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FONAIAP DIVULGA No. 19 Septiembre-Diciembre 1985 |
Jos� M. Morocoima |
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En 1970 aparece en los Estados de Bah�a, Esp�ritus Santos y M�nas Gerais, Brasil, y ya para 1972 se hab�a extendido a los Estados de Sao Paulo y Paran�, quedando invadidos por la enfermedad la zona m�s importante de producci�n cafetalera de ese pa�s. Desde entonces, se ha propagado a Argentina, Paraguay, Bolivia, Per�, Ecuador, Guatemala, M�xico, Honduras, Nicaragua, El Salvador y en Septiembre y Diciembre de 1983 aparece en Colombia y Costa Rica. En Octubre de 1984 en Venezuela, espec�ficamente en el Estado T�chira. Uno de los problemas m�s graves que confronta nuestro pa�s en materia cafetalera es la baja productividad de 5 quintales por hect�rea (230 kg, caf� oro), rendimiento que apenas alcanzar�a para efectuar los controles de Roya anual. Si tomamos en consideraci�n que esto lo logra el 90% de productores, con peque�as fincas entre 1 a 3 hect�reas, podemos deducir que no est�n en capacidad ni econ�mica ni t�cnicas para hacerle frente a un control efectivo del mal, el cual amerita un costo elevado (Bs. 3.000 a 4.000 estimados por hect�rea anual), a ello se agrega que la mayor�a de nuestros cafetales est�n muy deteriorados y no responden satisfactoriamente a los tratamientos en el control de la enfermedad. De acuerdo a estudios econ�micos realizados se estima que para convivir con la Roya, mediante los tratamientos preventivos de la enfermedad, es necesario producir entre 20 a 25 quintales de caf� por hect�rea (920 a 1.150 kgs. oro/ha.), lo cual arrojar�a un margen de utilidad para que el productor pueda subsistir con el cultivo del caf�. (Bs. 6.000 a 8.000 de rentabilidad anual p./ha). Al tener la Roya en nuestro pa�s, nos quedan dos alternativas bien definidas que debemos poner en pr�ctica, si queremos seguir produciendo caf�, la primera es usar cultivares de altos rendimientos, preferiblemente de porte peque�o, como son el Catua�, Caturra, H�brido de Santa Ana y otros que re�nan estas caracter�sticas, los cuales facilitar�an un mejor manejo en los controles de la enfermedad, recolecci�n y dem�s pr�cticas del cultivo. Los Centros de Investigaci�n del pa�s han generado un "paquete tecnol�gico" que permiten obtener altos rendimientos (50-90 qq/ha.) y as� poder convivir con la Roya; pero es necesario hacer un buen uso de estas pr�cticas a fin de lograr los objetivos perseguidos, como es el aumento de la producci�n y la productividad. Este "paquete tecnol�gico" comprende, entre otros los siguientes aspectos: * Uso de variedades o cultivares de altos rendimientos y buena adaptaci�n a las diferentes regiones cafetaleras del pa�s. * Densidades de siembra adecuadas de 4.000 a 5.000 plantas por hect�rea * Uso racional de fertilizantes de 2 a 3 aplicaciones anual (1.500 a 2.000 kgs/ha/a�o). * Controles preventivos de plagas y enfermedades (6 a 8 veces/a�o). * Controles qu�micos de malezas ( 4 a 6 veces/a�o). * Uso racional de la poda, empezando en forma sistem�tica a partir de la tercera o cuarta cosecha, de acuerdo a las condiciones generales de la plantaci�n. * Sombra adecuada, usando entre 50 a 120 guamos por hect�rea, seg�n la altitud y humedad relativa de la regi�n. Mediante el uso racional de las diferentes pr�cticas anteriormente indicadas, es completamente factible obtener rendimientos de 30 a 60 quintales por hect�rea y poder convivir perfectamente con la Roya en nuestros cafetales. La otra alternativa ser�a, la renovaci�n de cafetales mediante la utilizaci�n de cultivares resistentes a la Roya, como es el H�BRIDO DE TIMOR, �nico tipo de cafeto en el mundo que es resistente a todas las razas de Roya hasta ahora estudiadas y clasificadas esta alternativa es a largo plazo, por cuanto no hay en el pa�s disponibilidad suficiente de semilla de este cultivar para satisfacer la demanda nacional; tambi�n se podr�an incrementar los Catimor resistentes a algunas razas de Roya. Sin embargo, ser�a muy conveniente que a los productores se les recomiende, por lo menos, el establecimiento de un peque�o lote de H�brido de Timor, que puede ser de un cuarto, media o una hect�rea a fin de ir propagando este material en las diferentes regiones cafetaleras del pa�s. Igualmente, se sugiere que en aquellas zonas cafetaleras que por sus condiciones de lejan�a, sin v�as de comunicaci�n, topograf�a muy accidentada y donde los productores no pueden utilizar los cultivares de altos rendimientos que, l�gicamente necesitan una buena tecnolog�a, entonces se les debe recomendar la sustituci�n de T�PICA por el H�BRIDO DE TIMOR en forma gradual y de acuerdo a las disponibilidades de semillas de este material en los centros de Investigaci�n o de algunas regiones cafetaleras donde ya se est� propagando el H�brido de Timor. Finalmente recomendamos a nuestro caficultores utilizar todas las pr�cticas mejorarlas en el cultivo de cafeto generadas por las Estaciones Experimentales del pa�s, las cuales est�n a disposici�n de ellos incluyendo la asistencia t�cnica, a trav�s del Fondo Nacional del Caf�, Organismo encargado del Desarrollo de la Caficultura a Nivel Nacional. Es preferible y aconsejable tener peque�as
extensiones ( 3 a 10 has) bien atendidas con buenos rendimientos (30 a 40 quintales por hect�rea) y no
grandes extensiones (50 a 100 ha o m�s) con una baja productividad (3 a 5
qq/ha) que en la
mayor�a de los casos, no alcanzan ni para cubrir los costos de mantenimiento. |
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