que el parásito, en ninguno de los muestreos, estuvo presente en el cuerpo de las abejas adultas. Sin embargo, en las crías, principalmente de zánganos, se observó la presencia de varroas.

La ausencia de varroas en abejas adultas pudiera deberse a que el parásito estaba en fase de multiplicación y los daños no se hacen aparentes, tal como lo señala Peldoza (8). Esta aseveración es reforzada por muestreos realizados por el autor de este trabajo en apiarios del estado Portuguesa, donde se contactó el alto nivel de infestación en abejas adultas. 

CUADRO 1. Prevalencia de varroas en abejas adultas de enjambres muestreados.

Enjambres Muestreados Enjambres Positivos Prevalencia de Varroas (%)
El = 18 0
       NS
0
       NS
E2 = 10 0 0

NS = No significativo, (P > 0,05) según la prueba de Chi cuadrado. 
El = Muestreo uno, durante las dos primeras semanas de encolmenamiento.
E2 = Muestreo dos, seis semanas después del encolmenamiento.

En el Cuadro 2 se muestran los valores porcentuales promedios de ácaros en celdas de zánganos y de obreras, observándose que no hubo diferencias significativas entre los diferentes muestreos E2 (período de preflujo) y E3 (período de cosecha), al obtenerse promedios de 16,2% y 0,2%; 12,8% y 0,6%, respectivamente. Por otra parte, se aprecia que los porcentajes de varroas en celdas de zánganos son muy superiores a la infestación de celdas de obreras. Este comportamiento se puede considerar normal, debido a que las varroas prefieren las celdas de zánganos, porque estos son de mayor tamaño. Su período de operculado es más largo que el de las obreras y segregan mayor cantidad de hormona juvenil (12), la cual atrae más a los ácaros en una relación 9 : 1. Esta respuesta igualmente concuerda con Rosenkranz et al. (10), quienes encontraron el doble de ácaros en celdas de zánganos que en las obreras. Sin embargo, los resultados de este ensayo difieren de los señalados por Koenigen et al. (5), quienes trabajaron con Apis cerana, encontrando valores de 10,3% y 2,5% de ataque de varroas en celdas de zánganos y obreras, respectivamente, los cuales son bajos para zánganos y muy elevados para obreras. Por su parte, Camazine (1) obtuvo valores de 9,4% y 8,6% de infestación en celdas de obreras en hfbridos europeos y africanizados, respectivamente.

Porcentajes de Celdas de Zánganos (Z) y de obreras (O) infectadas con ácaros de Varroa jacobsoni (V).

  Muestreo Enjambres Muestreados Porcentaje de Z Infectados con V Porcentaje de O Infectadas con V
E2 10 16,2 0,2
                                                                                                           NS                                       NS
E3 10 12,8 0,6

NS = No significativo (P > 0,05) según la prueba de Chi cuadrado.
E2 = Muestreo dos. Período de preflujo. 
E3 = Muestreo tres. Período de flujo o cosecha. 

En el Cuadro 3 se presentan los valores promedios de producción de miel, no hubo diferencias significativas; sin embargo, se observa una leve tendencia productiva superior, cuando las colmenas presentaron menor porcentaje de ácaros en celdas de zánganos. Este comportamiento productivo pudiera deberse a que las menos contaminadas poseen mayor resistencia al parásito ya una tasa reproductiva mayor, tendiendo a reducir los efectos detrimentales en la producción de miel, dado que en este ensayo no se afectó mayormente las celdas de obreras, las cuales son la fuerza productiva de la colmena. 

CUADRO 3. Producción de miel (kg/colmena) según el nivel de infestación de varroa (0/c de varroas en celdas de zánganos). 

Nivel de Varroa (%) n Producción de miel kg/colmeoa 
VCl = 0-12  7 24,50 ± 5,30
                                                                                                                              NS
VC2 = 13-25 3 22,90 ± 5,31

 NS = No significativo (P > 0,05), según la prueba de Chi cuadrado. 
VCl = Enjambres con un máximo de 12 varroas por cada 100 celdas de zánganos revisadas. 
VC2 =Enjambres con un mínimo de 13 y un máximo de 25 varroas por cada 100 celdas de zánganos revisadas.

La presencia de varroas en crías de zánganos, bajo las condiciones de este ensayo no afecta mayormente la producción de miel de los enjambres encolmenados. 

Se sugiere continuar los muestreos durante el período de escasez de néctar para cuantificar el nivel de daños bajo esta condición; así mismo, realizar muestreos de las colonias silvestres en las adyacencias de los apiarios establecidos para contrastar el nivel de infestación con este ácaro. 

CONCLUSIONES 

  • La prevalencia de varroasis en enjambres africanizados es muy baja en la fase adulta de las abejas, sin embargo, la aparición de ácaros se hace presente en las crías, principalmente en zánganos debido a su mayor tamaño y con menor proporción en celdas de obreras. 

  • Al muestrear o revisar los enjambres, durante las dos primeras semanas del encolmenamiento aumenta el porcentaje de abandono del nido de cría. 

SUMMARY 

A trial was realized in the Experimental Station Jaime Henao Jaramillo of the Central University of Venezuela, in order to determined the prevalency of Varroa jacobsoni in swarm of wild bee. The evaluation was realized since september 1994 until january 1995, in two phases. In the first, three sampling and two measurement were made: a) swarm infested with varroa acarus in adult bee and b) percentage of acare in drone and worker cells. In the second phase the honey/hive production was measured. For the evaluation 18 swarm were capture, out of which stood only 10, after first sample. The data were analized by a no parametric method and the paired T test. The result not showed significant differences in the varroa prevalency on the swarm, when they have only six week in new hive, with 0%, in old bees. No significant differences were showed in the acarus percentaje between sample with average of: 12.8% and 16.2% in drone cells; 0.2% and 0.6% in workers cells, respectively. It was observe preference of the varroa invander more the drone ceUs that the worker. In the second phase, the honey production showed no significant difference when the swerm had more infestation of varroa, and a more productive tendency when the levels were down, with values of 24.5 vs 22.9 kg honey/hive. It is suggested continue evaluating the prevalency of acarus in hive stable, during the shortage nectar time, in order to determine the level of infestation in this condition. Futhermore, to follow the acarus to deteremine the proportion that parasite affect the honey production of the hive. 

BIBLIOGRAFÍA 

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