FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 51   35 años de Experiencia  1996

  FONAIAP   DIVULGA  No.  51                                                                                                      35 años de Experiencia  1996


FONAIAP, 35 Años...,Y ¿después?

Una revisión crítica de los retos y metas que deberá plantearse
 la investigación agropecuaria  en los próximos años

Juvenal Castillo

 Coordinador Nacional del Programa de Investigaciones
 en Sistemas de Producción.


El Fondo Nacional de Investigaciones Agropecuarias celebra su trigésimo quinto aniversario. A lo largo de su historia ha acumulado un conjunto de realizaciones que constituyen parte determinante de la oferta tecnológica agrícola del país. Sin embargo, al hacer el balance entre esa oferta y su grado de adopción por la mayoría de los productores agropecuarios, el resultado no es tan favorable. Durante años hemos tratado de justificar tal contradicción aduciendo como causas: la irracionalidad de los agricultores, su resistencia al cambio, la falta de mecanismos de extensión, entre otras. Pero tales argumentos han venido perdiendo urgencia ante el surgimiento de nuevas realidades.

Tradicionalmente, los investigadores, profesionales universitarios formados bajo el enfoque reduccionista, desarrollan su actividad investigativa con una visión típicamente analítica, orientada exclusivamente a la desagregación de algunos componentes del complejo sistema agrícola. Ello se traduce en una visión de la realidad agraria, estructurado con conceptos dispersos que no pueden constituir un marco de reflexión coherente.

Es por este motivo que los sistemas nacionales de tecnología responden a una visión que aprecio la innovación como derivado linealmente de una cierta tecnológica originado primordialmente a partir de la investigación formal nacional o de la transferencia internacional mediado por ésta. Supone una masa de usuarios potenciales más o menos homogéneos, un sector agrícola aislado y plantea corno reto primario la inducción del aprovechamiento masivo de dicha oferta'. Esta constituye una visión "histórica" que exige ser replanteada (Lindarte y Jaffé, 1994).

Por otra parte, los problemas de la competitividad a escala internacional de la agricultura latinoamericana, así como la conservación de los recursos naturales renovables no pueden ser abordados con el mismo arsenal conceptual y metodológico que empleamos para enfrentar los objetivos de las últimas dos décadas. En consecuencia, la modernización no es asunto de otros, sino la primera y fundamental prioridad de cada uno de nosotros y de cada una de nuestras instituciones. Los cambios globales no se detendrán en el límite de nuestras estaciones experimentales ni en las puertas de las fincas de los agricultores (Berdegué, 1992).

Lo anteriormente señalado, apunta a la urgente modernización del FONAIAP para adecuarlo a las nuevas realidades como componente indispensable (investigación: base del desarrollo agropecuario) de un sistema nacional, en el cual participa un número cada vez más importante de actores diversos (instituciones, ONG, universidades, asociaciones, federaciones, agroindustrias y otras).

En ese orden de ideas surgen dos interrogantes claves: ¿Cuál es el papel del FONAIAP? y ¿Como esos actores podrían trabajar juntos de una manera más armónica e integrada en la meta común del desarrollo sustentable?

En relación con la primera interrogante, vale la pena destacar el objetivo central de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (CORPOICA), surgida como producto de la última reestructuración del Instituto Colombiano Agropecuario OCA): "Realizar investigaciones agropecuarias, transferir sus resultados y prestar asesoría en estas áreas para el desarrollo tecnológico agropecuario, con el fin de mejorar la competitividad de la producción, la equidad en la distribución de los beneficios de la tecnología, la sostenibilidad en el uso de los recursos naturales, la capacidad científica y tecnológica del país y, en general, para elevar la calidad de vida de la población. La planificación y programación participativa involucra a los usuarios de la tecnología y está basada en la descentralización y regionalización de los programas  RMSP, 1995).

En ese objetivo se plasman concluyentemente los elementos determinantes a ser alcanzados por una institución de investigación moderna, participativa y solidaria, que coadyuvará en la difícil tarea de sacar a la agricultura de la situación de minusvalía a que la han llevado las erradas políticas de desarrollo, impuestas en América Latina y el Caribe (ALC), desde la década de los 50 y sustentadas en el modelo de desarrollo urbano-industrial denominado "sustitución de importaciones".

El evidente fracaso de ese modelo económico ha traído como consecuencia que en los últimos años se haya ingresado a una fase de cambio estructural identificada con los programas de ajuste del Banco Mundial y otros organismos internacionales, cuyas características tienen que ver con la liberalización económica interna, las aperturas al comercio internacional y la reforma del Estado. Es por ello que en el actual entorno y referido particularmente a la agricultura, resulta necesario alcanzar logros en la puesta en práctica de políticas que compatibilidad el libre ejercicio de la democracia, la apertura comercial, la modernización productiva, la competitividad, la equidad y la conservación de los recursos naturales renovables GICA/PROCITROPICOS, 1995).

Es innegable que en las últimas décadas han ocurrido cambios determinantes en la agricultura a nivel mundial. Estarnos entrando en una era de cambios permanentes y de incertidumbre. No se puede pensar en la agricultura disociada del desarrollo rural y éste del desarrollo global. Esta constatación confirma la necesidad de repensar las herramientas metodológicas para el análisis, el diagnóstico y la acción.

El enfoque de sistemas, como una aproximación científica desarrollada en los últimos 25 años para conocer, explicar y sobre todo intervenir en fenómenos complejos, ha ganado progresivamente un lugar privilegiado. Basado en ese enfoque se han venido desarrollando, a nivel mundial, un conjunto importante de marcos metodológicos, entre los cuales destacan Farming System Research and Extension (FSR & E) y el de Investigación-Desarrollo (IID).

La aplicación de esos marcos metodológicos ha estado particularmente referida a la solución de la grave problemática que confrontan los pequeños y medianos productores, ubicados en zonas agro ecológicas difíciles y afectados por su evidente dificultad de acceso a insurnos y mercados. La experiencia adquirida en países de Asia, América Latina y África, es hoy abundante y permite asegurar una determinante contribución para mejorar la integración económica y social de esos agricultores, así como un manejo satisfactorio de los recursos naturales.

Los proyectos I/D, basados en la constitución de equipos interdisciplinarios y rnultiinstitucionales y el contacto directo y permanente de los investigadores con los agricultores y los agentes de desarrollo (relación triangular) reportan innumerables ventajas. Entre otras, destacan que: permite a los integrantes del equipo técnico ampliar su capacidad perceptiva de la problemática agrícola y consecuencialmente de su abordaje y solución; ayuda a mejorar el conocimiento de la realidad en la cual la investigación debe actuar; permite la obtención de respuestas prácticas a los productores y a las interrogantes del desarrollo (Castillo, 1995).

La adopción del enfoque sistémico (integración de actividades en las unidades productivas) y holístico (el proceso visto como un todo) en la investigación gerencia de tecnología permitirá una visión más global de los problemas y soluciones además de estrechar la integración de esfuerzos entre las entidades públicas y privadas que se dedican al desarrollo agrícola en el ámbito de cada región o país Muzilli, 1995).

Los programas de innovación tecnológica agropecuaria consideran ahora, en forma creciente, la metodología de investigación en fincas con la participación de los productores, el enfoque de sistemas de producción y la formación de empresas comerciales especializadas o de empresas familiares campesinas con variados niveles de diversificación e integración vertical con otros subsectores de la economía.

El desafío de estos nuevos esquemas de desarrollo y escenarios para el cambio técnico de la agricultura no puede ser enfrentado únicamente con los recursos de la investigación tradicional. Será necesario adoptar una estrategia de crecimiento sustentado en la capacidad de cambio, en la adecuación tecnológica, en la diversificación de la producción y en la dispersión de riesgos. También será necesario crear alianzas entre distintos grupos participantes en el sistema de producción agraria que buscan la complementariedad de talentos, conocimientos tecnológicos y capacidad empresarial (Novoa y Horton, 1994).

Existen en la actualidad múltiples y valiosas experiencias, a nivel mundial, las cuales privilegian la participación activa y permanente de los productores en el proceso de diagnóstico, generación, validación y transferencia de tecnología, mediante la aplicación del enfoque sistémico con base en proyectos interdisciplinarios y multi -institucionales, en áreas geográficas especificas (microrregiones), determinados por el principio de la sustentabilidad agroecológica, económica y social.

Tal realidad debe ser analizada con profundidad, en el proceso de transformación que adelanta el FONAIAP, el resultado de¡ cual no puede ser otro que el surgimiento de una institución moderna, ágil y descentralizada, capaz de dar respuestas rápidas y efectivas a sus clientes naturales: los productores agrícolas.

En conclusión, el futuro del FONAIAP y su participación en los cambios que están en marcha, dependerá de la capacidad de directivos e investigadores para enfrentar con éxito el reto que se les plantea. Esos cambios requieren imaginación, conocimiento, participación, diálogo democrático y sacrificio. El no enfrentarlos o errar en su aproximación, traerá consecuencias negativas, fáciles de prever. No destruyamos ese después que pertenece a las nuevas generaciones de investigadores agrícolas.

Referencias Bibliográficas.

RIMISP. 1995. Boletín Especial NI 18, julio 1995. Santiago de Chile. 4 p.

PROCITROPICOS. 1995. Proyecto regional: regeneración y manejo sostenible de los suelos degradados de las sabanas: una estrategia para la preservación del medio ambiente. En: Documentos de la V Reunión Ordinaria de la Comisión Directiva de PROCITROPICOS. UCA/PROCITROPICOS. Cartagena, Col. 38 p.

BERDEGUÉ, J. 1993. Desafíos para la investigación y extensión en sistemas agropecuarios. El aporte del simposio IESA de Quito. Revista investigación Desarrollo para América Latina. N' 2, abril. FONAIAP/CIRAD. Barquisimeto, Ven. p. 47-53.

CASTILLO, J. 1995. Desafíos de la investigación y desarrollo: la experiencia venezolana. CIAE-Lara. Barquisimeto, Ven. 10 p. (Mimeo).

LINDARTE, E. y W. JAFFÉ. 1994. El sistema nacional de innovaciones agroir>dustriales. Conceptos para su análisis y aplicación. IICA. San José, Costa Rica. 15 P. (Mimeo).

MUZILLI, 0. 1995. Conceptos y estrategias de investigación participativa en el proyecto Sabanas. IICA/PROCITROPICOS. Londrina, Paraná, Bra. 13 p. (Mimeo).

NOVOA ,A y D.HORTON. 1994. Administración de la investigación agropecuaria. Experiencias en las Américas. ISNAR/PROCADI. Tercer Mundo Editores. Santa Fe de Bogotá, Col. 263 p. PD