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FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 24 Abril-Junio 1987 | ||||||||||||||||||||||||||||
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FONAIAP DIVULGA No. 24 Abril-Junio 1987 |
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La aparición de la marea roja o "turbio", como comúnmente se le llama, siempre ha despertado interés desde el punto de vista científico por las consecuencias que suele traer para la pesca y cultivos de moluscos Biol. Ms. Sc. Amelia
La Barbera |
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En Venezuela, es la región Nororiental la de mayor incidencia en la ocurrencia del fenómeno, dado que en ella se conjugan periódicamente una serie de factores físicos y químico (temperatura, luz, nutrientes, corrientes, etc.). Esto produce un impacto bastante severo en la región, tanto desde el punto de vista económico como de salud. Por una parte, ha afectado el desarrollo de actividades de cultivo de moluscos (mejillones) y por la otra, la comercialización de productos derivados de las actividades extractivas del sector pesquero, que ha traído como consecuencia intoxicaciones y en algunos casos la muerte de personas. Venezuela ha sufrido seis brote de intoxicaciones paralíticas por moluscos, ocasionados por marea roja, todos estos localizados en la zona Nororiental, especialmente los Estados Nueva Esparta y Sucre. El primer brote se reportó el 7 de mayo de 1977 en la localidad de Manzanillo, Estado Nueva Esparta, con muerte de una niña por parálisis respiratoria. El segundo brote se presentó a Norte del Estado Sucre el 26 de julio de 1977 con 230 casos de intoxicados de los cuales 9 murieron. Durante los años 78, 80 y 86 si presentaron 3 brotes más de intoxicaciones, todos localizados en las Costas del Estado Sucre, resultando en 2 casos de intoxicados con un deceso. Después de la aparición de los brotes tóxicos del año 77, se realizaron estudios cuyos resultados indujeron a pensar en una frecuente periodicidad del fenómeno por razones particulares de nuestras aguas marítimas en las Costas Orientales. Las mismas se enriquecen con frecuencia de nutrientes provenientes de las descargas del río Orinoco que, aunadas a determinadas condiciones físicas y biológicas, favorecen la rápida proliferación de dinoflagelados productores de toxinas. Inicialmente se creía que era sólo la saxitoxina, la toxina causante del I.P.M., pero al desarrollarse y realizarse nuevos experimentos con muestras de mariscos provenientes de diferentes partes del mundo, se observó que estaban presentes otros tipos de toxinas y que la saxitoxina estaba en menor proporción.
Determinación de la toxina en muestra de moluscos: La presencia de toxinas en moluscos comestibles se determina mediante la aplicación de la técnica del bio-ensayo del ratón, obteniéndose una estimación de la concentración de la (s) toxina (s) presente en el material biológico y consiste en macerar 100 g de la carne del molusco, acidificar con 100 ml HCl 0.1 N, calentar determinar pH (recomendable entre 3 y 4) centrifugar, separar sobrenadante e inocular intraperitonealmente 1 ml del extracto a ratones albinos entre 19-21 g de peso. Anotar tiempo transcurrido entre la inoculación y la muerte de cada animal. Si la muestra del molusco está tóxica , los ejemplares que han recibido toxina paralizante sufren de violentos espasmos y mueren por paro respiratorio. Se determina el tiempo de muerte.
Los resultados se pueden expresar en UR o en ug de toxinas cuando se cuenta con el estandard de saxitoxina. En cuanto a la intoxicación en seres humanos, puede ser de diferentes grados y ocurre cuando ciertas especies planctónicas productores de toxinas son ingeridas y concentradas por otros organismos llamados transvectores, que retienen la toxina y que a su vez son consumidos por el hombre. Los transvectores más comunes son los animales filtradores como los moluscos bivalvos. El grado de intoxicación depende del número de mariscos consumidos, del nivel de toxina que contengan los mismos, de la potencia del veneno producido por la especie causante del turbio, de la intensidad de la marea roja y de lo reciente de su aparición. Por todo la expuesto y el hecho de la limitación que impone el no poder identificar en el recurso la presencia de toxinas, es evidente la necesidad de mantener monitores sistemáticos de moluscos y fitoplancton en zonas donde la ocurrencia del fenómeno de marea roja es frecuente. Esto es de gran significación, tanto en salud pública, como por las secuelas de tipo económico que ello implica al limitarse la óptima utilización de muchos recursos marinos por la eventual aparición de una marea roja tóxica, de dinoflagelados, y por ser considerada la región NorOriental, una de las zonas de mayor productividad pesquera. El estudio de las mareas rojas y un efectivo control sobre los moluscos de la zona, es de gran interés, no solamente desde el punto de vista sanitario y económico debido al impacto que este fenómeno puede tener en las actividades pesqueras, por las posibles pérdidas como consecuencia de estrategias de cuarentena y decomiso ante la eventualidad de un brote de marea roja tóxica, sino también de salud. Considerando la importancia del problema, el FONAIAP, ejecuta un programa de control conjuntamente con el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social regional, que permite evaluar el nivel de toxicidad en los moluscos a fin de autorizar su comercialización. A la vez, se desarrolla un proyecto de investigación que tiene como objetivo detectar la presencia, abundancia y distribución de organismos tóxicos en el agua, a través de evaluaciones quincenales del fitoplancton, en localidades donde se ubican bancos naturales y donde se realizan actividades de cultivo, cubriendo toda la costa Oriental del País. Un adecuado sistema de vigilancia ante la eventual aparición de una
marea roja tóxica, así como un plan de manejo y control toxicológico de
especies susceptibles de contener I.P.M., permitiría salvaguardar la salud pública y minimizaría el impacto económico de la
actividad pesquera.
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