Veterinaria Tropical 23(1): 25-42. 1998

 

TUMORES EPITELIALES PRIMARIOS EN OVARIO DE CANINOS

Rafael Infante Bustamante*, Elías Sogbe*,  Gaudy Rodríguez** y Carolina Rodríguez*


*Profesor. Universidad Central de Venezuela
Facultad de Ciencias Veterinarias
Departamento de Sanidad Animal
Maracay 2102. Estado Aragua. Venezuela

**Profesor. Universidad Central de Venezuela
Facultad de Ciencias Veterinarias
Departamento de Producción. Maracay 2102
Estado Aragua. Venezuela

Recibido: noviembre 10, 1997


 RESUMEN

De los 1386 tumores caninos recibidos en el Servicio de Diagnóstico Anatomopatológico de la Facultad de Ciencias Veterinarias, de la Universidad Central de Venezuela, en el período 1978.1996, 20 correspondieron a tumores epiteliales primarios de ovario (1,44%); 17 se diagnosticaron como adenocarcinomas (85%) y 3 como adenomas (15%). La edad promedio de los animales afectados fue de 8 años. De 20 caninos con neoplasias ováricas, 9 mostraron cambios clínicos y patológicos similares a los observados en tumores ováricos hormonalmente activos (45% ), asociados con disturbios hormonales por esteroides, tales como: anestro, ciclos estrales anormales, hemorragia vaginal, alopecia bilateral y simétrica, piómetra e hiperplasia quística endometrial. Las características morfológicas más importantes de los neoplasmas fueron descritas y clasificadas de acuerdo con el criterio de la Organización Mundial de la Salud, para tumores en animales domésticos. De los 17 adenocarcinomas, 8 mostraron evidencias de diseminación metastásica a varios órganos y tejidos {47 ,06% ). 

Palabras Clave: Tumores epiteliales primarios; ovario; neoplasma; caninos.

INTRODUCCIÓN

 Los tumores epiteliales primarios de ovario en caninos no son frecuentes en patología oncológica veterinaria, de allí que los casos reseñados en la literatura mundial no son tan numerosos (MAKEK et al., 1990; NAGARAJAN et al., 1994; OLSEN et al., 1995; STROUD et al., 1973; ZALDIVAR, 1967). En Venezuela no existe información ni antecedentes sobre estos procesos neoplásicos, al menos hasta donde las pesquisas bibliográficas lo permitieron. En general, los trabajos de patología neoplásica en el país, descritos por MENDOZA (1941) y SOGBE (1971), no señalan en su casuística tumores ováricos epiteliales primarios. Es por ello que cobra mucho interés el estudio de esta patología en el período comprendido entre 1978 y 1996. 

Los objetivos del estudio fueron determinar la incidencia de los tumores epiteliales primarios de ovario en caninos, dentro de la casuística de neoplasias de este tipo de animales, a partir de materiales recibidos por el Servicio de Diagnóstico Anatomopatológico de la Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Central de Venezuela, y caracterizar los patrones macro y microscópicos de las lesiones neoplásicas del ovario, así como una posible relación con los hallazgos clínicos. 

MATERIALES Y MÉTODOS 

Los tumores estudiados se obtuvieron a través de la Clínica Veterinaria de Pequeños Animales, de la Facultad de Ciencias Veterinarias      U.C. V.; de profesionales de la medicina veterinaria en ejercicio libre y de laboratorios privados. Los neoplasmas fueron colectados mediante necropsias (10) y por biopsias (10) y recibidos posteriormente en el Servicio de Diagnóstico de Anatomopatológia de esta Facultad. En un período de 18 años (1978-1996) se admitieron 1 386 tumores, de los cuales 20 correspondieron a tumores epiteliales primarios de ovario (1,4%).

 El estudio de los neoplasmas fue conducido en cuatro fases:

1. Estudio clínico: Se analizaron los distintos signos clínicos observados en animales con tumores epiteliales primarios de ovario, a partir de la información contentiva en las historias clínicas. 

2. Examen macroscópico: En el cual fue apreciado el aspecto de las masas tumorales, tamaño, forma, consistencia, superficie, color y diseminación tumoral de los neoplasmas malignos. 

3. Procesamiento de las muestras: Se tomaron muestras, de 2 cm aproximadamente, de los 20 tumores ováricos recibidos, y fueron colocadas en recipientes con solución fijadora de formol bufferado al 10% durante 48 horas. Las muestras fijadas fueron deshidratadas en soluciones alcohólicas de concentraciones crecientes y posteriormente incluidas en parafina; luego seccionadas al microtomo en cortes de 5 a 7m de espesor. Se tiñeron con la coloración de rutina Hematoxilina - Eosina y observadas con un fotomicroscopio Zeiss electrophot II, para obtener micrografías de los casos más representativos.

 4. Clasificación de los tumores: Se efectuó de acuerdo al criterio de la Organización Mundial de la Salud, realizada por NIELSEN et al., 1976.

 RESULTADOS

 Se estudiaron 20 tumores epiteliales primarios de ovario de animales de diferentes razas y edades, discriminados así: 17 resultaron adenocarcinomas (85%) provenientes, en 14 casos, de animales con edades comprendidas entre 1 y 15 años, con una media de 7,6 años. Los 3 restantes resultaron ser adenomas (15%), en animales con edades entre 4 y 12 años, con una media de 9,3 años. 

Adenocarcinomas (AdCA)

 Características clínicas y patológicas. De los 17 animales con diagnóstico de AdCA, 8 mostraron ascitis (47,06%) y 3 hidrotórax (17,65%). Alteraciones patológicas asociadas a disturbios hormonales por esteroides fueron observados en 7 casos de AdCA (41,18%), los cuales se relacionan con acción estrogénica prolongada y actividad de la progesterona; de estos casos en particular, 3 presentaron piómetra (42,86%) y los otros 4 mostraron hiperplasia quística endometrial (57,14%), uno de los casos con anestro de dos años. También se diagnosticó hiperplasia quística endometrial en uno de los animales con piómetra . 

Observaciones macroscópicas. El ovario afectado fue reconocido en 15 casos (88,2% ); en 10 animales ambos ovarios estuvieron afectados seriamente por el proceso tumoral (66,67%), 4 estaban ubicados en el ovario izquierdo (26,67%) y 1 en el ovario derecho (6,67%). Los neoplasmas variaron de tamaño (conocido en 12 casos) entre 0,5 y 22 cm de diámetro, con una media de 5,6 cm. Los tumores mostraron superficie lisa, y al corte, múltiples cavidades quísticas, que contenían un fluido rojo oscuro y, en oportunidades, incoloro. En un número apreciable de las neoplasias se evidenciaron proyecciones nodulares y papilares. La mayoría de las neoplasias presentaron al corte aspecto quístico y papilar, alternando con áreas sólidas (Figuras 1 y 2). Algunos neoplasmas se apreciaron como grandes masas necróticas y hemorrágicas (Figura 3). 

FIGURA 1. Aspecto macroscópico de cistoadenocarcinoma papilar en ovario derecho (OD) en un canino de la raza English Setter de un año (Caso No. 5). Obsérvese ovario izquierdo de apariencia normal (01).

FIGURA 2. Magnifestación de la macroscópica  del  cistoadenocarcinoma papilar observado en la Figura 1. Nótense espacios multiquísticos conteniendo liquido pardo oscuro (EM). Se indican también áreas sólidas (AS).

FIGURA 1. Aspecto macroscópico de cistoadenocarcinoma papilar en ovario derecho (OD) en un canino de la raza English Setter de un año (Caso No. 5). Obsérvese ovario izquierdo de apariencia normal (01).

FIGURA 2. Magnifestación de la macroscópica  del  cistoadenocarcinoma papilar observado en la Figura 1. Nótense espacios multiquísticos conteniendo liquido pardo oscuro (EM). Se indican también áreas sólidas (AS).

Observaciones microscópicas. El proceso neoplásico invadió casi todo el tejido ovárico, encontrándose que la estructura histológica predominante es de tipo papilar alternando con otras de aspecto pseudoquístico (Figura 4), que en la mayoría de los casos es arborecente (Figuras 5, 6, 7). 

Algunos tumores mostraron áreas sólidas de células neoplásicas. La organización de las células se estructuró desde una simple capa de células cuboides o columnares soportadas por escaso tejido conectivo. Las capas celulares antes mencionadas constituyeron el revestimiento de los espacios quísticos. Las células tumorales mostraron núcleos demarcados con citoplasma escaso e indistintamente circunscrito.

Las figuras mitóticas fueron escasas a pesar de la apariencia maligna del crecimiento tumoral. En algunos neoplasmas se encontraron cuerpos similares a los de psammoma (Figura 4). 

FIGURA 3. Apariencia macroscópica de cistoadenocarcinoma papilar en ovario derecho (flechas), en un canino de la raza Cocker Spaniel de ocho años (Caso No.16). Nótense amplias áreas indistintas de hemorragia, necrosis (NH) y el ovario izquierdo de aspecto normal (01).

FIGURA 4. Detalle histológico (mayor aumento) de otra zona de cistoadenocarcinoma papilar (Caso No. 5), mostrando grandes cavidades conteniendo células tumorales (CT), proyecciones papilares (P) y líquido eosinofílico (LE). Se aprecian cuerpos similares a los de Psammoma (CP). HE: l00x.

FIGURA 3. Apariencia macroscópica de cistoadenocarcinoma papilar en ovario derecho (flechas), en un canino de la raza Cocker Spaniel de ocho años (Caso No.16). Nótense amplias áreas indistintas de hemorragia, necrosis (NH) y el ovario izquierdo de aspecto normal (01).

FIGURA 4. Detalle histológico (mayor aumento) de otra zona de cistoadenocarcinoma papilar (Caso No. 5), mostrando grandes cavidades conteniendo células tumorales (CT), proyecciones papilares (P) y líquido eosinofílico (LE). Se aprecian cuerpos similares a los de Psammoma (CP). HE: l00x.

Metástasis. De los 17 AdCA, 8 diseminaron a varios órganos y tejidos (47 ,06% ), tales como: peritoneo, diafragma, hígado, bazo, vejiga urinaria, vesícula biliar, glándula adrenal, íleon, páncreas, estómago, tráquea, ligamento ancho urinario, aorta abdominal, músculo esquelético y gánglios linfáticos (mesentéricos, brónquicos y sublumbares).

FIGURA 5. Micrografía de cistoadenocarcinoma papilar (Caso No.5) mostrando crecimiento papilomatoso (P). HE: 140x.

FIGURA 5. Micrografía de cistoadenocarcinoma papilar (Caso No.5) mostrando crecimiento papilomatoso (P). HE: 140x.

Ademonas (Ad)

Características clínicas y patológicas. Los 3 animales con con Ad presentaron alteraciones patológicas asociadas a disturbios hormonales por esteroides. Uno mostró descarga hemorrágica vulvar y piómetra; en el segundo animal se evidenció tumefacción vulvar, pelo hirsuto, alopecía simétrica y bilateral, pérdida de elasticidad de la piel y metritis crónica supurativa; el tercer animal reveló signos de piómetra.

 Observaciones macroscópicas. Los 3 Ad eran bilaterales y el tamaño varió de 1 a 14 cm (100%), con una media de 8 cm. Los neoplasmas se presentaron como masas de aspecto sólido y nodular, mostrando un color blanco-grisáceo al corte, separados por delgados tabiques rosados-grisáceos, en algunos casos gruesos y de aspecto carnoso. Los tumores estaban delimitados por una delgada cápsula rojo-grisáceos y vascularizada.

Observaciones microscópicas. Las masas neoplásicas se localizaron subyacentes al epitelio germinal de ambos ovarios, y mostraron una cápsula delgada, de donde partían septos finos interconectados a través de toda la masa tumoral (Figura 8). Las células neoplásicas evidenciaron morfología cuboidal con núcleo grande, pálido y con prominente nucléolo, citoplasma indistintamente demarcado, estas células se organizaron formando estructuras similares a acinos (Figura 9). Se observó escasas mitosis. 

FIGURA 6. Aspecto microscópico de cistoadenocarcinoma a mayor aumento (Caso No.5). Observándose desde simple a múltiples capas de células epiteliales cuboidales o columnares (flechas) soportadas por tejido conectivo (TC), el cual muestra invasión de células neoplásicas (I). HE: 250x.

FIGURA 7. Apariencia histológica de cistoadenocarcinoma en otra área de la superficie epitelial ovárica y del estroma (Caso No.5). Obsérvese hemorragia (H) y pequeñas proyecciones papilares emergiendo de la superficie ovárica (P). Nótese la invasión del estroma ovárico con presencia de células tumorales intraquísticas (CT). Se observan cuerpos similares a los de Psammoma (CP). HE: 95x.

FIGURA 6. Aspecto microscópico de cistoadenocarcinoma a mayor aumento (Caso No.5). Observándose desde simple a múltiples capas de células epiteliales cuboidales o columnares (flechas) soportadas por tejido conectivo (TC), el cual muestra invasión de células neoplásicas (I). HE: 250x.

FIGURA 7. Apariencia histológica de cistoadenocarcinoma en otra área de la superficie epitelial ovárica y del estroma (Caso No.5). Obsérvese hemorragia (H) y pequeñas proyecciones papilares emergiendo de la superficie ovárica (P). Nótese la invasión del estroma ovárico con presencia de células tumorales intraquísticas (CT). Se observan cuerpos similares a los de Psammoma (CP). HE: 95x.

DISCUSIÓN 

Los tumores epiteliales primarios ováricos se originan del epitelio de la superficie ovárica. En la bibliografía revisada estos neoplasmas constituyeron el segundo tipo más común en estos animales y, al menos 66, fueron estudiados (CAMMARATA et al., 1986; COTCHIN, 1961; DOW, 1960; GREENE et al., 1979;HENNET, 1991;JABARA, 1962;KADDATZ, 1981; LADD, 1971). De los 66 neoplasmas, 33 fueron Ad serosos, 2 Ad pseudomucinosos y 31 AdCA. La edad conocida en 29 animales con Ad varió entre 4 y 15 años, con una media de 10 años. La edad señalada en 11 animales afectados por AdCA varió entre 5,5 y 13 años, con una media de 9,5 años.

FIGURA 8. Micrografía de Ad de ovario en un canino de la raza Pastor Alemán de 12 años (Caso No.19). Obsérvese amplia área tumoral (T) delimitada por cápsula delgada de tejido conectivo (CC). HE: 40x. 

FIGURA 8. Micrografía de Ad de ovario en un canino de la raza Pastor Alemán de 12 años (Caso No.19). Obsérvese amplia área tumoral (T) delimitada por cápsula delgada de tejido conectivo (CC). HE: 40x. 

En este estudio, los tumores epiteliales primarios de ovario fueron los más frecuentes, resultados que no concuerdan con los hallazgos descritos en la literatura revisada, en la cual los tumores de células de la granulosa eran los más comunes, al menos 92 fueron señalados así (ALLEN, 1975; ANDERSON, 1986; CALAPRICE et al., 1985; CHENG, 1993; DROEGERMUELLER, 1991; McKEE, 1985; NORRIS et al., 1970; PLUHAR et al., 1995; RYER y RYER, 1980).

FIGURA 9. Micrografía a mayor aumento del Caso No.19. Obsérvese numerosas estructuras similares a acinos revestidos por células epiteliales cuboidales bien diferenciadas (flechas). Nótese escaso estroma (E). HE: 400x. 

FIGURA 9. Micrografía a mayor aumento del Caso No.19. Obsérvese numerosas estructuras similares a acinos revestidos por células epiteliales cuboidales bien diferenciadas (flechas). Nótese escaso estroma (E). HE: 400x. 

Con respecto a la edad, los animales con AdCA estaban entre los 1 y 15 años (X=7,6 años) y los afectados con Adentre 4 y 12 años (X=9,3 años), situación que concuerda con lo señalado en otras investigaciones reseñadas en este estudio, diferenciándose únicamente en el comportamiento biológico de los neoplasmas, debido a que en este trabajo predominaron los tumores malignos (adenocarcinomas), mientras en la literatura revisada los más frecuentemente referidos eran los tumores benignos (adenomas).

Los tumores epiteliales primarios de ovario en estos animales son a menudo bilaterales y simétricos. La explicación de ello se debe al hecho que las células del epitelio germinal del ovario poseen receptores sensibles a estimulación estrogénica, lo que trae como consecuencia las neoplasias ováricas por exposición continua a los estrógenos (ABU-JAWDEH et al., 1996; BLAAKAER et al., 1993; HENZEEN-LONGMANS et al., 1994; KLEBACK et al., 1993; NOGUCHI et al., 1993; RINK et al., 1996; RYBIN et al.,1996). 

En sus trabajos, JABARA (1962) indujo experimentalmente carcinomas papilares en animales mediante la administración prolongada de dietilestibestrol; al suspender el suministro del mismo, los neoplasmas sufrían un proceso regresivo. 

En este trabajo la mayoría de los tumores epiteliales primarios de ovario fueron observados como quísticos y papilares cuando se examinaron macro y microscópicamente. El aumento del tamaño del abdomen, acompañado de ascitis, hidrotórax, disuria y constipación en animales adultas e intactas se ha asociado con AdCA de ovario (BARRET y THE1LEN, 1977; MADEWELL y MULNIX, 1977). En ambos neoplasmas, Ad y AdCA, se han observado cambios clínicos y patológicos asociados a disturbios hormonales por esteroides, relacionados con acción estrogénica prolongada y actividad de la progesterona, tales como. tumefacción y hemorragia vulvar, pelo hirsuto, alopecia simétrica y bilateral, piel inelástica, anestro, hiperplasia quística endometrial y piómetra (COTCHIN, 1961; GREENE  et al., 1979; JUBB et al., 1985; KADDATZ, 1981; McCAUDLISH et al ., 1979; MOULTON, 1978; STROUD et al., 1973). Estos hallazgos son coincidentes con los casos estudiados en esta serie; sin embargo, resulta difícil asociar signos clínicos con los tumores de ovario de una manera exacta, debido a que animales que no padecen de tumores ováricos también son afectados por piómetra e hiperplasia quística endometrial. DOW (1960) y COTCHIN (1961), hace más de 30 años, sugirieron que los disturbios endocrinos son frecuentes en animales longevas y pudieran no tener relación con tumores ováricos.

 CONCLUSIÓN

  •  En animales con signología relacionada con disturbios hormonales por esteroides (estrógeno y progesterona), debe plantearse la posibilidad diagnóstica de tumor ovárico porque, aún cuando ellos no son patognomónicos de esta patología, son sugestivos, lo cual es una pauta para la realización de un estudio clínico amplio, radiográfico y ecosonográfico. 

  • Es conveniente realizar un estudio citovaginal en casos diagnosticados clínicamente como tumor de ovario, con el objetivo de evaluar la acción de los estrógenos y la progesterona sobre ese epitelio; análisis por radioinmunensayo también estarían indicados.

  •  El envío de la pieza completa extirpada quirúrgicamente es lo más indicado, ya que en una misma masa tumoral pueden coexistir varios patrones histológicos de tipo benigno o maligno, lo cual no puede ser evaluado con la toma de una simple cuña de tejido.

  •  Es necesario reconocer la presencia de hormonas sexuales en tejido tumoral ovárico mediante el método de inmunoperoxidasa (Peroxidasa antiperoxidasa). 

  • Debe realizarse un seguimiento clínico de los casos diagnosticados clínica e histopatológicamente, a fin de establecer su comportamiento biológico, pronóstico y sobrevida del animal.

 SUMMARY

 At the Anatomophatology Section, Veterinary School, Central University of Venezuela, were received 1 386 canine tumers during the period 1978-1996. Twenty were diagnosad as primary epithelial tumors of ovary in canines (1.44%) .They included 17 adenocarcinomas (85%) and 3 adenomas (15%). The mean age of the affected animals was 8 years old. In 9 (45%) of the 20 canines with ovarian neoplasms showed clinical and pathological changes similar to those seen in hormonally active ovarian tumors, associated with steroid hormonal disturbances, such as: anestrus, abnormal estrus cycles, vaginal bleeding, bilateral and symmetrical alopecia, pyometra and cystic endometrial hyperplasia. The most important morphologycal features of these tumors were described. The neoplasms were classified according to the criteria of the World Health Organization for classification of tumors in domestic animals. Eight ofthe 17 adenocarcinomas (41 %) had disseminated to various organs and tissues. 

Key Words: Primary epithelial tumors; ovary; neoplasm; canines.

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