FONAIAP DIVULGA > Colección > Número 64 Octubre-Diciembre 1999

  FONAIAP   DIVULGA  No.  64                                                                                                            Octubre-Noviembre  1999


Globalización y sistemas agroalimentarios

Carlos Hidalgo. 

Investigador
FONAIAP. Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias
Unidad de Estudios Agroeconómicos. Maracay
 


EI proceso de globalización de los sistemas agroalimentarios nacionales ha sido creciente y ha recibido un renovado ímpetu, con la cada vez mayor apertura de las economías nacionales a los flujos mundiales, comerciales y financieros. Llambí (1998), destaca que los actuales procesos de globalización forman parte de una profunda transformación económica y política mundial que afecta no sólo a los Estados y sus políticas, sino también las condiciones de trabajo y vida de todos los ciudadanos, incluso en las más apartadas comunidades rurales. 

El proceso puede ser mejor percibido como una transición y resulta realmente difícil definirlo, pues está sucediendo en la actualidad, no tenemos perspectiva histórica y esto puede prestarse a confusión. En esta transición como en todo período histórico, también coexisten elementos de ruptura y continuidad con el pasado. La globalización, enfatizan algunos, no es un fenómeno nuevo. 

Los intercambios a larga distancia de mercancías, personas e ideas han sido recurrentes y continuos en la historia de la humanidad. Lo que es nuevo, sin embargo, es el surgimiento de un conjunto de reglas dirigidas a manejar estos flujos que tienen como objetivo una cada vez mayor integración de las relaciones económicas mundiales, por encima de las fronteras nacionales: la creación de una economía global. 

El contexto de la globalización agroalimentaria 

El contexto de la globalización agroalimentaria es multidimensional, reconoce la complejidad de la misma noción de globalización, considerada en sus diversas vertientes de globalidad, internacionalización, mundialización, geopolítica y geoestrategia. La complejidad de estos procesos se manifiesta en la interconexión de sistemas sociales y estructuras de mercados, dentro de un enfoque en el que las dimensiones "local", "regional" y "global" se entremezclan, dando lugar a una heterogeneidad de respuestas locales a procesos de alcance planetario. 

Este proceso de globalización de los sistemas agroalimentarios se encuentra en una fase relativamente menos avanzada que otras áreas de la economía como son el sistema financiero o la industria. 

Además, la mayoría de los intercambios todavía manifiestan una fuerte polarización en el área de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), con un peso muy significativo de las transacciones de carácter regional. La globalización del sistema alimentario viene, además, estimulada por otros factores como la convergencia de los modelos de consumo y la creciente apertura de los mercados agroalimentarios en el marco de los procesos de integración regional y de liberalización multilateral. 

La competencia internacional genera costos sociales directos e indirectos, muchas veces focalizados sobre determinados grupos sociales y territorios que constituyen los perdedores del proceso. A este respecto, un problema de primera magnitud internacional es la desigualdad económica y social entre países, y sobre todo entre grupos sociales, la cual ha presentado la dramática exclusión productiva de millones de trabajadores agrarios que sólo se benefician marginalmente del sistema mundial. 

Hacia una agroeconomía global 

La transición hacia una economía agrícola global supone no sólo la reestructuración de los sistemas productivos ya existentes, sino también la búsqueda de nuevas formas de inserción en los mercados ya globalizados o en vías de globalización; al respecto, la creación de nuevos sistemas agroalimentarios orientados a la exportación son una posibilidad que ya han ensayado algunos países de América Latina. 

No todos los sistemas productivos están globalizados, existe una diversidad de sistemas productivos agrícolas considerados no transables, simplemente porque aún no existen mercados externos para ellos. El que no sean transables internacionalmente, no quiere decir que los procesos de globalización no los afecte directa o indirectamente. Una de las consecuencias de los programas de ajuste, en la medida que las sucesivas devaluaciones y el proceso inflacionario redujeron el poder adquisitivo de los consumidores de menores recursos, han sido los cambios en los patrones alimentarios como consecuencia de la evolución de los precios relativos de los productos. 

Así, los alimentos de más alto valor en el mercado como los cárnicos, lácteos y cereales importados como el trigo, se hacen relativamente más caros que algunas raíces y tubérculos de más bajo precio y producidos localmente. Esta situación se ha dado en Venezuela. donde la producción nacional de tubérculos como la papa y raíces como la yuca son producidos casi exclusivamente para el mercado doméstico y son preferidos por el consumidor en relación con otros productos importados. 

La influencia agroindustrial en el proceso 

Albisu y Gracia (1998), indican que la influencia global de las empresas de la agroindustria depende de la competencia o hegemonía de las mismas, pero también las empresas de distribución de alimentos participan. De tal forma que sólo las grandes empresas agroindustriales tienen una influencia determinante en el mercado y son capaces de tener un poder de negociación equilibrado con las empresas líderes de la distribución. 

Su implantación global tiene como bandera marcas que son utilizadas en todos los países, aunque suelen reservar también marcas de cobertura nacional. Con ambas estrategias tratan de cubrir segmentos homogéneos en todos los países, así como también adaptarse a segmentos específicos de cada país. Las marcas nacionales suelen corresponder, en muchos casos, a empresas adquiridas en ese país por las multinacionales. 

La internacionalización ha tenido un enorme impacto en la localización de la industria agroalimentaria. Al tener acceso la industria agroalimentaria a mercados más amplios ha habido un proceso de concentración de plantas industriales ya su vez, un desplazamiento de su localización hacia las áreas de consumo. 

Actualmente, el transvase de la tecnología es más rápido gracias a las facilidades que se dan a las inversiones de capital foráneo, lo que supone una rápida implantación de las últimas técnicas. Los dos elementos con capacidad para captar mayor valor agregado son: la tecnología de base o directamente aplicada al proceso productivo y la comercialización de los productos. 

En el proceso de expansión internacional de las agroindustrias multinacionales, es común observar inicialmente acciones conjuntas con otras empresas de ámbito nacional como asociaciones de capital, aunque su último objetivo es el control total de la empresa, mediante su adquisición, aprovechando alguna época de crisis o un momento en el que es necesaria una mayor capitalización. 

El motor globalizador del sector agroalimentario 

La gran distribución que se expande a distintos países, puede ser considerada como el principal motor de desarrollo del sector agroalimentario (Albisu y Gracia 1998). Es el eslabón de la cadena alimentaría que está en contacto con los consumidores y que, por lo tanto, es capaz de interpretar mejor sus necesidades. 

En su expansión internacional difiere de la industria agroalimentaria, en el sentido de que habitualmente suele preferir la construcción de sus propios establecimientos, si bien en ocasiones, adquiere otras cadenas de distribución.

 En el proceso de fusión empresarial de la gran distribución, hay una enorme consolidación con la creación de grupos con capacidad de expansión por todo el mundo. El volumen de negocio de las principales empresas de la distribución es mucho mayor que el de las empresas agroindustriales. Esta enorme fortaleza hace que el rendimiento financiero de las enormes cantidades de dinero que manejan sea una importante parte de su negocio. 

Se puede decir que en el contexto global, las grandes empresas de distribución tienen métodos globales, pero que en su aproximación a los mercados concretos, incorporan características nacionales para adaptarse mejor a situaciones dispares en los diferentes países. Por lo tanto, paralelo a un proceso de concentración se produce una fuerte descentralización de las decisiones, a nivel nacional ya nivel regional. Por un lado, tratan de preservar una imagen corporativa global, pero por otra intentan atender a los consumidores ya sus asociaciones, dentro del ámbito regional o nacional en el que se encuentran.

 Aunque la globalización empuja a todas las unidades productivas y de servicios a adquirir una mayor dimensión, también las pequeñas y medianas empresas se pueden beneficiar mediante la búsqueda de una necesaria especialización y de la consecución de productos de alto valor agregado. Las alianzas internacionales no deben ser de exclusivo uso de las grandes multinacionales. 

En definitiva, como lo plantean Albisu y Gracia (1998), el conocimiento de los consumidores y de sus diferenciadas necesidades, son la base de actuación para tener éxito en un mercado global que tiene sus particulares características, dependiendo del país donde nos encontremos. La industria agroalimentaria y la distribución han de adaptarse a estas nuevas circunstancias, mientras que los consumidores deberían saber encontrar un equilibrio entre pautas globales de consumo, consideradas como saludables. sin perder lo bueno que hayan recogido de sus tradiciones alimentarías. 

El circuito agroalimentario venezolano frente a la globalización 

Frente a esta situación, el circuito agroalimentario venezolano se caracteriza por una baja productividad e importantes desigualdades en el medio rural (Cáceres, 1998). Es pertinente señalar que la mayoría de los sistemas de producción, comercio y transformación del agro venezolano se caracterizan por ser dependientes de insumos importados, desconocimiento de los flujos económicos de las cadenas productivas agroalimentarias, desconocimiento de la aplicación de las normas de selección, ausencia en los productores de una formación gerencial y poca conciencia de los daños ecológicos. 

Estos son retos superables, mediante procesos de reconversión tecnológica, en los cuales el FONAIAP tiene un papel relevante para una nueva concepción de una "globalización sustentable" en el tiempo y capaz de reproducirse económica y eco lógicamente. 

Bibliografía 

Albisu, L.; Gracia, A.1998. Globalización del sistema agroalimentario. Simposio Internacional: Globalización y Sistemas Agroalimentarios. Fundación Polar. Caracas, Ven.15al17dejulio 

Cáceres, G. 1998. Una visión holística del sector agroalimentario venezolano frente a la globalización. Simposio Internacional: Globalización y Sistemas Agroalimentarios. Fundación Polar. Caracas, Ven, 15al 17dejulio. 

Levy, S.1998. Flujos económicos en tiempos de globalización: transformaciones en los movimientos de bienes y servicios, desregularización financiera y volatilidad. Curso de ampliación de conocimientos: Globalización y Sistemas Agroalimentarios. Fundación Polar. Caracas, Ven. 8al10dejunio. 

Llambí, L. 1998. Procesos de globalización y sistemas agroalimentarios. Los retos de América Latina. simposio Internacional: Globalización y Sistemas Agroalimentarios. Fundación Polar. Caracas, Ven.15 al 17dejulio. 

Proyecto de Síntesis. 1998. Simposio Internacional' Globalización y Sistemas Agroalimentarios. Fundación Polar. Área Economía Agroalimentaria. Caracas, Ven. 17 de Julio de 1998