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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 18 Mayo-Julio 1985 | |
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FONAIAP DIVULGA No. 18 Mayo-Julio 1985 |
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Johnny Carillo |
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Es una planta caracterizada por originar una serie de estructuras llamadas "dientes" o "bulbitos': que su conjunto conformará la "cabeza de ajo". Estos "dientes" con los utilizados por los agricultores para la siembra, ya que se propaga o multiplica sólo bajo este esquema asexual por no producir semilla sexual como el resto de las plantas hortícola conocidas. El nombre científico de esta hortaliza es Allium sativum colocándola muchos botánicos dentro de las 15 plantas de uso terapéutico general a nivel mundial. En el país, el ajo es cultivado principalmente en aquellos lugares donde las temperaturas ambientales son frescas caso de Los Andes, zona alta del Estado Lara y Miranda. La superficie de siembra ha variado muy poco desde 1962 con 509 hectáreas cosechadas y rendimientos de 4.414 kgs/ha cosechadas, a 1984 con 782 hectáreas cosechadas y 5 572 kgs/ha, con una variación muy acentuada del precio por kilogramos, estando en Bs. 3,86 en 1973 y Bs. 14,90 en 1984. Un análisis de esta situación lo vamos a encontrar en la sustitución de áreas agrícolas tradicionales por otras hortalizas motivado a problemas de fitopatógenos presentes en el suelo y la semilla de ajo comercializada, ya que su siembra se hace mediante la selección y cuidado de los dientes provenientes de la cabeza de ajo, la cual se comercializa (como semilla) sin ningún tratamiento o control fitosanitario, lo que ocasiona una multiplicación y diseminación de pestes vegetales (plagas y enfermedades) que contaminan suelos otrora sanos. El ajo es una planta de bulbo que para la formación de él requiere ciertas condiciones relacionadas con las horas-luz y temperatura ambiente, por lo cual sus mayores zonas de siembra están ubicadas sobre los 1.200 msnm, asegurando una temperatura fresca durante ciertas épocas del año propicias para su cultivo. En nuestro país se siembran principalmente 2 clones o variedades conocidas como ajo blanco "criollo" de cabeza y dientes pequeños de color blanquecino y ajo morado de cabeza y dientes grandes de color morado. Dentro de cada país existen selecciones particulares adaptadas a las condiciones locales y así tenemos que Chile, un gran exportador mundial, presenta selecciones adaptadas a días-luz de mayor intensidad que México, otro país exportador. En el mercado internacional las variedades blancas tienen una mayor aceptación y demanda que las moradas aún cuando éstas no dejan de ser buenas. Vamos a encontrar que las variaciones de selección se van a referir a fotoperíodo (largo o corto), precocidad, coloración y rendimiento. EL AJO EN ZONA CÁLIDA El cultivo del ajo presenta una serie de consideraciones parecidas al cultivo de cebolla (pertenecen al mismo género botánico) excepto que la cebolla puede multiplicarse por semilla sexual o por la siembra de bulbo; además la cebolla se desarrolla muy bien en zonas bajas cálidas, presentando un desarrollo muy lento sembrada en pisos climáticos por encima de 1.300 msnm. Debido a estas consideraciones se ha creído conveniente el proponer la posibilidad de sembrar ajo bajo condiciones de temperaturas cálidas (24°-26°C) y suelos con características arcillosas. Esta experiencia no es nueva, Cuba tiene desde 15 años atrás una experiencia relacionada al tema en cuestión. Ellos desarrollaron, mediante una selección clonal de 10 años con materiales nativos, una serie de clones que manifiestan características de adaptación a pisos climáticos bajos de 400 a 600 msnm, y zonas con temperaturas promedio de 26°C, además de ser suelos con altos contenidos de partículas finas tipo arcilla. Este trabajo se concentró en buscar una adaptación vegetal, mediante una selección masal, que permitiese producir esta hortaliza bajo las condiciones tropicales de la Isla, ya que su demanda no podía ser cubierta con éxito. Hoy en día disponen de selecciones particulares llamadas trocha, colón, guanabara y otros. En el país se dispone de esta experiencia hace años atrás. Se realizó una siembra comercial en el Valle de Quibor por un agricultor próspero e innovador, obteniéndose una producción aceptable bajo las condiciones existentes: desconocimiento del cultivo, siembra no adecuada relacionado a la densidad usada y no selección de la semilla previamente. Posteriormente se volvió a sembrar otro material de ajo blanco, en un área experimental de 1.200 m2, con las experiencias anteriores, lográndose obtener resultados promisorios. La formación y desarrollo del bulbo fue normal al cultivo con una gran formación de bulbos aéreos (tipo de apomixis) característico del ajo blanco criollo. Los bulbos tuvieron un promedio de 4.85 cm de diámetro para un ciclo de producción de 110 días a cosecha y rendimientos experimentales de 4.050 kgs/ha. Cabe señalar que el material no pudo ser seleccionado fuertemente debido a la poca cantidad de semilla suministrada. Se debe mencionar que la época de siembra, bajo las dos condiciones, fue el último trimestre del año. CONSIDERACIONES FINALES La experiencia descrita deja una gran posibilidad de expandir las explotaciones
agrícolas en el país, máxime ahora cuando los suelos agrícolas presentan una
problemática fitosanitaria bastante difícil pero se debe hacer mención de que el cultivo es atacado por la misma problemática fitosanitaria de la cebolla, la que estaría propenso a ser atacado por Raíz Roja, hongo del
suelo, en aquellos suelos infestados por el patógeno. Esto deja una puerta de estudio futuro a lograr
afinar una serie de problemas planteados en la relativo al material de semilla y un programa de desinfección de esta semilla para evitar contaminaciones futuras de las nuevas áreas de siembra. |
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