FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 24  Abril-Junio  1987

  FONAIAP   DIVULGA  No.  24                                                                                                                           Abril-Junio    1987


La Pesca de Arrastre en Venezuela

José A. González Y. 
Estación  Experimental Guarico 
Sub-Estación  Guanapito
 


 
La pesca de arrastre en nuestro país se inicia en la década del 5O, simultáneamente en el Golfo de Venezuela en la en la zona occidental y en Golfo Triste en la zona central. Para 1970 dada la sustancial caída en la producción de camarón (Penaeus spp) en el Golfo de Venezuela y el Lago de Maracaibo, gran parte de esta flota migra hacia la zona oriental del país. 

Muchos autores coinciden en responsabilizar a la actividad rastrera de la baja producción de camarones, peces obtenida en los años 70 en el occidente del país. Este sistema de pesca constituye un tema muy controversial por varias razones, entre otra su efecto negativo sobre el recurso explotado, sobre el ambiente donde tiene lugar la explotación por la destrucción progresiva de corales que son los sitio de reproducción de muchas especie. Asimismo, la pesca artesanal se ve desfavorecida ya que se reduce la cantidad de peces disponibles e interfiere con los artes de pesca utilizados, como son las nasas, palangres y redes de ahorque.

La pesca de arrastre consiste, como su nombre lo indica, en el arrastre de una red en forma de cono, de dimensiones variables, dependiente del tamaño de la embarcación que la remolca; la única medida de la red que se mantiene constante es el tamaño de orificio de la malla, que generalmente es de media pulgada, para la retención de las especies pequeñas en el copo de la red.

 El avance de la embarcación acciona las amarras que sostienen los portalones, éstos abren la red, a la vez que remueven el fondo, capturando de esta manera la mayor parte de los peces del sitio. 

El sistema de arrastre es muy eficiente en cuanto a captura de especie demersales como camarones (Penaeu spp) y peces de mediano tamaño (palgos, mojarras, picuás, etc); de hecho es la principal fuente de producción de camarón en el país, además constituye un recurso de alto valor monetario el Venezuela. 

Las embarcaciones arrastreras se mueven, con frecuencia, hacia la zona cercana a la costa buscando mayor captura. Las áreas de baja profundidad de la plataforma continental y las desembocaduras de los ríos son ricas el nutrientes, lo que determina una mayor abundancia de organismos acuáticos, pero coincidencialmente también son sitios de postura de huevos y desarrollo de muchas especies de interés comercial; de la misma manera, en la áreas bajas de la plataforma tiene lugar el crecimiento y formación de los bancos de coral. Cuando las embarcaciones se acercan a estos sitios destruyen todo lo que encuentran a su paso con los pesados portalones. El movimiento hacia la línea de costa de las unidad arrastreras  está  regulado  oficialmente a unas 3 millas, sin embargo, es frecuente la violación a esta normativa en búsqueda de una  mayor captura.

Otro aspecto negativo de la pesca de arrastre es, sin duda alguna, la poco selectividad de las redes utilizadas el estas embarcaciones; éstas son del tipo camaronera con un orificio de malla pequeño, con la cual se captura, además del camarón, una gran cantidad  diversidad de organismos (hasta un 80 %) que no tienen importancia económica, pero sin embargo son importantes  en las relaciones ecológica del sistema marino como integrante intermedios de la cadena alimenticia, (puede también incluir ejemplares juveniles de especies de interés comercial esta cantidad de organismos de poco importancia económica, denominad en pesquería "Brosa o Basura" se desecha al mar ya muertos. 

Hay algunas consideraciones que se deben tener en cuenta en el manejo exitoso de una pesquería, tales como la selección de redes de forma que tenga un efecto menos nocivo sobre la fauna de acompañamiento del camarón, implementar nuevas técnicas de captura a mayor profundidad y logra, que la pesquería se mantenga en el máximo rendimiento sostenido. Este significa la mayor extracción posible sin producir efectos negativos sobre el recurso, ya que todo sistema ecológico tiene poder de recuperación pero siempre dentro de ciertos límites.