FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 56  Abril-Junio  1997


  FONAIAP   DIVULGA  No.  56                                                                                                                            Abril-Junio  1997


La producción de mora de castilla en el Táchira

Elido González Molina* Iván Gómez C.**

* Investigador. FONAIAP. Centro de Investigaciones Agropecuarias 
del Estado Táchira. Bramón.
**TAI. FONAIAP. Centro de Investigaciones Agropecuarias 
del Estado Táchira. Bramón.


El cultivo de la mora de Castilla ocupa una superficie aproximada de 156 ha, que generan una producción de 1.046 t/año. Es de gran importancia para los pequeños agricultores por la ganancia que produce, además de diversificar su actividad agrícola.

La producción de mora está despertando la atención de los agricultores de los valles altos del estado Táchira, debiéndose a la alta rentabilidad y a su bajo costo de producción. Los frutos son muy ricos en nutrientes, especialmente en vitamina C. Posee un excelente valor comercial, los productores venden fácilmente a puerta de finca entre 70 a 120 Bs /kilogramo.

Es conocida científicamente como Rubus glaucos Benkt y popularmente como mora. La mora de Castilla pertenece a la familia de las rosáceas. Es una planta arbustivo, espinosa y semi-erecta. Los tallos son bianuales y se desarrollan durante el primer año ,al segundo florecen y luego mueren. Sólo son erectas durante su primer desarrollo para luego arquearse hasta alcanzar el suelo, donde los extremos (al tocarlos) desarrollan raíces.

Los frutos son ovalados, largos, brillantes, de color morado oscuro y están formados por pequeñas drupas adheridas al receptáculo floral. Su composición por 100 g se constituye de 57% de agua; 13,5% de carbohidratos; 1,02% de proteínas; 4,2% de fibra cruda; 17.6 mg de Ca; 0,9 mg de Fe; 177 mg de K; 27 mg de Mg; 0,04 de niacina; 0,02 mg de tiamina; 0,1 5 mg de vitamina, 0,04 mg de riboflavina y 15 mg de vitamina C.

Requerimientos del cultivo

La mora se desarrolla bien en regiones de clima fresco, pues son sensibles al calor y a las deficiencias de agua. El clima ideal es el que prevalece entre 1.500 y 2.500 msnm, con pluviosidad de 800 a 1,.500 mm/año, bien distribuidos. Se adapta a diversos tipos de suelo, siempre que sean permeables (buen drenaje), no muy alcalinos (pH 5,5 6,5) ni muy arcillosos, pero ricos en materia orgánica.

Manejo agronómico

La propagación de la mora se hace usualmente por estacas o acodos (forma asexual), ya que la semilla posee un bajo poder germinativo y muy prolongado período de germinación; características éstas atribuidas a factores de latencia y por poseer el endocarpio formado por tejido esclerenquimatoso extremadamente duro, lo cual constituye una barrera a los procesos biológicos de la germinación, lo que no es aconsejable para la propagación comercial.

El acodo es el método más seguro de obtener nuevas plantas, con suficiente raíz y brotes vigorosos. Hay dos maneras prácticas de hacer el acodo, utilizando toda una rama o sólo la punta (Figura 1).

Las reproducción por estacas consisten en seleccionar partes vegetativas entre 20 y 30 cm de longitud, con tres o cuatro yemas cada una, de ramas en crecimiento y evitar el uso de aquellas que estén en producción y se siembran en bolsas de polietileno llenas de tierra. Se recomiendan bolsas de polietileno de 3 kg de capacidad, debido al tiempo de permanencia de la planta en el vivero (3 6 meses) y por el crecimiento de las raíces que es vigoroso. El sustrato aconsejable es el suelo franco-arenoso, con estiércol bien seco, debiéndose evitar suelos arcillosos que retengan la humedad.

Al trasplantar para el sitio definitivo se debe evitar que las raíces sean traumatizadas, debido a la susceptibilidad a las pudriciones por hongos del suelo. El suelo debe estar bien preparado y si es necesario, encalar o aplicar previamente materia orgánica (de acuerdo con lo que revele el análisis de suelo).

La distancia de siembra puede variar de 1,20 x 2 m (aproximadamente 4.167 plantas/ha) hasta 2 x 3 m (1.667 plantas/ha). Esta última distancia es aparentemente más racional, ya que la fertilidad natural puede influir en el porte de las plantas. Las plantas deben ser sembradas tan pronto como lleguen al campo, evitando que las raíces queden al aire y secarse. Es conveniente enterrar las plantas hasta el nivel de sus raíces, en suelo húmedo y bien apisonado.

Conducción

En vista de que la planta presenta un crecimiento semirastrero, la espaldera es uno de los sistemas de organizar el cultivo, la cual mantiene erguida la planta y facilita las labores de manejo y cosecha de los frutos.

la espaldera en T es la más recomendada y aunque es de mayor costo facilita las labores de recolección, limpieza y aspersión de productos químicos. Para establecer la espaldera se utilizan estantillos de 2 m y cada poste llevará un travesaño de 50 cm de longitud en la parte superior. En los extremos del travesaño se atan alambres, los cuales se van amarrando en los extremos de los travesaños de los postes siguientes (Figura 2).

La colocación de los postes debe hacerse junto con la plantación o tan pronto como las plantas adquieran la altura de 1,5 mm para ser amarradas.

Labores culturales

Poda. Esta práctica tiene por objeto estimular el desarrollo de nuevas ramas fructíferas, mayores rendimientos y calidad del fruto. Además, facilita la labor de recolección, obteniéndose una mejor aireación en el cultivo y se facilita el control de malezas, plagas y enfermedades. La práctica debe realizarse cuando termina la cosecha del látigo (rama productora). La poda de formación' consiste normalmente en dejar entre seis y ocho ramas por planta, dependiendo de la fertilidad del suelo. Durante el crecimiento se van eliminando las ramas secas, quebradas y leñosas. La poda de renovación consiste en ir cortando las puntas que ya produjeron frutos para estimular el engrosamiento de las nuevas ramas laterales y la formación de nuevas ramas productivas, pues sólo se producen frutos en crecimiento nuevo. Después de la poda se deben amarrar las ramas que quedaron.

Fertilización

El nitrógeno puede ser aplicado en cualquiera de sus formas comerciales. En general se recomienda aplicar 50 g/planta cada cuatro meses. El fósforo y el potasio se aplican de acuerdo con la disponibidad del suelo.

Antes de la siembra se hace la aplicación de la materia orgánica que sea necesaria, según el análisis. Se debe realizar aplicación de micronutrientes en forma foliar dos veces al año.

Control de malezas

Se recomienda realizar platoneos alrededor de las plantas, sin dañar las raíces. El uso de herbicidas debe realizarse en aplicaciones dirigidas con productos como Paraquat (gramoxone), mezclado con Simazina (gesatop), teniendo cuidado de no rociar las plantas.

Problemas fitosanitarios

Pocas plagas y enfermedades suelen atacar a la mora, siendo los áfidos y los hongos los más comunes.

Plagas. Los áfidos y los ácaros afectan mayormente a las hojas, provocándoles un envejecimiento prematuro. Ocasionalmente se pueden presentar ataques del gusano taladrador del tallo, manifestándose el daño en la parte baja del. Se deben cortar las ramas por la base y quemarlas.

Enfermedades. La más importante es la pudrición del fruto, ocasionada por el hongo Botrytis cinerea. Los frutos se secan o pudren. Se controla con aspersiones de Benlate o Euparen (rotar las aplicaciones
de estos productos). El control químico está orientado a proteger los períodos de mayor susceptiblidad (brotación, floración y formación de frutos).

Cosecha

La mora es una fruta no climatérica y de maduración escalonada, lo cual convierte a la cosecha en un verdadero problema, debido a su gran perecibilidad. La fruta debe ser cosechada cuando está dulce y aún firme, manejarse con cuidado y guardarse rápidamente en frío.

Se debe cosechar diariamente y a tempranas horas del día. El promedio de rendimiento en las zonas altas del Táchira es de 7 kg/planta al año, aproximadamente de 20 a 25 t/ha, con un buen manejo referido a podas eficientes, riegos oportunos, fertilización y tratamientos de protección sanitaria.